Laurel.

Le envié un último mensaje a Jessie mientras la fila para los boletos iba avanzando.

El cine estaba demasiado lleno para ser un día de semana y me preguntaba si realmente era buena idea venir a ver una película cuando debería estar adelantando algunos trabajos antes de tener que verme más tarde con Carter para avanzar en nuestro proyecto.

Ya habían pasado tres días desde aquella noche en la que ambos nos abrimos el uno con el otro y desde entonces no habíamos vuelto a estar solos.

Carter siempre está ocupado, entrenando, estudiando o trabajando y por más que me gustaría poder pasar más tiempo con él luego de aquel beso y avance en nuestra relación, entendía que él tenía sus responsabilidades al igual que yo.

La fila siguió avanzando y no vi señales de que Jessie fuera aparecer pronto por lo que elegí una película de terror y fui a comprar palomitas.

Lleva más de veinte minutos retrasada y por suerte la película inicia en quince minutos así que aún tiene tiempo para llegar antes de que inicie.

Con una palomitas mixtas de mantequilla y caramelo, una soda gigante y nachos con jalapeños me senté en la mesa más cercana para esperar la llegada de mi amiga.

Aburrida y ansiosa de estar esperando tanto tiempo por Jessie, abrí mi cuenta de Instagram la cual tenía abandonada desde hace más de un mes y me deslicé entre las notificaciones con aburrimiento.

Muchas de ellas eran comentarios a mi foto con Carter sobre nuestra boda, así que decidí ignorarlo e ingresar a los mensajes.

Solo tenía cinco mensajes y era mucho más de lo que estaba acostumbrada. Dos de los mensajes eran de chicas insultandome por salir con Carter y rodando los ojos elimine ambos. Uno era de Jessie respondiendo una historia que subí antes del viaje a las Vegas.

El último mensaje y más reciente es de una cuenta que desconozco, su foto de perfil era una calavera y con curiosidad le di un clic al mensaje para leer de qué se trataba.

Sin embargo, en el mensaje solamente me había vuelto a enviar la imagen con Carter. Iba entrar a la cuenta cuando Jessie finalmente llegó con un escándalo dejando caer su bolso en el espacio vacío de la mesa, respirando agitadamente.

Bloqueo mi celular y le doy toda mi atención a mi mejor amiga que parece estar teniendo un fuerte ataque de asma.

—¿Acabas de correr un maratón?

—Peor que eso—responde llevándose una mano al pecho. —Lamento la tardanza, ¿qué película veremos?

—Solo te daré una pista: es de terror.

—Estás jodidamente bromeando—se queja viendo los boletos como si fueran sus enemigos.

—Eso es lo que ganas por dejarme esperando—contestó encogiéndome de hombros con una sonrisa malvada porque sé cuánto odia estas películas.

—Salir con Carter te está corrompiendo —niega con la cabeza y mira al cielo.—Señor, devuélveme a la tímida, Laurel.

—Cállate —le doy un empujón y riéndonos me ayuda llevando lo que vamos a comer a la sala.

La película pasa extremadamente rápido, hay gritos y risas en la sala porque un chico decidió que sería chistoso hacer comentarios sarcásticos sobre la película. Cuando finalmente termina la película ambas salimos agarradas de manos y me hace realmente feliz poder pasar tiempo juntas a solas.

—¿Puedes venir a mi apartamento? —pregunta Jessie luego de un rato.

Miré el reloj de mi celular, aún faltaban dos horas para ver a Carter, así que podía ir un rato y luego regresar a mi apartamento.

—Claro, pero si voy vas a tener que alimentarme.

—Acabas de comer palomitas y nachos—replica ella.

—Nunca es suficiente comida.

Veinte minutos después estamos en su apartamento, el lugar está igual que la última vez que vine a excepción de unos nuevos videojuegos de James.

—Quédate aquí, tengo una sorpresa para ti.

No entendía nada de lo que estaba pasando, me quede de pie en el centro de la sala de estar esperando para ver a qué sorpresa se refería mi mejor amiga.

Ella salió del pasillo con una caja pequeña en sus manos y una sonrisa gigante. ¿Qué demonios?, parecía tan maniaca con esa sonrisa que si me enseñaba lo que había dentro de la caja no me sorprendería que fuera un dedo humano.

—Me estás asustando—advertí señalando a la caja. —¿Qué tienes ahí?

—Míralo por ti misma—puso la caja en mis manos.

Lo primero que vi cuando la abrí fue papel de regalo azul y rosado, pero cuando lo aleje un pequeño ultrasonido se encontraba en medio de la caja. La sorpresa y felicidad me inundó, mire a Jessie buscando confirmación para saber si lo que creía era cierto y ella solo asintió con entusiasmo.

Un grito de construyo en mi garganta y me lance a sus brazos. Ella me devolvió el abrazo con lágrimas en los ojos y aún no podía creer que esto realmente estuviera pasando.

—¿No es una broma, verdad? —pregunté al borde de las lágrimas.—¿Del uno al diez que tanto estas embarazada?

—No es una broma, estoy muy embarazada.

—¡Voy a ser tía! —chillo y aplaudo.

—Así es, James y yo no queríamos decirle a nadie hasta estar seguros y ahora es muy seguro. Creo que le está diciendo a los chicos en el entrenamiento.

—Entonces, ¿todas esas veces que estabas llegando tarde a clases y estabas toda misteriosa era por eso?

—Las mañanas son un infierno de vomitos y náuseas —es su respuesta.

—No puedo creer que estés embarazada.

—Créeme, yo tampoco—Jessie acaricia su estómago aún plano y casi me derrito ahí mismo.—Pero es lo qué pasa cuando tienes sexo como tu novio en cada jodido lugar posible.

—Mucha información —la interrumpo, porque cuando empieza a hablar sobre sexo y James ella nunca puede detenerse.— ¿Cuanto tiempo tienes?

—Dos meses.

Entonces nos sentamos en el sofá y hablamos sobre nombres para bebés, el futuro y sobre qué harían ahora que sabían que iban a tener un bebé.

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Hace dos días las luces del pasillo dejaron de funcionar por lo cual no me doy cuenta de las cajas frente a mi apartamento hasta que estoy frente a ellas.

Frunzo el ceño cuando veo una carta sobre una de las cajas y la empiezo a leer:

«El contrato llegó hoy a su fin, olvidé comentártelo así que empaque todas tus cosas y las deje aquí para que las tomes y te puedas ir, le avise al conserje que le dejarías las llaves en cuanto llegarás, espero verte algún día si regreso a la ciudad. Atte: Cassie»

La carta se desliza de mi mano y termina en el suelo, la rabia y desesperación se hacen presente mientras reviso las cajas revisando si todas mis cosas están ahí y efectivamente lo están.

Quiero gritar y llorar porque no puedo creer que esto me esté pasando, le había pagado meses por adelantado y ella simplemente se había largado con mi dinero y sin previo aviso.

Marco a su número una y otra vez sin recibir respuesta ya que me manda directamente al buzón. Suelto un gruñido de desesperación y busco mi llave dentro de mi bolso.

Pero cuando intento entrar la puerta no cede.

—Es una jodida broma.

Escuchó pasos fuertes subiendo las escaleras y miró esperanzada hacía el final del pasillo esperando que la persona que está subiendo sea mi compañera para decirme que todo es una broma, pero en su lugar la figura que se materializa entre las sombras es Carter.

Él se acerca mirando alrededor y su rostro refleja la misma confusión que tuve hace apenas unos minutos.

—¿Está todo bien? —pregunta señalando las cajas.

Un sollozo se escapa de mis labios, mi mente está pensando en todas las razones por la que Cassie seria tan mala como para hacerme esto, pero nada de esto tiene sentido.

—Laurel, cariño. ¿Qué pasa?—sostiene mi rostro consigo sus manos para que lo mire.—Háblame.

Respiro con profundidad, tratando de calmarme y poder comunicarle la situación, pero es difícil calmarme cuando estoy literalmente sin hogar.

—La carta—es lo único que digo.

Él me observa con detenimiento antes de agacharse para recoge la carta del suelo y leerla. Lo hace en silencio y puedo ver cómo a medida que avanza con la lectura también lo hace su expresión.

Carter levantó la mirada y tuve que tragar una oleada de emoción en mi garganta cuando me atrajo en un apretado abrazo.

No dijo nada, simplemente se limitó a acariciar mi cabello mientras deprimidos sollozos que sacudían mi cuerpo haciéndome llorar. No sé cuánto tiempo pasa hasta que el temblor y llanto se desvanecen, pero Carter se mantiene tranquilo sosteniéndome en sus brazos y dejando pequeños besos en mi cabeza.

—Te irás a casa conmigo—anunció con determinación cuando rompí nuestro abrazo.

—No puedo irme a casa contigo, los chicos no van a aceptar que una chica esté merodeando por ahí.

—Primero que nada, no eres cualquier chica—nuevamente está sosteniendo mi rostro para que lo mire a los ojos y poder dejar claro su punto.—Ninguno de ellos va a decir nada y si lo hacen les pateare la mierda fuera de sus traseros.

Solo me limito a asentir mientras él saca el teléfono de su bolsillo y se aleja para hablar con los chicos.

En el transcurso de veinte minutos se escuchan un par de pasos por las escaleras y luego veo a Keith, Landon y Drew acercarse.

—¿Estás bien?—pregunta el rubio.

—Estoy bien—respondo calmada, luego de tanta desesperación y una llamada corta con mi mejor amiga pude calmarme y aceptar que esto realmente estaba pasando.

Cada uno cargó con las cajas y las llevaron a los autos estacionados a bajo, Carter ya se había encargado de dejarle la llave inservible al conserje y nos fuimos en silencio en dirección a la casa.

Descargamos todas las cajas en la sala, decidiendo que mañana nos encargaremos de ellas. Los chicos me dan un abrazo cada uno antes de dirigirse a la sala de estar para dejarnos a mi y Carter solos.

Él me miró por un largo tiempo intentando buscar señales de que estuviera mal aún, para demostrar que me encontraba bien le di un beso en la mandíbula.

—En serio, estoy bien. No puedo creer que fui estafada de esa manera, pero tú y los chicos han sido demasiado buenos conmigo.

—Eso nunca debió haber ocurrido, sólo siento mucho.

—Estaré bien—lo calmo.

—Vamos a pedir pizza, ¿quieren pedir algo más? —escuchamos a Drew gritar desde la sala de estar.

—¿Quieres algo? —pregunta Carter presionando un beso en mi cabeza y envolviendo un brazo en mi hombro mientras caminamos hacia la sala.

—Alitas picantes estaría bien.

—Alitas picantes serán.

Nos sentamos en el sofá frente al sillón mientras el resto discute qué película deberíamos ver mientras esperamos a que llegue la pizza.

—No puedo creer que ninguno quiera ver Star Wars, banda de incultos— se queja Landon.

—Algo de Marvel es mucho mejor opción para este momento, ya nos has hecho ver Star Wars como cien veces en los últimos cinco meses— es turno de Drew para quejarse.

—¿Soy el único que tiene ganas de ver Harry Potter? —pregunta Keith y yo levanto la mano apoyando su comentario.

Pero ellos siguen discutiendo sobre qué deberían ver.

Cuando finalmente se deciden por ver Deadpool y llegan las pizzas todos nos relajamos en el sofá, ellos están bebiendo cerveza y cómo no había más nada en la nevera a excepción de agua tuvieron que pedir gaseosa solo para mi.

Nunca me habría imaginado que terminaría viviendo rodeada de muchos chicos y que de hecho me gustará.

Podría ir con Jessie, pero no quería estar alrededor cuando claramente ella y James necesitaban estar solos en todo el proceso del embarazo.

Carter recibe una llamada a la mitad de la película y se aleja para contestar, lo observó detenidamente y me preguntó qué habría ocurrido si simplemente no me hubiese emborrachado en las Vegas y hubiera terminado casada con él.

Sin embargo, no quería saber la respuesta. Por primera vez en todo este tiempo siento que realmente casarme con Carter West es lo mejor que pudo haberme pasado.

***

¡Holaaa! Aquí estoy de vuelta con una nueva dosis de #Laurter.

También tenemos nuevas portadas realizadas por: Syuarr Si en algún momento necesitan una portada y ella tiene tanda abierta pueden pasar y pedir alguna.

En comentarios díganme cuál de las dos portadas les gusta más.

⭐️Portada número uno:

⭐️Portada número dos:

¿Qué les pareció el capítulo? Cómo siempre estaré leyendo sus comentarios. 👀