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9. ¿Mi novio?

Magnus POV

Desde el sábado, no le podía sacar de mi cabeza. Era como si le pertenecieran todos mis pensamientos. Soñé mucho más con el. Acerca de nuestra maravillosa cita y nuestro mágico beso. Cuando le besé fue como si chispas volaran entre nosotros. Maldición, incluso pude ver fuegos artificiales detrás de mis ojos cerrados. Nunca me sentí así antes. Ninguna de mis anteriores parejas me había hecho sentir esta calidez en mi corazón como Alec. Cada vez que le veía sonreír. Cada ves que le hacia sonrojar mi corazón se agitaba. Cada vez que me veía a los ojos sentía mariposas en mi estomago. Cada vez que se acercaba, mis rodillas se debilitaban. Él me hacia sentir todas esas increíbles cosas. Y tenía que admitir que estaba asustado, pero al mismo tiempo, quería sentir más. Porque creo que me estoy comenzando a enamorar de Alexander.

– Magnus, cariño, despierta. – Hubo un fuerte golpe en mi habitación antes de que abrieran la puerta – Cariño ya son... – Me miro de forma extraña y en shock. Bueno, no podía culparla, eran las siete de la mañana y yo ya estaba completamente maquillado y vestido. Listo para irme en cualquier momento. Pero tenía una razón para estar arreglado tan temprano. Necesitaba llegar al escuela lo antes posible, quería ver a Alec antes de clase. – ¿Porqué estás vestido tan temprano? –

– Porque si. No hay ninguna razón. – le sonreí radiante y solo se rió.

– Tengo el presentimiento – comenzó, sonriéndome mientras se sentaba a mi lado en la cama. – Que esa razón se llama Alec Lightwood. –

– ¿Es tan obvio? –

– Nah... – agarró mis manos entre las suyas. – Pero te vi la noche pasada, cuando llegaste de tu cita. Estabas tan feliz y animado... no te había visto así desde hace un tiempo. – simplemente le sonreí. – Te gusta mucho ¿verdad? –

– Si mamá... creo que nunca me había sentido así – puso su brazo alrededor de mi. – Nunca había caído tan rápido por alguien... ¿es normal? –

– Mi bebe... el amor no es algo que puedas prever – replicó – Es diferente con cada persona. –

– Mamá, no estoy enamorado de Alec... al menos no aun... quiero decir... ¿cómo puedo saber siquiera si lo amo? –

– A su tiempo lo sabrás. –

En ese momento sonó el timbre. Corrí bajando las escaleras y tomé mi desayuno y me dirigí a fuera para ver a mi mejor amigo.

– ¡Hola hombre! – nos abrazamos como siempre y fuimos hacia mi coche. – Gracias por el aventón. Papá decidió descomponer su coche justo ahora. –

– No hay problema Rags. Además, ya extrañaba manejar. – prendí el motor y nos fuimos.

– ¡Woah hombre bájale a al velocidad que vamos chocar! –

– Lo siento– puse mi pie en el freno y bajé la velocidad.

– ¿Porqué tan ansioso por llegar al escuela? –

– ¡No estoy ansioso! – exclamé, deteniéndome en el semáforo en rojo.

– Si, si lo estas. – golpeó mi hombro cuando se puso el verde. Aceleré. – Ah... que tonto soy... estás ansioso por ver a tu maravilla de ojos azules. – simplemente le sonreí. – Así que, mi querido amigo brillante ... ¡habla! ¿Qué paso antes de que llegaran al restaurante y después? – me guiñó un ojo.

– Fue todo maravilloso. – dije mientras salíamos del coche. Cate y Tessa nos saludaron mientras venían hacia nosotros. – Hola chicas – intercambiamos besos en la mejilla.

– ¿Cómo te fue? – comenzó Cate. – No me llamaste en todo el domingo. Pensé que algo había pasado. –

– Nada pasó – repliqué – pasé todo mi domingo masajeándome con Alexander. –

– Oh... – esta vez habló Tessa – Ahora. El sábado, ¿cómo estuvo? –

– Perfecto. –

– Oh chico – gruñó Ragnor – Lo hiciste... ¡Le saltaste encima en la primera cita!. –

– ¡Claro que no! – me defendí – Solo... solo nos besamos. – no pude evitar sonreír por el recuerdo que cruzó mi mente con esas palabras. Una vez más, me vi a mi mismo en la entrada de la casa de Alec, presionando mis labios con los suyos. – Y fue increíble... maravilloso... perfecto. –

– ¡Chicas! Tenemos un asunto serio por aquí. – la voz de Ragnor me sacó de mis pensamientos. – ¡Nuestro chico brilloso se ha enamorado! ¡Alerta para todos! ¡Va estar súper meloso con todos! ¡Que dios nos ayude! –

– Cállate idiota. – Cate le golpeó en la cabeza, mientras yo le mostraba mi lengua.

– ¡Ouch! ¡Me has lastimado mujer! ¡Eso es violencia domestica! – Tessa soltó una carcajada igual que yo.

– Te mostraré lo que es violencia domestica cuando pateé tu trasero – se detuvo y me volteó a ver. – Vamos. –

Cate agarró a Tessa y Ragnor de sus mangas y les indicó que la siguieran. Volteé mi mirada y le vi bajándose del auto junto con sus hermanos. Lentamente se dirigieron hacia la entrada cuando Alec cruzó su mirada con la mía. El sonrojo en sus mejillas fue verdaderamente adorable. Le salude con la mano y el saludo de vuelta, sonriendo tímidamente. Luego Isabelle le dijo algo y Jace giró los ojos. Los menores Lightwoods se fueron hacia la escuela mientras Alec se quedó en la entrada. Lo rápido que llegué a la entrada me sorprendió hasta a mi.

