Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13

—Vaya, al parecer hoy no follaremos —digo con un puchero falso, divertida.

Jayden nota que estoy bromeando y niega divertido estacionando el auto frente a el apartamento donde vivo.

—Muchas gracias —sonrío acercándome para dejar un beso en su mejilla, pero este mueve su rostro rápidamente haciendo que mis labios choquen con los suyos y sus manos sin perder el tiempo suben a mi nuca haciendo que no pueda separarme.

Tampoco es como si hubiera querido separarme la verdad.

Sus labios se mueven encima de los míos y poco a poco le sigo el ritmo mientras siento como me incita a sentarme en su regazo.

—No... —jadeo, separándome—, tienes cosas que hacer y yo igual así que nos vemos luego... —golpe su pecho riendo cuando intenta volver a besarme.

Abro la puerta del copiloto y bajo del auto.

—Nos vemos mañana castaña —dice mirándome con media sonrisa.

—Nos vemos mañana rubio —cierro la puerta arreglando mi cabello y entrando rápidamente al apartamento.

Agus me mira divertido, con una ceja enarcada.

—Cuéntame todo querida Heather.

—Solo follamos —me encojo de hombros dejándome caer a su lado en el sillón.

—Joder... ¿Sigues follando con tu jefe? Eso es muy cliché, no me digas que quieres recrear una escena de alguno de esos libros que lees.

—Sí, quiero vivir mi vida como un libro, por eso follo con mi jefe.

—No me extrañaría ¿Es exclusivo?

Frunzo el ceño.

—No lo creo, solo la pasamos bien de vez en cuando, que folle con quien quiera y listo.

—Mhm..., Solo ten cuidado...

—¿Cuidado?

—Ya sabes, si es sin compromiso encárgate de cuidarte, el corazón y cuerpo querida amiga ¿Llevas algún método anticonceptivo?

—Follamos con condón Agus, no soy tonta.

—¿Y quién te dijo que el condón es cien por ciento efectivo?

La pienso por un momento antes de poner cara de horror.

—Vale, mierda. Tienes razón y ya me dio miedo. Tengo que agendar una cita con la ginecóloga.

—Como soy un increíble amigo quiero que sepas que mi madre conoce a una muy buena, te pasaré su número.

—Bien, gracias.

—No hay de qué.

Mi amigo saca su móvil y el mío no tarda en sonar, lo reviso y asiento al ver que me ha enviado el número.

—¿Agendaras la cita ahora mismo?

—Es la idea.

Asiente mirando la televisión atentamente mientras yo me encargo de repasar lo que diré.

—Buenas noches ¿Con quién hablo? —una voz femenina responde la llamada y respiro antes de hablar.

—Buenas tardes, Heather Levine un gusto...

—Buenas tardes Heather, soy la doctora Mendez.

—Un gusto, bueno quería agendar una cita para ginecología, quería saber qué día podría asistir.

—Claro, dame un segundo.

—Está bien.

Comienza a sonar una canción relajante antes de que me vuelvan a la linea.

—El día de mañana en la tarde tengo un cupo, a las cuatro y media ¿Te parece bien?

—Si claro, estaré ahí. Muchas gracias.

—Genial, nos vemos señorita Levine.

Cuelgo la llamada y Agus me mira esperando que cuente el chisme.

—Mañana, a las cuatro y media.

—Tienes que pedir permiso en el trabajo.

—Es cierto, mañana hablo con Jayden.

—¿Te pedirá una follada a cambio de dejarte ir?

—No seas idiota.

—Era broma.

Niego divertida mientras seguimos conversando, el día se pasa volando y no hacemos mucho realmente, cuando cae la noche decido que es hora de dormir porque mañana tengo muchas cosas que hacer y no puedo tomarme la libertad de llegar cansada al trabajo.

• • • • • •

—Buenos días Ana —saludo con una sonrisa.

—Buenos días Heather, tu café ya está en tu oficina.

—¿Mi... café? —pregunto sin saber a qué se refiere.

—El señor Harris me pidió que de hoy en adelante le lleve un café todas las mañanas, capuccino —¿Cómo se supone que sabe el café que tomo? — por favor me dice si está bien la cantidad de azúcar.

—Bien... gracias Ana —agradezco aun extrañada—, pero por favor no te preocupes, hoy está bien pero ya no me lleves el café a mi oficina, yo siempre paso comprando el mío —levanto mi envase con café—, así que no hay problema, ya hablaré yo con el señor Harris.

—Está bien —asiente, me despido antes de subir al ascensor y marcar el piso de la oficina de Jayden.

—Vaya, estos si son buenos días —saluda cuando entro a su oficina.

—Buenos días, dos cosas. Primero es que quiero pedir permiso para ausentarme por un par de horas a las cuatro de la tarde, tengo una cita médica y es necesario que asista.

—Bien, no te preocupes ¿Estás enferma?

—Solo es un chequeo mensual que tengo.

—¿Puedo saber de qué?

Rubio chismoso.

—Tengo que ir al ginecólogo Jayden.

—Oh, bueno...

—Si eso.

—¿Y eso por...?

—Jayden, estoy follando y no quiero correr ningún riesgo de embarazo, así que he decidió llevar un método anticonceptivo, nada más. Es eso.

—¿No quieres que te acompañe? Es decir, bueno... con quien estás follando es conmigo.

—No creo que sea necesario, además solo será una charla con la doctora y luego algo que me recetaran nada más.

Asiente no muy convencido y yo hablo.

—La segunda cosa es que por favor no mandes a Ana a comprarme café y que me lo lleve a mi oficina. Yo hago eso por mí misma así que solo eso. Gracias por la intención, pero no me gusta que hagas eso.

—¿Por qué?

—Porque lo puedo hacer por mí misma.

Suspira.

—Bien.

—Solo es eso, iré a trabajar a mi oficina, nos vemos.

—Heather —habla antes de que me pueda ir.

—Dime.

—¿Sigue en pie lo de que te acompañe en la noche?

—Sip.

—Vale.

Ahora si salgo de su oficina y me dirijo a mía para avanzar con todo el trabajo que pueda hasta que tenga que ir donde la ginecóloga.

• • • • • •

Termino de enviar algunas cosas que Jayden me encargó y tomo mi bolso y mi móvil antes de salir de la empresa, tomando un taxi y dirigiéndome a el consultorio de ginecología donde me atenderán.

No tardo en llegar he ingresar a la sala donde está la doctora Mendez, quien me sonríe con amabilidad invitándome a sentarme. Comienza haciéndome una charla que relaja el ambiente y me hace sentir cómoda.

—Bueno Heather, como sabes tengo que hacerte algunas preguntas que son parte del proceso así que te pido que respondas con completa sinceridad para poder tener mejor manejo a la hora de elegir el método anticonceptivo que mejor se puede adaptar a ti.

—Bien —asiento.

Comienza haciendo preguntas sobre mi periodo y algo de mi estilo de vida, si soy vegetariana, vegana o llevo algún estilo de vida de esa manera.

—¿Mantienes relaciones sexuales actualmente?

—Si.

—¿Cada cuánto?

—Últimamente ha sido muy seguido.

—Bien —revisa su hoja donde está apuntando mis respuestas.

—Tienes horarios definidos en tu vida diaria.

—Si.

—Bien, todo parece ir bien, por rutina tenemos que hacerte algunos exámenes de sangre, ya sabes.

Asiento.

—¿Has tomado pastillas anticonceptivas antes?

—No.

—Tendrás que comenzar con este tratamiento para ver cómo te va con el ¿Te parece? Bien, pues ahora mismo puedes hacerte los exámenes de sangre mientras yo voy por las pastillas, luego que vuelvas te explicaré como las tomarás y los horarios.

—Bien, muchas gracias.

—No te preocupes.

Me guía fuera de la sala para llevarme a otra donde una enfermera se encuentra, indicándome que aquí será donde me sacaran sangre.

La enfermera lava sus manos y las desinfecta antes de hacer lo mismo con la parte de mi brazo que pincharan, cierro los ojos cuando conecta la aguja con un pequeño envase donde se acumulara la sangre y me intento centrar en mis pensamientos, el pinchón no se hace esperar así que muerdo mi labio.

—Listo.

—¿Listo?

—Sí, llevaré esto a revisión para que puedan darte tus análisis en un momento, por ahora puedes ir con la doctora Mendez.

—Bueno, gracias.

Vuelvo al consultorio de la doctora, quien me espera con una sonrisa y me extiende unas cajas de pastillas.

—Dentro vienen como en un horario, pero igual lo explicaré. Aquí, en cada caja viene 28 pastillas, las cuales tienes que tomar diariamente ¿Vale? —asiento—, pues tienes que tomarlas casi a la misma hora para que de esa manera tengan el resultado que deseas, es decir prevenir un embarazo.

—Entiendo.

—Bien ahora te recomendaré algo ¿Tienes alguna actividad que haces diariamente? Una que pase lo que pase siempre la haces.

—Ir a por café en la mañana antes de ir a mi trabajo.

—Bien, esa será tu actividad ¿Lo haces a una hora especifica?

—Lo suelo comprar entre las siete y media o siete cuarenta.

—Ese será tu horario para tomarla, si se te hace más fácil pones una alarma en tu móvil y listo.

—Bien, muchas gracias ¿Eso es todo?

—Si claro, en tres meses tienes que volver para poder ver cómo vas con las pastillas.

—Vale, si eso es todo muchas gracias. Nos vemos.

—Nos vemos —salgo del lugar con las pastillas en mi bolso y tomo un taxi para volver a la empresa.

Bajo del taxi y el reloj marca las seis y cuarto así que me apresuro a entrar a la empresa para subir a mi oficina y seguir con mi trabajo.

• • • • • •

—¿Estás lista? —pregunta Agus mientras me miro al espejo.

—Sí, solo siento que falta algo... —muerdo mi labio repasando como me veo.

—Labial rojo.

—Eso es —asiento sonriendo, tomo mi labial y lo pongo por mis labios, el timbre suena y mi mejor amigo me mira sonriendo.

—Termina de arreglarte, yo voy.

—Vale.

Agus sale de mi habitación y escucho la puerta principal abrirse y la voz de Jayden saludando.

No tardo en terminar de arreglarme, me miro al espejo repasando mi atuendo por novena vez. El vestido blanco corto y los tacones hacen que cada curva de mi cuerpo se marque, mi piel levemente bronceada hace matiz con el vestido y el labial. Suspiro y tomo mi bolso para salir y encontrarme a Jayden y mi amigo conversando.

—Hola —murmuro acercándome hacia ellos.

La mirada seria de Jayden cambia cuando sus ojos se centran en mí y sonrío al notar sus ojos centrados en mis piernas.

—Nos podemos ir —el rubio asiente levantándose de su lugar y acercándose a mí. Mi amigo lo mira con los ojos entrecerrados cuando se acerca a mi oído.

—No sabes lo dura que se me ha puesto por tan solo pensar en las mil maneras en las que te follaré con ese vestido puesto —paso saliva sintiendo mis piernas temblar.

—Bien... —carraspeo cuando puedo sentir como mis mejillas arden—, nos vamos. Nos vemos Agus —abrazo a mi amigo antes de salir del apartamento junto a Jayden.

—Estás roja —comenta riendo mientras yo empujo su pecho intentando aliviar el color de mis mejillas.

—¿Cómo dices eso en frente de mi amigo? —mascullo.

—Valió la pena, verte así de roja me gusta, además de que estoy segura que ya estás muy húmeda.

Entorno los ojos antes de que podamos subir a su auto, me detiene.

—Creo que falta algo.

—¿Qué?

—No me has besado Heather.

—¿Y por qué no lo haces tú? —lo reto acercándome hacia él, haciendo que nuestros cuerpos choquen.

—Porque si lo hago yo terminaremos en la parte trasera de mi auto.

—¿Y acaso yo dije que no quería eso?

—Bésame Heather.

No digo más y me acerco, estirándome un poco para poder tocar sus labios, rápidamente sus movimientos guían las míos mientras me aferro a su camisa. El lugar y la hora me dejan de importar cuando su mano baja por todo mi cuerpo hasta llegar a mi cintura para acercarme más a él.

Siento sus labios separarse de los míos y respiro profundamente para fijarme en sus ojos, que me miran con una intensidad que me hace jadear.

