Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día Dos

Llegué al apartamento y Carla aún dormía, Melania sin embargo estaba sentada a la mesa del comedor tecleando algo en su ordenador. El vecino del 105 me había ayudado con las jabas porque además de las que me había dado Filippo, traía las del mercado.

Me desperté a las cinco como todos los días, Filippo aún dormía y decidí pedir un taxi. Se despertó al escuchar mi voz y le expliqué que tenía clases a primer turno y debía llegar temprano que no podía esperarlo. Me dió unos cuántos billetes que no conté y me dijo que con eso pagara el taxi y fuera al mercado por alimentos. Así lo hice. Compré pescado fresco, frutas, vegetales, pan, una botella de vino, mis latas de aceitunas que no pueden faltar, una caja de camarones para Melania y coctel de frutas para Carla.

- Buenos días- La saludé y agradecí a mi vecino que colocó los bolsos sobre la alfombra a la entrada del apartamento.

- Buenos días- Melania me miró -¿ Y todo eso? ¿Te ganaste la lotería?

Dejó el ordenador a un lado y me ayudó a desempacar. Empezó a sacar cada una de las cosas que me habían regalado y las que compré, haciendo preguntas de los precios y queriendo que le diera cada detalle de todo lo que me había ocurrido la noche anterior.

- Ya te dije que no te voy a contar nada hasta que no esté Carla porque entonces tendré que hablar doble.

- Lo que pasa es que tú la quieres más a ella- Hizo pucheros como los bebés. Melania tiene voz de niña y a veces hace gestos de bebé que nos hace reír siempre pero es muy responsable y seria con sus estudios y en las labores de la casa.

- No es así, las quiero a las dos igual- Le contesté abrazándola en el momento que salió Carla.

- ¿Y no hay un abrazo para mi?- Abrí un brazo para que se uniera, Melania también lo hizo y nos abrazamos las tres-¿ Qué celebramos?

- La venida de Filippo- Respondió Melania riendo.

Carla siguió para la cocina a preparar el desayuno, Melania y yo la seguimos y nos sentamos en las banquetas del desayunador y les conté todo lo sucedido en la noche anterior.

- Yo todavía no entiendo porqué sigues con Filippo si te encanta el Puma- Comentó Carla mientras desayunábamos.

- Es que Filippo le da lo que no le da el Puma y a la vez el Puma le da lo que no le da Filippo- Esto último lo dijo Melania moviendo las caderas.

- No seas pesada- le di una palmada suave en el hombro y luego dije con seriedad - Es que realmente no he podido separarme de Filippo, ya son unos cuantos años con él y cada vez que digo "Ahora si, hasta aquí" se aparece con más regalos, más detalles, sin mencionar lo que ya ustedes conocen de nuestra relación y que fue el primer hombre en mi vida. Y....

- ¿Y porque haya sido el primero seguirás siempre con ese vie...- Carla se interrumpió sabía que no me gustaba que le dijera viejo a Filippo. Nos miramos.

- ¿Y yo no entiendo cómo ayer me ayudaste a vestirme si sabias que iba a salir con él?. Además siempre lo haces.

- Y no lo hago por él, me gusta que te pongas mis diseños, cuando lo hago me haces sentir bien y nunca me dejas vestirte cuando sales con el Puma. - Estaba realmente seria, tal vez molesta. No dejé de mirarla, también seria, hasta que Melania nos hizo reír.

- Porque al Puma le gusta más desnuda. - se levantó, cogió su portátil y se despidió tirándonos un beso. - Hasta la tarde. Y no discutan más, parecen...

No terminó la frase, cerró la puerta del apartamento al salir dejando un aroma suave a colonia de jazmín. Carla continuó en la cocina fregando y acomodando las compras. Estuve unos minutos mirándola en silencio.

Ella tenia razón. Hace tres años conocí a Filippo en un día de Ciencias y Arte que hacían en la Universidad. Melania y yo estábamos en la preparatoria y participamos en un concurso que nos abriría las puertas del Instituto. Él formaba parte del jurado y seleccionó nuestro trabajo entre otros veinte. Al terminar la presentación nos invitó a cenar y a un encuentro con miembros de su empresa, quería que optáramos por el diseño automotriz, según él veía talento en nosotras. No sé si era cierto, lo cierto fue que me pidió mi número de teléfono y empezaron las invitaciones. No lo rechacé, por el contrario cada vez disfrutaba más de su compañía, me hacia sentir una princesa.

Una tarde, no sé ni por qué me quedé con él en una habitación de un hotel después de una recepción con unos clientes. Tuvimos sexo. Para mi la primera vez. Y cada vez que viene de vacaciones o por problemas de trabajo, me busca y pasamos el tiempo juntos. Cuando no estoy con él pienso en terminar la relación, sólo por la diferencia de edad, me lleva veintidós años, pero cuando está conmigo...

- Despierta que vas a llegar tarde a clases. - Carla interrumpió mis pensamientos. Ordené en mi habitación los regalos de Filippo y después de un baño llamé al Puma.

- No muñeca, coge un taxi, estoy en clases. Nos vemos aquí y te invito a almorzar.

- Está bien. Nos vemos. Un beso. - Colgué y llamé un taxi.
.......
Llegué justo cuando cerraban la puerta.

-Profesor espere - empujé la puerta. Allí estaba él mirándome con cara de no dejarme entrar.

-Por ser la primera vez, la voy a dejar pasar, pero que no se repita, por favor. - me dio la espalda y fui hasta mi mesa. - Hoy vamos hablar de los colores, cómo combinarlos, conoceremos los contrastes y las analogías, ese es el objetivo de la clase....

Cincuenta minutos después.
-Y quiero los trabajos para el martes y son individuales. El diseño de una tela estampada donde apliquen los conocimientos adquiridos hoy.- recogió sus documentos y salió.

Algunos se reunieron a conversar, aún faltaba otro turno de clases y debíamos esperar. Por el alta voz se oyó: "Apoye a nuestro equipo de basket, este domingo se enfrentarán contra los Búfalos de La Coloma. Las Panteras de nuestro Instituto jugaran para ganar un puesto en las nacionales."

Los varones se alegraron, gritaron casi a una voz "Las Panteras ganarán" y algunas muchachas se unieron. Me quedé mirando el espectáculo, alguien se me acercó y me preguntó si el Puma iba a jugar pero no esperó mi respuesta y se unió al grupo donde le contestaron que eso era seguro. Las bromas y risas continuaron hasta que entró la profesora de Litografía. Era una señora mayor con espejuelos cuadrados que miraba por encima de ellos, caminaba despacio por toda el aula y hablaba despacio también quizás para que entendiéramos bien la técnica. Había llevado bocetos de trabajos hechos por estudiantes de cursos anteriores y cada estudiante debía hacer un comentario. Así transcurrió la clase. Al salir el Puma me esperaba en el pasillo.

-¿Tienes hambre? - ese fue su saludo - ¿o solo deseos de almorzar?

-No será lo mismo - le respondí fingiendo disgusto.

Me abrazó, besó mis labios sin importar que nos miraran y tomándome un brazo casi me haló escaleras abajo hasta el parqueo donde nos esperaba su moto. Tomó la calzada hasta La Plaza Central y se desvío para la Feria. Nos bajamos del motor. Ray lo llevó de la mano hasta un puesto de comida mexicana.

Pidió dos tacos y le echó picante al que mordió.

- ¿Quieres?- Me extendió el envase.

- No- y aparté mi taco, al morderlo la salsa embarró mi boca y corrió por entre los labios, el Puma se apresuró a lamer mi cara y terminó besándome.

Pidió otro taco y repitió la dosis de picante. Pagó y caminamos por toda la avenida a lo largo de la playa donde existían más puestos de comida rápida. Al final de la vía había un puesto de cerveza y nos sentamos en los bancos de madera que habían al frente. Buscó dos, luego dos más hasta llegar a tomarnos cuatro cada uno. Entre cerveza y cerveza hablamos de motos, de deportes, de mis nuevos diseños de zapatos, de querer reproducir mis muñequeras con una pequeña empresa que se estaba formando...

- Y no me has dicho, ¿Cómo te fue ayer con tus padres?- Se borró la sonrisa de su rostro.

- No quiero hablar de eso, y no quiero que me vuelvas a preguntar- Se levantó - Vámonos.

También me puse seria. Arrancó el motor sin decir nada, esperó que me montara y fuimos hasta su casa. Era un chalet de paredes blancas, ventanas también blancas con marcos en gris y la cubierta a dos aguas en rojo, se encontraba al final de la playa cerca de los riscos; estaba rodeada por muros de ladrillo de barro rojo sin revestir, por un lateral existía un pasillo hacia una terraza techada que daba acceso al salón principal y a la piscina; entramos por éste hasta la terraza sin bajarnos del motor.
Se detuvo, me bajé y esperé que el Puma se bajara. Se apoyó del motor y me abrazó. Quizás no existan muchas personas que tengan la facilidad de cambiar de humor en menos de un minuto.

-No te preocupes, estamos solos. Mis padres salieron para la Capital esta mañana.-su voz era suave.

Nos besamos por unos instantes, me quitó la chaqueta y me dejó en sujetador, me subió al motor de lado y siguió besándome los labios y el cuello mientras corría sus manos por mis muslos dentro de mi saya, me quitó las bragas agachándose y al subir recorrió con sus labios mis piernas, mi vientre hasta mi boca. Hicimos el amor sobre el motor. Con el Puma si podía decir que hacía el amor y no sexo, el Puma lograba que mi cuerpo se estremeciera con tan solo rozar mi piel. Con Ray no había esquemas, no tenía que existir una cama de hotel para amarnos, solo el deseo de amarnos.

Y no terminaba hasta saber que había logrado un orgasmo en mí y luego me llenaba de besos, de caricias, me abrazaba como si no quisiera apartarse de mí, me hacía preguntas de cómo me había sentido, quería saber todo lo que pasaba por mi mente y mi cuerpo en ese momento. Con el Puma no sé que viene después.

Me terminó de desvestir dejando toda la ropa sobre el suelo y se desnudó también. Me agarró una mano y me llevó despacio hasta la piscina, nos tiramos al agua al mismo tiempo. Nadamos una piscina y al volver casi a mitad me paré, siguió nadando unos metros más y también se paró, volteó a mirarme y se acercó.

-¿Qué te pasó? - con una de sus manos echó mis cabellos para atrás.

-Me siento agotada. - Sonreí - ¿No sé cómo puedes tener tanta energía después de tener sexo?

Me abrazó, me besó los labios, el cuello, los hombros, los senos, se hundió en el agua y seguía besando todo mi cuerpo, de pronto subió jadeando pero no dejó de besarme.

-Es que tú eres mi droga. - salimos y no me dejó caminar, me cargó hasta una de las tres tumbonas que habían. - Voy a traerte algo de tomar.

Me cubrí con una de las toallas que estaban sobre una mesa y me quedé mirando las estrellas. El Puma reapareció con dos jarras con cerveza. Empezaba a tomar cuando sonó su teléfono.

-Dime- contestó alejándose- estaré ahí en unos minutos.

Se tomó sin parar todo el contenido de su jarra, sentado en la tumbona frente a mi, me dijo que tendría que salir unas horas y que podía quedarme allí esperándolo.

-Sabes que no me gusta quedarme aquí sola. ¿No puedo ir contigo? - ya me había parado y secaba mi cuerpo.

-Vamos si quieres. - nos acercamos a la terraza él me abrazaba, nos vestimos y salimos.
......
La autopista estaba solitaria y oscura. A unos metros más se divisaban las luces y la música se empezaba a oír a medida que nos acercábamos. Eran incontables los autos y motos parqueados, como incontables las personas entre hombres y mujeres, tomando, riendo, bailando algunos. Un hombre alto, sin cabellos, fuerte, de nariz y labios gruesos se acercó a nosotros.

- Solo estaba esperando por ti.- El Puma sacó su billetera y le dio unos cuantos billetes.

-Mil, si quieres lo cuentas. Uno a tres a Charly, tú sabes, cómo siempre. - el hombre se alejó con el dinero.

Sonó una corneta o algo parecido. Algunos empezaron a correr, otros se montaron en las motos y paraban todos a lo largo de la vía que se iluminó de pronto. En un altavoz se escuchó que iba a empezar la carrera. El Puma estaba de lado con los dos pies sobre el suelo. Los autos arrancaron y pasaban frente a nosotros a alta velocidad. Cinco vueltas completas a un circuito improvisado. En las tres primeras vueltas Charly iba en segundo lugar ya en la cuarta había rebasado la diferencia entre el primer auto y el de él y en la quinta y decisiva no solo los sobrepasó sino que le llevó unos cuántos metros de ventaja. Cuando pasó el último auto aumentó la algarabía y más aún cuando anunciaron la victoria de Charly. Las luces de la vía se apagaron y todos retornamos al terraplén donde seguía la música. El Puma me dejó al lado del motor y se alejó hasta donde estaba la multitud encima de Charly. Varios minutos después se acercó con una amplia sonrisa en su rostro.

- Llama a tus amigas- Arrancó el motor - Nos vemos en el club de Juanito, vámonos a bailar salsa!!
.......

Cuando entramos al Club, Melania y Carla ya estaban sentadas en el último sillón al final del gran salón. Tuvimos que esquivar a varias personas para poder llegar hasta allí. Dos jóvenes estaban diciendo algo a Melania y se fueron cuando vieron llegar al Puma.

- Mientras sea tu amiga me quedaré solterona, los chicos te tienen miedo- fingió disgusto y cruzó los brazos sobre su pecho. Él le agarró un brazo y se la llevó a la pista de baile. Me senté al lado de Carla pero cuando le iba a hablar llegaron Charly y dos amigos. Traían jarras de cerveza, me brindaron pero negué con una sonrisa. Otra música más y el Puma y Melania no regresaban, desde mi asiento los veía bailar. Charly se llevó a Carla a la pista y me quedé con sus dos amigos que hablaban de carreras de autos y de apuestas, uno me invitó a bailar cuando me vio moviendo los pies.

-Ella no baila con otro hombre que no sea yo - El Puma me extendió una mano y lo miró. Melania se dejó caer en el sillón y rompió el momento de tensión que se había creado.

- ¿Me traes algo de picar? Tengo hambre.

Los dos jóvenes se levantaron.

-Disculpa, no sabia que estaba contigo- Le respondió el joven que me había invitado a bailar y miró fijamente al Puma que le sonrió y les hizo un gesto para que se sentaran.

-Esta noche yo invito, los amigos de Charly son mis amigos, pero, no miren a mi chica.- Sin soltarme fuimos hasta la barra. Pidió una bandeja de carne de cerdo frita con chatinos y siete cervezas. Le enseñó a la camarera adonde debería llevarlas y me llevó hasta el centro de la pista.

Entre cervezas y baile hablamos nuevamente de motos, de autos, de carreras, de apuestas pero también de modas, diseños, sueños. Charly no se separaba de Carla que no se decidía si tener o no una relación con él y Melania bailaba con los chicos alternándolos a su antojo. La música que ponían en el Juanitos Club era solo salsa. Canciones de Marc Antony, Gilberto Santarosa, Victor Manuel, los Van Van, Isaac Delgado, Adalberto Álvarez y por supuesto Celia Cruz se dejaban escuchar una tras otra sin pausa.
Casi nos sorprende la madrugada y casi cerramos el Club, fuimos unos de los últimos en salir. Una hora antes habían salido Charly con Carla y Melania con uno de los chicos. El Puma me llevó hasta el vestíbulo del edificio donde se despidió prometiendo llamarme cuando llegara a la casa de sus padres, pero si lo hizo, no lo recuerdo.

Cuando entré al apartamento Carla y Charly conversaban en la terraza y supongo que Melania estaría ya acostada porque no la vi en su sillón. Me tiré en la cama y si pasó otra cosa, lo borré completamente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro