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Tercer día de viaje (parte 2)
—Entonces... ¿Quieres casarte conmigo?
Mis labios se separan lentamente, no sé qué decir, mi corazón late a toda velocidad mientras mis piernas parecen querer desfallecer.
—Jayden...
Me mira con media sonrisa.
—¿Entonces...?
—Sí, sí, sí, claro que sí —me acerco a él mientras se levanta del piso y lo abrazo, poniéndome de puntillas para alcanzar sus labios, puedo sentir su sonrisa cuando apoyo mi frente en su pecho sintiendo como las lágrimas de emoción caen por mis mejillas.
—Te amo tanto joder —toma mi mano mientras desliza el anillo por mi dedo anular.
Es hermoso, jodidamente hermoso, el diamante que adorna el centro me hace perder el aliento, no sé si merezco esto, es delicado, elegante y estético, alzo los ojos para mirar atentamente a Jayden.
—Te amo, te amo como no tienes una jodida idea —toma mi mejilla y choca sus labios con los míos mientras su mano presiona mi cintura.
El cielo naranja le da el toque a todo esto.
Y así fue como me convertí en la prometida de Jayden Harris, jamás pensé que pasaría esto, pero me siento inmensamente feliz.
—Señores —habla el hombre que conduce el yate—, ya pueden comenzar con la actividad —dice mientras nos da un asentamiento con la cabeza.
Jayden y yo comenzamos a caminar, el hombre me ofrece un chaleco flotador el cual deniego con amabilidad. Jayden es el primero en lanzarse al agua después de quitarse la camiseta, quedando con unos pantalones cortos de playa.
Me incita a lanzarme como él lo ha hecho, pero realmente no lo quiero hacer de esa manera así que solo me siento en la barandilla antes estirar mis piernas y dejarme caer sin dar algún chapuzón.
Jayden se acerca a mi cuerpo y enredo mis piernas en su cintura, mientras sonrío pasando mis dedos por su cabello rubio.
—Joder Heather, que bien se ve ese anillo en tu mano —dice tomándola y mirándola con atención—, no veo la hora de verte con el de bodas ¿Sabes?
—Eres un velocista —mascullo divertida.
—Contigo es fácil serlo, eres encantadora y es imposible que no me haya enamorado de ti tan rápido.
—No digo que me moleste, me alegra no ser la única que quiere vivir todo contigo.
Deja un beso rápido en mis labios antes de ver como un yate con gran cantidad de gente llega y comienzan a tirarse al mar. Las personas de la fila recién van llegando.
—Espera —lo detengo cuando estamos por ir hacia allá.
—¿Cómo se supone que tenemos un yate para nosotros solos cuando ellos van todos juntos en uno?
Jayden me mira intentando no reír y entorno los ojos.
—Cosas de tener dinero —dice encogiéndose de hombros.
—Si claro, ya lo veo —comienzo a nadar hacia donde está la gran cantidad de gente y Jayden me sigue.
No sé cómo, pero terminamos jugando voleibol con un grupo de personas, tuve que insistirle un poquito al rubio porque él opinaba que lo mejor era volver al yate privado y follar, claramente para convencerlo de que tenemos mucho tiempo para follar después y que deberíamos unirnos a jugar voleibol con todas esas personas tuve que utilizar algunas tácticas y estrategias, termine proponiéndole utilizar lencería y no sé qué más en la noche, en fin, mínimos detalles.
Jayden parece un cascarrabias con las demás personas, pero cada vez que lo miro con los ojos entrecerrados cambia de cara y me ofrece una sonrisita, no sé porque, pero eso me hace sentir muy afortunada y hace que mi corazón se agite.
Después de un largo rato las personas comienzan a volver a el yate donde llegaron, así que el rubio y yo los imitamos subiendo a el de nosotros.
Frunzo el ceño cuando de la nada se me comienza antojar algo dulce, siento la necesidad de comer algo que contenga azúcar, no sé si es porque no he comido mucho después del almuerzo rápido que tuvimos o por alguna otra razón, pero ahora mismo quiero probar algo que tenga mucho, demasiado dulce.
—Jayden... —lo llamo mientras me acurruco en su pecho.
—Dime castaña.
—Quiero un chocolate —murmuro pasando mis dedos por su pecho aun húmedo por el agua.
—¿Chocolate?
—Sip.
—Vale, pero espera que lleguemos al crucero cariño, no sé de dónde sacar un chocolate ahora.
Hago un puchero y las ganas de llorar me abarcan, aunque aguanto las lágrimas que poco a poco se convierten en irritación.
¿Por qué siento tantas ganas de llorar y estar enojada a la misma vez?
Bufo y me separo del cuerpo de Jayden antes de sentarme en el otro extremo del asiento que hay aquí.
Me mira con una ceja enarcada.
—¿Estás bien? —lo ignoro mientras juego con mis dedos, imaginando que el color de esmalte de mis uñas es lo más importante e interesante que he visto jamás— Castaña... —lo sigo ignorando— Cariño —me llama nuevamente y sigo ignorándolo— Heather —volteo rápidamente hacia él mirándolo mientras separo mis labios con indignación.
—¿Por qué me dices Heather?
—Es tu nombre ¿No? —pregunta extrañado.
—Eres un idiota —mascullo—, tu siempre me dices castaña.
—Te dije castaña, pero me igno...
—Olvídalo —lo corto—, no quiero hablar.
—Pero...
—¡No quiero hablar! —chillo sintiendo como mis ojos se llenan de lágrimas.
—¿Qué pasa? —se acerca rápidamente a mi mientras toma mis mejillas mirando mis ojos llorosos.
Intento liberarme de su toque, pero no me deja.
—Dime que pasa castaña.
—No sé qué me pasa —lloriqueo.
—Bien, a ver, respira y...
—Estoy bien solo... —sorbo mi nariz, me siento ridícula—, seguro está por llegar mi periodo —digo mirando para otro lado porque sé que si lo miro romperé en llanto y ni siquiera entiendo el motivo.
—¿Quieres descansar o...? —niego.
—No, no te preocupes, solo quiero llegar y tomar una ducha para poder seguir con la noche juntos —asiente y no se separa de mi lado, me vuelvo a acurrucar contra él mientras sus dedos juegan con mi cabello— perdón por ser tan insoportable —murmuro.
—No eres insoportable castaña, entiendo que tienes cambios de humor y lo acepto, no soy capaz de enojarme contigo y menos por una tontería.
Asiento más tranquila. Después de unos minutos el yate se detiene y el hombre nos indica que es momento de volver al crucero, no tardamos en volver a nuestra habitación, inmediatamente entramos a la ducha después de tomar algo de ropa que utilizaremos para ir a la cena en el teatro que ofrecerá un show por el fin del viaje.
Jayden se enfunda en un pantalón y una camisa negra que le queda jodidamente bien, la temperatura de mi cuerpo crece cuando desabrocha dos botones de esta y sube un poco las mangas.
Oh mierda.
No hay imagen más caliente que la de Jayden, jodida madre.
Respiro profundamente y me centro en pasar el vestido de seda negro corto por mi cuerpo, queda arriba de mis rodillas y casi a la mitad de mis muslos, lo suficiente para que no se vea nada que no quiero, pongo unos pequeños tacones en mis pies y comienzo a maquillar mis ojos con un poco de rímel y un delineado corto para que mis ojos resalten, paso un labial nude por mis labios y sonrío al ver el resultado, Jayden ya está listo hace algunos minutos, así que solo tomo un bolso pequeño y meto en el mi móvil y algunas cosas importantes que necesito.
—Listo —sonrío dando una vuelta frente a él, toma mi cintura y no tarda en bajar sus manos intentando entrar en mi vestido, golpeo su pecho y me alejo.
—No seas tan pervertido y espérate un poco más —camino hacia la puerta mientras el rubio se levanta de la cama y gruñe chocando su pecho con mi espalda.
—No me hago responsable de lo duro que te follare más tarde.
—No me molesta que no lo hagas —digo sonriendo angelicalmente y saliendo de la habitación junto a él.
Caminamos hasta llegar al lugar que nuevamente está ajetreado con tanta gente, y como en la tarde, Jayden imita el proceso de mostrar su móvil con un mail y rápidamente nos hacen entrar situándonos en una mesa solo para dos, esta vez ya no digo porque ya lo sé. Me centro en mirar el escenario iluminado mientras la gente comienza a entrar sentándose en las mesas disponibles, después de unos minutos entran unas personas con traje que comienzan a repartir algunas bebidas y platos con comida en todas las mesas, incluida la de nosotros.
—Gracias —digo mientras el hombre me da un leve asentamiento y se retira al ver la cara de Jayden.
—¿Vino, whisky o algo más? —pregunta mi prometido... que bien suena eso.
—Agua está bien —asiente y me sirve un poco en la copa.
Las luces del lugar se apagan antes de que un reflector que apunta a el escenario se encienda y comience a sonar una melodía lenta que poco a poco va acelerando mientras entran dos personas al escenario, haciendo volteretas y cosas que yo no podría hacer porque estoy segura que terminaría con el cuello roto.
—Eso es muy sencillo —murmura Jayden cerca mío.
—Intenta hacerlo entonces —murmuro yo también.
—Nah, prefiero hacer esos malabares en la cama, contigo.
—Jugaríamos ajedrez...
—¿Ajedrez?
—Sí, así yo me convierto en las piezas y tú me pones en todas las posiciones —digo divertida en un susurro mientras me acerco a él pasando mis labios por su cuello, la oscuridad nos permite hacer esto sin que nadie nos vea.
La mano del rubio presiona mi muslo mientras mi mano se posa en su masculinidad cubierta por sus pantalones, esta crece haciendo presión y me permito mover mi mano lentamente.
—Heather...
—Mhm...
—Si no quieres que te folle aquí mismo deja de hacer eso —advierte.
Rio y me separo de su cuerpo acomodando mi cabello y prestando atención al show nuevamente, salen más personas que comienzan a bailar mientras la música cambia.
Los aplausos y gritos en el lugar no tardan en llegar mientras las personas que estaban en el escenario se desplazan por las mesas y asientos.
Un hombre que está encargado también del show se acerca a nuestra mesa mientras una canción muy movida suena, comienza a bailar alrededor mío mientras Jayden lo mira con cara de irritación y yo no sé qué hacer, me permito reír de las marometas que hace, hace una reverencia antes de tomar mi mano haciendo que me levante del asiento junto a otras mujeres.
La música tiene un ritmo muy brasileño, aunque tendría sentido ya que el show hasta ahora ha consistido en un recorrido por varios géneros y ritmos de música mundiales.
Es divertido que el show sea solo para adultos ya que de esta manera se permite disfrutar de todo tipo de ambiente sin restringirse nada.
Un hombre se pone tras de él mientras indica que sigamos lo que hace.
Comienza a mover las caderas de arriba abajo, todas las personas que estamos ahora detrás de él lo imitamos, rio divertida mirando a Jayden quien tiene su mirada fija en mi con los brazos cruzados en el pecho.
El hombre comienza a mover su cadera más rápido y poco a poco el ritmo cambia hasta convertirse en una canción que si conozco, definitivamente tiene una letra en portugués.
Seguimos los movimientos del hombre cuando pone un pie enfrente, atrás, izquierda y derecha consecutivamente. Sigo disfrutando hasta que cada uno nos acompaña nuevamente a nuestros asientos, estoy sudada y jodidamente divertida.
Rio apoyando mi cabeza en el pecho de Jayden.
—Joder, es que siempre quise hacer eso —rio—, Abel me hubiera matado si me hubiera visto bailando así o "haciendo el ridículo" —suspiro volteando mi cabeza para mirarlo, está serio y frunzo el ceño separándome de su cuerpo.
—¿Qué...?
—Que se me ha puesto jodidamente dura por tan solo haberte visto bailar.
Me relajo y sonrío coqueta.
—¿Eso es un problema?
—Lo es cuando no te puedo follar ahora mismo.
