14
La voz de Abel hace que cierre mis ojos y los vuelva a abrir rápidamente.
—Buenas noches —mascullo pasando junto a Jayden por el lado de Oliver quien aprieta las manos en puños al ver la mano del rubio en mi espalda baja incitándome a caminar y no retroceder, lo cual agradezco porque siento que saldré corriendo en cualquier momento.
—Hija... —mi madre se acerca a mí con una sonrisa mientras sus ojos se cristalizan.
—Hola mamá, hola Abel, feliz cumpleaños —saludo a mi padre que está detrás de ella.
—Abril.
—Heather —lo corrijo— Les quiero presentar a alguien.
Mi madre asiente esperanzada viendo al rubio de mi lado.
—Él es Jayden Harris, es mi pareja —sonrío un poco cohibida al sentir la mirada de mis padres y al ver como Oliver se acerca rápidamente a donde estamos.
—Un gusto Jayden... —mi madre no puede terminar de hablar porque Oliver habla.
—Abril —volteo mi rostro lentamente mirándolo con cara de pocos amigos, pero no le respondo—. Abril te estoy hablando —intenta tomar mi brazo, pero antes de que pueda rozar mi piel Jayden lo detiene y lo mira con tranquilad.
—No la toques —me sorprendo que su semblante es completamente tranquilo pero su voz suena amenazante, Oliver retrocede de inmediato y me acerco mucho más a Jayden.
—Vengan, no se queden ahí —nos habla mi madre con voz temblorosa—, los estábamos esperando para poder comenzar con la cena.
Asiento tomando la mano de Jayden y caminando junto a él al comedor, más grande que cuando yo vivía aquí. Tiene tantos asientos que me sorprendo al ver que se llenan todos por la cantidad de gente que no me di cuenta que habían venido.
Algunos hombres que trabajan junto a mis padres, los padres de Oliver, la jodida amante de Abel...
La miro a los ojos y ella me sonríe con superioridad, solo entorno los ojos.
Me duele tanto saber que mi madre sabe de esa mujer gracias a mí, pero nunca le dijo nada, nunca le reclamo, nunca hizo nada por miedo a las reacciones de Abel.
Miro a mi madre quien me mira fijamente. Puedo verlo, puedo saber "Todo está bien, no te preocupes" Muchas veces entendí sus miradas cuando ninguna podía hablar por miedo.
Suspiro centrándome en Jayden que ha estado siguiendo mi mirada, paso saliva y le doy una sonrisa que intenta ser tranquilizadora cuando su mano se posa en mi muslo mientras deja pequeñas caricias haciéndome estremecer.
Esto va muy rápido y no sé qué está pasando, además de solo follamos y...
Mejor pienso esto luego.
Mi padre levanta su copa, haciendo que todos centre su atención en él, incluidos Jayden y yo.
—Primero que todo agradecerle a cada uno de ustedes por estar aquí —pasa su mirada por toda la mesa y sus ojos se detienen en mi, niego lentamente al notar sus intenciones—, pero especialmente a Abril mi hija ¿La recuerdan? No creo, hoy después de cuatro años, cuatro cumpleaños míos, hoy especialmente se dignó a venir a celebrar ¿Verdad hija? —apreto mis puños bajo la mesa, pero me pongo alerta cuando siento como Jayden tiene la intención de levantarse de la mesa, mientras mira a mi padre con la mandíbula tensa.
—No —le murmuro negando—, déjalo, que se desahogue.
—No permitiré que haga eso —me responde de la misma manera.
—Por favor —respira profundamente antes de tomar mi mano.
—¿Verdad hija? —vuelve a preguntar Abel, con voz más fuerte.
Solo lo miro negando con la cabeza.
¿Saben qué? Al carajo todo.
—Si —respondo apretando la mano de Jayden—, hoy después de cuatro años me digné a venir ¿Quieren saber por qué? –pregunto sonriendo como si no pasará nada mirando a todos los del lugar, mi madre me mira negando con miedo impregnado en su mirada, solo por eso estoy a punto de detenerme, solo a punto porque sigo—. Bien, al parecer sí, se los contaré. Lo que pasa es que me largué de este lugar cuando cumplí diez y ocho, desde ese año no vengo por aquí, tan solo una vez por mes, por obligación, pero ¿Por qué paso todo esto? Bueno la historia es muy interesante, me fui de aquí, porque mi padre intento cubrir abusos por parte de mi ex pareja, trato de ocultar abusos no solo físicos, si no también psicológicos, intento hacer ver todo como una simple pelea de pareja, sin contar todas las cosas que tuve que pasar desde que era muy pequeña viviendo aquí, pero bueno no me quejaré porque cuando me fui de este lugar pude ser realmente feliz —mi padre me mira pálido, mi madre me mira con lágrimas cayendo por sus ojos y Oliver me mira como me miraba cuando estaba a punto de proporcionarme un empujón—. Aquí termino la bonita historia, no he venido por cuatro años porque no quería estar en un lugar donde conviven con mi abusador, y donde mi padre hace comentarios fuera de lugar contra mi cada que tiene oportunidad. Ahora si me disculpan ya vuelvo —tomo la mano de Jayden mientras silenciosamente pido que me siga, nos levantamos de la mesa y lo guio por los pasillos de mi casa, los recuerdo tan bien, paso por mi habitación hasta llegar al cuarto de baño, entramos y suelto su mano caminando y cerrando los ojos, intentando respirar continuamente—. Lo hice —murmuro.
Jayden asiente con una sonrisita surcando sus labios.
—¡Lo hice! —la felicidad cubre mi rostro y me acerco a Jayden abrazándolo con emoción—, lo dije, no todo lo que quería decir, pero si mucho y ¡Joder! Lo hice.
—Es genial Heather, de verdad lo es. No sé mucho sobre la relación con tus padres y eso, pero estoy orgulloso de que hayas podido expresar más de lo que sientes en frente a ellos.
—Gracias —murmuro separándome de su cuerpo y lavando mi rostro con poca agua para que el maquillaje no se arruine—, podemos volver —digo más tranquila tomando el pomo de la puerta, pero me detengo de inmediato haciendo que el cuerpo de Jayden choque con el mío.
No sé si quiero volver ahora mismo.
Miro la puerta blanca por unos segundos, el cuerpo del rubio no se ha separado del mío y justo ahora las palabras que dijo cuando vio mi vestido vuelven a mi mente haciendo que una ola de calor cubra mi cuerpo.
—Castaña ¿Estás...? —doy media vuelta y choco mis labios con los de él, su mano rápidamente se posiciona en mi cuello haciendo retroceder lentamente y que mi cuerpo choque con la pared y una sonrisa cubre mis labios en medio del beso cuando siento la presión de sus pantalones.
—¿Ya estás duro Jayden? —pregunto separándome con una ceja enarcada.
Me mira con la respiración acelerada mientras su mano deja caricias en mi cuello, justo en donde se encuentra el pulso.
—Puedo jurar que ya estás lista para mí —murmura pasando su mano libre por mis muslos.
Veo a Jayden caer de rodillas en frente mío y se me corta la respiración, sus manos no pierden el tiempo y rápidamente pasan por mis muslos, levantando el vestido con ellas, toma mis bragas y no las desliza, él no hace eso, él las rompe, sonriéndome en el proceso y guardándolas en el bolsillo de su pantalón.
—¿Qué haces...? —pregunto con la excitación cubriendo mi cuerpo entero.
—Follarte con mi boca —es lo único que responde antes de chocar su boca con mi feminidad.
—Carajo —jadeo arqueando mi espalda.
Toma mi muslo mientras yo tomo su cabello entre mis manos, incitándolo a seguir.
—No te detengas —pido cuando su boca abandona lo que tanto quiero que tome.
—Pasa tu linda pierna por mi hombro castaña.
Obedezco mientras el me guía, se toma su tiempo, besando mis muslos internos y posando sus manos en mi cintura, dejando pequeñas caricias, sus manos suben por mi cuerpo hasta llegar a las finas tiras de mi vestido y bajarlas, junto a las copas de mi vestido, sus dedos comienzan a masajear mis pechos haciendo que de mis labios salgan muchas maldiciones.
Mis ojos se llenan de lágrimas por pura excitación, joder.
—Rubio... —un jadeo escapa de mis labios, lo intento acallar porque bueno, estoy en el baño de casa de mis padres.
Una de sus manos baja por mi muslo para poder llegar hasta mi feminidad, estimulando con sus dedos mientras su boca también hace su trabajo.
—Más —pido mientras mis manos juegan con su cabello incitándolo a no detenerse, quiero que siga, quiero disfrutar de esto, quiero que me toque y quiero que me haga suya.
Cuando en mi vientre se forma un nudo, inclino mi pelvis buscando mucho más contacto, sus dientes muerden mi clítoris levemente haciendo que muerda mi mano para no soltar ningún sonido que se pueda escuchar.
—Jayden, voy... voy a...
—Córrete en mi boca castaña —sus palabras hacen que blanquee mis ojos y un jadeo salga de mis labios mientras llego a mi liberación.
Mi respiración acelerada junto a la de él se coordinan, Jayden se levanta del piso mientras veo como su pecho sube y baja, mis ojos bajan por su cuerpo hasta llegar a la presión de su pantalón, me acerco, pero me detiene besando mis labios al ver mis intenciones.
Separa sus labios de los míos para hablar.
—Ahora no, no podemos tardar más castaña, a mí me importa una mierda, pero no quiero que digan nada que te haga sentir incomoda, tenemos todo el tiempo del mundo para seguir —asiento entiendo a lo que se refiere.
Cuando estoy por responder doy un respingo al escuchar la puerta siendo tocada insistentemente.
—Abril abre la maldita puerta, sé que estás aquí —la voz furiosa de Oliver hace que frunza el ceño y mire al rubio.
Acomodo mi vestido como puedo y miro a Jayden esperando que me dé la afirmación de que también está listo para poder salir, asiente y abro la puerta de un solo golpe mirando al idiota que tengo en frente.
—¿Qué quieres? —pregunto de manera tosca.
Sus ojos pasan por todo mi rostro, parece encontrar algo porque me mira de manera burlesca y grosera.
—Tus ojos están llorosos —dice con burla—. ¿Él también te hace llorar? Y tanto que te quejabas de mí.
—No te compares con él Oliver, nos son para nada parecidos. Tú me hacías llorar de dolor, él me hace llorar de placer —digo con una sonrisa triunfadora al ver como su rostro se contrae en muchas emociones, escucho la risita de Jayden antes de sentir sus labios en mi mejilla, dejando un beso rápido.
—Maldita hija de pu... —cuando la mano de Oliver está a punto de chocar con mi mejilla puedo ver como Jayden se le va encima dejándolo caer en el piso.
—Vuélvelo a decir imbécil, vuelve a intentar decirlo y te juro que no dudaré en meterte un tiro en la cabeza.
Mis ojos se abren con sorpresa y retrocedo cuando el rubio se separa del inservible que está en el piso tirado mirándonos con odio.
Jayden se vuelve a mi tomando mi mano e intentando que caminemos de vuelta, pero estoy helada, todo paso tan rápido que no he tenido tiempo para procesar que está pasando ahora mismo.
—Vamos castaña —asiento siguiéndolo, pero me detengo cuando Oliver toma mi brazo de manera brusca.
—Nos volveremos a ver y te aseguro que te joderé la vida —evito que Jayden se le vaya encima nuevamente y me suelto bruscamente del toque de Oliver avanzando con el rubio hasta el comedor nuevamente donde todos nos miran con confusión.
Tomamos asiento en nuestros anteriores lugares mientras todos no siguen con la mirada sin decir nada.
Las personas que ayudan en casa de mis padres llegan con los platos y comienzan a servir la comida. La cena pasa más tranquila, aunque todo el mundo me mira de vez en cuando, pero la mira matadora, en el mal sentido, se la gana mi padre, quien me mira con completo enojo, con la mandíbula tensa y los ojos como si se fueran a salir de su lugar.
Lo ignoro claramente mientras escucho las conversaciones que mantiene con las personas de la mesa.
Mi madre cambia el lugar con la mujer que estaba a mi lado y me mira con una sonrisa.
—Bien, puedo decir que no esperaba que pongas a tu padre en su lugar así —dice en voz baja de manera en la que solo Jayden y yo la oímos.
—No iba a permitir que se ponga como víctima —mascullo.
—Lo sé y es increíble que lo hayas eso. Yo quisiera que uno de estos días que estés libre poder hablar, en una cafetería si así lo prefieres...
Asiento lentamente.
—Claro... —digo, quiero saber qué es lo que me quiere decir—, el domingo tengo libre —agrego jugando con los dedos de Jayden con nerviosismo, agradezco que no me aparte porque estoy segura que no podría estar haciendo esto sola, o quizás sí pero no con la seguridad con la que lo estoy haciendo ahora.
—¿En la tarde? —pregunta lentamente como si en cualquier momento me fuera a arrepentir.
—En la mañana —en la tarde se supone que le diré a Andrew para que vaya al apartamento.
—Bien... —carraspea—, entonces hablamos para coordinar luego.
—Sí, está bien.
—¿Y no me lo presentarás bien? —pregunta señalando con la cabeza a Jayden.
Intento no reír.
—Sí, él es Jayden mamá, es mi pareja.
El rubio la mira.
—Un gusto —responde con su gesto habitual extendiendo su mano.
—El gusto es mío, espero seas un buen muchacho y que no le hagas daño...
—Mamá —mascullo.
—Nunca le di esta charla a Oliver y mira como acabaron, cariño, por favor no dejes que te vuelvan a hacer daño, ya no más.
—Se cuidarme y no permitiría que nadie me haga más daño.
Asiente.
—Pareces ser un buen muchacho Jayden, cuídala ella merece lo mejor del mundo.
Paso saliva apartando la mirada y centrándola en mi plato de comida.
—Hablamos mañana hija.
Asiento sin decir nada, se levante y se vuelve al lugar al lado de Abel.
La noche pasa y juro que no tengo ganas de seguir aquí.
—¿Podemos irnos? —pregunto a Jayden, el asiente.
—Claro que sí, eso lo decides tú.
—Pues creo que nos vamos entonces —sonrío un poco—, estoy cansada.
—Bien, vamos.
Nos acercamos a mis padres.
—Nos vamos —digo simplemente—, buenas noches.
—Tú y yo tenemos que hablar, eres una irrespetuosa —masculla mi padre y yo lo ignoro.
—Adiós mamá, adiós Abel.
—Que pasen buena noche —se despide Jayden antes de que ambos caminemos hacia el lugar donde estaciono el auto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro