nueve (p)
renjun aún dejaba ligeras caricias a lo largo de la espalda de jaemin, después de que éste entrara a la habitación y todo se quedara en silencio.
no había luz alguna que les alumbrara, las lámparas estaban apagadas y las cortinas impedían que la luna brillara adentro.
de pronto, entre la intimidad de la oscuridad y el silencio, se comenzaron a escuchar los sollozos del menor además de que sus lágrimas escurrían por sus mejillas.
quién iba a imaginarlo: na jaemin llorando por amor. aunque no precisamente por le hayan roto el corazón y no supiera cómo controlar sus sentimiento. no, esto iba más haya de eso.
—s-se acabó, junnie —susurró con la voz entrecortada, abrazándose al cuerpo de su amigo y cerrando sus ojos al dejar su cabeza escondida en el cuello del castaño— n-nunca podré amar a alguien.
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