—Pues genial, ya disfruté de la noche y realmente también tengo ganas de que me folles, ve a la habitación en diez minutos —beso sus labios antes de levantarme del asiento, tomar mi bolso y salir del teatro.
Camino por los pasillos y paso la tarjeta por la puerta de la habitación la cual no tarda en abrirse, doy pasos rápidos hacia mi maleta y saco la bolsa con la lencería que compré hace ya unas semanas.
Es negra y no sé porque tiene tantas tiras, pero es muy bonita y estoy segura que hará que Jayden quiera arrancármela apenas me vea, eso es bueno.
La paso por mi cuerpo hasta que logro ubicar todo en su lugar, juro que estaba a punto de ver un tutorial de cómo se ponía esto, pero lo logré.
Mis pezones están libres, lo único que hay ahí es un pedazo de tela que cubre un poco pero después de eso están libre, mi cintura está rodeada con unas tiras no tan finas que llevan una extensión hacia mis muslos, donde inician unas medias transparentadas, debajo de mi cadera hay unas bragas muy finas que transparentan mi feminidad, aplico labial rojo en mis labios me miro al espejo, estoy contenta con el resultado. Doy un respingo cuando escucho la puerta ser abierta y entro al baño a toda velocidad encerrándome en el.
Jayden Harris
Entro a la habitación con la respiración hecha un desastre y la polla a punto de explotarme, estoy jodidamente deseoso de hundirme en mi castaña.
Paso mi vista por todo el jodido lugar y no hay rastro de ella.
—Heather —la llamo, se viene a mi mente el jodido comentario de "ajedrez" que me dio y respiro porque siento que mi corazón se detendrá en cualquier momento, aunque creo que de nada sirve porque todo mi autocontrol se va a la mierda cuando la puerta del cuarto de baño se abre y aparece la castaña con el cabello suelto, labios rojos y aquella lencería cubriendo su cuerpo, aunque ni siquiera lo cubre, jodida madre.
—Mierda —jadeo cuando comienza a caminar hacia mí con pasos lentos.
—Hola rubio —murmura empujando mi pecho mientras me dejo caer en la cama.
—Joder Heather —intento tomarla por la cintura para ponerla debajo mío, pero no me lo permite. Niega y ella misma se sienta a horcajadas sobre mí.
Comienza a moverse encima mío lentamente y en ningún momento deja de mirar mis ojos, sus manos se apoyan en mi pecho mientras desabrocha mi camisa y acerca sus labios a mi cuello besando y succionando delicadamente mi piel.
Mi mano se aferra a su muslo, sé que fácilmente podría ponerla debajo mío, pero no lo haré, quiero saber qué hará y como disfrutaremos haciendo esto.
Su mano baja hacia el bulto que se forma en mi pantalón y sonríe sobre mi piel, alzo un poco mi cuerpo para poder retirar la camisa por completo mientras ella quita mis pantalones junto a mi bóxer dejándome completamente desnudo.
Su mano se envuelve en mi masculinidad mientras la comienza a subir y bajar lentamente haciéndome estremecer.
—Chú... —intento ordenar, pero ni siquiera termino de decir lo que quiero decir porque habla.
—No me digas que hacer —masculla mientras acelera sus movimientos—. Me gusta mucho tu polla —dice besando mis abdominales— ¿Ya te lo he dicho?
—Carajo castaña —jadeo mientras enredo mi mano en su cabello haciendo que alce su mirada y se centre en mí—, chúpame la jodida polla de una puta vez —mascullo a punto de perder el control.
Sonríe y pasa su lengua por sus labios, cuando estoy a punto de replicar por la demora emito un gruñido que sale desde el fondo de mi garganta al sentir como deposita un beso en la punta.
Poco a poco sus labios se deslizan entorno a esta mientras me introduce en ella.
Lanzo millones de maldiciones cuando bajo la vista y la imagen de Heather, de rodillas en la cama, con su boca en mi polla, el cabello cayendo por su frente y el trasero alzado siendo cubierto por tan solo un mini trozo de tela hace que se me ponga mucho más dura y las ganas de tomarla tan fuerte que no pueda caminar por semanas, crecen en mí.
A la mierda el autocontrol.
Tomo su cabello con fuerza mientras la incito a subir y bajar sus labios por toda mi longitud, lo hace gustosa y eso me prende muchísimo más, si es que se puede.
Hace que salga de su boca y me mira, las comisuras de sus labios están húmedas. Su mano remplaza sus labios mientras sube y baja acelerando y disminuyendo los movimientos cada tanto, me centro en ver su cuerpo y como la jodida lencería que tiene le queda perfecta, sus pezones están erizados y no pierdo en tiempo en llevar mis manos ahí, aprieto sus pechos intentando no babear por la imagen que me ofrecen, son perfectos y caben perfectamente en mis manos, me encantan.
Siento mi abdomen contraerse mientras mi polla se hincha y no tardo en correrme, la mano de Heather se ve cubierta por mi semen, al igual que su abdomen.
Mi respiración está muy agitada mientras mi prometida pasa sus manos por todo su cuerpo. Quiero follarmela.
Tomo su cintura y en un movimiento rápido hago que quede debajo de mí, sonrío cuando me mira con ojos curiosos esperando cualquier otro movimiento de mi parte.
—Que lindas bragas castaña, pero creo que tendré que comprarte unas nuevas, estas las quiero romper —mis dedos se enredan en los hilos que la sostiene y los arranco fuertemente, chilla sorprendida y le ofrezco mi mejor sonrisa.
—Rubio idiota —masculla mientras se remueve en la cama, inclinando su pelvis buscando hacer que su feminidad húmeda haga contacto con mi miembro—, fóllame de una jodida vez, maldita sea Jayden —tiembla cuando mi mano sube a su cuello haciendo una leve presión, tal como la primera vez, sus labios se separan jadeando, siendo música para mis oídos.
Mis dedos bajan por sus pechos y su abdomen hasta llegar a su centro, está húmeda, muy húmeda, mis dedos resbalan fácilmente dentro de ella.
Mi castaña gime y jadea sin controlarse, mierda, me encanta escucharla, pero ahora mismo recuerdo que cualquier persona nos puede escuchar y aunque a mí me importa una mierda sé que Heather se puede cohibir por eso.
Separo mi cuerpo del suyo y se queja cuando mis manos abandonan cualquier cercanía de ella.
—Jayden... —jadea.
—Espera castaña —murmuro con la respiración hecha mierda.
Tomo mi móvil y rápidamente los conecto con los parlantes que hay en la habitación, pongo una canción en bucle para que se repita una y otra vez a todo volumen, las luces las dejo prendidas y vuelvo a la cama, Heather toca mi pecho y sonrío al ver sus pupilas completamente dilatadas y sus manos apretando con fuerza la sabana que cubre la cama.
—Necesito que entres —habla con voz entrecortada y sonrío, no tiene que decirlo dos veces.
Me ubico en su entrada y juro que desde lo del avión no me puede importar menos un condón, ella utiliza las pastillas y nos hemos cuidado, quiero disfrutar de sentirla nuevamente sin barreras.
Entro en ella lentamente dejándome llevar por la sensación de ella recibiéndome, mojada y lista.
Se retuerce debajo mío y mis manos suben a la tela que cubre sus pechos arrancándola para poder llevar mis labios a la zona.
—Mhm, sigue... —claramente lo hago, entro y salgo de ella constantemente, no sé cuánto pasa, no sé si son segundos, minutos o horas, pero lo que sí sé es que la castaña comienza a buscar agarrarse de la cabecera de la cama mientras jadea y se corre, no tardo en hacer lo mismo segundos después. Caigo en su pecho mientras nuestras respiraciones se compensan poco a poco.
—Eres jodidamente perfecta —murmuro cerca de su oído, besando su cuello.
Su suave risa hace que abra mis ojos y alce mi rostro para mirarla.
—El mejor orgasmo que me han dado en mi maldita vida —dice y yo rio negando divertido adueñándome de sus labios.
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Holiii, la canción de multimedia es la que imaginé que puso el rubio cuando hicieron el sindistancia jahdsajdah
Y ya saben, si preguntan yo no lo escribí 🏃♀️
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