Alec POV

La semana pasada fue una de las más raras de toda mi vida. También, fue mi primer semana de tutorías con Magnus.

Casi todos los días, después del escuela, íbamos a mi casa, o a la biblioteca a estudiar. Y tenía que decir que era realmente un buen estudiante. Escuchaba y hacia todo lo que le decía. Estaba mejorando, eso era obvio. Y estaba bien.

Pero lo que era raro, era su forma de actuar. Me comenzaba a preguntar si había hecho algo malo.

El primer día, diablos, incluso el sábado de sus detención, me mostraba más afecto que ahora. Me sostenía la mano, me hablaba dulcemente, me sonreía tímidamente, me guiñaba el ojo y hasta me beso la mejilla. Luego en el primer día en mi casa, cuando lo estaba sosteniendo, el se acercó a mi como si fuera a besarme. Claro mi mamá tuvo que aparecer. Pero luego algo cambio. Y no tenía la mas mínima idea de que fue lo que paso.

Yo quería que él se acercara a mi, porque yo no tenia idea de que hacer en estas situaciones. Y yo también quería acercarme a él, pero estaba asustado. Asustado de que si trataba algo se riera de mi y rompiera mi corazón. Jace me advirtió de esto. Y en algún lugar, remoto de mi cabeza, sabía que podía pasar. Después de todo, conozco la reputación de Magnus.

Fue algo extraño, justo después de que Magnus llegara al escuela, tres años atrás, el chisme salió. Ni siquiera se quien lo inició. Empezó después de las fiestas a las que Magnus asistía, yo nunca fui a una de ellas, pero Isabelle y Jace si. Ni siquiera estaba seguro de que fueran reales. Siempre eran las mismas líneas "Magnus lo hizo con cinco chicas en esa fiesta" o " Escuche que lo hizo con alguien de catorce años", de hecho, ese si me rehusaba a creerlo. Otros como "Las chicas le pagan por tener sexo con él". Y los peores, "Magnus Bane es una puta para cualquiera que le pague". Así que el tenía la reputación de "El que ha dormido con al menos la mitad de la escuela". Y el nunca aclaró nada. Algunos dicen que esta orgulloso de esa reputación. Los amigos de Jace, dicen que el siempre se acuesta con alguien y luego lo deja, sin importarte los sentimientos de los demás. Al principio solo era con chicas, pero luego también fue con chicos. Y eso no sorprendió a nadie.

Pero a pesas de su reputación, yo sabía que en el fondo no era así. Algo me decía que en realidad era una buena persona. Pero no podía sacar esas palabras de mi mente. Quería conocer al Magnus real. El Magnus que vi cuando estábamos a solas. El que se preocupa, el inteligente, risueño y más hermoso Magnus. El Magnus lastimado que vi. Lo intentaba ocultar, pero lo pude ver claramente en sus ojos dorados-verdes. El dolor causado por algo. Quería conocer a ese Magnus. No al falso que trata de ocultar sus verdaderos sentimientos.

Lo quería tanto. Pero día tras día comenzaba a creer que Magnus no estaba interesado en otra cosa más que en una relación de amigos.

– Alec, ven a sentarte cariño – escuché la voz de mi mamá.

Bajé las escaleras, cociente de la preocupación en la voz de mi mamá. Me hizo sospechar.

– ¿Si mamá? – entré a la cocina y me senté en el taburete

– ¿Cómo te sientes cariño? – me miró con su cara de estoy-preocupada-por-ti.

– Estoy bien mamá, ¿Qué pasa? –

– El doctor Anderson llamó – así que era por eso. Mi condición. – Quiere que vayas para tu chequeo–

–¿Porqué? Estoy bien –. Tomé una de las galletas de chocolate frente a mi.

– Bebe, estás durmiendo más que antes, y creo que de nuevo estás perdiendo peso – ahora su voz era vacilante, como si estuviera asustada. – solo estoy preocupada por ti bebe. –

– Mamá, yo...– su mirada afligida me dijo que mejor me callara con mi modo de negación. Así que solo acepte. – Iré con el doctor Anderson mañana ¿ok? –

– Tu papá te llevara ¿vale? – asentí y abracé a mi mamá, fuertemente. Se que ella ha estado muy preocupada por mi salud y cada pequeña cosa hace que se preocupe. Nos quedamos así por un tiempo hasta que papá entró a la cocina.

– Hey ¿Qué pasa? –

– Robbie, llevarás a Alec al doctor mañana después del escuela ¿si? – mi papá simplemente asintió. Sabe que cuando mamá usa el "Robbie", significa que es algo serio y tienes que hacer lo que ella dice.

*

– Ella siempre es así Alec– la chica dijo – Es Maryse, es su modo maternal –

– Lo se El, pero no es necesario – me quejé por el teléfono – estoy bien. –

– Ve por su bien ¿ok? Y el mío también. Debes llamarme después de la visita cariño, o iré a Manhattan a patear tu trasero – podía totalmente imaginarla parada en frente de mi mirando y apuntándome con el dedo. Lo hace muchas veces. – ¿Sigues ahí abejita de miel? –

– Sigo aquí. Y creo que ya te dije que no me llames abejita de miel–

– Y yo ya te dije que te queda, gatito aliado. –

– Ugh – gruñí – te odio El. –

– Yo también te quiero – ambos nos reímos al mismo tiempo. Por eso la amo, puede hacerme reír por cualquier cosa. A veces me imagino, que si no fuera gay, estaría probablemente enamorado de ella. – Bien, basta de risas. Ahora dime, ¿qué tal te esta yendo con el sexy Magnus? ¿Algún progreso? ¿Ya lo besaste? ¿Ya tuviste sexo con el? –

– ¡Eleanor Katherine Baker! – grité al teléfono, levantándome de la cama y sentándome. Podía sentir el sonrojo que iba apareciendo. Estaba seguro que parecía un tomate. Como podía pensar eso.

– ¡Alexander Gideon Lightwood! Bien, nos sabemos nuestros nombres completos, ahora contesta mi pregunta– aun no podía encontrar mi voz – ¿Han hecho algo?

– No es de tu incumbencia – la escuche gimotear – No hemos hecho nada. –

– ¿Nada?, como ¿nada?, nulo, cero?. Dios Alec... entonces ¿qué rayos hacen... solos en TU habitación? –

– ¿Estudiar? – dije, acostándome sobre mis almohadas de nuevo. – Honestamente El, solo hemos estudiado. Algo ha cambiado. –

– Explícate Alec. La última vez estabas súper emocionado porque te había besado la mejilla, que creí que te iba a dar un infarto de la felicidad. ¿y ahora? –

– No lo se... – empecé – A comenzado a cambiar desde la primera vez que vino a mi casa. –

– Dime todo lo que pasó. Porque, chico, quizá seas gay pero no sabes absolutamente nada de chicos –

– ¡Hey! – me calló y me dijo que continuara – el lunes vino a mi casa a estudiar mate y todo estaba bien. Íbamos por las escaleras cuando se tropezó y yo lo atrapé. Lo estaba sosteniendo en mis brazos, presionando nuestros pechos. Podía sentir cuan rápido latía su corazón, como el mío. Nos estábamos viendo fijamente a los ojos. Comenzó a inclinarse hacia mi, quería besarme... y de repente mi mamá llego. –

– Oh mierda... esa mujer no sabe cuando llegar... bueno... ¿que pasó después? –

– Después fuimos a mi habitación. Fui a traerle algo de beber y lo dejé solo en mi habitación. Cuando regresé comenzamos a estudiar, y el literalmente huyó de mi casa. Rechazó la cena y llamó a un taxi... al día siguiente solo cruzamos un "hola" y luego nos la pasamos estudiando. Ya no trata de agarrar mi mano o algo así – hubo un largo silencio. Me pregunté en que estaría pensando – El...¿qué piensas? ¿hice algo malo? ¿no está interesado en mi? –

– La verdad, no se. ¿No dijiste algo que pudo haber malinterpretado como un rechazo? –

– ¡No! ni siquiera hizo algo como para que yo le rechazara. Además, no le hubiera rechazado. Me gusta muchísimo– Ellie estaba callada de nuevo. Podía escuchar su respirar calmado. También yo me preguntaba porque Magnus dejó de intentarlo conmigo. Realmente pensé que estaba interesado en mi. Quizá me ilusioné demasiado después de ese beso. – Sabes que El, no debería de haber esperado que algo pasara entre nosotros. Quiero decir, yo solo soy yo y él... él es el chico más guapo que he conocido en mi vida. Nunca me vería de esa forma. –

– Deja de menospreciarte Alec – exclamó – mejor trata de averiguar que cambió y luego vemos que podemos hacer ¿sale? –

– Claro. –

– Bien. Ahora ve a dormir. Y mañana hablamos cari. Necesito saber todo. Te quiero. –

– Yo también El –

Esa noche me dormí y soné con el maravilloso Magnus Bane de nuevo.

*

Estaba sentado en una silla incomoda en la sala de espera del hospital. Mi papá estaba a mi lado leyendo unas revistas. Vi a unos niños también con sus padres- sabia que esta era mi última visita a la zona de niños con cáncer. Si algo salía mal, seria trasladado a la zona de adultos con cáncer.

