Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¹⁸|¿quien era yo?.

Estaba tan incómoda. No lo  entendia, ¿Respirar se me había vuelto forzoso o era que nisiquiera recordaba como hacerlo?. No era capaz de cerrar los ojos, mi mente estaba demasiado activa, demasiado a la defensiva. Mientras yo solo observava un punto fijo en esa cama.

Estaba temblando. Apretaba aquella almohada con fuerza, evitando a toda costa volverme un caos y acabar en ataques esa madrugada.

-¿Estás despierta?.

Stan había aparecido con un par de chocolates esa tarde. Había llorado durante una hora y había dicho aquel discurso que ensayaba con anticipación, siempre que peleabamos o algo así.

Pero en este caso, todo había dado un giro. Todo era muy diferente. Yo había decidido acabar con esa extraña relación y obvio que el debía armar un show que estuviera a ese nivel.

"andré fue ese golpe de realidad, ¿O no, Alexa?- las voces murmuraron.

-si- conteste brusca, Aunque no sabía a quien. Mientras me mantenía estática desde mi lado de la cama, haciéndome bolita.

La pregunta de el millón. Ja, ¿Que hacíamos ahí Stan y yo, compartiendo una cama? ¿Que hacíamos ahí los dos a las 4:00am, discutiendo entre susurros?.

¡Simple!, stan había llegado en pleno atardecer. La fuerte lluvia que estaba sonando aún, había aparecido poco después de que el llegará. Y está no había parado desde entonces.

En casa no sabían de nuestra ruptura. No había mencionado nada. Porque ya era la quita vez que intentaba acabar con esa confusa relación, que al final siempre terminaba en fallos.

era cansado. Estábamos los dos ahí, en mi habitación, compartiendo la cama. Aunque yo hubiera insistido un par de veces en dormir en la sala, para evitarnos ese lio. Todo terminará en un "joder Stan, duerme dónde quieras, estoy harta".

-¿Te sientes bien?.

"mandalo al infierno, alexa" Las voces dictaban aquello. En cuanto sentía la presencia de aquel chico "¡Deshaste de el de una buena vez, Alexa!"

"¡No la cagues más! ¡André, André! ¡Eres una jodida ilusa! ¡Haz ese paso decisivo! ¡El no es André! ¡André, André " los gritos en mi mente se volvieron demasiado intensos. La presión en esta era casi imaginaria.

-callate Stan, intento dormir.

"acabalo, acabalo" las voces siguen

"andré, andré, andré! ¡Ya acaba con todo ese problema" se rien.

-por dios, ya va a amanecer, alexa.- me dijo. Mientras se reía en voz baja.

Intenté tomar aire. Me encontraba en mi punto más caótico y el estába llevándome al limite. No quería hablar, no quería moverme. Mis manos apretándose con fuerza me decían que las reacciones de mi cuerpo anticipaban una escena de panico.

Me gire hacia donde stan estaba. Lo encontré mirándome sin disimulo, mientras únia ambas manos sobre su pecho y giraba su cabeza hacia mi.

No veía nada. Los puntos borrosos en el campo de visión, me provocan dolorosos golpes en la cien. Que iban y venian, cada dos segundos, sin ningún descanso.

-es un infierno dormir contigo - le dije. Rodando los ojos con desesperación. Intentando olvidar que aquel chico, igual que obsesivo que yo, se encontraba a mi lado. luego de haberle dicho de todas las maneras posibles que se alejara. Que no lo queria ver.

Hizo una mueca de burla. El desacuerdo, lo sobrepasaba.

-que bueno que ya estés acostumbrada a los infiernos ¿No? - contestó con algo de seriedad en la voz. Mientras intentaba acomodarse en aquella cama, sin que fuera tan incómodo.

Suspiré.

Eso estaba bastante jodido. Stan y yo habíamos sido sexualmente activos durante toda nuestra relación. Así que decir que no había una terrible tensión sexual en aquella cama, sería una completa mentira.

-stan, joder. Estoy cansada. Te juro que si no te callas, haré que te vayas en estos momentos a tu desgraciada casa.- le amenacé. Frotándome la cara en estrés. Mientras el me observava desde su lado de la cama.

Se rió.

-tu fuiste quien arruinó todo esto. Por tu culpa es que estamos así - me echó en cara. Sin apartar sus ojos de mi.

Eso me hizo llenarme de una terrible burla. fue casi imposible no reírme, después de aquel sermón con algo de molestia. La cabeza me dolía hasta el tope, el temblor en las manos me decía que todo eso era verdad.

Stan sabía todo. Que yo era jodidamente inestable. Que actuaba a conveniencia. Que no tenía límites y mucho menos alguna traba que me impidiera llevar a cabo algo. Que siempre conseguía lo que quería.

¿Que era lo que le sorprendía, de mi?.

-maldita sea. Esto ya estaba arruinado, desde mucho antes y tu lo sabes, stan- lo señale con un dedo. Con el enojó en mis susurros creciendo. Mientras me ponía de lado, hacia el. Mirándolo con fatiga, entre toda esa fría oscuridad.

Se quedó en silencio un momento. Ignorando por completo mis palabras llenas de estrés y caos. Solo acomodó la almohada bajo su cabeza y fingió que nada sucedía o que mis palabras habían sido un total chiste.

-quiero besarte..- dijo precipitado. Una de sus manos subió hacia mi mejilla en busca de tomarme.

Retrocedi.

-stan- murmuré frenandolo.

-joder. Hare lo que quieras, alexa- siguió hablando -lo que me pidas. Te lo juro, pero necesito que recapacites - insistió.

Aquellas palabras ya no me provocan el mismo deseó que antes. Aquello ya no me llenaba de capricho, ya no saceaba esa absurda necesidad de control que importaba mi alma.

Jamás sentiría lastima por Stan. Jamás me arrepentiría o mucho menos sentiría toda esa tonta culpa. El sabía en lo que se metía, yo lo había advertido muchas veces y aún así, el había deseado seguir dañandose.

Era increíble lo que yo había logrado. La manera en la que lo había destabilizado. Cómo lo había manipulado, corrompido.

-no necesito que hagas nada ya por mi, stan- dije. Sin parpadear ni un solo segundo. Mientras las miradas de cinismo entre ambos chocaban.

Stan había mostrado su verdadera cara. Yo también lo había hecho más de una vez. Nos habíamos atacado, golpeado, herido, juzgado, mentido. Y aún así, no importaba a quien le preguntarás, las personas dirían que eramos una linda pareja.

Que se presumía en redes, caminaba de la mano por la calle y se hablaban con cariño frente a los demás.

¿Que había de esos gritos y farsas? ¿Que había de real, en nosotros?.

-¿Que coño quieres de mi? Te lo he dado todo Alexa- menciono, sentándose sobre la cama de golpe.

-stan..

-¡He cambiado, he mejorado, he hecho todo lo que me has dicho! - la voz se le volvió nada, en pocos segundos - no entiendo porque ahora estás haciendo esto- terminó diciendo.

El chico de audífonos.

Ese chico.

El.

El.

No hay nada más en mi cabeza.

-no me importa - dije, mirándolo. Su cara de confusión apareció rápidamente. Cómo si lo dicho por mi fuera lo más incoherente de el mundo.

-¿Que?.

-no me importa, stan.- repetí en voz baja. Me rei ante su cara inexpresiva, observandome desde el borde de la cama. -¿Que más quieres que diga? ¿Que más quieres que haga? No hay nada, Stan. Nada.- acabe diciendo. Me levanté de aquella cama, dispuesta a acabar aquella madrugada en el mueble de la sala, lejos de el.

-¡No sabes lo que haces!.

-¡Se lo que hago!.

-¡Solo estás siendo impulsiva, te conozco! ¡Estoy seguro que mañana todo será diferente!.

-¡Sera complemento igual, maldita sea Stan! ¡Ya, basta!.

-¿¡Que coño te sucede?! ¿¡Que coño está pasando por tu mente?! ¡No entiendo nada!- se alteró. Poniéndose de pie frente a mi.

Me detuve para mirarlo. La imagen de el chico con suéter, avanzando cada mañana en la entrada de aquella institución. Me hizo disociarme un poco a mitad de esa habitación.

Era suficiente. Aquel teatro no servia de nada, nunca había servido.

-el.

-¿El? ¿Que mier..

-André - solté. De manera rápido mientras el procesaba aquello. Mientras unía todas las piezas que le había dejado sueltas durante un tiempo.

-no es verdad..

-estoy loca por el. Me encanta. Lo hace desde hace tiempo, stan. Lo hace desde bastante tiempo..- dije. Sin bajarle la mirada ni un segundo. Mientras el me devolvía esas mismas, de forma fria.

Ya no había nada.

Nunca hubo nada, nunca funcionó. Y Supongo que ese siempre fue el frío error. Si, que un fiel creyente y una caprichosa se encontrarán.

•••

Nunca tuve claro quien soy. Creo que nisiquiera yo me conocía. Yo era tan impredecible, que hasta mi mente se confundía conmigo, de vez en cuando.

Y aquello me parecía algo sumamente crítico.

¡Ok!. Alejemosnos de todo ese alboroto. Volvamos al jodido 2022, dónde nada estaba bien, pero tampoco estaba mal. Dónde todo era terriblemente normal, dónde todo se mantenía, terriblemente al margen.

Bueno, no. Creo que era yo quien me encontraba en aquellos tiempos, uniendo fuerzas para ser los más humana posible. El año en dónde me estabilice, dónde los psicologos mencionaron una considerable "mejora" en mi caso. Había aprendido a callar, lo había hecho por ese año, solo ese año.

Intenté unirme a la sociedad. Cómo mi terapeuta había pedido en ese entonces. Claro que no faltó mucho luego para que retirará esa propuesta. Porque claro, mi historial psicológico afirmaba que era demasiado incontrolable como para manejar algún tipo de emoción.

Ahí las restricciones, ahí los calmantes, ahí las mentiras, ahí las "mejoras" de el fabuloso 2022.

Aunque claro. Todo se debía a que solo era yo ahí mintiendome, a mi, a mis padres, a esos malditos amigos que tenia, a los psicologos. Diciendoles que podia luchar contra mi. Para no quedarme en la soledad, a costa de utilizar un poco de la estupida "idealizacion".

Creo que la primera de todas esas, fue aquella chica.

Liz.

Si, Esa chica tierna y linda, que hablaba demasiado. Esa chica que era tan atrayente, con un aura tan agradable, tan rosita, tan florecitas, tan brillitos. Tan cosas asquerosas de ese tipo.

Eso era ella. Una chica que arrastraba consigo una vibra tan femenina y bonita, que era empalagosa.

Que irreal.

Se refirió a mi por mucho tiempo como "su mejor amiga" al grado de que estuviéramos juntas, la mayoría de el tiempo. Haciendo alguna estupidez o simplemente existiendo. Tan todo y después tan nada. Tan real que me costaba recordarlo de esa manera.

Liz era demasiado expresiva, demasiado colorida, amigable, social. Además de que era preciosa. Muy adorable y con una vibra de niña chiquita, que no se la podía quitar nadie.

Era obvio que a cualquier lado que fuéramos, ella sería el centro de atención. Era claro que yo era su acompañante, algo como el personaje secundario. Y bueno, no podía quejarme, igualmente el hacerme notar, nunca fue importante para mi. Al diablo, que asco.

Bastá. No importa en dónde estuviéramos. Siempre era asi. Todos los chicos acercandose a ella, diciéndole cumplidos, pidiendo su número o incluso pagandome a mi, para que lo diera.

Una bola de bastardos, con demasiada necesidad. Aunque bueno, lamento decir que Liz siempre fue una bastarda más.

No decía que nadie volteara a mirarme. Porque eso si sucedía. Aunque bueno, lo mío siempre fueran besos detrás de una pared, fuera de una fiesta. Chicos insinuandose de manera sexual o simplemente alguno de ellos siendo explícito y claro en lo que quería, conmigo.

¿Porque los chicos se sentaban horas a reírse al lado de Liz? ¿Porque nisiquiera se atrevian a besarla y simplemente charlaban un buen rato, mientras la miraban con fascinación?.

¿Y porque conmigo solo mostraban ese deseó? ¿Porque, solo besos? ¿Porque, solo sexo? ¿Porque solo un par de palabras morbosas? Era claro, después de unos segundos hablando conmigo, cualquier minimo interés se esfumaba.

Yo era demasiado antipática, demasiado abrumadora, demasiado distante. A primera vista nunca habría algo a mi favor.

-liz, ¿Porque los chicos solo se acercan con esas intenciones a mi?- le había preguntando a aquella chica, en una de esas tantas pijamadas que hacíamos.

Esa chica bajita, se encontraba a mi lado. Recostada, mientras miraba su teléfono -no lo sé.- respondió rápido - quizás seas más de esas vibras.- contesto, mientras seguía mirando su teléfono y no me daba tanta atención.

No dije nada más. Llevé la vista al suelo, mientras pensaba en aquella respuesta, en lo que quedaba de la noche.

Quizás los chicos se excusaban con ese punto de que "yo me veia más atrevida" "liz no iba a querer besarme" "liz no iba a hacerme caso" "liz no es de hacer eso" "a liz le daria miedo, tu eres mas arriesgada" miles de frases que escuche por bastante tiempo.

¿Entonces que era, yo? ¿Una segunda opción? ¿Esa opción que estaría a la disposición? ¿La que siempre iba a atreverse? ¿La que no se negaba a nada? ¿La que no tenía miedo? ¿Con la que podían cumplir fantasías? ¿La que era impulsiva?.

Jodanse una y mil veces. No sé quién soy, no sé cuál es el punto. No quiero entenderlo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro