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8. Comportamientos extraños y una cita.

Gideon tomaba un batido muy tranquilamente mientras sentía la mirada de Abi encima de él, ambos estaban en la cafetería y él había decidido sentarse con Terra y Abi a pesar de que siempre estaba con sus compañeros de equipo desde que había entrado en él. Él había dejado de pasar tiempo con Abi hacía ya un buen tiempo porque conseguía que ya no tenían nada en común y Terra siempre parecía estar ocupada a pesar de que con ella pasaba más tiempo fuera de la escuela. Ahora se sentaba con ellos, ahora que era amigo de Finn, sabía que él se sentiría más cómodo estando con Abi y Terra que con sus compañeros de equipo.

Pero Abi estaba sospechoso ese día, estaba sentado sobre las piernas de Brian y Gideon podía sentirlo mirándolo fijamente debajo de sus lentes oscuros.

—¿Cuál es tu problema? —dijo Gideon bajando su batido.

—No lo sé ¿Hay algún problema contigo, Gideon? —el chico alzó las cejas.

—¿De qué hablas?

—De nada, te pregunté si había algún problema.

—¿Problema con qué?

—Dímelo tú.

—¿¡Qué te pasa!?

—¿Qué te pasa a ti? —Abi estampó su mano en la misa mirando y se quitó las gafas para luego apuntarlo con ellas—. Estás raro... algo te sucede y no voy a descansar hasta llegar el fondo de ello.

—No me sucede nada —Gideon rodó los ojos.

—¿Por qué no estás con tus amigotes? —él apuntó hacia la mesa del equipo de futbol—. Han estado mirándote por una hora, esperando que te les unas, lo hacen todos los días ahora porque ya no comes con ellos, nos has estado llamando mucho ¿Hay algo de lo que quieras hablar?

—Él tiene razón —Terra asintió mientras llenaba su boca con ensalada—. Estás muy extraño estos días.

—Jesús, no es así.

—Sí es así —Brian asintió—. En todo lo que llevo saliendo con Abi nunca te habías sentado con nosotros, ni siquiera te conozco bien pero puedo decir que estás actuando raro... ¿Pasó algo entre tú y tus compañeros?

—¡No! —Gideon alzó las manos—. Nada me sucede, por Dios, ya déjenme en paz.

—Hola chicos —la voz de Finn los saludó, el chico se paró en frente de la mesa sosteniendo su bandeja con comida y les ofreció a todos una sonrisa—. Lamento llegar tarde, tuve que quedarme con el profesor de física discutiendo algo... ¿Puedo sentarme?

—¡Finn! —Terra le sonrió ampliamente—. Siéntate —ella sacó una silla justo en medio de ella y de Gideon y Finn se sentó—. Que gusto verte, tengo noticias para ti.

—¿Acerca de qué? —él la miró luciendo confundido.

—Parker —ella alzó las cejas.

—Oh —Finn se sonrojó—. Cierto.

—Espero que no te moleste que le dijera que viniera hoy al instituto, vendrá a la hora de la salida a ver si puede hablar contigo —ella le sonrío con emoción y Finn abrió los ojos de par en par como si eso fuese la gran cosa, Gideon frunció el ceño—. ¡Oh, no te preocupes! Está loco por verte, no hay manera de que algo pueda salir mal... aunque si te incomoda demasiado puedo decirle que no venga.

—Um... no, está bien, no quiero lucir como un tonto, solo no estaba preparado —Finn rió levemente, pero Gideon percibía su nerviosismo.

—¿Estás seguro? —preguntó Gideon—. Nadie pensará que eres tonto si lo rechazas, es tu decisión después de todo.

—Estoy bien.

—¿Seguro?

—Seguro.

—Bien... —Gideon asintió—. Pero ya sabes, si te sientes incómodo puedes decírmelo, de todas maneras, no confío mucho en Parker.

—Oh por Dios, cállate —Abi lo miró con severidad—. ¿Se puede saber por qué hablas así de alguien que no conoces? Jesús, Gideon, te estás volviendo una vieja chismosa de barrio, hola tía Gertrude, hace tiempo no te veía ¿Volviste de entre los muertos solo para poseer el cuerpo de Gideon y hacerlo actuar como tú en cada maldita reunión familiar?

—No te atrevas a compararme con la tía Gertrude, ¿Qué te sucede? —Gideon entrecerró los ojos hacia su primo.

—¡Pues estás actuando justo como ella! ¿Es Finn tu hijo o algo? Juro que parece que no quieres que salga con Parker.

—Solo me preocupo por él, somos amigos, es lo que los amigos hacen —Gideon resopló y le dio un trago largo a lo último que quedaba de su batido, luego dejó el vaso caer en la mesa como si estuviera enojado—. Me preocupé por ti cuando empezaste a salir con Brian, tampoco confiaba en él y quiero para Finn lo mejor, él merece a alguien genial.

—Finn... —Abi frunció el ceño de repente, parecía estar consciente ahora de algo de lo que no había estado antes—. Oh...

—¿Qué?

—Nada, cariño —Abi se levantó y tomó la mano de Brian—. Ya terminamos de comer, Brian, vámonos.

—Está bien —Brian se levantó y tomó ambas mochilas.

—¿Qué te sucede a ti ahora? —interrogó Gideon.

—Nada, tenemos que llegar a nuestra clase de algebra temprano si queremos sentarnos juntos, nos vemos —él empezó a arrastrar a Brian de la mano hacia la salida—. ¡Gusto en verte, pastelito! —le grito a Finn antes de salir.

—¡Gusto en verlos también, adiós! —gritó Finn de vuelta, ya acostumbrado al apodo que le había puesto el chico—. Eso fue extraño —murmuró luego mientras empezaba a comer.

—No puedes esperar menos de Abi —Gideon rodó los ojos—. ¿Cómo estuvo tu clase de inglés? —interrogó volteándose a verlo.

—Genial, creo que lo hice muy bien en ese examen.

—Yo no estoy seguro de cómo lo haga, tengo el examen mañana.

—Puedo pasarte mis notas, no serán las mismas respuestas, pero puedo decírtelas aun así, cabe la posibilidad de que las repita.

—De acuerdo, eso sería genial, gracias.

—Yo también tengo el examen mañana —Terra comentó—. No estudié casualmente ¿También podría obtener tus notas, Finn? Y también quiero saber las preguntas, de verdad no he tenido tiempo de hacer nada.

—Claro —Finn le ofreció una sonrisa brillante.

—No estés dando tus notas por ahí, Finn, la gente dirá que las vendes o algo, así que ten cuidado a quien se las das —comentó Gideon con severidad, Terra abrió la boca en un gesto de sorpresa e incredulidad y lo miró levantarse de su asiento para luego decir—. Tenemos clases de lenguaje de señas pronto, me adelantaré ¿Quieres que lleve tu mochila y nos aparte los puestos?

—Sí, gracias —Finn asintió—. Nos vemos.

Cuando Gideon se alejó, Terra se acercó a Finn.

—De acuerdo, chico ¿Qué le hiciste? —interrogó de repente—. ¿Estás saliendo con Gideon o algo?

—¿¡Eh!? —Finn se veía alarmado—. ¡Por supuesto que no! No te habría dicho que sí a lo de Parker si estuviese saliendo con alguien... quien fuera, no es que Gideon sea especial ¿Vale? Él y yo solo somos amigos y yo... ¡No me gusta ¿De acuerdo?!

—Ya sé que él te gusta, Gideon nos lo dijo a Abi y a mi —Terra le puso una mano sobre el hombro—. Pero eso no es importante, si alguien aquí debería estar actuando todo posesivo sobre las notas de alguien más deberías ser tú pero Gideon parece pensar que solo porque gustas de él, eres de su propiedad o algo... es aterrador, por eso pregunto si hay algo entre ustedes, él está muy raro.

—Él no es así...

—Tal vez no apropósito, pero he visto a Gideon gustar de alguien y...

—¡Él no es gay y nunca lo será! —Finn se levantó de repente—. Escucha, es mejor que me vaya, yo realmente no quiero hablar de esto, solo somos amigos y yo... no estoy haciendo nada para cambiar a Gideon o hacer que me guste... ¡No es mi culpa! Pero... si les incomoda, entonces trataré de mantener la distancia.

—Finn, eso no es a lo que me refiero, no tienes por qué hacer eso...

—Me voy.

Fin dejó su bandeja llena de comida sin terminar y empezó a caminar hacia la salida, una vez en el pasillo trató de enfriar su cabeza. Probablemente había exagerado pero no quería nadie pensara que él estaba haciendo nada para cambiar a nadie. Él no quería que Gideon cambiase por él o se sintiese atraído hacia él, era extraño pero no se sentiría bien si Gideon lo culpara de volverlo gay o lo que fuera. Las palabras de Verónica lo atormentaban. Él no quería moldear a nadie a su conveniencia, pero le gustaba estar con Gideon y le gustaba conocerlo. Había pasado tiempo con él y había sido incluso más maravilloso de lo que siempre había soñado. No podía no gustar de Gideon, no era perfecto, no es que no tuviese defectos, era simplemente que era encantador, inteligente y guapo justo en el punto en el que a Finn le gustaba. Cada vez que lo veía sonreí caía un poco más por él y el plan de olvidarlo se veía cada vez más difícil e imposible.

Finn entró en su clase de lenguaje de señas pensando en que no quería seguir haciendo lo que estaba haciendo, pensó en que no quería que la gente siguiera pensando que estaba tratando de cambiar a Gideon... pero luego lo vio allí, a un lado de la ventana, escribiendo en su cuaderno mientras la brisa que entraba por dicha ventana soplaba levemente su cabello. Lucía como un sueño, un sueño al que podía hablarle y compartir cosas con él... el chico egoísta dentro de él le gritó un rotundo "NO" al chico racional que repetía que debía acabar con todo. Y todo el mundo se calló dentro de él, no hubieron más quejas... nadie podía rehusarse.

Pero la hora de la salida llegó demasiado pronto y mientras Finn y Gideon salían del instituto y caminaban por el estacionamiento hacia Terra, Abi y Brian, Finn vio un auto lujoso estacionarse justo en frente de ellos. Terra lo miró con una sonrisa y Finn supo de quien se trataba exactamente.

Cuando Parker bajó de su auto, Finn sintió que su estómago caía. El chico era realmente guapo, tal vez no le gustaba como le gustaba Gideon pero no podía negar que era guapo y tenía estilo. Además, le había agradado su amabilidad.

—Finn —Parker se acercó a él con una sonrisa—, estaba esperando verte hoy, que suerte que estás aquí.

—Es genial verte también, que bueno que viniste —Finn le sonrió de vuelta.

—¿Te gustaría dar un paseo conmigo? —Parker apuntó hacia su auto—. Podemos ir a tomar un helado o algo.

—Oh... —Finn instintivamente miró hacia Terra quien se adelantó y le pasó un brazo alrededor de los hombros.

—Finn de hecho no almorzó hoy, debes tener hambre ¿No? ¿Por qué no van a comer? —Terra lo miró alzando las cejas.

—Genial, vayamos a almorzar, conozco un lugar excelente, yo invito —Parker parecía emocionado y Finn se sintió alegre y relajado gracias a la vibra que el chico le transmitía.

—Oh, esto me recuerda a aquellos tiempos en los que intentabas conquistarme —Abi le dijo a Brian, limpiándose una lágrima falsa—, aquellos tiempos en los que me invitabas a cenar y no solo comprabas hamburguesas para comer después de follar.

—¿Quieres por favor no compartir nuestra vida privada? —Brian rodó los ojos.

Abi trató de hacerle mimos y todos pasaron a ignorarlos.

—¿Vamos? —Parker le tendió la mano a Finn.

Finn la tomó, Parker lo dirigió hacia la puerta y la abrió para él. Finn volteó y dijo—: Adiós, los veré mañana.

—¿Seguro? —interrogó Gideon con el ceño fruncido.

—Claro —Finn rió—. Te voy a pasar las notas en cuanto llegue, no te preocupes.

Antes de Gideon pudiese decir algo, Finn ya estaba dentro del auto y Parker estaba dando la vuelta para subirse en el lado del piloto. Cuando Parker arrancó el auto, Finn se dijo a sí mismo que no debía mirar a Gideon a través de la ventana. Y no lo hizo. Le dio una sonrisa a Parker y empezaron a avanzar. Parker le habló de lo mucho que había querido verlo en la semana, pero que no sabía cómo empezar así que decidió que Terra concertara esta cita para ellos. Finn no podía decirle que él había querido verlo porque eso no era cierto, había pasado toda la semana enamorándose más y más de Gideon, pero aun así le dijo lo mucho que le alegraba estar con él en ese momento.

Fueron a un restaurante agradable en el centro y ordenaron dos platos de lo mismo, mientras esperaban, compartieron un poco de información sobre sí mismos. Descubrió que Parker tenía dieciocho e iba a una escuela privada, que su madre era una psicóloga prestigiosa y su padre un médico cirujano, que era mitad americano y que tenía dos hermanos mayores. Iría a una buena universidad, por supuesto, estaba apostando por Yale. Finn pudo identificarse en lo de trabajar duro por sus notas en orden de conseguir llegar a su meta, él quería ir a Brown más que nada.

Luego llegaron a la parte donde hablaban de sus relaciones anteriores.

—Nunca antes salí con nadie —dijo Finn—. No es la primera vez que he estado interesado pero es la primera vez que estoy en una cita real.

—Que honor —Parker alcanzó su mano a través de la mesa—, aunque por la manera en que me besaste en la fiesta pensé que tenías mucha experiencia.

Finn se sonrojó.

—Solo besé a alguien una vez antes de ti —dijo—. No pudo haber sido tan bueno, incluso estaba borracho.

—Tal vez es solo que me gustas mucho —Parker soltó una risa leve—. Por favor, sal conmigo otra vez.

—Ya que me lo pides tan amablemente... —Finn rió y lo miró de reojo, intentando ser coqueto.

—Que travieso eres —Parker apretó su mano—. Eres hermoso, también.

Finn se sonrojó sin poder evitarlo, sintió cosquillas en su estómago de repente.

—Gracias, supongo —susurró luego—. Tú también eres muy guapo.

—Gracias —Parker ladeó la cabeza—. Luego de salir de aquí ¿Quieres ir a caminar? Siento... que quiero hablar más contigo.

Finn suspiró.

—Sí.

Parker dejó su auto estacionado cerca de un parque luego de ir a comer y ambos caminaron a través de él por un rato, primero hablaron del paisaje y luego de los niños corriendo alrededor, lo que los llevó a hablar de su infancia por alguna razón. Parker le contó como su madre vigilaba cada paso que daba con extrema sobreprotección y como casi nunca veía a su padre por su trabajo pero que aun así había sido un chico muy querido. Eso llevó a Finn a pensar en su infancia, que había sido bonita en algún momento pero en ese momento solo podía recordar los malos recuerdos de ella así que no dijo mucho al respecto.

—No hablas mucho sobre ti mismo —dijo Parker—. Eso puede significar dos cosas; no quieres abrirte conmigo o no sueles abrirte mucho emocionalmente con las personas.

—La segunda opción —Finn se atrevió a decir—. No hay mucho que decir sobre mi mismo de cualquier manera... um ¿Qué podría decir? me gustan los reptiles, la música pop y clásica, prefiero el té al café, fui el primer bebé del año mil novecientos noventa y nueve en al menos tres estados...

—¿Qué? —Parker soltó una risa—. ¿Es en serio?

—Sí —Finn asintió conteniendo la risa—. Supongo que eso es impresionante pero por alguna razón siempre olvido lo genial que suena.

—Es genial... e inusual —Parker sacudió la cabeza—. Increíble, debió haber sido una aventura para tus padres.

—Sí, estaban compitiendo con otra pareja que iba a tener a su bebé ese mismo día, básicamente a la misma hora, pero ella nació dos minutos después.

—Oh ¿Qué habrá sido de ella?

—Es mi mejor amiga y mi vecina.

—¡Vaya! Y dices que no hay nada que contar sobre ti —Parker tiró de la mano de Finn para atraerlo hacia un banco vacío—. Cuéntame sobre ella, su amistad suena interesante.

—Realmente lo es, hemos sido amigos desde que estábamos en pañales, he compartido más de mi vida con ella que con mi propio hermano.

—Suena a que su amistad es muy fuerte.

—Bueno, sí... —Finn suspiró—. No lo sé, últimamente algo sucede.

—¿Tienen problemas?

—Creo, no lo sé, ella se alejó y no lo comprendo.

—Oh, bueno, tal vez necesita espacio.

—¿Eso crees? —Finn lo miró preocupado—. Siempre hemos estado juntos pero no significa que somos siameses, a veces hacemos cosas separados, tenemos secretos... bueno, eventualmente alguno termina enterándose pero no compartimos exactamente todo... estos días han sido el tiempo más largo que hemos pasado separados, ella... debería volver en cualquier momento y explicarme que pasa.

—Dale tiempo —Parker tomó su mano—. Ella no parece estar bien consigo misma en este momento y sé que parece que si no haces algo probablemente las cosas se desmoronen, pero nadie sabe que está pasando excepto ella y si tú la quieres tanto entonces ella debe ser maravillosa, si ella realmente es así volverá y te explicará en cualquier momento.

—Intento no pensar en ello pero he pasado mi vida con ella, mis días sin ella son... extraños, como si esta no fuera mi vida.

—No te lo tomes a mal, pero nadie es indispensable, ni siquiera tu mejor amiga... creo que lo importante de esto es que aprendas que en algún momento estarás solo y eso está completamente bien.

Finn le dio una media sonrisa, supuso que sí tenía un poco de miedo a estar solo, porque Verónica había estado allí para él todo el tiempo y ahora Gideon lo estaba y él se sentía cada vez más estresado y asustado de quedarse solo con sus pensamientos, de tener suficiente tiempo para meditar las cosas. Parker tenía razón, nadie era indispensable... pero aun así Verónica estaba en alguna clase de problema y Finn quería saberlo.

Ambos volvieron al auto de Parker de charlar un poco más, justo cuando empezaba a anochecer. Finn le dijo su dirección y Parker le dio su número de teléfono cuando aparcaron frente a la casa de Finn, incluso hablaron sobre una segunda cita y le pusieron fecha. Finn se sentía emocionado pero aun así había algo dentro de él que le decía que no debía emocionarse mucho, había un sentimiento tratando de suprimir otra y Finn no tenía idea de cómo detenerlo.

—Escríbeme tú, por favor, soy demasiado tímido para escribir primero y no sé si realmente quieres hablar... por eso, si quieres hablar, escríbeme —pidió Parker con una sonrisa.

Finn sonrió tocado por su ternura.

—Por supuesto que quiero hablar —dijo.

Fue la primera vez que vio a Parker sonrojarse.

—Sé que es demasiado pronto, pero ya lo hicimos antes y no puedo... no preguntar —Parker parecía nervioso—. ¿Puedo besarte?

Finn se paralizó, él no quería decir que no. Demonios, ni siquiera lo pensó cuando se inclinó hacia adelante y Parker lo encontró a mitad del camino sorprendiéndolo con un caliente beso que evocó la noche de borrachera en la que se habían conocido. Solo el cielo sabe cuánto Finn disfrutó aquel beso, su piel se puso de gallina y de repente se sintió relajado. No fue un beso para emocionarse y saltar hasta el techo pero era un beso tranquilo y relajado, pero también caliente, lo hizo sentirse diez veces más ligero y aparte, excitado.

Tuvo que frenarse a sí mismo de continuarlo, no quería ir demasiado rápido.

Sabía que estaba yendo mil kilómetros por hora pero Parker lo hacía sentir bien y no es como que Finn desease una relación, así que... ¿Por qué estaba mal besarlo? Llegó a esa conclusión y lo volvió a besar.

Diez minutos después —o eso se sintió—, una llamada de la madre de Parker los separó, él dijo que tenía que ir a cenar y Finn por fin salió del auto luego de despedirse. Él caminó lentamente hacia la puerta de su casa y entró sin mirar atrás, su madre estaba hablando de algo en la cocina mientras su padre estaba comiendo un yogurt en las escaleras. Probablemente estaban peleando.

—Bienvenido a casa —dijo el hombre—. ¿Quién te trajo?

—Un amigo —Finn respondió.

—Dile a tu amigo que si quiere hacer cosas indecentes frente a la casa de alguien más, debería polarizar las ventanas de su auto —espetó Clark apareciendo detrás de él.

—¿Lo vieron? —Finn cerró los ojos con fuerza.

—Todo, pensamos que tendríamos que llamar a Verónica para sacarte de allí antes de que te comiera vivo, ninguno de nosotros quería hacer un escándalo, su auto es lujoso, no sabemos quien pueda ser —su padre se encogió de hombros—. Al menos no es ese chico, Gideon.

—Gideon no es gay —Clark rodó los ojos.

—Sí lo es —su padre también rodó los ojos.

—¿Qué tienes contra Gideon? —Finn frunció el ceño.

—No lo sé, es... solo no me cae bien, es arrogante —el hombre se encogió de hombros mientras tomaba una cucharada de yogurt.

—En eso estamos de acuerdo —Clark asintió.

—No sean tontos, no lo conocen —Finn hizo una mueca.

—Yo sí —Clark alzó las cejas—. Creo que lo he conocido por más tiempo que tú.

—No, yo fui a preescolar con Gideon, cállate —levantó la barbilla—. Lo conozco mejor.

—Tú ganas —Clark se encogió de hombros—. ¿Quién era ese, por cierto? Parecía muy elegante.

—¿Es rico? —su madre interrumpió en la conversación luciendo enojada como siempre—. ¿Tiene novia o esposa? Juro por Dios que si estás haciendo algo como eso voy a sacarte a patadas de esta casa.

—¡Mamá! ¿Qué te hace pensar que hago algo así? —Finn se sintió profundamente ofendido—. Es solo un chico que conocí en una fiesta y ambos nos gustamos y ahora... ya sabes, estamos... conociéndonos y eso ¿¡Por qué me juzgas de esa manera!?

—Bien, pregunté si era rico ¿Es rico? —su madre levantó las cejas y se colocó las manos sobre las caderas.

—No lo sé, tal vez, no me importa —me encojo de hombros.

—Ugh, si vas a ser gay entonces hazlo bien y consigue un buen hombre —espetó su madre antes de volver a la cocina—. Tu cena está en la mesa, voy a salir y ustedes deberían aprender a cocinar para que yo no tenga que volver a cocinar aquí ¿De acuerdo?

—¿Por qué no solo te vas de una vez? —susurró el padre de Finn.

—¡Lo estoy pensando! —exclamó ella colgándose el bolso sobre el hombro—. Se los diré de una vez, su padre y yo ya no estaremos juntos así que uno de los dos se irá de casa, no importa quién sea, supongo que deben aceptarlo.

—Está bien —Finn se encogió de hombros.

—Por supuesto que para ti está bien —Clark se dio la vuelta y empezó a subir las escaleras.

—Solo te pido una cosa Finn, no quiero que te salgas de control —le dijo al chico de frente—. Un hombre gay no deja de ser un hombre y si se junta con otros hombres es peor... no puede haber peor combinación, así que... respeta la casa donde te criaste por lo menos y no vuelvas a hacer lo que hiciste hoy.

—Si lo hubiese hecho Clark con una chica, sería normal para ti —Finn bullía con rabia—. Porque es lo que los adolescentes hacen, es normal... ¡Lo dijiste antes, que estaba bien para él traer chicas o coquetear con ellas en frente de otras personas porque es joven! ¿Yo no puedo hacerlo?

—¡Tú no eres... como Clark, eres...! —algo en ella, tal vez una pizca de respeto por su hijo que aun estaba escondida por allí, parecía no permitirle terminar las frases bien.

—Soy un marica —terminó Finn por ella—. Y eso no es normal... lo sé, lo he escuchado antes ¿Pero por qué todo es mi culpa? Tú me criaste, exactamente como a Clark ¿Por qué yo soy defectuoso y él no? ¿Por qué importa quién me gusta?

—Soy tu madre, quiero que tengas una vida normal...

—Menciona una sola persona homosexual que se haya vuelto vampiro luego de salir del closet porque de verdad no sé de lo que hablas.

—Sabes a lo que me refiero, tú no podrás... hacer muchas cosas.

—¿Cómo qué? ¿Follar a una chica? Genial, no me gustan.

—¡La gente se burlará de ti!

—La gente lo ha hecho pero no duele tanto como que se burle de ti tu propia madre, y encima crea que eres una zorra solo por ser gay ¿Qué persona homosexual te hizo tanto daño?

—La persona que separó a su familia —espetó el padre de Finn se de repente—. El hombre que se llevó a su padre.

—¡Cállate! —su madre se volteó, apretando los dientes—. ¡No hables de eso!

—Condenaste a nuestro hijo por un hombre que ni tú ni él conocen, él merece saberlo —sin parecer importarle, su padre procedió a hablar—. La razón por la que nunca conociste a tu abuelo fue porque él escapó con un hombre, probablemente el amor de su vida o algo así... conociendo a tu abuela, que ella descanse en paz si es que puede, nunca pude realmente culparlo.

—¿¡Qué estás diciendo!? —la mujer se veía furiosa—. ¡Cállate, no sabes cuánto sufrí por culpa de esa zorra!

—No, sufriste porque tu madre te hizo creer que eras una víctima, tu madre te metió en la cabeza que tu padre no te quería... he visto las cartas, Melody, tu padre te las envía cada año, aun te las envía... tú simplemente estás sufriendo por tu madre y lo siento mucho, pero ella está muerta y nunca hizo nada más con su vida que lamentarse —él se veía muy serio, pero Finn reconocía los ojos compasivos con los que estaba viendo a su madre, ella se parecía a Finn y su padre había siempre recalcado que no podía resistirse a esos ojos azules cuando lloraban y ella estaba intentando no hacerlo—. Me hiciste creer que eras la victima también, me alejaste de mi mejor amigo porque tenías miedo... no pudiste confiar en mí y estás lastimando a nuestro hijo por la misma razón... y creo que es suficiente, Melody, sé que también es mi culpa todo eso pero... no puedes obviar que también es la tuya.

Ella se sorbió la nariz y se limpió las lágrimas con una manga, como si no estuviese siendo afectada por las palabras de su esposo, como si él no estuviese diciendo nada.

—Ir al psicólogo te afectó —dejó salir lentamente—. ¿Por qué siquiera fuiste? No puedes borrar el que tú también te comportaste mal, no puedes simplemente empezar a actuar como el bueno del cuento ahora ¡No puedes!

—Se le llama redimirse y también deberías probarlo —él se cruzó de brazos—. Te ofrecí ir juntos.

—No lo necesito.

—Melody...

—Cállate, Carson, solo cállate y déjame en paz para siempre.

Ella salió de la casa apartando a Finn del camino y él vio a su padre moverse hacia la puerta pero se detuvo. Miró a Finn con una sonrisa forzada y el chico simplemente lo abrazó. Siempre pensó que volver a abrazar a su padre sería incómodo pero no lo era en ese momento, él sabía que su padre lo necesitaba tanto como él.

—No sabía eso de mamá —susurró Finn—. ¿Por qué nunca me lo dijo?

—Ella no es de hablar de sus sentimientos con nadie, es como una roca.

—Pero tú lo sabías.

—¿Por qué crees que se casó conmigo?

—Bueno, tienes razón —Finn ladeó la boca—. Sé que aun se aman.

—No sé sobre eso, prefiero que ella se ame a sí misma ahora... desearía que accediera a ir al psicólogo conmigo.

—Si todos nos unimos, incluyendo a Clark, podemos hacer que vaya.

—Deberíamos intentarlo, pero primero quiero ir a la boda de Gregory, apenas confirmé mi asistencia y... me envió un mensaje, no sé como contestar.

Finn miró a su padre, inseguro acerca de contestar un mensaje de texto y pensó en que tal vez nunca debieron tener hijos tan jóvenes puesto que el haber madurado rápido nunca había pasado y habían sido solo niños criando niños.

—Te ayudaré —dijo Finn.

Él en realidad tenía unas ganas inmensas de ir a escribirle a Gideon pero luego pensó que no debía y en vez de eso, le envió un mensaje a Parker. Lo había prometido y Gideon probablemente no quería escuchar sobre su cita.

Sin embargo, cuando Finn por pudo enviarle sus notas a Gideon y a Terra, Gideon no dijo nada acerca de ellas, lo primero que preguntó fue "¿Cómo estuvo la cita?".

Finn quiso sentirse importante y no había nada que lo detuviera de hacerlo.

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