Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2

Estás son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser el día de tu santo te las cantamos a tiii, despierta Heather despierta mira que ya amanecióóó, ya los pajarillos cantan la luuuna yaaa seee meeetióóó.

Sonrío abriendo mis ojos y fijándome en Agus enfrente mío con un pastel gigante entre sus manos.

—¿Ya te dije que te quiero mucho? —me siento en la cama mientras mi amigo se acerca a mí.

—Si no me quisieras no sería tu mejor amigo..., ahora si ¡Feliz cumpleaños! —se abalanza contra mi chocando el pastel contra mi rostro haciendo que quede completamente embarrada con el betún de la decoración.

—¡Agus! —limpio mis ojos mientras veo al idiota riéndose en mi cara—. Te voy a matar.

Mi amigo se levanta y sale corriendo por toda la habitación mientras yo lo persigo intentando lanzarle algunos pedazos de pastel.

—¡No! ¡No Heather, no! —grita cuando estoy en frente de él—. Mira que estoy con mi trajecito porque tengo una reunión muy importante.

Y solo por eso no le aviento nada.

—Solo por esta vez te salvas —alzo mi dedo de manera amenazadora.

—Genial, ahora comamos la torta que no se dañó con tu asqueroso rostro.

—Idiota.

Ambos caminamos a la cama para ver el pastel, pero nos quedamos parados enfrente de ella mirando como todo está tirado en las sabanas y piso.

—Mejor vayamos a un restaurante.

—Eh, sí. Será lo mejor.

—Ve a ducharte mientras yo limpio esto —dice Agus.

—Owww...

—Solo porque es tu cumpleaños.

Lo miro con los ojos entrecerrados intentando parecer enojada, pero él niega con la cabeza, divertido, antes de que yo tome mi toalla y algo de ropa para poder ducharme y cambiarme en el cuarto de baño.

• • • • •

—¿Dónde iremos? —pregunto entrando al auto.

—No sé, a desayunar algo.

—Estamos más cerca del almuerzo que del desayuno.

—Pues a almorzar ¿Dónde quieres almorzar?

—Donde quieras.

—Es tu cumpleaños, tu elijes.

—Tu pagarás.

—Pero tu comerás y disfrutaras en tu día.

—Elije tú el lugar.

—Elije tú.

—No, tú.

—Tú.

—Pues bueno, comamos pizza que más da.

—No, mejor vayamos a un restaurante a esos a los que me llevan mi padre y mi madre, juguemos a ser riquillos por hoy.

—Para eso me dices que elija yo —digo divertida—, pues bien, juguemos a ser riquillos por hoy, aunque tú ya eres riquillo.

—Mis padres lo son, yo no, y... Llegamos.

—Wow, hace mucho no vengo aquí.

—Desde que te fuiste de casa de tus padres.

—Desde aquel entonces.

Mis padres tienen mucho dinero que claramente no heredaré ya que me fui de casa quedando muy mal con ellos ya que escapé de su religión excesiva, machista, toxica sus y costumbres, desde ese día solo me reúno con ellos una vez al mes para que al menos sepan que estoy viva.

—Bajemos.

Asiento y ambos bajamos entrando al lugar mientras mi amigo me rodea con su brazo guiándome a la mesa que reservó mientras veníamos aquí.

—La decoraron y todo —sonrío emocionada, mirando la mesa con el pastel y los globos de color rosado.

—Todo para mi mejor amiga la antipática.

Lo abrazo mientras siento las lágrimas correr por mis mejillas.

—Gracias por esto..., y-y por todo lo que haces por mí —digo mientras el deposita un beso en mi frente.

—Tú también has hecho mucho por mi Heather, y esto solo es un mini agradecimiento que ocupa muy poco porcentaje de lo mucho que te mereces.

Después de nuestro momento sentimental ambos nos sentamos y pedimos algo del menú.

—¿Cómo te va en tu nuevo trabajo? ¿Son más explotadores que en el anterior?

—Ni me lo digas, esta semana ha sido muy cargada y eso que es la primera. En el anterior restaurante era todo más tranquilo.

—Pero en este pagan mejor.

—Pues por eso me cambie.

—Pronto podrás cambiar tu vida. Terminaras tu carrera, comenzarás a trabajar en algo que te guste y podrás rentar el apartamento de tus sueños y adoptaras aquel perro que sueñas con tener desde pequeña.

—Solo algunas semanas y acabo mi carrera.