– ¿Alec Lightwood? – papá se levantó y le sonrió a la enfermera – la doctora los está esperando. –

– ¡Alec! Que bueno verte – dijo la Dra. Anderson. Era una señora de unos treinta y tantos, soltera y con dos hijos. Su ex marido la dejo una mujer de su trabajo. Si, cuando me quedaba aquí, me llegue a enterar de toda su historia. Ella es una mujer realmente buena e inteligente. Me agrada mucho Lauren Anderson. – Oh, Sr. Lightwood, un gusto verlo. Estaba esperando a la señora Lightwood. –

– Maryse tenia una junta en la escuela de Max hoy – papá contesto mientras tomaba asiento – mi esposa me dijo que quería hacerle un chequeo a Alexander. –

– Si – me volteó a ver – Alec tu mama me dijo que estás durmiendo más de lo normal y que has perdido peso otra vez. –

– Bueno duermo más, pero es porque tengo un montón de trabajo en la escuela y con lo de las tutorías. Pero no creo haber perdido peso. Estoy comiendo igual que antes. – Le explique tratando de recordar mi último peso.

– ¿Has tenido sangrados de nariz últimamente? – negué – ¿Dificultades respiratorias? – otra vez, negué – ¿Quizá te sientes más cansado desùes de alguna actividad? –

– No –

– ¿Estás seguro? – asentí

– Así que doctora... – habló mi papá – ¿Hay algo malo con mi hijo? –

– Me gustaría hacer unas pruebas de sangre, solo para estar seguros. –

La doctora llamó a la enfermedad. La misma mujer rubia que nos llamó en la sala y me llevó al salón de exámenes. Amablemente me pidió que me enrollara la manga. Tomar sangre no tardaba mucho tiempo, así que después de cinco minutos estábamos de vuelta y la doctora nos dijo que nos llamaría en dos días para los resultados. Nos despedimos y fuimos al coche.

El camino a casa no fue largo. Estaba checando mi teléfono por si había nuevos mensajes de Magnus. Me sentía mal porque ayer en la tarde le llame para cancelar nuestra sesión y hoy le cancelé de nuevo la de hoy. Tenia este extraño sentimiento de que cuando me decía "esta bien" sonaba un poco triste. Así que le mande un mensaje disculpándome

"Esta bien Alec. Podemos quedar otro día (: "

" ¿Qué tal mañana después de clase? ¿En mi casa?"

"Suena bien. Te veo mañana"

"Nos vemos Magnus"

– ¿A quien le mensajeas con tanto entusiasmo? – papá me sacó de mis pensamientos – vi esa sonrisa Alec. – Con esas palabras sentí mi cara ponerse roja. – Y ese sonrojo... así que... ¿Quién es ese chico? –

– Solo es un amigo papá – murmuré avergonzado. Quiero decir, no había forma de que yo me pusiera a hablar de chicos con mi papá – Es Magnus, el chico al que le doy tutorías –

– Oh, ¿el chico glitter? – asentí – Parece ser... un chico amable mmm... algo escandaloso –

– Si, es bueno– sonreí involuntariamente cuando la cara de Magnus vino a mi mente.

– ¿Te gusta Alexander? – miré a mi padre con incredibilidad. ¿Desde cuando mi padre se interesaba en mi vida amorosa? – Tu... ¿él es el chico del que has estado hablando con Izzy y Ellie, verdad? ¿del que Jace te advirtió? – solo asentí – Y ¿A el le gustas en esa forma? –

– No, el solo me quiere como amigo, solo como amigo. –

*

– Y ¿qué dijo la doctora? – Ellie preguntó mientras estaba acostados en mi cama, con Izzy acurrucada de mi lado. Veíamos la televisión, sin prestarle atención.

– Tomó una muestra de sangre y nos dijo que en dos días estarían los resultados – escuché que dijo un "mmm" al otro lado de la línea – pero me siento bien. –

– Eso es bueno. –

– Adivina que El. Mi papá y yo hablamos sobre chicos–

– ¿De verdad? ¿Robert hablando sobre chicos? Wow. –

– Hablamos un poco sobre Magnus. Ya sabe que me gusta. –

– Hablando de Magnus – me interrumpió – ¿Cuándo lo volverás a ver? –

– Lo invité mañana – Apagué la televisión y cubría Izzy con el cobertor.

– ¿Mañana? – le contesté que si – Bien, así que trata de averiguar que esta pasando ¿vale? –

– Claro, lo intentaré – dije bostezando – Ya me voy El. Estoy cansado. Te llamo mañana ¿sale? –

– Mas te vale cariño. Y no te preocupes, ¿okey? Mañana lo resolveremos.