
Capitulo 13
Hiseli le dijo Armand que su madre y sus hermanos lo esperaban y él se tensó un poco al oírlo.
— ¿Ya entro?
— Sí, ¿la atenderás?
—Sí, pásale al despacho, en un momento voy.
— Como digas.
—Sólo necesito unos minutos para hacerme la idea.
—Lo entiendo.
Ella regreso a la sala e hizo pasar a los invitados al despacho, les dijo que su esposo los vería en un momento. Nunca dejo de mirar con hostilidad hacia las mujeres. E hizo una señal de sus dedos a sus ojos en un claro "te estoy viendo"
Armand volvió a ver a su madre después de dieciséis largos años, se veía acabada y maltrecha, muy delgada, probablemente desnutrida, pero su rostro aún conservaba una gran belleza y la expresión malévola y despectiva que le dedicaba siempre.
—Hola, Armand, te ha ido bien.
—Hola Amalia, por lo visto a ti no te ha ido bien.
—Sí búrlate.
Expreso con odio. Ella seguía odiándolo como el primer día, desde que se entero que él venia en camino.
—Bien, sé que quieres dinero y lo quieres de mí, irónico ¿no?, no puedo olvidar tu maldad, pero te enorgullecerá saber que aprendí bien tus lecciones, muy bien, al menos en cuestión de venganza.
— La venganza es un placer de dioses y desgracia de los humanos.
Dijo su hermana Nancy, quien también lo veía con desprecio.
—Que poética, pero no, es más bien el deseo irrefrenable de dañar a quien te lastimo, sin importar que para ello, te destruyas más.
—Que filosófico.
—Sí bueno, Bill me lo ha pegado.
— ¿Me ayudaras?
Pregunto la mujer con tono altanero, ni siquiera porque estaba allí para mendigar mostraba un poco de humildad. Era demasiado arrogante.
—Hablemos en privado, ustedes pueden esperar fuera. —Dijo a sus hermanos los cuales salieron y se quedaron en la sala, Nancy enfurruñada, Ernesto tranquilo suponía que necesitaba privacidad para enfrentarse a su madre.
—Bien ya estamos solos, ¿me darás el dinero o no?
—Tal vez, bueno en realidad he pensado mucho en lo del ojo por ojo, diente por diente, pero no soy tan cruel como tú, te diría que quiero verte esclavizada, es cierto, pero te pagare, así que digamos que es un servicio, un empleo.
— ¿Qué quieres decir?
—Trabajaras para mí, me harás el desayuno, la cena, limpiaras la casa entre otras cosas.
Ella sonrió maliciosa al oír su petición, decidió burlarse.
—Sé lo que quieres, lo que nunca obtuviste de mí, lo que nunca tendrás de mí, lo sabes muy bien y por eso estas dispuesto a pagar, pero no es real, nunca lo será, quieres mi atención, mis cuidados, que cocine para ti, hijito ¿que deseas comer? Quieres un desayuno con cereales o frutas, hijito ¿quieres que te cuide? Ja, ja,ja que patético que eres aun mendigando por mi afecto. Aun ahora me quieres aquí cuidando de tu casa, de ti. Quizá por unos cincuenta mil dólares lo haga, no, mejor unos cien mil y podría ser capaz de decirte palabras tiernas.
Las palabras causaron un dolor que calaba muy hondo. Después de todo ella era su madre y no era fácil aceptar que quien debía amarte más en el mundo, te despreciara de esa forma. Por supuesto no iba demostrarlo.
—Te sobrestimas Amalia, tú ya no representas nada para mí, hace mucho que te detesto y la verdad es que te había olvidado por completo, de no ser por Ernesto, ni recordaría tu existencia.
—Eso ni tú te lo crees, aun eres un niño tonto que añora mi amor.
—Lo fui hace más de veinte años, a ese niño tonto que te añoraba lo mataste ese día. —Se llenó la mano a la cicatriz aun cuando su fino traje la cubriera, la mujer comprendió al acto. —Entonces no podía comprender porque lo habías hecho. Ese niño brutalmente asesinado por su madre, el que se levanto después era otro, ya no significas nada para mí porque este, ya no es tu hijo. Considera que tu tercer intento de matarlo funciono. Este hombre no tiene ninguna relación contigo, te he superado hace mucho tiempo, no, esa no es la palabra, es el mismo cuerpo, pero no es la misma alma, Amalia, cuando matase a tu hijo, otro ente remplazo su cuerpo, solo que tardo un poco en desarrollarse y librarse de tu control ya que aún quedaban unas memorias, un poco de materia residual del antigua alma que lo moro. Ahora podría matarte con solo tronar los dedos si quisiera.
La mujer tembló ante sus palabras y más que nada su mirada. Se sintió asustada y de pronto sintió que en efecto no estaba ante el hijo que tanto rechazó y maltrato, era como si realmente hubiera sido reemplazado por una poderosa criatura sobrenatural.
—Ya no dices nada, por tributo al alma original del cuerpo que poseo, pensé en realizar una venganza contra ti, verte humillada limpiando y rebajarte como lo hiciste con él, pero es ridículo, quizá el mejor tributo sería enviarte a su lado y que él mismo tomé su venganza en el más allá.
¿Quién se encargaba de limpiar, tu esposa? Yo limpiare trabajare, pero favor solo...
Dijo temblorosa ese no era su hijo, ni un abogado ella estaba viendo un despiadado asesino, un monstruo.
—No, viene una chica todos los viernes por la limpieza y como ambos trabajamos, por lo general comemos en restaurantes, contadas excepciones en que ella cocina para mí. Pero ya no te quiero aquí, te lo dije ¿no? cambie de opinión y a Hiseli, seguro le desagradaría tu presencia.
—Tu esposa es odiosa.
Dijo Amalia con una mueca.
— ¿Te desagrado? ¿Por qué?
Me araño y me amenazo. — Acuso mostrando su mejilla levemente enrojecida. ¿Ella sabe lo que eres? Que tú, que no eres Armand.
El sonrío retorcidamente causándole escalofríos.
—Soy su esposo, soy Armand, su Armand, pero no soy el que solía ser tu hijo, eso ella por supuesto no lo sabe ¿qué clase de demonio sería si se lo hiciera saber? ¿Qué te dijo ella?
—Que me mataría sí... ¿Qué le has dicho de mí?
—La verdad sobre tu maltrato hacía él, pero no le dije que lo asesinaste, ella pensó que fue solo una lesión. No tiene sentido ¿cierto? ¿Como es posible que un pequeño pudiera sobrevivir a eso sin atención médica por años? Obviamente, no lo hizo.
—Eres un...
—Un demonio, sí, un desalmado porque no debí nacer y no tengo alma, eso solías decir, pero él tenia un alma que rompiste y que al final reemplace, la desalmada eras únicamente tú. Quizá deba llevate conmigo mi tierra natal, dejas en ridículo a mucho a los demonios que habitan allí. Mi tierra, Gehena en el infierno.
La sonrisa siniestra que le dedicaba la tenia pegada al piso, temblaba como una hoja y estaba segura que había mojado sus bragas hace mucho y no por cuestión placentera.
— Sólo tienes odio, tu...No molestare más, no me veras más no tienes que vengarte por él yo no...
—Eso le enseñaste. Pero yo no te odio, quizá debiera agradecerte al matarlo me diste un cuerpo, solo que a veces aun queda un chispazo de quien fue el alma original y siento la necesidad de destruirte en su nombre.
Sus hermanos se mantenían en silencio fuera de la estancia, no tenían idea de lo que estaba ocurriendo, Nancy, tenía el ceño fruncido y Ernesto miraba con tristeza un poco arrepentido de haber llevado allí a su madre, pensando en cómo se sentiría su hermano.
—Pero eso te ayudo a ti, no me hagas daño.
—¡No!, ya no más, ¡mamita por favor!, no me lastimes...Así solía suplicarte ¿verdad? dejo de pedirte amor después de los siete u ocho años, pero entones, su única suplica era que no lo hirieras más. ¿cómo me pagaras?
Él le dio la espalda unos minutos. Ella seguía fija en su sitio con la cabeza mirando al piso por el temor que estaba sintiendo.
—Te perdonare, pero dependerá de cuanto trabajes, aunque no aquí, en la empresa limpiando baños, tendrás un salario, pero no será suficiente para tus deudas, así que diles a tus hijitos que te ayuden. Si descubro que haces algo indebido te llevare al infierno, allí tu castigo será peor que lavar inodoros.
Dijo dándose la vuelta y mirándola fijamente. Ella grito asustada al verlo. Su mirada carmesí la dejo aturdida, Armand, solía tener los ojos azules, pero ahora.... Y esa expresión, finalmente se orino por completo manchando la alfombra.
—Armand por favor, yo te di la vida.
—Ja, ja, si como no, fue tú fracaso el que le dio la vida a él y tú se la quitaste. ¿Entonces aceptas tu nuevo trabajo madre? —Dijo poniendo énfasis a la última palabra. —O puedo ser más cruel.
—Yo er...Acepto.
—Bien, bien, empezaras mañana, que feliz soy, ahora largo. No olvides llevarte la alfombra que mojaste, es un regalo. Lavala y vendela, cuesta mucho dinero.
Amalia salió enfadada y asustada, cargando la alfombra, se llevó a sus hijos con ella que miraban asombrado la escena. Y de su madre a su hermano mayor.
─Entiendo por qué ella nunca te amo, eres un monstruo.
Dijo Nancy al salir, Ernesto le palmeo el hombro.
─Sé que la odias y que es lo justo, pero es tu madre, nuestra madre, debes dejar todo detrás. ¿Armand?
─ Nancy y ella, ambas tendrán un puesto de limpieza en la empresa, lo toman o lo dejan es decisión suya, tú también puedes tener un empleo, si lo deseas, puede ser algo administrativo para ti, ahora vete.
Ernesto suspiro y se fue, minutos después entro Hiseli.
_ ¿Qué paso?
—Mi venganza empezó, ¿Qué le dijiste?, dice que la amenazaste.
—Se lo merecía, sólo le dije que si te dañaba lo pagaría caro. ¡Un momento! ¿traes puesto mis lentes de contacto rojos? esos que olvide en tu despacho.
—Realmente me quiere ¿eh? Los lentes... Seee, yo la asuste, utilice estas cosas y unos diálogos de la novela que leímos ayer cuando jugamos en la cama, te comprare otros lentes para tu disfraz de Halloween.
—Ja, ja, ja, No mames, la parte del demonio incubo, remplazando el cuerpo del chico que asesinaron.
Sí así es, aunque lo adapte un poco.
—Ja, ja, ja, se lo merece ahora entiendo por qué salió corriendo despavorida, pero que pendeja, ¿cómo te fue a creer solo porque usaste lentes rojos?
—Siempre ha sido muy supersticiosa y soy un excelente actor, estaba ya asustada y no vio que me coloque las lentillas, me vio con los ojos normales y luego el rojo. Ella se lo busco nada más entrar intento herirme, pero ya no tiene poder sobre mí. La imbécil, incluso se orino del susto.
Ella le acaricio el hombro amablemente y le dedico una sonrisa traviesa.
—Vamos a la cama. Señor incubo, me excita tu mirada carmesí, te va mejor que a mí.
—Hiseli, te perdono lo del beso.
—Tonto, hace mucho que me has perdonado.
Ella sonrió y le obsequio un beso, luego tiro de su mano para llevarlo a la habitación y jugar con él en la cama.
No tardaron mucho para estar ya envueltos en las sabanas besándose y tocándose por todas partes. Armand muy metido en su papel de incubo estaba particularmente lujurioso esa noche mordisqueando a su esposa en cuello y hombros, mientras ella hacia lo propio llenando su piel de marcas con sus propias mordidas, como una vampiresa en celo. Ella había descubierto que adoraba los juegos sexuales con su marido, quiz porque lo amaba, quizá porque el estaba dispuesto a todo lo que se le ocurriera, tal vez por que respetaba cuando ella decía que no a algo o a o mejor porque era demasiado guapo.
Al día siguiente en Eltar cosmetics Hiseli platicaba con Sonya cuando sintió un piquete en la mano.
—Auch, una aguja.
—Oh ¿Dónde estaba?
—Aquí en mi bolso.
—Oh, te curare amiga, ojalá y este limpia.
— Sí, es una aguja de costura.
— ¿Ah?
—No sé cómo llego allí.
—Oh lo habrás olvidado.
Sonya sonrió, un poco más y comprobaría su teoría.
—Auch no aprietes tanto sale más sangre.
—Que llorona Hiseli.
Dijo Sonya burlándose de ella, después de ponerle antiséptico su amiga, le puso un curita, de esos con dibujitos.
Armand se había ido a la compañía de Miller, para hablar sobre el citatorio de su esposa. Tenía que aclarar ese asunto, si no quería que ella saliera afectada.
Espero al gerente en su despacho y cuando este entro le saludo jovial.
—Buenos días, Thomas, tanto tiempo sin verte.
—Armand Callawey, no te veo desde el instituto, ¿Cómo te va?
—Bien gracias.
— ¿Qué te trae por aquí?
—Una demanda.
— ¿Cómo?
—Contra Hiseli Dovecot.
—Ah, sí contra esa golfa.
Dijo con enfado y tono despectivo el hombre, cosa que no agrado al abogado.
—No hables mal de ella.
—Te gusta, no te dejes engañar por que es bonita, fue mi novia y luego me hizo un plagio, y veo que ya te contrato para defenderla, muy lista eh, tú eres bueno, pero déjala y mejor ponte de mi lado, eres un amigo ¿no?
—Thomas, Hiseli, es mi esposa.
— ¿Qué? ¿Tú qué?
—Y es una mujer decente, nunca estuvo contigo, ni con nadie más, el golfo fuiste tú metiéndote con su amiga.
—Ya veo, la defenderás a ella.
—Sí lo hare.
—Pero me hizo plagio, es ilegal.
—No, sólo fue una venganza femenina. Te lo merecías.
—Una que casi me arruina. Y eso no le quita lo delictivo, bien lo sabes.
—Exageras Tom.
—Pero...
— ¿Hay un método de salir de esto olvidándolo y siendo amigos, o tendré que pelear contra ti?
—Quiero el programa de vuelta.
—Lo tienen Nicholas ¿no?
—Sí y era muy bueno.
Se quejó el hombre.
—Según se ella lo arruino y luego le dio el programa a Nicholas.
—Sí, así es Nicholas, ese maldito saco provecho.
—También es mi amigo.
—Sí lo sé, tu eres amigo de todos los ñoños.
—Te propongo un trato, te daré un programa nuevo de Callawey Compuman
—De la compañía de tu padre.
—Si, uno que diseñe yo mismo con ayuda de Duncan.
— ¿Qué no eres abogado Armand? ¿Porque te ayudo Duncan? Él tiene su propia empresa informática no tiene sentido.
—Somos muy buenos amigos, y sí, soy abogado, me especialice en ello, pero sabes que tengo acciones en Callawey compuman corp., o triple C y que estudie también informática y programación, estaba ávido de conocimientos.
—Sí, preferías estar con tus libros y ordenadores en vez de con, Sisi, Loren, Cintia y Baylen ¿Cómo podías preferirlo a esas nenotas?
— ¿Cómo pudiste dejar ir a Hiseli?
—Su padre se arruino, aunque se cubrió bien, casi nadie lo sabe, no tengo idea de que con que fue.
—Un problema en Madagascar, inversiones ficticias, cayo como tonto y quebró.
—Ya veo.
—Entonces, ¿la dejaste ir porque ya no tenía dinero?
—No, yo la amaba, pero siempre he sido coqueto y calenturiento, Josefina se me ofreció y bueno, pues es guapa, y yo hombre, así que pensé que no se enteraría, lo lamente, la sigo amando, ella aun me gusta y tal vez sólo este ardido, creo que por eso hago lo de la demanda, la extraño Armand.
— ¿Thomas se arreglará el asunto entonces?
—Sí amigo, y sobre Hiseli, que bien que este contigo, si va a estar con otro que no soy yo, que bien que seas tú, eres fiel.
—Ella lo merece.
— ¿Te ama?
—Sí, mucho.
—Te envidio, acepto el programa y me olvido de la demanda ¿amigos?
— Claro Thomas, amigos.
— ¿A ella tú la amas?
—His es mi princesa, claro que sí.
—Bien adiós.
Adiós.
Una vez salió de la oficina de Thoma marco el número telefónico de su amigo quien le contesto de inmediato.
—El programa que me diste, ese en el que trabajamos juntos, lo siento, pero no saldrá como parte de Callawey compuman, lo cedi. Estoy dispuesto a soportar tus puñetazos como castigo.
—En parte era tuyo, me conformare con darte una única patada en el culo ¿a quién lo cediste y por qué?
—A Thomas, fue para arreglar un problema interno con mi esposa, iba a demandarla por que ella le arruino un programa hace unos años. El mundo es tan pequeño quien diría que fue su ex.
—Dos patadas en el culo. Lo entregaste por una cazafortunas.
—No es tal cosa, quiero que la conozcas, no es lo que piensan, es una buena mujer y la amo.
—Vale no tengo ningún derecho juzgarte, mirame estoy enculado desde hace años con una mujer que no me ama.
—Llevas años casado con tu mujer. No digas tonterías.
—Sí, estoy casado, pero ella no me ama, solo me desea, quizá por eso me enojo tanto lo de tu boda, quería que al menos tú, si tuvieras amor, pero ya vez, Dany la cago con Leika y no lo quiere reconocer, a mí, mi esposa solo me ve como un trozo de carne para satisfacerla, solo le interesa mi gran pene y tu te casas con una cazafortunas y Russ sigue brincando de cama en cama. Creo que al final ninguno de nosotros es ...Solo olvidalo.
—Daniel aun puede arreglar las cosas, debemos aconsejarle, tu deberías mandar a la chingada a la dama de hierro y darle chance a tu secretaria, Russel, bueno es feliz así dejalo, mientras se cuide todo bien, quizá un día encuentre el amor o podrías quedártelo tú, a él también le encantaría saltar en tu gran pene, en cuanto a mí, ella no es una cazafortunas, nos casamos sin amor y no por motivos correctos, pero creo que nos hemos enamorado.
—Ojalá, te deseo lo mejor. Sobre Kristen...no lo sé, no creo y Russ, no, sabes que somos como hermanos su coqueteo es solo mame y realmente creo que solo se me para con ella, así que no puedo ser infiel, ni aunque quiera pero el punto es que no quiero, aun cuando realmente sepa que no soy digno de...Olvidalo.
—Duncan, los cuatro sí somos dignos de amor. Lo somos, además nos amamos entre nosotros. No homo, pero no amamos. Bueno Russel sí homo.
—No homo, que bonitos ojos tiene compadre.
—En realidad eso aplica a ti y lo sabes, tus ojos son únicos.
—Ya sé, pero los de todos son bonitos creo. No homo.
—Si lo decimos mucho, sí será homo. Entonces me perdonas lo del programa.
—Olvidalo no es importante ya crearemos otro más adelante. Bueno te dejo, tengo una reunión en diez minutos.
—Vale hablamos luego. Y en serio alejate de la toxica.
—No puedo man, un día, será un día o una noche que nos separemos, cuando ella misma se de cuenta que no tiene sentimientos por mí y que follar no le basta, entonces será quien me deje. Hasta entones viviré una mentira, aunque sepa que estoy siendo usado.
—Eso es muy triste, quizá realmente debas aceptar terapia.
—Si lo haré, pero será hasta entones o no podre superar su abandono. Por ahora fingiré un poco más que vivo un cuento de hadas, donde tengo una familia feliz. Ey ya, no quiero llorar, en serio tengo una junta. Nos vemos luego.
Colgó rápidamente y Armand suspiro con pesar, él podía entenderlo, quizá aun cuando le aconsejara que dejase a esa mujer si Hiseli fuera así aun seguiría aferrándose, por que lo que mas deseaban, era ser amados tanto que realmente no les importaba si era una mentira y eran usados, por eso quizá Russel, solo buscaba sexo, por eso Daniel desconfiaba de todo quien se le acercara y por eso Duncan, no mandaba a la chingada a esa mujer y por eso él se había sentido tan mal cuando pensó que su esposa le era infiel, porque aun si fuera así él no podría dejar de amarla y tenia miedo de aferrarse y depender de ella de manera enfermiza como su amigo.
pregunta
¿Les gustaría leer las historias de los amigos de Armand?
¿ que opinan de ellos?
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