– Ho... hola – murmuró tiernamente.

– Hola cariño – le quería besar en ese momento, pero recordé que Alec aun estaba en el closet en la escuela. Así que simplemente tomé su mano y nos dirigimos dentro de la escuela.

– ¿Podemos... vernos en el desayuno... afuera... para... para hablar? – murmuró.

– Claro cariño – ambos entramos a la clase de Ingles. Ahora, no podía esperar para la hora de desayuno.

*

Estaba sentado impacientemente en cada clase de la mañana. No podía dejar de pensar en lo que Alec quería hablar. ¿Quería rechazarme? ¿No le gustó nuestra cita? Me estaba volviendo loco, cuando la maestra de química puso nuestros exámenes en frente de nosotros. Quizá quería un tiempo con lo que fuera que estuviera pasando entre nosotros. Eventualmente me enfoqué en el examen y conteste tantas preguntas como pude, antes de que sonara la campana.

Finalmente era la hora del desayuno. Todos salieron de los salones y yo fui directamente hacia fuera. Pronto Alec se me unió y entramos al auto.

– Así que... – finalmente conseguí el coraje para hablar. – ¿De qué querías hablar? –

– Acerca del sábado – dijo suavemente. Trague duro, porque estaba un poco asustado de lo que pudiera decirme.

– ¿Qué... qué hay de eso? –

– No se lo que significó– soltó, poniendo sus rodillas en su pecho.

– ¿Qué quieres decir? – pregunté cautelosamente, sin querer asustarle por preguntarle lo que quería decir.

– No se que pensar... esto es nuevo para mi... yo nunca... esa fue mi primera cita... y beso... – dijo divagando.

– ¿Te gustó la cita y el beso? – asintió lentamente, y yo respiré aliviado. Puse mi mano sobre la suya, y mirándole directamente a los ojos, las entrelacé. – A mi también me gusto, nuestra cita y ese maravilloso beso. –

– ¿Pero que significa? ¿Ahora qué? No se que hacer, o que decir... que...–

– Cariño, relájate. Solo somos tu y yo. Habla de lo que quieras conmigo, yo no te voy a juzgar, solo porque no sabes como actuar. – le sonreí, intentando hacerle sentir mejor. Tímidamente me sonrió de vuelta, fijando su vista en nuestras manos entrelazadas. – Realmente me gustas Alec. –

– Tu también me gustas – su voz salió baja pero con confianza.

– Y eso es lo que importa cariño. – Apreté su mano haciendo que me volteara a ver. Con mi otra mano tome cuidadosamente su mejilla y él lentamente se inclino hacia mi mano. De forma insegura se inclino hacia mi, encontrándonos a la mitad del camino. El beso fue lento y dulce. Incluso si hubiera querido extenderlo, no podía. Alec aun era nuevo en esto, y no quería que sintiera que tenia que hacer algo con lo que no se sentía seguro. Pero fui yo el sorprendido, cuando Alec puso sus manos detrás de mi cuello. Cuidadosamente puse mi mano en su cadera, sin hacer otro movimiento. Eventualmente nos separamos, mirándonos ruborizados. Alec más que yo. – Eres excelente en besar. –

– No lo soy – murmuró mientras se sonrojaba.

– Lo eres – le sonreí un poco.

– Así que... ¿qué significa? ¿qué estamos haciendo Magnus? – tomó una respiración profunda antes de hablar de nuevo – Somos... dios no se como decirlo...–

– Entonces quizá yo deba hablar – Alec asintió. – Como ya te dije, realmente me gustas Alec ... y ... yo... no me he sentido así por mucho tiempo... de hecho nunca he sentido algo así, tan fuerte y rápido como contigo. – Se sonrojó otra vez. – Y también me asusta, pero aun más, me siento emocionado y feliz de sentirlo... tu no eres como mis anteriores parejas... tu me haces sentir bien. Lo que intento decir es que me gustaría intentarlo contigo... intentar construir una relación. Claro, si tu también lo quieres. –

Hubo un largo silencio entre ambos. Mi corazón latía rápidamente y mi mente no paraba de girar. Solo quería saber en que pensaba. Con cada segundo que pasaba me preparaba a mi mismo para un rechazo épico. Y ese sería la primera vez en mi vida. Finalmente, después de mucho tiempo, Alec habló con voz temblorosa.

– Me gustaría intentarlo también... pero – no me miraba a los ojos, como si estuviera asustado de mi. – Yo... yo... simplemente no le puedo decir a toda la escuela. No... no podría manejarlo... lo siento. –

– Alexander, mírame – puse mi dedo de en medio en su mandíbula y la elevé, haciendo que me mirara a los ojos. – Se como te sientes. Yo estuve en tu posición algunos años atrás. Lo entiendo. Se que es difícil salir del closet, pero estoy dispuesto a esperar por ti. Esperaré hasta que estés listo. Y cuando lo estés, estaré a tu lado en cada paso del camino. – Le besé la palma de la mano. – No te voy a presionar para que le digas a toda la escuela. Pero aun así quiero estar contigo. No me importa quien lo sepa. Solo quiero estar contigo. ¿Y tú? –

– Si – murmuró – También quiero estar contigo. –

– Entonces Alexander Lightwood – exclamé feliz – Hay que volver a la escuela. –

Entramos al escuela, no tomados de la mano, pero si demasiado cerca uno del otro, tan cerca que podía frotar su mano. Cuando estuvimos frente a la puerta, le sonreí genuinamente a Alec.

Después,entré a la escuela con mi novio.

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