Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día Cinco

Desperté de madrugada aún con el teléfono en mano. Lo revisé por si El Puma me había llamado y encontré un mensaje "Te amo" era todo lo que necesitaba saber. Sentí frío, me tapé con un edredón y volví a quedarme dormida.

Los golpes en la puerta me hicieron saltar. Miré el reloj, me quedaba solo una hora para bañarme, desayunar, vestirme y estar en el salón. El seminario era en el primer turno. La voz de Carla sonaba del otro lado de la puerta.

-Llegaras tarde si no te apuras.

No sé cómo lo hice pero en menos de media hora ya estaba lista y sentada a la mesa con mis amigas. Carla había preparado un manjar para desayunar pero solo tomé un vaso con jugo de naranja y dos rodajas de queso. Me levanté sin hacer comentarios de las cosas que ocurrieron el día anterior. Carla y Melania me miraban con cara de querer hacer muchas preguntas.

-Yo misma no sé por qué actuó así. -solo dije esta frase y agarré mi carpeta.

En el vestíbulo del edificio quise llamar al Puma pero pensé que era mejor no hacerlo. Salí a la calle para hacerle señas a un taxi cuando sentí un sonido de motor demasiado conocido. Mis ojos se negaban a ver por no creer lo que estaba viendo. El Puma frenó frente a mi.

-Llevo horas esperándote, vas a llegar tarde.

Me quedé muda del asombro pero con una inmensa alegría.

-¿Qué haces manejando con un yeso en la pierna? -pregunté sin montarme y mirando sus ojos grises brillar.

-¿Vas a regañarme o vas a montar? Vas a llegar tarde.

Subí al motor y lo abracé. Besé su espalda y apreté mi pecho fuerte contra él. Esta vez solo le tomó 20 minutos llegar al Instituto. Me bajé y no tuve tiempo para despedirme, un beso en sus labios y haciendo señas con la mano le indiqué que lo llamaría. Sonrió y sentí el ruido del motor al arrancar mientras corría escaleras arriba. Tuve que extender una mano para evitar que cerraran la puerta del salón. La profesora me miró sin hablar, con esa mirada dura de "no lo vuelvas hacer" o "estás llegando tarde". No sé por qué asentí con la cabeza, cómo si supiera lo que ella estaba pensando y me dirigí a mi asiento.

La profesora explicó cómo sería el seminario, la forma de la exposición, el tiempo de duración y algo que me puso un poco nerviosa, sería evaluativo y daría pase a los exámenes.

-Quién no pase el seminario no tendrá derecho al exámen final.
Algunos empezaron a hablar en voz baja.

La profesora, que le gustaba dar paseos por el aula, estaba de espalda al grupo, se volteó y todos callaron al mismo tiempo.

-¿Alguna duda?- esperó unos segundos y prosiguió- me lo imaginé.

El turno para exponer se sacaría de una cajita de color negro que ella había preparado. En el salón éramos 16 estudiantes. Cuando llegó mi turno de escoger pensé en que era la primera vez que me sentía insegura con alguna materia y en ese momento mis deseos eran ser una de las últimas en exponer. Miré el número que saqué, sonreí, el 11, no era un mal turno.

Cada estudiante tendría quince minutos para explicar su tema y cinco para responder a las preguntas. Empezó la primera exposición Hansel, su tema era sobre la arquitectura antigua de los romanos, se expresaba claro y a veces provocaba sonrisas en algunas personas porque era amanerado, no podíamos decir que era gay porque no se le conocía pareja, de ningún sexo. Los primeros veinte minutos fueron interminables, pero el resto de los minutos hasta las dos primeras horas los sentí que transcurrieron más de prisa. La profesora nos concedió veinte minutos más para ir al baño y merendar. Algunos se levantaron y salieron, yo preferí mi teléfono y llamar al Puma.

-"¿Ya terminaste?"- Fue su saludo.
-"No, dieron un receso, faltan cuatro exposiciones delante de la mía. Amor, estás loco, ¿cómo puedes manejar así? El doctor..."
Interrumpió mis palabras.
-"Mi chica preciosa, solo fui a buscarte. Estoy en casa de mis padres, vine en taxi no te preocupes, haré reposo, por hoy." - y su risa sonó en mis oídos.
-"Pero debes cuidarte, si no haces reposo..."-volvió a interrumpir mi consejo.
-"No voy hacer reposo Alex, hoy nada más, mañana tengo una carrera y no puedo faltar. Cuento contigo para que me acompañes. No me hagas lo mismo que me hiciste con el juego. Por tu culpa perdimos."
-"¿Por mi culpa?"- aumenté el tono de voz y varios compañeros de curso me miraron. Salí del salón para el pasillo- "yo no fui quien te hizo daño en la pierna ni mucho menos soy jugador de tu equipo. ¿Por qué tienes que echarme la culpa?"
-"Tú eres mi amuleto de la buena suerte - oí su respiración- si no hubieras llegado tarde y me hubieras dejado besar esos labios, ver esos ojos verdes tan hermosos, tocar esa ave fénix que tatué en tu espalda, los Panteras hubiéramos ganado porque estarías ahí a mi lado y ese inválido de Gabriel no se hubiera salido con las suyas."
-"¿Inválido?"- dudé asombrada- "Gabriel no es inválido."
-"Pero lo será."
-"Puma, amor mío, no te vayas a ..."

Colgó y me sentí molesta pero al menos ya sabía porqué se había comportado de la forma en que lo hizo el día anterior. En ese momento algo malo pasaba por su cabeza y yo tenía que enfocar la mía en el seminario y no pensar en nada más.

La profesora nos llamó y la presentación de los trabajos continúo. Una hora había transcurrido desde que tuvimos el receso. Le tocó su turno a Franchesca, era una muchacha un poco tímida, flacucha, con lentes más grandes que su rostro. Demasiado blanca y de cabello demasiado negro. Tuvo que hablar de pintura en la Grecia antigua. Cuando terminó su exposición la profesora le hizo una pregunta. Mientras respondía mi mente voló a los brazos del Puma, me preguntaba ¿Cómo sería capaz de correr con una pierna enyesada? Tenía una apuesta que ganar ¿Con quién? ¿Habrá retado a Gabriel para desquitarse? No, él no era así. Rayner era respetado por todos en el Instituto, era respetado por muchos en los lugares que frecuentábamos pero no creía que fuera por ser un joven violento. Era respetado por ser un líder en el deporte, por ganar carreras de moto clandestina, por repartir el dinero que ganaba entre sus amigos o donarlo al orfanato de la comunidad, era respetado por trasmitir alegría a cada rincón que llegaba, lo respetaban no por su estatura sino por su corazón. Es verdad que el tono de su voz impresionaba a cualquiera, pero era el ser más agradable que había conocido. Y sus besos, sus caricias...

-Erika Alexandra!!!

El grito de la profesora me sacó de mis pensamientos. La miré sin hablar.

-Es su turno para hacer la pregunta a la exponente.

Miré a Franchesca, no sabía que le iba a preguntar, no supe qué le había faltado a su exposición. De pronto recordé la foto de un jarrón antiguo que Filippo me trajo de Italia. La muchacha había encogido los hombros y me miraba con ojos tímidos. Asentí y le sonreí.

-El arte griego buscaba la belleza idealizada, -inicie mi pregunta- consideraban la pintura como una de las formas más altas del arte, la figura humana se convierte en el tema decorativo más importante. ¿Puedes mencionar algunas obras destacadas del pintor Exequias?

La vi sonreír en señal de aprobación a mi pregunta y de que sabía la respuesta. Se expresó de forma clara y se refirió a varias obras del pintor entre ellas la que Filippo me había obsequiado.

Veinte minutos más tarde tuve que exponer mi trabajo. Tendencias greco romana en la moda actual. Así era el título que había escogido. Me apoyé en algunas imágenes que bajé de internet de fotos de mujeres y hombres exhibiendo atuendos de la época que debía exponer y las comparé con fotos que tomé del desfile de modas de Elie Saab y de Tony Ward inspirados en la moda antigua grecorromana. Mi exposición duró los quince minutos reglamentario. La profesora no me hizo preguntas solo sonrió y dio paso a Freddy que debía preguntar sobre el trabajo. Su cara mostraba una picardía y una sonrisa maliciosa. Seguro preguntaba algo sin respuesta fácil, era su costumbre.  Sonreí pero estaba realmente tensa.

-En tus diseños he visto tendencia grecorromana, casi idénticas a los antiguos. ¿Te vas a dedicar a este tipo de copia o cambiarás tu estilo de diseño?
La profesora se levantó de su sillón.

-Esa es una pregunta personal y se deben hacer preguntas del trabajo lo expliqué bien claro en las reglas, tienes un punto menos. Aún asi- dijo mirándome- debes contestar la pregunta.

Moví la cabeza en señal de aprobación.

-Por lo visto no has adquirido ninguna de mis piezas porque si lo hubieras hecho te darías cuenta que son auténticas, no copias. - seguía sonriendo mientras me miraba y me iba enojando a medida de que hablaba- No diseño vestuario que es el tema de mi trabajo. Diseño accesorios para completar ese vestuario que otros diseñan, para enriquecer modelos que como los tuyos carecen de originalidad. Y no pretendo...

- Es suficiente Erika Alexandra.- la profesora continuaba de pie- tendré que quitarte un punto también por la respuesta personal.

Si me acercaban un mechero en ese momento explotaba el salón y hasta el edificio completo. Me senté sin que me lo ordenaran, estaba realmente muy molesta. La profesora me miró y luego se dirigió al resto de los estudiantes.

-Es una advertencia, todavía quedan trabajos por exponer, quién vuelva a incumplir las reglas quedará sin derecho a exámen.- hubo un silencio total en todo el salón.- el siguiente por favor, es el número doce.

Dos horas después bajaba las escaleras más rápido que de costumbre. Aún me sentía molesta, estaba tan concentrada en salir del instituto lo más rápido posible que no vi que cruzaba la vía sin mirar y un auto frenó bruscamente a mi lado. Reaccioné, levanté la mano en señal de agradecimiento pero el claxon comenzó a sonar. Enfoque mis ojos para la persona que manejaba y descubrí un rostro conocido.

Charly me hizo señas que subiera. Me senté a su lado, le sonreí pero no pronuncié palabra alguna. Charly arrancó también en silencio. Llegamos hasta el vestíbulo del edificio donde estaba mi apartamento. Antes de abrir la puerta le di las gracias.

-Por fin hablas- sonreí y él se apresuró a decir- Vengo a recogerte a las ocho. A ti y a tus amigas.

-No, Charly, gracias. Pero estoy agotada y prefiero descansar, además El Puma...

-El Puma me pidió que te llevara hoy al Casino Mar. Hoy será una noche de chicas. -lo miraba sin entender y al parecer comprendió el significado de mi mirada- no te asombres, él quiere que pases una noche divertida con tus amigas, solo eso.

-Está bien.- no tenía otra opción. Cuando El Puma pedía algo no podía negarme, no porque me obligara hacerlo sino porque no tenía la fuerza de voluntad para no hacer su deseo.- a las ocho entonces.
....
Las ocho. Melania, Carla y yo bajamos al vestíbulo. Cómo era lunes nos vestimos informal, nada de vestidos para una noche. Melania se vistió con un jean azul claro, una blusa blanca de tirantes y pico delante con la espalda afuera, se dobló en el brazo una chaqueta blanca, en los pies unas sandalias también azul claro de suela ancha. Carla prefirió una saya blanca con blusa verde de mangas largas recogidas en los puños y con los hombros al descubierto, se colgó al hombro el único bolso que llevábamos de piel marrón para que combinara con los zapatos, el diseño hecho por mi y confeccionado por Parker Company. Mi cuerpo exhibía un pantalón estampado como la piel de leopardo, un suéter negro y chaqueta de piel negra, en mis pies unos zapatos de punta fina de color negro. Esperamos a Charly que tardó unos quince minutos en llegar. Le dejamos el asiento delantero a Carla que nos miró sonriendo. Hablamos durante el viaje de la carrera que debía efectuarse al día siguiente, supe que era una apuesta de 100 mil dólares. Comentamos si El Puma tenía posibilidad de ganar.

-Él siempre gana.- fue la respuesta de Charly.

Recordé el juego de baloncesto que había perdido y que me había dicho que yo era la culpable. A mi mente vinieron sus palabras de que me necesitaba en la carrera para poder ganar. Aunque falte al último turno de clases seré la primera en llegar a la autopista.

Llegamos al Casino Mar, había un letrero en la puerta "Cerrado". Charly la empujó y entramos detrás de él, no sin antes mirarnos las tres asombradas.
Caminamos por el pasillo oscuro antesala del gran salón con mesas y una pista de baile en el centro, en un lateral varias puertas daban acceso a los diferentes juegos que se realizaban en el local. Una joven nos saludó y nos comunicó que podíamos tomar asiento donde mejor nos apeteciera. Habían dos mesas unidas y ocupadas por muchachas, reconocí algunos rostros, eran las porristas del equipo Las Panteras. Cuando nos vieron se acercaron a nosotras. La líder del grupo extendió su mano para saludarme y sin soltarme me habló.

-Estamos agradecidas de la invitación que usted y El Puma nos hicieron.- sostuve su mano y sonreí.

-Son bienvenidas, disfruten cómo nosotras también lo haremos.

Al soltar su mano el resto de las chicas dieron una vuelta al mismo tiempo, como si fueran hacer una coreografía y gritaron Puma. Sonreímos y nos sentamos en una esquina del salón. La joven que nos recibió se acercó a nosotras.

-¿Qué desean para tomar? Pueden pedir lo que quieran y la cantidad que quieran.- volvimos a mirarnos sin salir del asombro y pedimos tres cervezas Corona.
Charly se acercó a la mesa y sin sentarse nos habló.

- Este local cierra los lunes pero hoy está abierto solo para ustedes. Pueden tomar, comer y hasta jugar cuánto deseen. También hay un karaoke preparado con canciones dedicadas a las damas que hay aquí. -a medida que hablaba mis amigas y yo nos sonreímos y nos mirábamos una a las otras aún más asombradas- no habrá hombres para atenderlas, solo mujeres, será una noche de chicas. Ni yo puedo estar aquí. Solo habrá un escolta en la puerta. Así que pueden estar tranquilas. Paso a las doce a recogerlas.

Lo vimos alejarse. La joven mesera se acercaba con una bandeja llena de botellas de cerveza. Dejó tres en nuestra mesa y continúo para donde se encontraban las porristas. Seguí a Charly con la vista hasta el bar. Una señora se asomó al mostrador, Charly le habló y le tendió un sobre. Ella asintió, tomó el sobre, sonrió y desapareció detrás de una pared donde se exhibían todo tipo de botellas de vino, licor, ron y cerveza. Melania propuso un brindis. Alzamos las copas y empezó Carla.

-Brindo por ganar el concurso de diseño para artistas noveles.

Le siguió Melania.

-Brindo porque mi madre regrese pronto a casa con salud.

La madre de Melania pertenece a la brigada de Médicos del Mundo y se encontraba en África llevando donaciones para combatir el Ébola. Tocaba mi turno.

-Brindo porque El Puma gane la carrera de mañana.- nos llevamos la copa a los labios y bebimos hasta dejar el envase vacío. Reímos.

Se oyó la música de Amelie Lens y las chicas salieron a la pista. Nos miramos y también nos paramos a bailar. No sé cuántas horas bailamos ni cuántas cervezas nos tomamos. Cantamos en el Karaoke canciones románticas seleccionadas por El Puma, todas de mujeres famosas. Melania hizo de Paulina Rubio y no dejamos de reír. Se nos unieron las porristas y terminamos haciendo coro con Laura Pausini. Complacimos a mi amiga glotona con camarones enchilados, Carla prefirió un plato con carne de cerdo mechada y para mí queso y jamón adornado con aceitunas verdes y negras. La noche llegaba a su fin, parecíamos tres locas moviendo nuestros cuerpos, saltando solas en medio de la pista. Las chicas se habían marchado. Y seguíamos saltando cuando se abrió la puerta y entró Charly.

-Llegó la carroza princesas.

Carla recogió el bolso. Fuimos las tres a despedirnos de la señora y de la joven mesera. Vi encima de la mesa el sobre blanco, sobresalía por el lado abierto un cheque. La señora se levantó de su asiento y le entregó una nota a Charly diciendo.

-Las niñas son económicas, no le causaron mucho gasto.- empezó a reír a carcajadas- con la cifra que me dijo pueden volver el lunes próximo.

Charly le dio las gracias, mis amigas y yo asentimos sonriendo, agradecimos también y la señora respondió mirándome.

-Dele usted las gracias al Puma por aumentar mis ingresos.

Salimos del Casino Mar a las doce, había bajado la temperatura y nos abrigamos con las chaquetas. Charly nos abrió las portezuelas del auto, volvimos a dejar el asiento delantero para Carla. El regreso al apartamento lo hicimos cantando.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro