Nada sencillo
Ser un hechicero en la era posmoderna no era nada sencillo, más cuando rechazabas la magia y te enfocabas más en la ciencia y más aún cuando vivías en una ciudad llena de otros hechiceros, hadas, elfos, ángeles, demonios y otras criaturas.
Era una ciudad oculta a la gran mayoría de la humanidad, pero solo una de tantas, una decisión que fue tomada por los grandes consejos una vez la especie inteligente "más débil" comenzó a fabricar armas de destrucción masiva, por lo que empezaron a esconderse con más ímpetu de los humanos y crearon muchas ciudades alrededor del mundo ocultas para su avanzada tecnología.
Muchas criaturas "mágicas" despreciaban la tecnología humana por ser la que los condenó a vivir ocultos, pero Senku desde muy pequeño se sintió atraído y maravillado por la ciencia de la humanidad, y tuvo la suerte de que su padre no estaba en contra de esta y le permitió aprender de los conocimientos humanos.
Aun así, tener que ir a la escuela con montones de adolescentes de distintas especies criados por padres rencorosos que odiaban a la ciencia sin duda no era sencillo.
—¿Por qué lees sobre personas humanas en plena clase de magia? Y luego dicen que eres un genio —habló con burla Mozu, mitad trol mitad elfo, una combinación rara. Era un poco más bajo que un trol, pero conservaba su fuerza bruta, su piel no era verde, pero tenía colmillos inferiores sobresalientes, de los elfos solo tenía las orejas puntiagudas, porque la gracia y buena apariencia se perdieron a medio camino del útero.
—Si tanto te gustan los humanos deberías irte con ellos —secundó Magma, que también era en parte trol y quién sabe qué fuera la otra parte, pero por su cara debía ser algo todavía más feo.
—Odio estar de acuerdo con el cerebro de trol, pero Senku realmente no merece su puesto como el mejor de la clase —aseguró Yo-kun, colocando una mano en el escritorio de Senku e inclinándose para sonreírle con burla—. Incluso como hechicero eres débil, mejor solo resígnate y lárgate.
—¿Oh? Qué interesante. —Senku no les hizo ni caso, concentrado en su libro sobre ingeniería aeroespacial.
—¡¿Me estás escuchando, maldito flacucho?! —Magma tomó el cuello de su camisa con ira.
—Suficiente. —Su profesor, el Dr. Xeno, chasqueó las garras en sus dedos y envió a los tres alborotadores a sentarse—. Ustedes tampoco están prestando atención a mi clase, jóvenes, y quiero que la poción que les estoy explicando quedé muy elegante para la próxima semana, de lo contrario reprobaran el año. En cuanto a usted, joven Senku, sabe que también apreció a la ciencia humana, pero intenté no distraerse. Y también quiero ver buenos resultados de su parte la próxima semana.
—Sí, sí, lo sé. —Siguió leyendo sin más interés en el asunto.
Las pócimas eran sencillas, solo debías seguir los pasos y listo, te daban el resultado deseado y no había mucho más detrás. La ciencia, por otro lado, siempre generaba más preguntas con cada nueva respuesta, ¿qué podía ser más emociónate que eso?
Una vez acabó la clase de Xeno, de repente Mozu, Magma y Yo se acercaron al escritorio de Senku, con miradas amenazantes en sus rostros de idiotas.
Agh, lo que le faltaba.
Estaba a punto de lanzar un hechizo para cegarlos y darse tiempo a escapar, pero Mozu fue más rápido y le quitó su libro de ingeniería aeroespacial de las manos.
Oh, mierda.
—Devuélveme eso, Mozu. —Lo miró con fastidio—. ¿Tienes idea de lo difícil que es conseguir un libro humano moderno por aquí? —Su padre no podría conseguirle otro así por lo menos en seis meses.
—No la tenía, pero ahora que sé que esto es tan valioso... ni creas que te lo daré tan fácilmente. —Sonrió con burla y sus dos amigos idiotas se rieron maliciosamente—. A menos... —De pronto, Mozu pareció pensativo—. A menos que me des algo a cambio.
Ugh, aquí vamos de nuevo...
—Sé que hay idiotas que creen que soy capaz de hacer una poción de amor, pero no puedo. —Rodó los ojos—. Nadie puede, porque no existen, solo existen de obsesión y de lujuria, pero tampoco las sé hacer, son ilegales, nadie te enseña a hacerlas.
—Pero sabes hacer algo parecido —acusó Yo—. ¿No es cierto? ¡Dicen que sabes cómo!
—Son simples rumores sin fundamentos.
—¡Pues yo creo que no quieres decirnos! —Yo, siendo un demonio, encendió una llama en sus dedos y acercó la llama a su libro—. Y ese es el adiós para tu precioso libro.
¡Maldición! ¿Por qué tenía que estar leyendo justo hoy su nuevo libro favorito? ¡Ni siquiera lo había terminado aún! ¡No podía permitir que se lo quitarán!
—Bien —gruñó entre dientes—. Existe una teoría... Algo que descifraron algunos estudiantes años atrás, una poción capaz de generar un aroma tan exquisito que cualquiera que lo usé hará que la inmensa mayoría de personas de su grupo de edad sientan algo parecido al enamoramiento y la lujuria.
Yo alejó el fuego de su libro e intercambió una mirada con los otros dos idiotas, los tres luciendo muy interesados.
—Sabes los ingredientes, ¿verdad? —Mozu sostuvo el libro con ambas manos, asegurándose de tenerlo muy fuera de su alcance—. ¿Sabes cómo hacerla?
Senku hizo una mueca. ¿Realmente iba a revelar este secreto solo por un libro que podría comprar de nuevo?
En seis meses... seis valiosos meses en los que podría aprender cómo hacer su propio cohete...
—Sí —contestó, maldiciéndose mentalmente—, pero no es nada fácil.
—Dinos. —Yo volvió a hacer arder sus dedos.
—Ya, ya, es innecesario que me sigan amenazando, las cartas ya están sobre la mesa. —Bufó, rascando su oído con fastidio—. Para la poción se necesita cabello de ángel, escamas de sirena, polvo de hadas, lágrimas de elfo y una gota de sangre de un demonio.
—Qué fácil. —Los tres idiotas lo miraron como si él fuera el más grande idiota del lugar.
—Las escamas de sirena se consiguen en el puerto. Para el polvo de hadas solo vamos al jardín, lo dejan regado por todas partes.
—Después solo le jalamos el cabello a algún angelito y le pagamos a un elfo y a un demonio por lo demás.
—¡¿Y a eso le llamas "nada fácil"?!
—Otro pequeño detalle —Los miró con aburrimiento—: todos esos ingredientes deben venir de las hembras de cada especie, y todas deben ser vírgenes.
—¡ESOS INGREDIENTES SON IMPOSIBLES DE CONSEGUIR! —Ahora sí que los tres cayeron en la desesperación.
—¡¿Dónde has visto a una mujer demonio virgen?! ¡¿O a una elfa o a una hada?! —reclamó Magma.
—Con el ángel quizás tengamos chance, pero las demás... —Yo pareció a punto de llorar—. Mierda, y yo que creí que por fin me conseguiría una novia linda.
—¡Al demonio! ¡Quememos su estúpido libro! —Magma hizo amago de tomar el libro de Senku.
—¡Esperen, hay otra forma! —aseguró sin pensar, aterrorizado por perder a su precioso libro.
—¿Otra forma? —Los tres lo miraron con desconfianza.
—Una hibrido demonio-ángel funcionaría también, aunque son raras de encontrar. —Miró ansiosamente a su libro—. También una hibrido hada-elfo, esas son más comunes. La que más problema daría es el demonio, ¿no? La especie es promiscua por naturaleza, pero una mitad ángel tiene posibilidades. Devuélvanme mi libro y busquen chicas que cumplan con las características, entonces les haré la poción. —Mentira, jamás volvería a traer sus libros más preciados a la escuela.
—No somos tan estúpidos, Senku. —Mozu sonrió con sorna—. Voy a quedarme con esto y solo te lo devolveré cuando tengas lista esa poción. Tienes un mes o de lo contrario lo quemaré.
—¡¿QUÉ?!
—Pero tranquilo, te facilitaré el trabajo. —Sonrió misteriosamente—. Para tu suerte, conozco a una chica mitad demonio y mitad ángel que estoy muy seguro que es virgen.
—¿Ah, sí? —Magma lo miró con incredulidad.
—La hija menor del director Hizashi Kokuyo, la que tiene nuestra edad. Hizashi Kohaku. ¿La conoces?
—Sí...
—Pues empieza por ella. Te doy un mes para que termines la poción o no volverás a ver tu libro inútil. —Se dirigió a la puerta del salón—. Estaré esperando.
Senku gruñó de frustración apenas los tres salieron del salón.
Ahora mismo tenía tres opciones:
Primera, arriesgarse a ir a la cárcel por lanzar un muy ilegal hechizo de sumisión a esos idiotas y obligarlos a devolverles su libro.
Segunda, esperar seis meses por un nuevo libro.
Tercera, hacer la estúpida poción que, de hecho, ya sabía muy bien dónde conseguir los ingredientes.
De hecho, la razón por la cual conocía la poción era porque una vez fue víctima de sus efectos.
Hizashi Kohaku, mitad demonio mitad ángel, Hokutozai Minami, mitad elfo mitad hada, y Takara Amaryllis, una de esas sirenas que adquirían piernas al salir a la superficie, unieron fuerzas para hacer la poción usando los archivos secretos del director de la escuela.
Las tres se probaron el perfume sin creer del todo en sus efectos. En ese entonces eran vacaciones y ellas se reunieron a solas con las personas con las que querían probar sus efectos. Amaryllis logró que tres idiotas le dieran muchos regalos y dinero y luego se hizo novia del que realmente le gustaba. Minami logró que Tsukasa finalmente le pidiera formalizar la relación que tenían. Y Kohaku... Senku ni siquiera sabía que le gustaba, pensó que solo eran amigos por Chrome (su único amigo al que le interesaba la ciencia humana) y Ruri (la hermana de Kohaku), que eran pareja. De hecho, tampoco sabía lo mucho que ella le gustaba a él.
El aroma lo volvió loco, fue como si maximizaran diez billones de veces más ese agradable olor que siempre le gustó un poco, quería tirársele encima, estaba desesperado por besarla, pero logró disimularlo por unos minutos, los suficientes para que Kohaku pensara que la poción no había funcionado. Justo cuando él estaba a punto de confesarle que le gustaba y que por favor, por favor, lo dejara besarla, ella empezó a reírse y le confesó lo de la poción, hablando de eso como si fuera un juego y que ya sabía que no iba a funcionar, diciéndole que solo lo llamó para intentar jugarle una broma. Él se molestó de que quisiera usar ese truco, pero más se molestó porque le funcionara, y todavía más se molestó de que no admitiera lo obvio que era a este punto que estaba enamorada de él.
Siguió el juego y continuó disimulando que la poción no lo afectó, pero luego, mucho después de que el efecto se acabara, se dio cuenta de que ella seguía volviéndolo loco.
Se supone que no debería perder tiempo con romances adolescentes, se supone que no se ataría más al mundo gobernado por la magia, pero cayó ante ella sin siquiera darse cuenta.
Sabía que las chicas todavía tenían almacenados los ingredientes, todo menos la sangre de demonio ya que era tan difícil de preservar, así que bien solo podría pedírselo a Kohaku luego de explicarle la situación, pero... ya que llevaba meses evitándola para no caer en la tentación de confesarle sus sentimientos, no sería nada sencillo.
¿Cómo conseguir esa gota de sangre de una Kohaku virgen si apenas la veía lo primero que quería hacer era abrirle las piernas?
Sí, sí, se daba asco a sí mismo, era repugnante y lo sabía. Estaba increíblemente urgido de necesidad por ella y apenas y sí podía disimularlo, tuvo que casi romper su amistad para no demostrar lo mucho que Kohaku le gustaba y ahora ella estaba molesta con él, aunque para los demás fingían que todo estaba bien.
Sin embargo... necesitaba recuperar su libro.
Finalmente, se resignó y se fue arrastrando los pies a los dormitorios de chicas, sabiendo que ella al ser hija del director tenía su propia habitación privada.
Esto... no iba a ser nada sencillo.
.
Kohaku ya estaba harta de esta situación.
No lo entendía. ¿Por qué la poción funcionó para Minami y Amaryllis y no para ella? ¿Acaso Senku era realmente alguien incapaz de sentir ni la más mínima pizca de atracción por nadie?
Agh. ¿De qué servía tener acceso a la biblioteca de hechizos y pociones prohibidas de su padre si no podía conseguir lo que más quería?
Sabía que Senku quería irse a los países humanos luego de graduarse de la academia, ¡y ella quería ir con él! Lo amaba mucho y gracias a él se había enamorado también de las maravillas de la tecnología humana, pero ¿cómo convencerlo de dejarla acompañarlo siendo solo su amiga? Su plan había sido convertirse en su novia y así llegar a un acuerdo juntos, pero todos sus intentos fracasaron.
Para colmo ahora estaba distanciada de Senku, así que no solo no había logrado su objetivo de ser su novia, sino que hasta su amistad peligraba.
Se estaba desesperando, solo le quedaba un AS bajo la manga y la verdad era el más rastrero de todos, tanto que pasó semanas luchando contra sí misma respecto a si usarlo o no, pero ya estaba decidida.
Arrojó las últimas hojas de menta y encendió una llama angelical en su mano derecha y una llama infernal en su mano izquierda, haciendo hervir la mezcla con las flamas del cielo y el infierno.
Luego de cinco minutos, alejó el fuego y echó cinco cubos de hielo ártico para darle el toque final. Ya estaba listo.
Tomó un cucharón y vertió parte de la mezcla en una copa, mirándola con ojos nerviosos.
¿Realmente iba a hacer esto?
Suspiró y, sin pensarlo dos veces, se llevó la copa a los labios y la bebió de golpe.
No había marcha atrás.
Decidida, se acercó a la puerta para ir a encarar a Senku, sorprendiéndose al escuchar golpes de pronto.
—¿Leona? —Casi se desmaya al escuchar su voz. ¡¿Qué hacía aquí justo en ese momento?
Abrió y él entró rápidamente, sentándose en su cama con confianza, luciendo algo ansioso.
"Bien, ya estoy aquí" dijo Senku.
—¿Qué? —preguntó Kohaku, pestañeando.
—¿Eh? —Senku la miró confundido.
"¿Y ahora qué le pasa?" se preguntó Senku, y fue solo entonces que Kohaku se dio cuenta de que la poción ya estaba haciendo efectos, ¡podía leer la mente de Senku!
Contuvo su sonrisa, y sus nervios, y se sentó junto a él, apretando los puños con determinación.
Esta era su oportunidad, tenía que descubrir si le gustaba aunque sea un poco para saber si tenía chance de lograr su objetivo.
—Senku, ¿te gusta alguien? —Fue directo al grano.
Él se sorprendió.
—¿A qué viene esa pregunta, leona? ¿Minami te pidió entrevistarme para el periódico escolar? —La miró con sequedad absoluta.
"¿Por qué esa pregunta tan de repente? No es propio de ella" lo oyó pensar.
—¡Ja, es solo curiosidad! —Empezó a sudar frío, sin saber qué otra cosa preguntar.
—En fin, necesito tu ayuda con algo —dijo él, yendo directo a lo que le interesaba como siempre—. ¿Recuerdas que mi padre solo puede ir a los países humanos cada año o medio año? Y de ahí trae mis libros. —Kohaku asintió—. Pues resulta que hoy... —Empezó a explicarle todo lo que le había pasado en clase con los tres más idiotas de la escuela, y que además necesitaba hacer esa poción que ella intentó usar en él hace meses.
—Pero no funciona —le recordó Kohaku.
"Mierda que sí funciona a la perfección".
Ese pensamiento la confundió.
—Incluso si no funciona, solo necesito hacerles creer que sí y me devolverán mi libro. —La miró con algo de desesperación—. No puedo perderlo, es mi favorito, lo necesito para completar mi primer cohete, y Byakuya tardaría demasiado en conseguirme otro.
"De cualquier forma haré una llamada anónima a dirección para delatarlos una vez me hayan regresado mi libro, ese tipo de pociones están prohibidas".
Kohaku empezó a sudar todavía más, pensando qué pensaría Senku si supiera la poción que ella estaba usando ahora.
Ja, aunque bueno, si él lo supiera ella podría saber de inmediato qué pensaba al respecto.
—Bueno, creo que tengo los ingredientes en frascos —dijo más para sí misma—, excepto la gota de sangre, pero para eso tengo un alfiler —se rio de su propio chiste.
Se puso de pie y empezó a buscar entre sus cosas los ingredientes. ¿Dónde los había dejado?
"Espero que esto no tarde demasiado, realmente no puedo dejar de mirarla", ese repentino pensamiento de Senku congeló a Kohaku de inmediato.
¿Qué?
Se tensó de pies a cabeza, preguntándose si había escuchado mal. La voz de su cabeza era muy tenue, después de todo.
"Hoy no parece molesta conmigo... Me hace más difícil controlarme".
¿Controlarse? ¿De qué?
"No puedo dejarme llevar, tengo que concentrarme en mis objetivos, pero... Mierda, esa falda que lleva... Ya me estoy poniendo duro de tanto verle las piernas..."
Kohaku jadeó ruidosamente y una caja se le cayó al piso, pero poco le importo.
¡¿Qué Senku QUÉ?!
Volteó a verlo de inmediato, con el rostro escarlata, pero él solo se levantó para ayudarla a recoger las cosas de la caja que se habían desparramado por el piso.
Kohaku, todavía en shock, pero intentando disimular, se inclinó para ayudarlo a recoger también.
—¿Te golpeaste el dedo o algo? —preguntó él, con tono indiferente.
—S-sí, por eso se me cayó, sí. —Rio con nerviosismo, apoyándose en una mano para poder echar las cosas más rápidamente de regreso adentro de la caja.
"En esa posición también veo demasiado de su escote. Mierda, a este paso se va a dar cuenta..."
Kohaku intentó lo más posible tragarse su grito de sorpresa y miró disimuladamente a los pantalones de Senku, quedándose boquiabierta al ver que efectivamente el bulto entre sus piernas sobresalía más de lo normal. ¿Él de verdad se sentía así por ella? ¡¿Desde cuándo?!
Terminaron de guardar todo y Kohaku de inmediato tomó la caja y le dio la espalda, incapaz de recomponer su expresión incrédula y sonrojada.
Estaba esperando descubrir si tenía chance o si podía averiguar cómo conquistarlo, ¡pero esto jamás se lo habría esperado!
Estaba muy sorprendida, avergonzada, nerviosa, impresionada... acalorada.
Siguió rebuscando entre sus cosas, buscando los ingredientes que él le pidió, pero por mientras no dejó de escuchar las cosas que él pensaba de ella y de forma tan... provocadora.
"De repente se ve tensa... bueno, yo también lo estoy, pero en mis malditos pantalones".
"Quisiera decirle la verdad... me gustaba incluso antes de esa estúpida poción, aunque eso fue lo que me hizo darme cuenta".
¿Qué? ¿Entonces si funcionó?
"Si le dijera... ¿Ella me dejaría besarla?"
Sí.
"¿Me dejaría meter mis manos bajo su falda?"
Dios, sí.
"¿Dejaría que le quitara la blusa y pasara mis labios por todo su cuerpo?"
Sí, sí, sí, sí.
"¿Abrirías esas piernas para mí, Kohaku?"
Empezó a frotar sus muslos ansiosamente, sintiendo como sus bragas se humedecían inevitablemente de tanto escuchar su deseo por ella. Este hombre no tenía ni idea de cuántas veces soñó con encerrarse en una habitación con él. ¡No tenía idea de cuántas ganas tenía de saltarle encima ahora mismo!
Finalmente encontró los ingredientes y tomó una gran bocanada de aire antes de voltear hacia Senku, que apartó la vista de su culo y le miró el escote solo un segundo antes de centrarse en su cara. Kohaku agradecía mucho que la caja con los ingredientes estuviera bloqueando de su vista lo endurecidos que tenía los pezones ahora mismo.
Dejó la caja en la mesita y se dio la vuelta rápidamente, cruzándose de brazos para que él no notara que estaba teniendo pensamientos tan impuros como los suyos.
—Ahí están los ingredientes, iré por la aguja para extraer la sangre.
—M-muy bien...
"Suena muy nerviosa... ¿La estaré incomodando demasiado?"
No, todo lo contrario.
"Será mejor que me vaya rápido".
—¡No te vayas! —exclamó impulsivamente, volteando a verlo de golpe.
Él la miró increíblemente confundido.
—¿Por qué dices eso?... —Entrecerró los ojos.
Kohaku sonrió nerviosamente, desviando sus ojos al frasquito con la poción para leer mentes.
Senku siguió su mirada y alzó una ceja, para luego volver a mirarla y repasarla con la mirada lentamente.
Kohaku cruzó los brazos sobre su pecho cuando sintió sus ojos detenerse allí más tiempo de lo normal, a lo que él bajó la mirada y siguió estudiándola como si ella fuera uno de sus experimentos humanos extraños.
—Leona... ¿De qué es la poción que estabas preparando?
"Ahora que lo noto, este lugar huele a menta. Kohaku siempre huele a flores, así que la menta debe ser uno de los ingredientes para la poción. La menta puede ser usada como ingrediente para aumentar las habilidades mentales, ya sea para volverte más inteligente, darte nuevos conocimientos o control mental en algunos hechizos ilegales... o bien..."
Kohaku tragó saliva cuando Senku la miró con pánico de repente.
"Leona... Sé que me estás oyendo ahora mismo".
Cuando Senku la miro con sequedad, ella se estremeció y apartó la mirada nerviosamente.
"Con que me has estado oyendo todo este tiempo, ¿eh? Y aun así no me echaste a patadas, y por lo que veo..." él se puso de pie y se acercó a ella, que retrocedió hasta que su espalda chocó contra su armario.
—Te gustó lo que escuchaste... —Redujo la distancia hasta quedar a centímetros de ella, con su nariz rozando con la suya—. ¿No es así, leona? —Sonrió descaradamente.
Ella lo miró boquiabierta un segundo, antes de lanzársele encima, haciéndolo trastabillar y casi caerse de no ser porque se paró firme en sus pies y la empujó contra el armario, sujetando sus muslos mientras se besaban desesperadamente, gimiendo ante la sensación embriagante y que tanto habían anhelado.
Los dos estaban tan urgidos que no perdieron el tiempo en comenzar a desvestirse y toquetearse por todas partes. Kohaku llevó una pierna al suelo para tener un mejor soporte y usó su otra pierna envuelta alrededor de la cintura de Senku para empujarlo contra su entrepierna, gimiendo ante la sensación de fricción.
Todavía podía escuchar a medias los pensamientos de Senku, y era a medias porque tenía su mente demasiado atontada por el placer como para distinguir del todo lo que él pensaba. Lo poco que distinguía era lascivo, lujurioso y descarado, podía distinguir lo que él quería hacer con ella y solo contribuía más a aumentar la humedad entre sus piernas.
La desesperación creció y Senku comenzó a tironear su falda para subirla, al mismo tiempo que intentaba bajarle las bragas sin apartarse, cosa difícil porque su pierna seguía en su cintura, por lo que Kohaku bajó una mano, rompió su ropa interior y bajó los pantalones y la ropa interior de Senku, atrayéndolo con su pierna para frotar sus intimidades desnudas, haciendo a Kohaku estrellar la espalda contra el armario, sin importarle estar aplastando sus alas, gimiendo ruidosamente y abrazándolo para sentir mejor su torso desnudo contra el suyo.
Él le mordió el cuello y ella le arañó la espalda, pidiéndolo que siguiera adelante. No le importaba nada más, solo quería sentirlo dentro de ella, no iba a aguantar más de estos jueguitos, quería el plato principal.
Así se lo hizo saber antes de atraerlo en otro beso salvaje y arrollador, y Senku no dudó en cumplir su pedido.
Llevó sus dedos a su entrada y jugueteó entre sus pliegues, haciéndola morderle el hombro a modo de protesta y también para silenciar sus gemidos. Las chicas de las habitaciones de al lado seguramente estaban en el parque a esta hora, pero era mejor no arriesgarse...
Cuando Senku finalmente entró en su interior, el pellizco de dolor la hizo sacarle sangre de lo fuerte que lo mordió, pero pudo escuchar en los pensamientos de ese pervertido que eso le gustó. Cuando él vaivén lento pasó a ser más rápido y fuerte, el dolor quedó totalmente olvidado, al igual que las ganas de Kohaku de ser discreta. Le importaba una mierda si los escuchaban, honestamente. Envolvió los brazos alrededor de su nuca y lo besó mientras aumentaba el ritmo de las embestidas, todavía con una pierna envuelta alrededor de su cintura, golpeando su espalda constantemente contra el armario, haciendo que sus plumas se desprendieran y comenzaran a llenar la habitación al igual que los gritos y jadeos desesperados y placenteros.
La sensación era demasiado para dos inexpertos como ellos, la adrenalina era lo único que mantenía en pie a Senku y Kohaku se sentía demasiado abrumada por el placer, al final los dos se cayeron al suelo hechos un desastre y se siguieron dando allí hasta que finalmente llegaron a un orgasmo devastador que los tuvo varios minutos recuperando el aliento.
"Mierda" oyó pensar a Senku. "Sabía que esto iba a pasar, ahora tendré que esperar seis meses para tener mi nuevo libro... al menos valió la pena".
Kohaku rio divertida, acurrucándose contra él aún en el suelo de madera.
—Sabes, si los distraes un momento puedo darles una paliza y recuperar tu libro —propuso con una sonrisa radiante de alegría y satisfacción.
—Eso... Es buena idea. —Rio entre dientes—. Y ya que tienes tantos hechizos prohibidos a la mano, quizás podamos usar algo de eso. —Esas palabras hicieron que Kohaku recordara algo que la llenó de entusiasmo y todavía más alegría.
—¡Ja, tengo varios que podrían servir! —De pronto, se subió encima de él y le sonrió descaradamente—. Y además... tengo uno para quitar el cansancio... —murmuró con voz seductora.
Senku tragó saliva pesadamente. Algo le decía que no sería nada sencillo escapar de esta leona ahora...
Fin.
Holaaaaa :D
Llegue tarde al evento del lemon de fin de mes, pero aquí está por fin! xD
Ese fue el último Día Riko del año en el grupo de facebook de Senku & Kohaku, así que tendrán que esperar a enero por más xP
Aunque bueno, siempre tienen la opción de Patreon o pedirme comisiones si quieren más lemon, ando de vacaciones así que les haré una buena oferta ;D
Ojala que esto les haya gustado y no olviden que se les ama con todo el kokoro!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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