Capítulo 30
Laurel.
Una sensación fría recorre todo mi cuerpo cuando me despierto, estoy sola en la cama. Respiro profundamente mirando a mi alrededor buscando a Carter, sin embargo, no hay rastros de él. Su lugar en la cama está vacío y frío como si nadie hubiese dormido ahí en lo absoluto.
Las luces del pasillo están encendidas cuando salgo de la habitación, la noche esta demasiado fría y yo solo estoy vistiendo una anótame camiseta de la universidad por lo que me obligo a abrazarme a mi misma para resguardarme del frío y bajó las escaleras.
La pequeña lámpara junto al sofá está encendía y a pesar de la poca iluminación soy capaz de ver la silueta de su cuerpo encorvado hacia adelante, mientras su mano se mueve sobre algo que no logro descifrar.
—Carter—susurró acercándome por detrás, cuando estoy lo suficientemente cerca soy capaz de ver que me estaba dibujando en su cuaderno y él lo cierra de golpe levantándose.—¿Estás bien?
Él evita mirarme a los ojos, soy capaz de sentir la tensión emanando de su cuerpo y sé con certeza que algo está mal y no quiere decirme qué es.
—Sabes que puedes hablar conmigo, estoy aquí —aviso tomando su rostro entre mis manos, la sensación áspera de su barba de algunos días me hace cosquillas en las manos, pero lo ignoro.—Dime qué está mal.
He visto a Carter West en casi todas sus facetas, pero jamás lo había visto de esta manera. Sus ojos parecían apagados, parecía triste y aquello solo me hacía preguntarme qué había hecho mal, pienso en todo lo que ocurrió horas atrás y no hay nada. Nos fuimos a dormir y él estaba bien, estábamos felices, pero ahora no parecía capaz siquiera de mirarme.
El silencio le siguió a mis palabras, lo único que hacíamos era mirarnos el uno al otro en medio de la sala oscura.
—Tú silencio me está matando.
Carter suspira y con un movimiento rápido y fluido me acerca a él, mi rostro choca contra su pecho desnudo y guió mis manos a su cuello mientras las suyas se cierran en mi cintura acurrucándome en silencio.
Ninguno de los dos dice nada ahora, él se limita a abrazarme y dejar pequeños besos en mi cabello. Cierro los ojos tranquilizándome, puedo sentir el latir calmado de su corazón y el calor de su cuerpo mientras me sostiene como si no me quisiera dejar ir jamás.
No sé cuánto tiempo pasa mientras estamos así. Estoy segura de que si alguno de los chicos hubiera decidido bajar a la sala o a la cocina se hubiera quedado confundido ante la escena, pero lo único que me importaba en ese momento era hacerlo sentir mejor aunque lo único que tuviera que hacer era simplemente estar ahí y dejar que me sostuviera.
—Sé que esto debe estar confundiéndote como la mierda—finalmente habla y su voz suena ronca y pausada.—No quería que despertaras y me vieras así, te veías como un ángel dormida en nuestra cama, no quería arruinar eso por eso decidí venir abajo.
—Si estás preocupado por algo y me necesitas entonces me despiertas y buscamos una solución, es mucho mejor que despertarme en medio de la noche sin encontrar al amor de mi vida a mi lado en la cama y tener que encontrarlo en medio de la sala sin que me dirija una sola palabra.
Él se ríe y siento su pecho vibrar ante la acción, sus antes quietas empiezan a recorrer mi cintura, cadera y espalda baja.
—¿Soy el amor de tu vida?—pregunta, coqueto y sin tener que ver su rostro sé que sus hoyuelos están ahí.
—De eso no se trata la conversación, no me cambies el tema—lo regaño, pero el hace caso omiso.
—Dilo y entonces podremos seguir con la conversación.
Ruedo los ojos y voy a alejarme pero su agarre en mi cintura no me permite ir demasiado lejos, lo miro a los ojos y está sonriendo, aquella sonrisa pícara que incluyen a sus hoyuelos están a la vista y me derrito en sus brazos mientras asiento.
—Sí, eres el amor de mi vida—respondo finalmente y su sonrisa crece aún más si es que eso es remotamente posible.
—Que bueno, porque tú también eres el amor de mi vida—dice dándome un corto beso en los labios y la sonrisa nuevamente desaparece.
Nuevamente su actitud cambia, mira hacia arriba en lo parece ser un esfuerzo para tomar el valor necesario y cuando sus ojos vuelven a chocar con los míos parece estar un poco más aliviado de cómo lo encontré hace minutos atrás.
—Entonces, ¿me dirás qué está mal? —cuestione, acariciando con mis dedos su nuca tratando de inspirarle confianza con mi toque.
—Es algo estupido—dice él y yo niego con la cabeza.
—Si fuese algo estupido no estarías así.
—Solo tuve una pesadilla—respira profundamente antes de seguir hablando.—Soñé que te había perdido en el tiroteo, estabas en el suelo y tenías una bala en medio de tu frente. Fue horrible, solo veía la sangre y me desesperaba saber que no había manera en la que pudiera regresarte.
—Pero nada de eso sucedió, estoy aquí contigo—le doy un pequeño beso en su pecho.
—Podría haber sido diferente, podría haberte perdido y esa simple idea no me dejaba dormir porque jodidamente te amo más que nada en este mundo, no podría dormirse la idea de perderte, porque no tendría vida sin ti a mi lado.
—Damo un beso—suplico y automáticamente él me complace sellando nuestros labios.
Nuestros labios se funden con necesidad, con anhelo y no podemos tener suficiente el uno del otro. Amo a este hombre y las cosas que me hace sentir, todo mi cuerpo vibra necesitado de su atención mientras él me levanta del suelo y yo ágilmente envuelto mis piernas alrededor de sus caderas. En ningún momento dejamos de besarnos, nuestras lenguas danzan en una sincronía apasionada mientras nuestras almas se recargan de energía por nuestra conexión.
Alguien tose detrás de nosotros y con un gemido de frustración nos separamos para ver a Landon apuntando su teléfono en dirección a nosotros y tomando una foto.
—Listo, ya pueden seguir en lo suyo. Los chicos amarán esta foto—anuncia alejándose hacia la cocina y observo a Carter con la boca abierta mientras él se limita a reír.
—Llévame a nuestra habitación, justo ahora. Carter West—ordenó apenada sintiendo el calor acumulándose en mis mejillas.
Él me da besos en ambas mejillas antes de hacer lo que ordeno.
—Hey, Landon. Encárgate de enviarme esa foto—grita cuando estamos en medio camino de la escalera y yo golpeó su hombro mientras se carcajea.
—Por tú bien, espero que ya la estés eliminando—gritó tratando de sonar lo más amenazante posible.
—Nada de eso pasaría si se limitaran a hacer sus cochinadas en el cuarto.
***
La idea de tener que regresar al campus parecía una ilusión lejana hace tan solo horas atrás. La vida seguía su curso sin importar todo lo que había ocurrido y era nuestro momento de volver a clases.
Carter sostuvo mi mano mientras salíamos del auto y estando fuera entrelazó nuestros dedos. La simple idea de regresar a clases y no ver nunca más la enorme sonrisa de Evan mientras guarda los asientos para Jessie o para mi o escuchar sus locas historias me da mas dolor de lo que soy capaz de describir.
—¿Estás bien, pequeña?—pregunta Landon cuando ve que no nos movemos del estacionamiento.
Asiento con firmeza y eso parece relajarlo, los chicos parecen bastante tensos así que decido darles una sonrisa.
—Bien, no atrasemos esto más y vamos a clase—digo con un ademán.
Cómo era de esperarse las personas se nos quedan viendo mientras caminamos en el campus y empiezan a murmurar entre sí.
—Sé que somos un grupo magnífico, pero tantas miradas me hacen sentir desnudo—bromea Drew tratando de aligerar el ambiente, pero al ver que ninguno se rie el silencio tenso vuelve a reinar entre nosotros.
Vemos a un grupo de personas acercarse a nosotros y nos detenemos en seco. Observo sus rostros con confusión, tratando de adivinar qué es lo que quieren, sin embargo no tengo que adivinar demasiado tiempo.
—No sabes lo angustiados que estábamos todos cuando nos enteramos que el profesor Xander te disparó—dice la chica con una pequeña sonrisa que pretende ser amigable pero no lo es en lo absoluto.— Lo bueno de todo esto es que tú no terminaste muerto como el otro chico, alguien como tú no puede irse tan fácilmente.
La furia llega de golpe junto a sus palabras, alejo mi mano de Carter y señaló el rostro de la chica mientras la rabia y el dolor se apoderan de mi.
—Tú no tienes idea de lo que sucedió esa noche, no te atrevas a decir que Evan era alguien que no importaba y por lo tanto se podía ir fácilmente porque no es así, a muchos nos importaba. Él era asombroso, un gran amigo y estoy segura de que valía mucho más de lo que vales tú con tus palabras de mierda—explotó y el grupo retrocede, inmediatamente siento los brazos de Carter envolver mi cintura pero ni siquiera eso me relaja.
—Tranquila—susurra en mi oído y lo único que puedo hacer es negar con la cabeza.
—No es lo que quería decir—anuncia la chica, antes de irse junto a sus amigos.
Con fuerza me suelto del agarre de Carter, me giro y veo la preocupación en su rostro. Sé que él no tiene la culpa, pero estoy tan enojada en este momento que no quisiera arruinar lo bien que estamos.
—Voy a clases, hoy no compartimos ninguna asignatura así que nos vemos en casa—aviso dándole un rápido beso en la mejilla antes de arreglar la mochila en mi hombro e irme.
Ignoro las miradas de las personas en mi camino, lo bueno es que nadie más se ha acercado a decir nada porque no estoy muy segura cómo reaccionaría a eso.
Veo a Jessie de pie junto a la puerta y de inmediato la rodeo con mis brazos, su pequeña barriga ya creciendo golpea mi abdomen plano y ella ríe devolviéndome el abrazo.
—Juro por Dios que por un segundo pensé que Carter West me había quitado a mi mejor amiga, pero estoy segura de que estos abrazos están reservados solo para mi—bromea y luego añade.—¿Estás bien?
—En lo absoluto, cuando venía con Carter y los chicos un grupo de personas se acercó a nosotros y la chica que habló fue una completa imbecil.
Le explico las palabras de la chica y al igual que yo, Jessie se enfurece.
—No puedo creerlo—gruñe y luego acaricia su barriga calmándose.— No dejemos que esos comentarios nos afecte, todos sabemos lo asombroso que era Evan y claramente no es algo bueno que él se haya ido de aquí, bueno es que el desgraciado de Xander se haya ido. Estoy segura de que no analizo sus palabras y solo quería quedar como una chica genial frente a las estrellas de la universidad.
—Tienes razón— Jessie siempre ha sido buena para hacerme entrar en razón en los momentos más complicados.
—Ahora entremos a clases, porque el semestre no nos va a esperar.
Las siguientes horas me enfoco en cada clase, hago notas de las cosas que creo son relevantes y me siento bien con eso. Me hace sentir en control y aquello es algo que agradezco.
Cuando la última clase finaliza y guardo todo dentro de mi mochila me giro hacia Jessie.
—Voy a casa contigo, hagamos algo de tarea, pasemos tiempo juntas, prometo hacerle algo rico de comer y podemos sentarnos a ver alguna película romántica con helado, como en los viejos tiempos.
—Nunca le diré que no a pasar tiempo contigo y mucho menos al helado—anuncia tomando mi mano mientras caminamos fuera del aula.
—Créeme, estoy bastante segura de que has dejado muy en claro que nunca le dirás que no a un helado desde el momento que nos conocimos—bromeó recordando la primera vez que tuve una noche de chicas con ella simplemente acabo con todo el helado ella sola y luego termino vomitando porque había sido demasiado.
—No te atrevas a decir una sola palabra de esa noche—me amenaza y me limito a reír.
Caminamos fuera del campus en dirección al estacionamiento en donde está estacionado el auto de James, debido a que él estará entrenando le dejo las llaves a Jessie para que regresara a casa lo cual emociona a mi amiga porque su novio jamás la deja manejar el auto.
—Primero iremos a comprar los suministros y luego a llenar nuestras barrigas y lo digo más por mi que como por dos—avisa encendiendo el auto.—Tendremos una tarde de chicas para despejarnos de toda la mierda.
Y con eso enciende el auto, el motor hace un suave ronroneó y veo por la ventana como poco a poco nos alejamos del campus.
***
¡Hola mis amores! aquí la dosis necesaria de Laurel y Carter para ustedes y para mi.
El capítulo de hoy es dedicado a @BellaP1994 gracias infinitas por apoyar la historia loca de estos dos, este capítulo es para ti. ❤️
Espero que les haya gustado el capítulo, como siempre estaré leyendo su comentarios. 👀
Estamos cada vez más cerca del final, ¿quién se suma para llorar conmigo mientras comemos helado?
¡Besos y abrazos!
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