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Pasillos.

Habitaciones.

Salas.

¿¡dónde diablos estaba esa chatarra!?

Sabía que tenía miedo de Black Hat y ella misma, pero ¡maldición, se escondía demasiado bien!
Demencia dio varias vueltas a la mansión, buscando aquello que le daría una respuesta estable de qué sucede con su jefe y, si se puede, con el doctor.

Suspiró con frustración para cuando llegó por sexta vez al salón principal y no encontraba a su objetivo. ¿Cómo rayos le contactaban para un comercial siendo lo difícil que estaba siendo? No lo sabía, pero sabía que Flug era quien lo encontraba o lo contactaba...

¡Flug! ¡pues claro!

¡él lo creó!

Se dió un golpe en la frente por olvídarlo, porque sí, Flug debía saber como contactar a sus creaciones mecánica.
Sin más, corrió hacia el laboratorio del de bolsa y no se preocupo cuando abrió la puerta de golpe.

-¡oye, Flug! -llamó cuando entró.

Y el ya mencionado estaba en su escritorio, trazando planos para nuevos artefactos.

-¿qué sucede, Demencia? -preguntó sin mucho interés mientras giraba a verla.

Y la chica no evitó fruncir el ceño, porque ahora no sabía que sucedíamcon doctor. No sabía si estaba molesto, cansado, serio... su voz ya no era suficiente para identificar su estado. Quería arrancarle esa bolsa de la cabeza nuevamente y saber qué le sucedía.

Pero se abstuvo.

-¿sabes dónde está CamBot? -preguntó, acercándose a au escritorio.

-la verdad no. -se limitó a responder.- ¿para qué lo quieres?

Una pregunta muy temida por Demencia, porque no sabría darle una respuesta lógica o creíble para que él se lo creyera.

-necesito hacer un vídeo, ya sabes, de mis servicios. -contestó con seguridad, pero sabía que no bastaría.

Pero bastó.

-no sé dónde estará, pero allí esta la computadora, puedes ubicarlo y llamarlo. -señaló la maquina con desinterés y siguiendo con sus planos.

Ahora la joven estaba sorprendida, pero no expresó más. ¿qué tan cansado estaba el doctor Flug como para dárselo así sin más? Sin explicaciones, ideas, permiso del jefe... ¿qué sucedía con él?

Lo descubriría.

Se acercó a la computadora central y tecleo el nombre de esa máquina de grabación y rápidamente le aparecieron todos los datos de esta. Sonrió al ver su ubicación en la mansión, pero no duró mucho al saber que esa puerta estaba con llave y dentro estaba el demonio.

~●~

Caminaba de un lado a otro frente a la puerta, tratando de idear un plan perfecto para entrar y recuperar a CamBot.

No, no podía simplemente tocar la puerta y pedirlo, pues uno: Black Hat ya les había mandado a la reverenda chingada, como dijo él; y dos: si decía que el robot estaba allí, primero Black Hat lo rompería y luego semlo daría si es que presentía que grabó algo que no debía.

No se arriesgaría a tocar la puerta.

Por ello, sonrió al ver un ducto de ventilación a su alcance. Aprovechado su don para arrastrarse tal serpiente/iguana/lo que sea, se infiltró dentro del sistema de ductos con total sigilo.
Trató de no hacer ni un ruido mientras se arrastraba en ese pequeño espacio metálico. En verdad, ella no sabía a dónde dirigirse, pero se la estaba jugando con su olfato y sus presentimientos.

Giró en una esquina a su diestra y lo mismo hizo en la siguiente cruzada hasta llegar a una nueva compuerta de ducto en el techo.
Con cuidado, la abrió y saltó en está, llegando a un muy pequeño armario. Habían chaquetas negras, botas, paraguas, CamBot, pistolas...

-¡oh CamBot! -exclamó pero rápidamente la mente artificial colocó un tentáculo en sus labios a modo de que se callara.

Hizo otro ademán de silencio y señalo la puerta entreabierta. La joven se asomó tan solo un poco y pudo ver a su jefe y ladrón de suspiros en su escritorio, trabajando. Pero abrió sus ojos al ver el estado en el que estaba el despacho: todo estaba roto, excepto el escritorio y la silla. Y Black Hat... se veía tan desgastado, tan mal... que no era un mal bueno, era un mal malo.

Algo sucedió.

Y CamBot lo sabía y debía sacarselo. Pero primero, lo sacaría de allí.

Con cuidado, lo ayudó a alcanzar el ducto. Ya en el sistemal CamBot la ayudó a subir, pero antes de siquiera entrar, logró escuchar un estruendo en el despacho. Detuvo a CamBot, y se acercó a la puerta entreabierta y observó un cajón en el suelo y al de sombrero respirando pesadamente.

-te maldigo... -dijo el demonio, y la chica alcanzó a escuchar.- te maldigo y te adoro... deja de hacerme decir estas mierdas, Flug...

Flug.

La chica no pudo estar más que sorprendida ante aquel nombre.

Flug estaba involucrado en ese algo que pasó.

Hizo señas a CamBot para que la subiera, y eso hizo. Entró al sistema de ductos con la máquina y se apresuraron a salir de allí cuánto antes.

~●~

La chica daba vueltas en su habitación mientras el robot se cargaba en la misma.

Cuando revisó a CamBot, tenía un porcentaje de energía muy bajo. Tuvo que pasar mucho tiempo sin recargarse y con una válida razón. Eso solo apoyaba más a la teoría de que sabía algo.

Sabía lo que sucedió.

Demencia necesitaba saber qué estaba pasando con su amor de toda la vida y qué tanto tenía que ver el doctor en ello. O qué tanto habían hecho. No le olía nada bien todo aquello.
Y no ayudaban las palabras que escuchó de la venenosa boca de su jefe.

Maldijo a Flug.

¡lo maldijo dos veces!

Pero... admitió que lo adora. Pidió que parara de hacer que él dijera esas mierdas tan cursis. ¿Black Hat? ¿diciendo cosas cursis?

¿qué... estaba haciendo Flug?

Escuchó un pitido y se giró a ver a la maquina quien se desconectaba. Ya estaba al 100%.

-¡muy bien, CamBot! -dijo Demencia, sentándose frente a él.- ¿haz pasado mucho tiempo en el armario de Black Hat?

El robot asiente.

-¿mucho?

Hace un ademán de más o menos.

-¿viste algo anoche?

Vuelve a asentir y Demencia frunce el ceño y se arma de valor:

-¿me lo muestras?

Y asiente y muestra su tentáculo con una pequeña pantalla. Y muestra un cargando...

Y reproduce.

Hora: 11: 39 p.m.

Se muestra a Black Hat trabajando en su escritorio. Se le notaba molesto y cansado. Se ve como se levanta con un suspiro y sale del despacho.

Nada fuera de lo común, si no fuera por las atras horas a las que trabajaba el jefe.

-no hay nada bueno. -bufó Demencia.- avanza, por favor.

Y el robot asintió y avanzó el vídeo hasta el minuto 12: 09 a.m., donde se vio volver a Black Hat, asotando la puerta, gruñendo y sonriendo y sujetándose la cabeza desesperado y comenzando a arrojar lo que sea al suelo.

¿qué era ese cambió tan repentino?

Presentía que no debía seguir, que le dolería lo siguiente que viese... pero ¿qué importaba?

~●~

El grito se escuchó por toda la casa, asustando al oso, llamando la atención del jefe y despertando al doctor, quien se había quedado dormido en su trabajo.

Este último se asustó por tal grito, por ello se levantó de golpe, ignorando el dolor de cabeza que le había dado y salió de su laboratorio. Al salir, vio correr a la chica lagarto por el pasillo, siendo perseguida por 5.0.5. y CamBot.
La chica vio al de bolsa y frunció el ceño mientras se detenía de golpe frente a él y lo apuntó.

-¡tú, Flug! -señaló tan cerca de su bolsa.

-¿qué-é sucede-e? -preguntó nervioso ante la mirada intensa de Demencia.

-¡eres tan-! ¡ahhh! -gruñó.

No podía decirle nada. ¿qué le iba a reclamar? No tenía el derechi. Pero... dolía, en cierto modo.

-Demencia, ¿qué soy qué-?

-¡dame esto! -gritó mientras le arrebataba la bolsa del rostro. Y lo volvió a dejar desnudo.

Y sus orbes sobre las ojeras quedaron a la vista de todos.

-¡Demenc-! -antes de siquiera acabar el nombre, la joven salió corriendo.

Y Flug se unió a la persecución del lagarto junto al oso y al robot.

~●~

El trabajo lo distraía pero al mismo tiempo era una especie de cloroformo. Estaba demasiado cansado. No había dormido para nada bien en los últimos días... ¿o eran semanas?
Era el asqueroso y dulce sentimiento que lo mantenía como si fuera un estúpido humano enamorado... pero lo estaba.

Escuchó a lo lejos un completo desmadre, como a él se le ocurrió. Poco a poco se escuchó mucho más fuerte hasta que se abrió su puerta de golpe y se presentó la chica lagarto.

-¿¡pero que rayos, Demencia!? -ladró el demonio.

Vio a la chica aproximarse a él, con un objeto en específico en su diestra: una bolsa.

La máscara.

Y vio la llegada del castaño doctor y el oso y la máquina de grabación y la chica finalmente golpeó su escritorio.

-¿¡qué les sucede a ustedes dos!? -preguntó Demencia, señalando al científico tras ella.

-¿¡de qué estás-!?

-¿¡y la regla 10V3!? ¿¡qué hizo exactamente que involucra a esa regla y a Flug!?

Continuará

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