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22|11|24

Tu sonríes, tus ojos se achinan. Mi mente se hace un ocho. Porque aún más de lo hermoso de eso físico, tus retinas pueden dictar aún más verdades y sueños.

Estoy cansada. Yo solo quiero descansar o verte a ti unos cuantos minutos, aunque fuera demasiado. Aunque fuera muy imprudente pedirlo cuando está soga está rodeando mi cuello.

Lamentó fastidiarte. Todo últimamente es una locura y esto solo es una demostración de irá y sentimientos cruzados. De esos que se emocionan por tu presencia o se asustan por la misma.

Y si nunca hubo esperanzas. No tiene explicación lo que hiciste con tus ojos aquellas tardes o lo que tus besos sellaron en esos dias, dónde nada tenia sentido más que tu nombre en mi cabeza.

Aquí hay mucho frío. Espero puedas perdonarme. Al pensar que después de todo, este mundo era para quienes no le temen a lo desconocido.

Tu fuiste lo más desconocido y extraño. Lo más singular y diferente. Claro, tomando en cuanta que el ser “normal" siempre ha sido el verdadero insulto.

Perdón, ya nisiquiera se lo que estoy diciendo. Tal vez las pastillas ya han hecho efecto ¿Que más quieres que mencioné?.

Siempre he sido cobarde. Siempre huyendo, siempre intentando esconderme. Supongo que fuiste la primera vez en la que quise arreglar los vidrios rotos. Solo para que tú no te cortaras.

Lamento aún así. Continuar con toda esta cobardia. Que mediocre de mi parte. Pero como sabes, yo soy una caja de sorpresas.

Está soy yo, sin ningún disfraz. Solo yo, solo quien te escribe, quien no sabe que hacer. Solo quién ya no tiene miedo de sentir.

Perdóname y cuídate André. Te amo, siempre te he amado.

Atte: Alexa.
Para: el chico que me enseñó a amar.

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