—¿Terminaste tu tesis? La última vez que estuviste en mi casa ya estabas por finalizarlo.

—Ya lo terminé —sonrío orgullosa—. La otra semana comienzan las entregas.

—Eso es genial, cada vez estas más cerca de la meta. Estoy muy orgulloso de ti —dice despeinando mi cabello, haciendo que una sensación cálida se instale en mi pecho.

Dos personas traen los platos con comida y comencemos a devorar todo.

—¿Cómo te va con tu ligue? —pregunto llevándome el tenedor a la boca cerrando los ojos al probar el delicioso sabor de la comida.

—¿Dan?

—Si.

—Bueno, creo que ya no somos ligues.

—¡¿Son novios?!

—No —ríe negando la cabeza.

—¿Entonces?

—Es que bueno, no hablamos hace una semana.

—Bueno, no es mucho.

—Pero igual lo vi publicando cosas con su ex, así que doy por hecho que ya no hay nada entre nosotros.

—Uh —carraspeo—, no sé que decir.

—Búrlate, para eso eres mi mejor amiga.

Comienzo a reír forzadamente y él sonríe divertido.

—¿Cómo vas con tu estrés?

—Me duele la cabeza como un demonio y siento fatiga cada momento de mi vida.

—Yo digo que necesitas una buena follada ¿Quieres que te presente a un amigo?

—Y es por eso que hoy me iré a un bar a intentar reactivar mi vida sexual.

—¡Oh, es cierto! —saca de su maletín una tarjeta negra con rojo—, tengo una bonita invitación a un evento de viejitos millonarios hoy en la noche.

—¿De dónde sacaste eso? —pregunto tomándola y revisándola.

—Se la dieron a mi padre, él no podía ir y me la dio a mí, yo no podré ir y te la doy a ti.

—¿A mí?

—Folla con un viejito millonario y vive la vida.

—¿Me quieres conseguir un sugar daddy?

—Quizás.

—Pero ¿Solo habrá viejitos? —pregunto haciendo un puchero.

—Es broma, también habrá personas jóvenes y apuestas.

—¿Solo hombres?

—También mujeres.

—¿Crees apropiado que vaya?

—Sí, así que ahora mismo nos iremos de compras para comprarte algo súper sensual y apropiado para que te pongas hoy.

—No permitiré que tú me compres ropa.

—Es tu cumpleaños.

—¡No me quiero aprovechar!

—Tengo una tarjeta en la cual se acumulan miles de dólares que mi padre deposita para ocultar su presencia nula en mi vida.

No quiero que Agus recuerde esto de su padre, así que sonrío y tomo su mano con emoción.

—Bien, nos aprovecharemos de tu padre entonces. Vámonos de una vez a dejar en quiebra a tu padre.

Obviamente que cuando lo estemos por comprar, pagaré yo también algo de dinero.

—¡Esa es la actitud!

Pagamos la cuenta antes de salir del restaurante y subir al auto de Agus para ir a una tienda donde venden ropa de gala.

Caminamos juntos por los pasillos hasta llegar a la tienda donde mi mejor amigo dice que venden los mejores vestidos que alguien puede ver.

—¡Oh por dios mira ese! —me señala un vestido blanco.

—Es muy lindo, pero siento que uno rojo me quedaría mucho mejor.

—Oh mierda es cierto, el rojo definitivamente es tu color.

Caminamos por tooodo el lugar hasta encontrar un vestido que se me hace muy llamativo y sensual.

Es largo y tiene una abertura en cada muslo dejando al descubierto las piernas, es jodidamente perfecto.

—¿Hoy no tienes trabajo?

—Hoy nadie trabajará. El local está en mantenimiento.

—Genial. Ahora vayamos a pagar esto y luego a comprar el antifaz.

—¿Antifaz?

—Pues si ¿No has leído la tarjeta?

—Solo leí que era hoy y que bueno que... era de gala.

Él se encoge de hombros antes de que vayamos a pagar el vestido que termina pagando solo él a pesar de que también intenté salir corriendo con su tarjeta para que no sea solo el quien ponga todo el dinero.

—Ya quita esa cara.

—Te dije que no me gusta que me pagues cosas así, parece que me estuviera aprovechando de nuestra amistad.

—No te preocupes, pronto encontraras a tu viejito millonario y me pagaras todo lo que según tú he gastado en ti.

—Hoy en la noche si la suerte nos acompaña —sonrío divertida.

—Te acompañaría, pero sabes que tengo que viajar.

—Lo sé, no te preocupes. Me tocará tomar sola esperando ligar con alguien.

—Hoy vas a follar y te haré un lindo pastelito que diga "Volví a follar después de una larga etapa de descanso".

—Ni se te ocurra.

—Mañana llegaré a tu casa con un pastel así, te lo aseguro.

Lo miro con los ojos entrecerrados antes de bajar del auto cuando llegamos a la residencia donde vivo.

—¿Aún recuerdas cómo manejar?

—Si.

—Bien, ahora ve por tus zapatos y tu maquillaje para poder ir a mi casa.

Asiento antes de subir a mi habitación y sacar las cosas que utilizaré para la noche, bajando rápidamente.

—¿Cómo carajo se ha pasado el día tan rápido? —pregunto dejando las cosas en la parte trasera del auto.

—Tengo que irme en tres horas, así que apresúrate, tengo que dejarte lista para que te folles a un viejito.

—Ya para con tu broma, idiota —digo empujando su frente con mi dedo.

—No quiero.

—Si.

—No.

—Si.

—No...

Y así nos pasamos todo el camino a su casa.

—¿Por qué has traído un libro? —pregunta cuando me ayuda a bajar mi bolso.

—Para leer mientras me relajo en tu lindo jacuzzi.

—Siempre llevas un libro a todos lados ¿Necesidad?

—Leer alimenta mi alma y abre mi mente.

—¿Quién dijo eso?

—Ni idea, creo que me la acabo de inventar.

—Genial, deberías escribir un libro con tus frases icónicas y eso.

—La verdad es que prefiero leerlos, pero gracias por la sugerencia. Ahora si me lo permites tomaré mucha confianza y me relajaré un poco en tu jacuzzi para después comenzar a arreglarme.

—Bien, preparare cena para que no te vayas con hambre, aunque igual te llenaras con la polla de un vieji...

—¡Agus ya! —grito mientras enrojezco.

—Bien, bien, pero no te enojes.

• • • • •

Después de una larga ducha y relajación decido que es hora de salir al oler el aroma de el maravilloso pollo oriental que prepara mi mejor amigo.

—¿Ya estás lista?

—Después de comer me visto, ya me maquillé.

—Maldita sea, te ha quedado muy lindo.

—Lo sé.

Me decidí maquillar con tonos marrones que combinan con el color castaño de mis ojos y definitivamente con el vestido rojo de infarto que adquirí gracias a Agus.

Ambos comemos a toda velocidad porque mi amigo tiene que salir en una hora de casa y el evento al que iré también comienza en una hora.

Me quedo mirando al espejo, mirando mi silueta desnuda. Viendo cada marca, cada espacio, mi piel levemente bronceada y prestándole más atención al tatuaje que adorna el centro de mi pecho, al medio de mis senos. Me lo hice con uno de mis primeros sueldos, recuerdo que mis padres estaban en contra de todo tipo de perforaciones o tatuajes en el cuerpo y yo me moría de ganas por tatuarme así que lo hice cuando me fui de su casa.

Sonrío recordando todo lo que pasé antes y lo libre que soy ahora.

Suspiro antes de vestirme rápidamente al escuchar a Agus decirme que ya voy tarde, aunque sepa que no es cierto.

—Llamaré a un taxi —aviso ya vestida y lista para irme.

—¿Taxi? Tu ni loca llegaras en un taxi con ese vestido y esos tacones, tú te iras en mi auto.

—¡¿Tú auto?! Estás loco... —niego con la cabeza alejando su mano en la cual me extiende las llaves.

—Tómalas y ándate, llegarás tarde.

—No Agus.

—Es tu cumpleaños, disfruta de todo esto por hoy, ya mañana te quejas.

—Agus...

—Confío en ti, ve y se la diva que eres.

Rendida, pero con una sonrisa tomo las llaves y me despido con un beso en la mejilla y un largo abrazo, murmurando una y otra vez miles de agradecimientos.

—¡Espera! —me lanza otras llaves— Si vas a tener un polvo con alguien, recuerda venir a mi apartamento ¿Está bien?, no llegaré hasta mañana y además prefiero que sea aquí porque hay más seguridad y así no habrá nadie acosándote en tu residencia en caso que sea una persona intensa.

—¡Eres el mejor!

—¡Lo soy! ¡Follate a un viejito millonario!

—¡Agus!

—¡Heather!

Niego divertida antes de suspirar mirando el lindo auto que tengo en frente mío.

—Bien, estoy lista —sonrío subiendo al auto y abriendo las ventanas mientras pongo música a todo el volumen para tomar ambiente.

Tú me quieres pero yo te amo

Esa es la verdad

Tu presencia aquí me está matando

Sentirte a la mitad

Me he cansado de intentar y no lograr

Que te vuelva a enamorar

Sé que no me quieres lastimar

Pero tengo que soltarte

Hoy te dejo en libertad

Canto a toda voz mientras siento como el aire choca con mi rostro, haciendo que el estrés de la semana desparezca y pueda sentir un poco más de tranquilidad.

Me hace más daño seguir contigo

Y ver que aun con mi calor

Tu sigas teniendo frío

Tú me quieres pero yo te amo

Esa es la verdad

Tu presencia aquí me está matando

Sentirte a la mitad

Me he cansado de intentar y no lograr

Que te vuelva a enamorar

Sé que no me quieres lastimar

Pero tengo que soltarte

Hoy te dejo en libertad.

La canción termina para empezar otra con una melodía completamente diferente, chillo acelerando un poco para adelantar al idiota que tengo en frente mío que va a menor velocidad de la está permitido en esta dirección.

—Oh por Dios ¡Mi canción!

I stay out too late

Got nothing in my brain

That's what people say, mhm, mhm

That's what people say, mhm, mhm

Comienzo a mover mi mano libre fuera del auto disfrutando de la música y esperando el mejor momento de la canción, moviendo mi cabello mientras detengo el auto al ver la luz roja del semáforo.

Hey, hey, hey

Just think while you've been getting down and out about the liars

And the dirty, dirty cheats of the world

You could've been getting down

To this sick beat

My ex man brought his new girlfriend

She's like, "Oh my God!"

But i'm just gonna shake

And to the fella over there with the hella good hair

Won't you come on over baby?

We can shake, shake, shake

Yeah, oh.

El sonido de una bocina siendo tocada insistentemente hace que caiga en cuenta que el semáforo ya está en verde y acelere dando vuelta a la calle hasta estacionarme al fin en el local donde se celebrara el evento de máscaras.

Las telas de seda negra decorando la entrada haciendo todo muy elegante hace que levante las cejas tomando mi mini bolso en el cual no entra ni una menta, acomodo el antifaz negro que conseguí junto a Agus y cierro las puertas del auto, asegurándome que todo esté completamente seguro.

Camino a paso lento y elegante hacia la entrada, contorneando mis caderas y disfrutando de la brisa chocando con mi rostro.

—Buenas noches señorita, su tarjeta de pase por favor.

Extiendo la pequeña tarjeta que vino con la invitación, mientras él la revisa.

—Bien, que disfrute la fiesta.

—Gracias —digo entrando al ascensor junto a un rubio que entra al mismo tiempo que yo.

Lo observo de reojo y me centro en ver la máscara que lleva puesto, es negra y cubre hasta su nariz, sus labios son los únicos que se pueden ver ya que los agujeros de los ojos tienen unas mayas que dificultan la visibilidad de lo hay dentro de ellas.

Cuando al fin el elevador se detiene trastabillo un poco y el hombre de mi lado toma mi hombro evitando que me caiga.

—Gracias —murmuro.

No responde así que cuando las puertas se abren, salgo rápidamente de ahí, admirando el lugar. No parece un evento elegante del todo, definitivamente esto parece un club de noche, pero con un ambiente un poco más tranquilo, más no aburrido.

Tampoco parece un evento donde haya viejitos, porque hasta ahora no he visto a ningún señor mayor. Solo he visto a hombres y mujeres que parecen ser jóvenes, o al menos por lo que puedo ver ya que las máscaras y antifaces dificultan eso.

Camino hacia la barra y me siento en el taburete blanco que hace contraste con la decoración.

—Me das un whisky por favor.

—A mí también me das uno y que sea doble—el hombre del ascensor se aparece a mi lado pidiendo un whisky.

El barman asiente sonriéndome y comenzando a servir las bebidas.

Cuando nos las entregan no demoro en probar un sorbo admirando todo el espacio, definitivamente no es un lugar en el cual disfrutaría, es decir tiene un leve ambiente a bar, pero a mí me gusta mucho más cuando el ambiente es divertido y alocado y esto está muy tranquilo.

Una canción que suena bailable comienza a reproducirse, así que sin vergüenza me empino el trago, levantándome de la mesa y caminando a la pista de baile donde, aunque no lo crea hay muchas personas bailando justo ahora que comenzó a sonar esa canción.

Contorneo mi cadera, pasando mis manos por mi cuerpo y cabello, sintiendo el ritmo y dejándome llevar por la música.

Las luces se apagan cuando comienzan a despegar destellos de colores haciendo que la pista se vuelva un poco más accesible a este tipo de baile.

Mis manos pasan por mi cintura mientras muevo mis hombros de manera suave.

Doy un respingo cuando escucho una voz cerca mío, muy cerca mío.

—Va sonar completamente a loco, pero ¿Has venido sola?

—¿Perdón? —pregunto girándome.

—Eres muy atractiva, no te veías muy cómoda aquí y tengo unas ganas inmensas de fo...

—Para empezar si lo que quieres es follar al menos pregunta mi edad, te imaginas que sea menor de edad ¿Cuántos años tienes?

—Pues sí, eso quiero y tengo 26 años.

—Genial, soy mayor de edad así que no te preocupes por ir a la cárcel.

—Vayámonos de aquí, no necesito saber tu nombre ¿Tienes auto?

—Vine por mi cuenta, sí.

—¿Te parece si vamos en tu auto?

—Pues bien —asiento tomando mi bolso y entrando al ascensor junto a él desconocido.

No he estado aquí ni dos horas y ya me voy.

Tomo mi móvil y escribo a Agus rápidamente.

Heather: Encontré a alguien.

Agus: ¡Eso! Eres una triunfadora, que te den como a cajón que no cierra ¡Suerte!

El rubio se acerca a un hombre de traje mientras yo lo espero, no sé de qué hablan, pero el hombre asiente antes de que el rubio camine hacia mí.

—Yo manejo —dice intentando tomar las llaves de mi mano.

—Claro que no —frunzo el ceño, aunque no me pueda ver.

No demoramos mucho subir al auto, el camino es rápido y silencioso.

—Bien. No nos quitaremos las máscaras y no datos personales. Después de follar cada uno seguirá su camino.

—Bien —asiento estacionando el auto rápidamente antes de bajar a toda velocidad junto a él desconocido y entrar al apartamento— ¿Cómo te llamas? —pregunto mientras entramos a la habitación de invitados que ya es como mía en esta casa.

—Dije que...

—Pensé que con datos personales te referías a lugar de trabajo y esas mierdas —volteo los ojos—. Dime tu nombre porque de verdad necesito comenzar con esto.

—No me gusta que me interrumpan —se pega a mi haciendo que mi pecho choque con la puerta cuando la cierro—, y me llamo Jayden —responde en un resoplido mientras arregla el bulto que se dibuja en su pantalón.

—Bien Jayden, yo me llamo...

—A mí no me interesa saber tu nombre.

Pues mejor.

—Bien, entonces a lo que viniste —le extiendo un preservativo con una sonrisa, lo toma antes de que su mano se cierre alrededor de mi cuello haciendo una leve presión que no me hace daño.

Hace que retroceda hasta quedar en el borde de la cama mientras baja lentamente el cierre de mi vestido, dejando mi espalda completamente desnuda.

Un escalofrío recorre mi columna cuando su mano pasa desde mi nuca hasta el final de mi espalda, posando su mano en mi trasero, haciendo que me acerque más a él. Sus labios pasan lentamente desde mi hombro desnudo, queriendo llevarse con ellos la tira de mi vestido, pero no lo logra.

—Acuéstate —ordena con voz fría.

—No me gusta que me den ordenes —mascullo sin hacerle caso.

—Esto no va a funcionar —su mano se posa en mi cintura ejerciendo un poco de presión, presión que hace que mil espasmos de excitación recorran todo mi cuerpo y sentidos—. Acuéstate y abre tus piernas para mí.

Sus manos se posan en las mangas de mi vestido antes de halarlas para abajo de manera brusca dejando caer la prenda hasta mis tobillos, exponiendo el conjunto de lencería negra que decidí ponerme.

Su dedo dibuja una linea imaginaria en la transparencia que deja a la vista mis pezones, deslizando su dedo hasta el centro de mis pechos, en el tatuaje que adorna este pedazo de piel.

Sus toques simplemente me calientan, no hay más, eso hacen.

—Acuéstate —susurra cerca de mi oído y como si nunca hubiera dicho que no me gusta que me manden, lo hago.

Me dejo caer en la cama, pasando mis manos por mis muslos.

Humedezco mis labios cuando quita su cinturón poniéndolo en el lado de la cama, como si fuera algo que utilizaremos luego.

No digo que la idea me desagrade, pero solo quiero un polvo rápido para quitarme las ganas y listo, así que no creo que el cinturón vaya a ser necesario.

Además, pienso echarlo cuando haya terminado, no quiero a un desconocido en casa de mi mejor amigo por más tiempo del necesario.

Quita su pantalón y baja su boxer dejando a la vista su masculinidad haciendo que mi boca se seque.

Nunca había visto un aparato tan grande.

Sus dedos se deslizan por mi feminidad completamente húmeda mientras su mano libre se vuelve a presionar en mi cuello.

Intento quitar su camisa, pero me detiene, alejándose de la cama y abriendo el preservativo que anteriormente le di. Desliza el condón por su longitud erecta, antes de tomarme por los muslos y levantarme, caminando a pasos lentos hacia la pared, chocando mi espalda con esta. Lo único que puedo ver de su rostro son sus labios, por lo que me centro en ver como se muerde el labio mientras se lleva mi pezón a la boca, haciendo que mis manos suban a su cabello, halandolo y disfrutando de la sensación.

El antifaz que llevo puesto me incomoda un poco pero no me lo quitaré, tampoco es que este haga que baje la temperatura del ambiente.

Un jadeo escapa de mis labios cuando se introduce en mi de manera violenta, chocando sus labios contra los míos de manera tosca mientras me aferro a sus hombros intentando no caerme, aunque él me tenga bien sujetada contra la pared.

Oh jodida madre, nunca me habían follado tan violentamente y nunca pensé que me gustaría que lo hagan de esa manera.

—Sigue así...

—No me gusta que me digan que hacer.

—Y a mí me gusta que me follen duro, así que sigue haciéndolo de la esa manera.

El sonido de nuestros cuerpos chocando hace que todo se vuelva mucho más sensual.

Y pensar que mis padres querían que entre a un convento de la religión.

—Más... —jadeo cuando me deja caer en la cama y se posiciona encima mío.

—¿Así? ¿Te gusta así? —pregunta cerca de mi oído moviéndose cada vez más bruscamente haciéndome llegar al maldito cielo con sus movimientos y toques.

—Carajo —mascullo llevando mis manos a mis pechos y estimulándolos.

El nudo que se forma en mi vientre me da aviso de algo que estoy esperando hace mucho, por lo que estoy aquí.

La habitación se llena de jadeos incontrolables mientras me arrasa el orgasmo, el desconocido se sigue moviendo dentro mío antes de dejarse caer en mi pecho cuando termina.

Mi respiración es agitada mientras miro el techo de la habitación. Sale de dentro mío y se deja caer a mi lado, yo no demoro en levantarme de la cama y caminar al baño para poder hacer lo que tengo que hacer.

Saco el antifaz para facilitar el enjuagado de mi rostro levemente sonrojado antes de ponérmelo nuevamente y salir de la habitación, esperando que el hombre ya se haya ido, pero me sorprendo al verlo acostado mirándome atentamente.

—¿En serio creíste que habíamos acabado? —pregunta.

—Sí, levántate, toma tus cositas y sal de mi casa —ni siquiera es mi casa—. Ya follé y eso era lo que quería así que gracias.

—A mí nadie me echa...

—Pues ya lo hago yo, vete —tomo su pantalón y su boxer antes de lanzárselos y abrir la puerta de la habitación—. Adiós —digo con una sonrisa.

El hombre se levanta de la cama, antes de tomar sus cosas y vestirse rápidamente.

—Esta mierda no ha acabado.

—Yo creo que sí, no sabes quién soy ni yo sé quién eres, así que te puedes ir —cierra su mano entorno a mi cuello antes de chocar sus labios con los míos de manera violenta.

Este hombre tiene un fetiche con el cuello, al parecer.

—Awww ¿Beso de despedida? —pregunto haciendo un puchero ridículamente falso.

El hombre niega lentamente con su cabeza y dibuja media sonrisa.

—Adiós.

Cuando sale de casa me quito el antifaz y camino al cuarto de baño para tomar una ducha completamente satisfecha y orgullosa de haber conseguido lo que quiera hacer esta noche.

Heather: Lo hemos logrado ;)

Agus: ¡Esa es mi mejor amiga! Mañana llego con el pastelito que prometí por tu logro. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro