Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⭐|Capítulo 11|⭐

De regreso a la escuela en un lunes por la mañana, ya estaba a un kilómetro en llegar, cuando apenas diviso en frente a muchas personas en la entrada estorbando.

Mierda, son reporteros esperando con desesperación una respuesta sobre All Might. Llevando la atención otra vez el pinchi héroe número uno.

Suspiré con desgano, no teniendo de otra más que caminar entre las personas desesperadas, tendré que ser “invisible”.

Con pasos decididos, después de aferrarme a la gorra, me dirigí hacia ellos en silencio.

Ya estando en la entrada, un tipo me agarró de los hombros volteándome, en milisegundos ya tenía un micrófono en frente mía.

—¡Oye, ¿qué opinas sobre All Might cómo profesor!?

—“Qué le importa.— Claramente no le diría eso directamente, pero tenía suerte la muy...

—¡Qué sea una respuesta resumida y convincente!

Estaba dispuesto a dejarlos en visto, cuando siento un jalón de mi mano izquierda por otro contacto, miré quien era... ¡¿Ehh!?

—Lo siento, pero vamos tarde a clase.— ¡¿Kirishima!?

Seguía halando de mí mano, apretándola un poco, sorprendiéndome. El pelirrojo me voltea a ver de soslayo, sonriendo.

—¿Vamos juntos a clase, Ueda-kun?

Yo lo miré neutro, suspirando nuevamente. Estaba a punto de negarme cuando Kirishima gritó de repente hacia alguien.

—¡Oe, Bakugō!—. Me hala aún junto con él, llevándome a rastras hasta el otro ojirrojo. —¡Buenos días! ¡¿Vamos juntos a clase!?

—No y ya déjame en paz.— El nombrado siquiera lo miró, tan sólo siguió caminando en silencio.

—Ah, está bien.— Sonríe de nuevo, dejando ver esos dientes de tiburón. —Sólo quedamos tu y yo.— Dijo entre risas, llevándome otra vez en la mano.

Puta madre.

Que aguante el KiriBaku y no este shipp raro: KiriUeda.

(...)

—Buen trabajo ayer en el entrenamiento de combate. Vi el vídeo y los resultados.— Espero que no me diga nada, ni quiero saber. —Bakugō, eres talentoso, pero no actúes como un niño.

El susodicho desvió su mirada fruncida. —Lo sé.

—Y Midoriya.— Uff, ahí todos posaron su vista en él. —Te la arreglaste para romperte el brazo de nuevo, ¿no?—. El peliverde baja la mirada apenado. —No puedes decir... que no hay nada que puedas hacer porque no controlas tu Kosei. No me gusta decir la misma cosa una y otra vez. Siempre que puedas controlarlo vas a ser capaz de controlarlo.

Eso reanimó a un problemático peliverde, quien no pudo evitar sonreír por el “consejo” indiferente que le dio Aizawa-Sensei.

—Es una urgencia, Midoriya.

—¡Sí, señor!

—Ahora, seguiremos con las tareas de la clase. Perdón por comunicarles tarde, pero el día de hoy tendrán que...

—“¡¿Tomaremos un examen especial otra vez!?”— Estos están desesperados, aparte que Aizawa-Sensei se detuvo en el momento justo.

—Decidir un representante de la clase.— Lo dijo bien estoico el maestro.

—“¡Es una actividad normal de escuela!”— Se aliviaron, ¿cómo carajos piensan al unísono?

En cuanto terminó de explicar la tarea nuestro Sensei, el pelirrojo hiperactivo se levanta de su lugar, gritando eufórico.

—¡Yo quiero ser el representante! ¡Elíjanme!—. Safo.

—Yo también quiero serlo.— Levantaron al mismo tiempo la mano Kaminari y Jirō.

—Es un trabajo hecho para m-.

—¡Yo seré el líder!

¿Aoyama y Ashido? Safo.

—¡Mi propuesta es que todas las chicas usen faldas de 30 centímetros por encima de las rodillas!—. Lo mataré con la Death Note.

—¡Dejénmelo a mí!

¿Bakugō como representante de la clase? Mejor me suicido antes de que él haga la tercera guerra mundial.

—¡Silencio, por favor!—. Calló Iida-kun a los que querían tomar el papel del Presidente de la Clase, haciendo que también lo mirara sabiendo lo que iba a argumentar. —¡El trabajo de líder es una gran responsabilidad! No es un trabajo para cualquiera que quiera hacerlo. ¡Es una llamada que requiera la confianza de todos los que lo rodean! Si buscamos usar la democracia para decidir un verdadero líder... ¡deberíamos hacer elecciones para decidirnos por uno!

Todos no dejaban de ver al pelinegro contar todo eso tan diligente y recto, pero se notaba a leguas que quería tener ese puesto más que nada.

—¡Tu mano está muy alzada!

¿Lo ven?

—¿Por qué sugieres eso?—. No falta la estúpida pregunta que hizo Denki, hizo que lo mirara incrédulo.

—No nos conocemos hace mucho tiempo. ¿Cómo podemos confiar en alguien, Iida-chan?

—Si ese es el caso, y cada uno votara por sí mismo...

—Es por eso que el que reciba múltiples votos, puede ser considerado una persona capaz.— Ahora se dirige al profesor ya convertido en “gusano”, gracias a su saco. —¡¿Qué piensa, Sensei!?

—No me importa, siempre que lo decidan antes de que la clase termine.— Se tira al suelo, me sacó una gota en la sien por lo soso que es el Héroe Borrador.

—¡Muchas gracias!

Suspiré pesadamente, golpeando mi cabeza de lado hacia mi escritorio. Pensando con irritación.

Quiero irme al mundo de Naruto.— Para variar, allá en ése mundo tienen muchos maestros que enseñan bastante bien.

(...)

Los resultados de las elecciones fueron así, quien obtuvo más votos fueron Midoriya (por tres votos), y Yaoyorozu Momo (por dos votos). Yo no voté por nadie sabiendo lo que pasaría después.

El peliverde exclama sin poder creerselo él mismo que fue votado, obviamente sabía quienes eran, y par su suerte, Bakugō no lo sabía.

—¡¿O-Obtuve tres votos!?

—¡¿Por qué Deku!? ¡¿Quién votó por él!?

Preguntaba alzando su voz gruesa e intimidante, para Bakugō era una sorpresa que alguien sin Quirk fuese votado así de fácil.

—Bueno, es mejor que votar por ti.— Sinceró el pelinegro que se llama Hanta Sero, mirando a Bakugō con una gota en la sien.

—¡¿Qué dijiste!?

Me tapé los oídos sin cambiar mi expresión neutra ante toda la escena que estábamos pasando. Justamente escuché los pensamientos de Uraraka mientras ella chiflaba.

—“Me daría miedo que Bakugō se dé cuenta...

—Cero votos. Sabía que pasaría...— Musitaba Iida apenas audible con un tono decepcionado y triste. —¡Es esperable para alguien que no se votó así mismo!

De verdad quería ese puesto. Se me cae una gota en la sien.

—Votaste por alguien más, ¿eh?

—Pero también querías serlo. ¿Qué piensas hacer, Iida-kun?

Pff, dejen de estarle recalcándole que acaba de perder el puesto.

(...)

Ya en la hora del recreo, los demás se fueron a hacer lo suyo, mientras yo me quedé en el salón leyendo al mismo tiempo que comía mi preciado pudin. No quería juntarme con Kirishima ya que metió a su mini grupo al wey explosivo. Aparte de que miré en el futuro de que Bakugō me estaría fastidiando, así que nop.

Estaba a punto de guardar mi libro ya que me aburrí en leerlo, cuando escuché la alarma de la Academia.

Rápidamente reaccionó el sistema que la puerta del aula y las ventanas gigantescas se cerraran con protección exagerada, sacándome una gota en la sien por tercera vez en el día. No me sorprende.

No me movía de mi lugar para nada, ni siquiera un milímetro, en seguida me llegó la conclusión de quienes activaron la alarma eran los estúpidos reporteros con su obsesión de meterse en la vida diaria de los demás. En serio, ¿no tienen mejores cosas que hacer aparte de acusar a la gente?

Puse ambos brazos cruzados recargados en mi escritorio, acto seguido de recargarme en ellos como si estuviera durmiendo, técnicamente lo haré para ver que sucede afuera; usaré una habilidad que no he utilizado en mucho tiempo: la Proyección Astral. (26)

Básicamente saqué mi subconsciente mientras estoy dormido, para aventurarme y averiguar que cojines pasa afuera. No uso la teletransportación porque por ende llamaría la atención de ver el chisme. En fin.

Fui levitando hacia afuera del aula hasta toparme con el exterior, volteando hacia mi izquierda. Y en efecto, toda esa gentuza estaba parada en la entrada del edificio, volé hasta donde estaban ellos, viendo quienes “trataban” de parar la prensa Aizawa y Yamada-Sensei. Pobres, no pueden ser tan persuasivos con esa gente mediocre.

—¡Dejen salir a All Might! ¡Está aquí, ¿no!?

—Les dijimos que no está aquí.

—¡Si sólo nos da un comentario corto, nos iremos!—. Exclamó desesperado otro reportero.

—Si les da un comentario querrán otro y así seguirán. Ustedes son así.— Les dijo con serenidad a la gente, queriendo que ya se fueran.

Con mi sentido agudizado del oído (27), alcancé a escuchar lo que decía Present Mic al pelinegro.

—Están pasando ilegalmente, ¿sabés? Podríamos llamarlos villanos. ¿Está bien que los golpeemos?

—No lo hagas, Mic. Escribirán un montón de cosas malas sobre ti. Esperemos a la policía.

Al parecer Aizawa-Sensei convenció a Yamada para que no hiciera de las suyas. El pelirrubio chasquea la lengua sin tener de otra.

Presenciar tal escena hizo que mi cara fuese épica; a lo Poker Face. Solté un suspiro con irritación sobándome la sien. No sé porque vine a ver el chisme. Pero bueno.

Estaba dispuesto a retirarme del lugar, cuando algo me llamó la atención. Giré mi cuerpo de nuevo, pero está vez, miré la entrada/salida de la U.A. hecha cenizas. Me acerqué a ésta sin dejar de levitar, cuando ya estuve ahí, bajé mi cuerpo al suelo, hincándome en el acto. Lo toqué para poder retroceder en el tiempo la escena, y así saber quien había sido el causante de todo este ajetreo.

(...)

Sentía que movían mi hombro, abrí los ojos de golpe levantando la cabeza de igual modo, sin querer había golpeado a alguien porque escuché un quejido.

—¡Tch!

—Te lo dijimos Kaminari, pero como siempre eres muy terco.— Era la voz de Sero. Así que, quien se quejó fue el ojiamarillo.

—Cielos, Ueda-kun. Tienes la cabeza dura. ¡Pero no te preocupes, estoy bien!—. ¿Creés que me importa? Fue tu culpa de haberme tomado con la guardia baja.

Los observé con el ceño fruncido, mirándolos seriamente. Desvié mi vista en ellos, ahora mirando a los demás veo que están con sus rostros aliviados. Debe ser por lo de hace rato.

Por sólo una alarma dieron directito a la fuga. Vaya reacción.— ¿Sarcástico? Tal vez. A pesar de que no era la primera vez, siguen con lo mismo.

Bajé la mirada topándome con mi pupitre, no podía olvidar lo que acabo de ver en esa escena, aquél peliceleste de ojos rojizos, pasó por mucho que hasta me dio lástima. Él ha cometido un error en meterse con la U.A.

Mientras no me involucre con ése, todo bien.

—Por cierto, Ueda-kun. ¿Qué hacías aquí en el aula en la hora del receso?

Limité a subir y bajar los hombros indiferente, evitando su pregunta que obviamente no respondí. Kaminari es un completo chismoso y casualmente muy curioso, se supone que es un pervertido.

Pasaron apenas unos cuantos minutos en que todos estuviesen sentados en sus lugares. Apenas Aizawa-Sensei entra y se mete en su saco de dormir, la clase ya había empezado.

Yaoyorozu y Midoriya se pusieron al frente del escritorio, miraba al ojiverde que él está muy nervioso y se pone tenso al estar en frente: típico.

—Ahora debemos decidir los oficiales de las otras clases.— Comenzó anunciar Midoriya sin dejar su nerviosismo de lado. —Pero antes... ¿Puedo decir algo?—. Adelante, tómate tu tiempo. —¡Pienso... que Iida Tenya debería ser el representante!

Todos se sorprendieron por lo dicho del peliverde, pero Iida se mostró confundido.

—Fue capaz de llamar la atención de todos de una forma genial. Pienso... que sería mejor que Iida-kun lo haga.— Lo mira con un sonrisa.

—Creo que también es buena opción.— ¿Creés, Kirishima? —Midoriya lo dice, y es verdad que Iida fue de gran ayuda hoy en la cafetería.— Bueno, tiene sentido, ellos dos fueron testigos sobre el potencial que tuvo Iida en ese momento.

—Sí, él fue la persona de la salida de emergencia, ¿no?

—Están malgastando tiempo.— La voz gruesa y monótona del ojinegro asustó al pobre Midoriya. —No importa lo que hagan, sólo apúrense.— Se vuelve a recostar.

Observé que Iida-kun se levanta de su lugar, diciendo con seriedad. —Si el representante de la clase me nominó, entonces no hay discusión.— Levanta su brazo por equis razón. —Desde este día en adelante, yo: Iida Tenya, ¡prometo dar lo mejor para cumplir los deberes de un representante de clase!

—¡Contamos contigo, Salida de Emergencia!—. Tan rápido y ya se olvidaron de Midoriya y especialmente a Yaoyorozu.

—¡Salida de Emergencia Iida! ¡Da lo mejor!

—¿Qué hay de mí...?—. Se los dije.

No puedo creer que más adelante se vuelva algo nefasto y fatídico para los demás, porque para mí, será aburrido.

Aparte, siento que alguien me observa, lo ignoraré por hoy.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro