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Capítulo 32


Decidí que lo mejor era concentrarme en mis exámenes finales, así que toda la semana la pasé estudiando en la biblioteca durante los recesos y mis horas libres. Los cubículos de una u otra forma me daban tranquilidad, después de todo, ese lugar me ha servido de escondite desde que tengo memoria, es familiar, puedo relajarme y dejarme llevar.

Estoy perdida en la lectura, tanto que no me doy cuenta de que alguien abre la puerta de mi cueva y se sienta frente a mí, salto del susto cuando se aclara la garganta. Verlo tan cerca me impacta, me atraganto, tengo que parpadear varias veces para comprobar que no lo estoy imaginando.

—¿S-shawn?

—Hola —dice sonriendo. Saca sus útiles escolares y los esparce sobre el escritorio, me le quedo mirando sin poder comprender qué está pasando, pero no me atrevo a preguntarle—. Lo siento, necesito estudiar y este cubículo es el mejor.

Una punzada de decepción me embarga, mis hombros caen, regreso la vista al libro y hago como si fuera lo más interesante del mundo.

—Ya, es que el aire acondicionado pega más fuerte, ¿verdad?

—Sí, y porque está mi mejor amiga.

Vuelvo a observarlo, hago un esfuerzo para no echarme a llorar, un nudo no deja de apretar mi garganta, casi como si quisiera que estallara. Nos vemos a los ojos y sonreímos, en ese instante soy transportada a mis recuerdos, a todas esas tardes que nos quedamos en este mismo cubículo y estudiamos, después me acompañaba a casa.

Tengo muchas cosas que agradecerle a Shawn Price, pues a pesar de todo lo malo, aquí está.

Un ruido me saca de mi trance, giro la cabeza y... ¡vaya! Esta vez no puedo esconder la sorpresa que me causa encontrarme con Natalie a unos pasos de distancia, al principio pienso que está enojada, sin embargo, cuando me saluda moviendo sus dedos y esboza una sonrisa, sé que todo está bien.

—¿Iban a empezar sin mí? —pregunta haciendo una mueca, fingiendo indignación—. ¿Hola? ¿Sí recuerdan que la que necesita estudiar soy yo? Ustedes son unos nerds.

Camina dentro del cubículo y se sienta en una de las sillas vacías, en la silla frente a mí. Quiero tallarme los ojos o pellizcarme, mirar alrededor para ver si no hay cámaras escondidas en algún sitio, pero no lo hago porque me agrada esto y temo que se evapore en cualquier segundo como casi todo en mi vida.

Natalie Drop me sonríe, y es como si estuviera diciendo que el pasado no importa ya.

Estudiamos a lo mucho dos horas, el resto del tiempo la pasamos platicando, me cuentan que Natalie se irá a estudiar a California, Shawn se quedará aquí. Me doy cuenta del rastro de tristeza que los embarga al decirlo, nos quedamos callados un minuto que parece una eternidad.

Ellos se miran fijamente, ver ese cuadro me nubla los ojos. Pero es en ese instante en el que comprendo todo, es una mirada que grita por todos los rincones cuánto se quieren, se miran como si necesitaran grabar cada pequeña parte del otro, se contemplan con intensidad y suavidad al mismo tiempo. Al verlos me percato de algo que no había notado antes, entonces la verdad me arrolla como un tren.

Yo jamás tuve eso y no debería conformarme con menos.




Camino rumbo a la salida de la escuela cuando una voz hace que me detenga en seco.

—Hannah, ¿tienes un minuto?

No puedo creer que me esté hablando, me giro y la encaro solo para comprobar que no estoy en otra dimensión, ¿por qué de pronto todo el mundo quiere hablar conmigo? Estas apariciones tan repentinas empiezan a marearme, primero el hermano de Doms, luego Shawn y Natalie, ahora ella.

Iveth está parada frente a mí, pero no luce tan petulante y grosera como otras veces, por el contrario, agacha su cabeza y evita mirarme. No hay prendas atrevidas ni llamativas, está usando algo apagado, nada que ver con la Iveth que recuerdo.

Frunzo el entrecejo.

Me trago todo el orgullo del mundo porque por primera vez creo que estoy frente a ella, no frente a esa que intentaba humillarme delante del mundo para sentirse mejor.

—¿Qué sucede? —cuestiono. El nerviosismo se hace presente, empieza a tallar su rostro con desesperación, su labio inferior se hace hacia adelante haciendo un puchero, a continuación, suelta un gemido de dolor, el tipo de dolor que conozco bien—. Iveth, ¿qué está mal?

—¡Todo! —estalla—. Todo está mal, soy una estúpida.

Pronto comienza a llorar y es más de lo que puedo soportar, pongo mi mano en su espalda y la conduzco a una jardinera para que se siente, también para alejarnos de las miradas curiosas que empezaban a espiarnos.

Me dejo caer a su lado lanzando un suspiro, ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Cómo trato a esta chica que hirió mis sentimientos y nunca le importó hacerlo?

—Seguramente te estás preguntando por qué carajos estoy hablándote, es personal, Hannah, no te soporto. —Alza la cabeza y me enfoca, hay pintura negra regada en la parte alta de sus pómulos—. Quería ser la mejor de la clase, mi padre esperaba que lo fuera, entonces estabas tú, no importaba cuánto me esforzara y estudiara, nunca logré que se sintiera orgulloso de mí. No sentía nada por Liam al principio, solo quería molestarte, pero al final me terminé enamorando y creí que... No sé, que él también lo estaba de mí.

Iveth no deja de llorar, miro mis manos, entretejo mis dedos, no sé qué más hacer, no sé qué decir.

—Pero fui una estúpida, es imposible desbancar a la número uno —suelta con tristeza, encogiéndose en su asiento, viéndose pequeñita.

—No sé qué decir, Iveth, si te sirve de consuelo, no creo que la intención de Liam haya sido lastimarte, a veces no se da cuenta de lo mucho que puede lastimar a las personas por estar sumergido en él mismo —murmuro—. Piensa que pronto nos graduaremos, iremos a la universidad, empezará nuestro futuro y...

—No es tan simple para mí, Hannah —interrumpe—. Estoy embarazada de William.

Abro los párpados tanto que duelen, mi mandíbula casi golpea el suelo.

¿Embarazada?

Dios.

Los padres de Liam van a enloquecer, no les va a gustar la noticia.

—Liam quiere que aborte al bebé —susurra.

Inhalo aire con violencia.

—¡¿Qué?! —La miro horrorizada, pero ¿qué demonios le pasa a William Baker? ¿Cómo pudo pedirle algo como eso? Iveth se concentra en el suelo, cierra sus párpados y se queda inmóvil. ¿Ella también quiere abortar? No entiendo nada—. ¿Y tú qué quieres?

—No sé, no puedo con esto sola, cuando mi padre se entere me va a matar, si Liam no quiere hacerse responsable... Yo... No sé. —Su voz tiembla y vuelve a romperse.

Pongo mi mano en su hombro y le doy un apretón.

—Tranquila, todo va a estar bien —murmuro.




Toco la puerta dos veces con el puño, tomo varios respiros para tranquilizarme, no puedo llegar y soltar toda la mierda o lo que sea que vaya a decirle. Alcanzo a distinguir unos tacones acercándose, la puerta se abre y la señora Baker me da la bienvenida, me regala una ligera sonrisa, es evidente que no está de buen humor o quizá mi presencia no le ha agradado.

—Hola, Hanny, ¿vienes con Liam? —pregunta Rianna, estudiándome. Asiento—. Disculpa que me entrometa, cariño, ¿no crees que todos esos problemas que tuvieron solo son cosas de adolescentes? Mi hijo te quiere, está destrozado y arrepentido, y sé que tú lo quieres a él, hacen una pareja preciosa, no creo qu...

—Señora Baker, usted sabe que la quiero y respeto como si fuera mi segunda madre, pero, así como se lo pedí a mamá, le pido que no se meta en eso porque ninguno sabe lo que vivimos más que nosotros dos.

Con todo el dolor de mi corazón la esquivo. Subo las escaleras trotando, decidida a llegar a la habitación de Liam, espero que Rianna no venga y me saque de su casa a patadas después de lo que le dije.

El cuarto está abierto, me asomo, él está sentado en el borde de la cama mirando la nada, doy un paso en el interior, mi movimiento lo saca de su trance y lo pone de pie de un salto, pero se relaja cuando nuestras miradas se cruzan. Esboza una sonrisa que no me atrevo a corresponder.

—Creo que tu madre me odia —digo al tiempo que me acerco y me siento al lado del lugar que antes estaba ocupando, él se deja caer junto a mí.

—Mi madre jamás te va a odiar, te adora —dice.

Un silencio incómodo se adueña de la situación, no se me viene a la mente cómo empezar.

—Sé que él y tú son medios hermanos, no tenía idea —susurro aunque no hay nadie más en la habitación que pueda escucharnos. Liam respira hondo varias veces antes de hablar, me da la impresión de que no quiere charlar sobre ello.

—No importa si es con él o con otro, el caso es que no estás conmigo —suelta con timbre bajo, se escucha como un lamento.

—William... —ruego para que se detenga, espero que lo comprenda y que no tenga que hablar del tema. Puedo aguantar muchas cosas, pero ver a Liam destrozado no es una de ellas, independientemente de nuestro pasado, el cariño está ahí, y temo que siempre lo estará.

—Lo siento. —Deja escapar un suspiro, encaja los codos en sus rodillas y apoya su cabeza en las manos, escondiendo su rostro de mí.

—¿Puedo preguntarte algo? —cuestiono a lo que afirma con un sonido nasal—. ¿Por qué lo nuestro nunca funcionó?

—Me enteré de que papá tenía secretos y que mamá fingía no saberlos, los dos intentaban que nuestra familia pareciera un espectáculo perfecto cuando la realidad era diferente. Ellos me obligaron a salir contigo porque era lo correcto, lo que todos esperaban de mí. Tenía miedo, me estaban amarrando y yo no quería ser como ellos en un futuro, lo estropearon todo. Con el tiempo yo me habría dado cuenta de lo especial que eras, de que estaba loco por ti y entonces habría funcionado. Ellos se metieron, tú estabas ahí y yo me las cobré con la persona equivocada, arruiné lo único hermoso y verdadero que he tenido.

Una lágrima resbala por mi mejilla, a esa le sigue otra, ambas caen en mis manos, las cuales se encuentran sobre mi regazo.

—De verdad lamento todo lo que te hice, Hanny, haría cualquier cosa por regresar el tiempo y aprovechar los momentos a tu lado, eso es lo que atormenta, saber que me amaste y dejé que te fueras. —Se queda callado por un segundo, se recompone enderezándose y enfrentándome, él toma mis manos con suavidad—. Pero te voy a reconquistar, te necesito.

Sus palabras me hacen recordar por qué estoy aquí.

—Sé lo de Iveth —digo sin más. Suelta un gruñido, su rostro se tensa y su mirada se vuelve dura.

—Eso no me lo va a impedir.

—Liam, «eso» es un bebé, tú bebé —señalo.

—No lo quiero, te quiero a ti, seguramente no es mío, Iveth es una...

—¡Hey! —interrumpo. Frunzo el entrecejo, ¿cómo puede verse tan frío? Entendería que estuviera asustado o confuso, pero es que es como si no le importara—. No digas cosas de las que te puedas arrepentir, ella quiere tenerlo, Liam, si no estás seguro puedes hacerle pruebas. ¿Y si en verdad es tu bebé? ¿Le vas a dar la espalda a tu hijo? Oliver...

—¡No menciones a ese pedazo de mierda! —vocifera, alterado. Dejo sus manos libres y voy por su rostro, lo obligo a mirarme.

—Cálmate —pido con suavidad, la tensión en su frente desaparece gradualmente hasta que solo es una línea—. Oliver creció sin su padre, hay mucho rencor en su corazón, Liam. ¿Te gustaría ser como tu padre? Abandonar a tus hijos, no saber si comen o si duermen, pensar solo en ti.

Su semblante duro se rompe, se vuelve una masa temblorosa, sus ojos se hacen agua.

—No quiero a Iveth, te quiero a ti. —Sonrío con tristeza al escucharlo.

—William Baker, eso solías decir de mí antes, «no te quiero, quiero salir con chicas». Ella de verdad te ama, y con esto no te estoy diciendo que te cases, pero al menos reconoce a ese bebé. Te equivocaste, enfrenta tus problemas por primera vez, no te desquites con alguien que no tiene la culpa.

Sorprendiéndome, Liam baja todas las barreras y se echa a llorar como un niño pequeño. Me da un abrazo fuerte, le regreso el gesto dejando que apoye su sien en mi hombro, sus lágrimas mojan mi brazo, pero no digo nada.

—Tengo miedo, Hanny. —Gime entre sollozos.

—Lo sé, pero todo va a estar bien. —Eso mismo le dije a Iveth, así que espero que los dos lo logren—. Shh... Tranquilo.

Intento calmarlo cepillando su cabello, lo cual parece funcionar, su respiración se hace lenta, sin embargo, no afloja el agarre, y no sé si es porque no quiere soltarme o porque teme hundirse.


* * *

La escena de Natalie y Shawn no fue mencionada en MA porque me la guardé para QI. Ya queda muy poquito para el final, MUY POQUITO, muuuuuuy poquito. Prepárense que el capítulo que viene lo narra Oliver, así es, AL FIN TENDRÁN LO QUE TANTO ESPERABAN.


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