IX. La balanza que un día se rompió.
Enero,2007
Alessia
- Sal, tienes a alguien afuera esperándote.
En el marco de la puerta estaba Anneliese, una joven rubia de su misma edad y ojos grises, en sus ojos había una expresión indescifrable para ella, una que no estaba en su tablero mental. Alessia la miró con una expresión de asombro e incredulidad, hacía bastante tiempo que no recibía ningún tipo de visita, después de todo, la persona que tenía su custodia legal permanecía bajo licencia de trabajo y solo podía venir a verla dos, o tres veces al año, y por lo general casi finalizando.
Entonces... ¿Quién?
Porque no había nadie más.
O tal vez si.
Pero era imposible.
- Si no me crees sal y compruébalo.
- No hay nadie que esté esperándome, no puede haberlo Anneliese.- Alessia respondió desanimada.
Su compañera de litera la miró como si estuviera bromeando y le respondió:
- Tienes a una fotocopia tuya allá afuera esperándote ¿Y me dices que no lo conoces? Por favor... - Anneliese suspiró con fastidio.
Fotocopia...
La palabra quedó flotando en la mente de Alessia.
- Dime una cosa Anneliese. ¿Esa persona de casualidad no te convenció de que no decirle nada a Sabrina? - le preguntó con cierta anticipación a lo que le iba a responder.
- Este... ¿Si? - Anneliese respondió con nerviosismo. Alessia tenía la respuesta que buscaba, solo restaba confirmar.
- Déjame adivinar, no te dio nada a cambio ¿no es así? Además de coqueteo no lo creo.
Anneliese la miró suspicaz, supo que tenía razón, y se removió incómoda en su lugar.
- Si lo que tratas de decir es lo que estoy pensando- Anneliese retomó su postura con firmeza, como si pensara en en algo- Sabrina sabrá de ti Alessia, y todos contentos, supongo entenderás que puede pasarte ¿no? - Anneliese sonrió.
Alessia sabía de que estaba hablando Anneliese, y era cierto que en sus palabras había tal intención oculta, pero no había tenido el interés en preocuparse por sí iba a notar la indirecta o no. Asimismo las intenciones de Anneliese le molestaban, y por un momento se sintió orgullosa de conocer a la perfección a su hermano y ser capaz de percibir la ingenuidad de Anneliese.
- No te preocupes, no quise decir nada que pudiera molestarte - Alessia caminó hacía el marco de la puerta deteniéndose junto a Anneliese - Solo ten cuidado, él no puede ser lo que esperas.
Alessia emprendió camino hacia la sala de visitas, donde al parecer su hermano la esperaba, quería dudar de si eso era cierto, pero realmente muy pocas personas sabían de la existencia de este. A mitad del pasillo Anneliese la detuvo agarrándola del brazo.
- No es que me interese, solo quiero saber a qué te refieres.
Por cosas como esta a veces pienso que los humanos tienen por cerebro aserrín y tierra.
Pensó divertida.
Alessia se soltó con cuidado de su agarre, las terapias estaban funcionando, en otro tiempo lo mas seguro es que la hubiera golpeado por haberle puesto un solo dedo encima.
- ¿Alguna vez leíste la historia original de La sirenita?
- ¿Qué tiene que ver eso con esto?
- Que entre más bonito el estanque, más profundo es. - Alessia se sintió filosófica.
- Contéstame una cosa, y podrás irte. - Anneliese intentaba romper la tensión que se había generado, lógicamente no había querido entender las palabras de Alessia - ¿Por qué tu hermano tiene tanto atractivo y tu no tienes nada? Se supone que son gemelos. - solo a Anneliese le hizo gracia la pregunta.
Se dice mellizos...
Alessia pensó en decírselo, pero optó solo se darle una mirada suspicaz.
- Mejor preocúpate por tener la cabeza pegada al cuello si sigues acercándote a él.
- ¿Qué estás diciendo?
- Lo entenderás, si te digo que tengas cuidado es por algo, probablemente le gustará jugar contigo un tiempo.
Anneliese guardó silencio, con desconfianza de lo que iba a preguntar.
- ¿...Y después? - Anneliese preguntó cautelosa.
- El después es historia. Ni siquiera yo lo conozco tanto para saber que haría contigo.
Anneliese se quedó estática en su sitio, a pesar de la tranquilidad que aparentaba, en un sitio como ese, cualquier cosa podría ser cierta aún siendo tan descabellada. Alessia, al notar la actitud de Anneliese, pensó que probablemente no pensó mucho en sus palabras. De cierto modo era entretenido, pero no podía permitirse un nuevo error.
- Olvídalo, y si me lo preguntas, le gustan los chomelos y las gomitas ácidas. Con eso será suficiente para llamar su atención. - Dicho esto, Alessia siguió caminando, dejando a una Anneliese confusa y sin palabras.
Durante el camino, Alessia se permitió pensar con calma, hacia un tiempo inexacto (que recordaba a la perfección) que no veía a su hermano, no precisamente porque no pudiera verlo, sino porque no quería de igual forma, siempre que estaban los dos en un mismo lugar, habría un nuevo problema en el futuro. Sin embargo, Alessia no podía negar que aún sentía nostalgia al recordar como todo había terminado, y no de la mejor manera, desde ese momento habían tomado caminos distintos. Y a pesar de eso, ambos podrían asegurar que se conocían mejor que una costurera a sus agujas.
El salón de visitas era amplio, y a simple vista solitario, aun cuando casi todas las mesas estaban ocupadas por padres que venían a visitar a sus hijos, era como si no hubiese nadie allí, los enfermeros se miraban unos a otros y Alessia consiguió dirigirse a la parte más retirada de la sala, de alguna forma la intuición le decía que allí estaría quien buscaba.
Estaba mirando a través de la ventana. Cuando se sentó frente a él su hermano no la miró, incluso pensó en que probablemente ni siquiera la hubiera notado, ya que siguió mirando la ventana con una expresión neutral, y Alessia supo que estaba mirando algo allí abajo.
- A veces quisiera saber en qué estabas pensando al venir, por mucho que te conozca, aun no lo entiendo. - Alessia rompió el silencio.
- Me pregunto qué sienten las personas cuando no tienen a nadie en el mundo ¿sentirán deseos de vivir? ¿Siquiera tendrán sentimientos?
Alessia sonrió con nostalgia, aliviada de saber que su hermano seguía siendo el mismo, y triste de conocerlo tan bien para deducir que algo había pasado, o que tenía algo para decirle. Ese algo no tenía que ser precisamente bueno.
- Andamos filósofos hoy, Jarlen.
Su hermano finalmente quitó la mirada del cristal y centró su atención en ella.
- No has cambiado nada, Alessia. No puedo pensar en mi existencia sin que te burles de mi. - Jarlen fingió sentirse ofendido, y fue como si aquel aire asfixiante se hubiera desvanecido por completo.
-Y tu tampoco puedes dejar de justificar tu preocupación por mi, sabía que me adorabas, no era necesario que hicieras una reflexión sobre si quiero o no vivir.
- Sigue soñando, amargada.- Jarlen la miró burlón.- No te traje ningún dulce porque para eso me tienes a mi; como comprenderás, no vine aquí para saludar, tengo algo que quiero que veas.
- ¿me vas a regalar tu colección de figurillas o algo así?
- Ya quisieras que te de mi colección. - Jarlen levantó una maleta del suelo.
- No entiendo que te cuesta regalarme una, te quedarías con 11. - Alessia movió las manos intentando hacer negocio.
- Si, claro, a ninguna de ellas vas a tocar.- Jarlen cortó tajante las intenciones de su hermana-Ahora, mira esto.
De la maleta sacó unas fotos, junto con unos documentos escritos en tinta azul y negra, engrapados y clasificados en una carpeta. Su hermano le acercó la carpeta mirando con desconfianza a una enfermera que los observaba de reojo desde la distancia.
- Estoy seguro de que conoces a alguno de los dos.
Cuando Alessia leyó el encabezado del documento, pudo notar que eran documentos de carácter policial, que desconocía de donde los había sacado su hermano. La primera hoja rezaba la particularidad del contenido, una investigación policial reciente. Por lo poco que leyó se trataba de documentos con información recopilada a través del tiempo, cuando llegó a la parte final de dicha introducción entendió de que investigación se trataba.
>>El Centro de Investigación Policial de la provincia de Anima en conjunto con las autoridades municipales del pueblo donde se reportaron los hechos registrados en esta investigación y conforme a las leyes de protección a los menores de edad (menores de 18 años) y sus derechos, han recopilado información sobre los involucrados directos en este caso, junto con el reporte de situaciones registradas anteriormente como similares o particulares. Estos documentos tienen una finalidad investigativa y no pueden ser usados con fines de filtración a terceros y externos ajenos a la investigación de este caso.
Alessia miró a Jarlen buscando una explicación del por qué tenía esos documentos, porque estaba segura de que él no podía figurar en una investigación que, por lo que había leído, era de un nivel bastante delicado.
- Después de voy a contar la historia de qué pasó cuando caí en el sistema, por ahora sigue leyendo, por favor.
>Este archivo contiene información confidencial, como datos personales y diagnósticos de un menor de edad, su reproducción puede sujetarse a una condena de 6 a 8 años de cárcel por manipulación y fraude a una entidad policial.
El papel era similar a una hoja de cálculo, que rezaba el nombre de una de las personas que había llegado a conocer, y que desde hacía un tiempo, no sabía absolutamente nada de ella.
Ingrid Amaranto.
Se encontraban sus datos personales, como su lugar de nacimiento, su edad, entre otras cosas.
>>16 años, Nacionalidad Canadiense. Investigación por asesinato de primer grado con arma blanca.
Análisis psicológico:
Diagnóstico principal: Autismo leve con Tendencia al mutismo selectivo.
~Tratamiento por terapia cognitiva conductual desde hace 5 años.
Los estudios realizados a Ingrid a través de los años revelan que tiene tendencias ansiosas constantes, así como episodios depresivos con una duración aproximada de 12 días durante la época de otoño, su psicóloga asegura que Ingrid es un caso especial, ya que los estudios que ha realizado en ella tienden a tener resultados distintos a medida que cambian las épocas, contradiciendo los diagnósticos que se le han dado, siendo esta la razon para no sumar ningun tipo de medicamento a su terapia. "Es un caso especial, no puedo medicarla, no cuando he llegado a conocerla y deducir que no es un paciente relativamente estable con su diagnóstico. Si tuviera que describir a Ingrid, diría que es como el flujo del agua, puede ser estable, o caótico, pero sigue siendo agua." Asegura ella es una metáfora para describir que Ingrid tiende a cambiar con el paso del tiempo, para bien o para mal.
Por otro lado, su psicóloga asegura es una joven inteligente, que puede ser un enigma bastante confuso.
De allí en adelante describía el incidente del internado, el presunto asesinato que ella había cometido, sin embargo, habían teorías que no terminaban de unirse y de convencerla.
>>Los registros de las cámaras de seguridad mostraron que Ingrid se encontraba hablando con Roger, uno de sus compañeros de estudio, y que al cerrar la conversación pasó a su lado, siendo atacado a traición por ella con un arma blanca que correspondía a un cuchillo de cocina.
Ninguna de esas cosas pasó...
Pensó Alessia horrorizada.
- Sabía que la conocías- Jarlen la miró dubitativo - Nada de eso fue real ¿no? Ahora quiero que mires el siguiente. Está aún más interesante.
Alessia pensó en cómo su hermano hacía para pensar que todas esas cosas eran interesantes y estar tan calmado.
El segundo reporte revolvió su cabeza.
Aiden Aleksey.
17 años, Nacionalidad ruso-canadiense.
Investigación por presunto homicidio en legítima defensa, asesinato de primer grado con arma blanca en las inmediaciones del juzgado de Ibeli y deserción u obstrucción a la justicia.
Alessia pensó en qué tan mal estaba su vida ahora que leía tal expediente ¿Siquiera se comparaba?
~Análisis psicológico:
Diagnóstico principal: Ansiedad. No descrito.
Aiden es uno de esos casos misteriosos que cualquier psiquiatra o psicólogo apasionado estaría deseoso de investigar, su diagnóstico es tan variado que, asegura su psicoterapeuta, es tan confuso como un rompecabezas.
"Aiden es un paciente muy inteligente, aunque introvertido y con una inestabilidad en su salud que no es muy favorable, es joven, a pesar de que ha tenido muchos problemas a lo largo de su vida. Y es que de verdad hay días en los que los medicamentos no hacen efecto, y enferma una y otra vez, pero es algo muy temporal, y va más allá de mi entendimiento.
También es una de las razones por las que decidí suspender su medicación y observarlo. El resultado fue un joven, que aunque enfermo y ansioso, siente."
Así mismo, su terapeuta aseguró tenía un método un tanto experimental con él, pero que, a su modo funcionaba, y que no había necesidad de mantenerlo "dormido" o medicado.
"Es como un hilar de sentimientos y emociones entrelazados unos a otros, es confuso, pero tiene su inicio, y tiene su final"
Curiosamente, de allí en adelante no menciona nada de su expediente pasado, el homicidio en defensa propia, solo asegura que Aiden ahora es prófugo de la justicia, no menciona motivos, razones, solo deja el registro de 5 muertos, un cuchillo ensangrentado, y una grabación interrumpida.
De allí en adelante solo habían reportes de desapariciones misteriosas o cadaveres encontrados sin razón aparente en lugares a lo largo de la provincia, algo que con el tiempo se había ido normalizando debido a tal frecuencia, se decía había un motivo detrás de todo aquello, pero pocas personas lo sabían, y estaba tan oculto que pocos llegaban a conclusiones acertadas, de esos pocos, unos cuantos quedaban vivos, otros morían de forma misteriosa, y aquellos que se decía, quedaron vivos, la misma sociedad se encargó de exterminarlos.
Con exterminar podemos deducir muchas cosas, pero siendo breves su aceptación era poca, y de una u otra forma terminaban siendo asesinados por la ignorancia de sus compatriotas.
También había una recopilación de las pocas anotaciones que el cuerpo de investigación desaparecido había hecho unos años antes de desaparecer por completo. Alessia miró la fotografía de un niño abrazado a su madre en un pueblo desértico a las afueras de la provincia, ambos eran cadaveres, pálidos como la nieve, y pensó en cómo habrían muerto, y por qué en aquel lugar tan desolado. Miró de nuevo a su hermano con inquietud.
- Cuando caí en el sistema una familia me adoptó, mi padre adoptivo pertenece al cuerpo de investigación de esta zona, y aunque no tengo la mejor relación del mundo con él, me subestima, pero a veces decide ayudarme, cuando me lo propuse pude conseguir estos documentos con facilidad.
Pero esto es muy reciente...
Pensó Alessia poco convencida.
- Cuando digo con facilidad me refiero a que esto, es solo una parte, y está noche viene lo mejor, dejarlos de nuevo en su sitio sin que nadie se de cuenta, mi especialidad- Jarlen tenía tan buen ánimo que le resultó contagioso, quería decir que estaba bien. Pero se preguntó por cuánto tiempo.
Alessia cerró la carpeta y su hermano la guardó en la maleta.
- Conociste a Aiden ¿no es así? Es el caso más interesante, y desapareció del mapa, ahora todo mundo lo está buscando. - Jarlen miró de nuevo a través de la ventana.- Pero supongo él no debe ser culpable de tantas cosas, así como tu y yo sabemos que la mitad de lo que está escrito en esos papeles es mentira.
- Aiden es bastante confuso, un día está bien, al otro está mal, y es raro, es como si...
- Es como si él fuera alguien más sin dejar de ser él mismo. - Jarlen la interrumpió.
- Crees que...
- Si. Creo exactamente eso. Aiden, al igual que nosotros, es una de las Almas Perdidas.
Pasó poco tiempo cuando Jarlen notó que a lo lejos, en la entrada del salón, había alguien mirándolos.
- Tengo que irme Alessia. - Jarlen la miró con seriedad - Ten cuidado, lo que te voy a contar no es algo que debas tomártelo a la ligera.
Dicho esto, miró cuidadosamente la puerta, con una mirada esquiva y ofensiva. Alessia siempre pensó que Jarlen era una cajita de sorpresas, desde que lo recordaba no había pasado día en que no le hubiese visto mostrar menos de 2 emociones en 5 minutos. Al mirar la puerta disimuladamente, Alessia consiguió reconocer quién los estaba mirando.
Eleanor.
Su mirada seguía llena de odio, pero ese día en especial su desprecio no iba dirigido hacia ella, sino a su hermano. Jarlen y Eleanor se miraban con desprecio mutuo, Alessia no pudo evitar pensar que tal vez se conocían, y que alguno de los dos, le debía algo al otro.
Y que probablemente, su odio no se desvanecerá hasta que alguno de los dos caiga muerto.
Se consideró histérica, y trató de alejar esos pensamientos, no le traían nada bueno a su mente, y de forma un tanto tetrica estaba decidida a mantener la calma, no podía perder el equilibrio, no en ese momento.
- Alessia.
Ella le correspondió la mirada, no supo en qué momento se había quedado mirando la mesa.
- Algún día nos reuniremos de nuevo, y podrás saberlo absolutamente todo, ahora quiero que me escuches.- Jarlen hizo una pausa y volvió a mirar a la puerta desconfiado hasta de sus propias palabras- Tu y yo sabemos a la perfeccion que lugares como estos solo buscan dormir a los peores monstruos que el bajo mundo guarda consigo, puedo asegurarte que Aiden está bien, él sabe defenderse. Ingrid está muerta para todos, pero ella está viva, y yo me aseguraré de que lo siga estando.
Las luces del lugar parpadearon sobresaltando a los presentes en la sala. Jarlen hizo una mueca de dolor sosteniendo su cabeza y recobrando a la fuerza la compostura, algo le estaba afectando; Alessia se preguntó qué podría estar pasando por su cabeza, y por impulso puso una mano sobre la de él, pensó que tal vez podría hacer que se centrara de nuevo.
Algo está pasando, esto puede romperse si no volvemos a un equilibrio pronto...
Alessia pensó ansiosa.
- Jarlen.
Él nuevamente centró su mirada en ella.
- Como entenderás este lugar funciona como una balanza, y el equilibrio se altera si sus energías chocan unas entre otras, desconozco que pasó con él, pero sus energías hacen que este lugar se altere. Jarlen, al igual que tu, se perfectamente que el tiempo se está acabando; Aiden fue el primero en huir y salir con vida, hoy puede intentarlo alguien más y morir en el intento.
Jarlen cerró los ojos meditando un momento.
- La balanza esta tan desequilibrada que ya han comenzado a aparecer, sé que tengo que salir de aquí, pero no cuento con la misma suerte que Aiden.
- Desde hace tiempo, he tenido sueños, una y otra vez se repiten, y todos cuentan la misma historia- Jarlen dibujó algo en la mesa con los dedos - Algo malo va a pasar en este lugar, lo poco que he podido recordar y recopilar de mi agobiada cabeza es que, ha de haber una intromisión, y que alguien que ni tú ni yo conocemos está detrás de todo eso.
Ambos se miraron con intensidad.
- Tienes que huir Alessia, alguien entrará a este lugar por ti, y no tengo la seguridad para decirte si seguirás viva, o morirás en el ataque. Mis sueños son confusos, y llenos de grietas, pero ninguno de nuestros futuros, tiene lugar en las vidas que llevamos ahora.
Las luces se apagaron por completo, dejando consigo una luz muy tenue.
- Es doloroso y poco alentador, pero nuevamente nos convertiremos en fugitivos, el velo que cubre nuestras vidas, hoy, o mañana, terminará por romperse.
El sonido de una vajilla rompiéndose hizo eco con las palabras de Jarlen. Pedazos de porcelana rodaron junto a la mesa en la que se encontraban.
Los presentes de la sala comenzaron a levantarse y a especular aterrados.
Pues la sala no contenía vajillas, ningún tipo de objeto que pudiera romperse en realidad.
Los enfermeros llevaron uno a uno a sus pacientes, en pocos minutos la sala estaba casi vacía, solo quedaban ellos dos al parecer.
- Nuestros sueños algún día terminarán por romperse, cuando llegue ese día, sabrás donde encontrarme.
Jarlen se levantó y colgó su maleta al hombro abandonando el lugar. Alessia miró de nuevo los pedazos de porcelana en el suelo, y no pudo evitar pensar que ella, al igual que esa porcelana, terminaría por romperse algún día.
Pues de una u otra forma sus sueños terminarían rotos.
Y cada uno terminaría por recorrer el camino al que está destinado.
***
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