—Creo que nos tenemos que ir —murmuro.

—Si —asiente antes de dejar un beso rápido en mis labios y separarse de mí, caminando hacia el auto así que lo sigo.

Vaya, no sé ni siquiera a que vamos con esto, pero tampoco preguntaré. Solo se me hace raro tener este tipo de muestras de afecto si solo follamos.

Aunque no me molesta.

Se pone en marcha mientras yo saco mi móvil revisando algunos mensajes que tengo pendientes.

Mi madre pidiéndome que vaya.

Agus diciéndome que no me olvide de usar preservativo.

Andrew diciendo que tenemos que reunirnos para emborracharnos.

Niego divertida apagando la pantalla y centrándome en el camino, mejor dicho, centrándome en Jayden conduciendo. Una de sus manos fijada en el volante, su postura, su camisa negra arremangada sutilmente hacen que reprima un suspiro que está a punto de escapar de mis labios.

—¿Qué tanto miras? —pregunta dándome una mirada rápida.

—Nada —respondo rápidamente fijándome de nuevo al frente.

—Estabas mirando, casi babeabas.

Entorno los ojos ignorándolo.

—No me ignores.

Lo ignoro.

—Heather.

Lo ignoro.

Él bufa y ahora si lo miro.

—¿Qué?

—Nada.

—¿Qué?

—Sabes lo sexy que te ves así.

—¿Así cómo?

—Así sin más, tu simple existencia hace que se endurezca la polla.

—Vale —enrojezco de inmediato procesando sus palabras.

El ríe y yo solo lo miro con mala cara, no decimos mucho más hasta que llegamos a la casa de mis padres.

Suspiro antes de asentir levemente, él lo toma como un "Ya podemos avanzar"

—Primero tenemos que pasar por aquí —murmuro señalando las rejas que llevan al patio donde podemos estacionar el auto.

—Bien —pone el auto de nuevo en marcha y se estaciona a centímetros del pequeño timbre que debo tocar, estiro mi mano por la ventana del auto y toco el pequeño botón, la voz no tarda en llegar a mis oídos.

—Buenas noches, residencia Levine ¿Con quién tenemos el gusto?

—Buenas noches, Heather Levine Wilson —hablo mientras apreto mis dedos entre mis manos intentando aliviar mi ansiedad.

La comunicación se corta y no tarda en salir un hombre en traje quien me sonríe con amabilidad.

—Buenas noches señorita Levine, puede pasar. Que pasen buena noche.

—Gracias —respondo antes de indicarle a Jayden que avance— ¿Es muy tarde para dar media vuelta he irnos? —pregunto cuando siento el temblor de mis manos. Olvídalo —bufo—, no entiendo porque estoy tan nerviosa.

—Relájate —su mano se posa en mi muslo mientras estaciona el auto al lado de los otros que hay en el lugar.

Comienzo a respirar pausadamente intentando que el pánico no se apodere de mí, aunque sé que en cuanto vea a mis padres conviviendo con el idiota de Oliver como si nada querré vomitar.

Ambos bajamos del auto y antes de poder avanzar lo detengo.

—Espera... espera, espera —pego mi frente a su pecho— Yo puedo, yo puedo... —repito en voz baja una y otra vez—, mierda no puedo —intento volver al auto, pero Jayden me detiene, sujetando mi brazo de manera delicada evitando que pueda seguir caminando.

—Yo estaré ahí dentro contigo ¿Vale castaña? Relájate y ten por seguro que si a alguno de los que están ahí se les ocurre decir algo fuera de lugar no dudaré en reventarles la cabeza, no me importará quien carajo sea.

—Va-vale, solo espera necesito mentalizarme para ver cómo le revientas la cabeza a todos —digo lanzando una risa seca al saber que absolutamente todos tienen algo fuera de lugar que decir sobre mí.

Toma mi mano incitándome a caminar y me relajo al sentir la calidez de esta, no tardamos en llegar a donde están celebrando el cumpleaños de Abel, a penas damos un paso dentro del lugar las miradas se fijan en nosotros, apreto la mano de Jayden y el pasa su mano por mi cintura brindándome seguridad.

—Vaya, vaya... Miren quien decidió aparecer por aquí. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro