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𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚘𝚌𝚑𝚘.


E

ntonces, el siguiente paso es despojar al alfa de sus prendas.

Ahora, Jeongin no es el único dominado por la lujuria hasta el punto de perder el control. Hyunjin tampoco es una excepción. Despojó a Jeongin de sus pantalones, lanzándolos a un lado. La camisa del otro hombre la arrancó con fuerza, rasgando los botones en su prisa, ya que el joven alfa no podía esperar para abrirlos uno por uno.

Los dos alfas se abrazaron y besaron con fuerza, casi fundiéndose en un solo cuerpo. Casi toda su piel estaba en contacto, sus cuerpos ardían de calor. Pero ninguno de los dos quería soltarse.

Mientras el joven alfa se inclinaba y sellaba sus labios firmemente sobre el pecho de su pareja, el sonido de succión resonaba de manera provocativa. A Jeongin, esto le complacía enormemente, tanto que arqueaba su pecho hacia la boca del otro para ofrecerse más.

─Jeongin, ─murmuró Hyunjin mientras se acercaba, nivelando sus rostros. La figura esbelta deslizó la lengua por la mejilla de Jeongin antes de morderla suavemente con sus colmillos, mientras sus cuerpos se acercaban y rozaban entre sí. ─Yanie...

─ ¿S-sí?

─Quiero follarte...

─Entonces hazlo rápido... ─Jeongin respondió con una mirada tan seductora que Hyunjin sintió que perdía el control. Aunque le gustaba provocarlo, esta vez era diferente. Percibía un deseo más intenso que nunca. ─Date prisa, Hwang.

─Yanie...

─Por favor, deseo hacer el amor...

Aquello era sin duda extraño.

Jeongin estaba en celo.

─Alfa... No aguanto más... ─suplicó mientras su cuerpo se retorcía. El aroma de la feromona alfa se volvía más intenso. La habitación entera quedó impregnada de un olor a vainilla y caramelo.

El aroma envolvía el aire, ejerciendo una atracción tan poderosa que él se sintió embriagado por completo. Su masculinidad, ya firme, se intensificó aún más hasta volverse dolorosa. Ahora, no solo Jeongin luchaba contra ello; él también se encontraba incapaz de resistirlo. Era un aroma completamente desconocido para Hyunjin; nunca antes había percibido esa fragancia en Jeongin. Habitualmente, el alfa de cabello oscuro desprendía un aroma a sándalo y limón, típico de los alfas dominantes que emitían olores intensamente ácidos y desagradables, complementarios a los olores florales extremadamente deliciosos de los omegas dominantes.

El olor de Hyunjin era a menta y limón, mientras que el de Jeongin era a sándalo y limón igualmente. Sin embargo, ahora que Jeongin estaba en celo, emanaba un olor completamente diferente, similar al de un alfa recesivo.

Pero, el rubio no pudo llegar a una conclusión debido a su excitación. Por ello, Hyunjin extendió rápidamente la mano y abrió el cajón en la cabecera de la cama, consciente de que en un lugar como aquel club seguramente encontraría lo que necesitaba. Sus suposiciones resultaron ser acertadas. Había una selección de preservativos de distintos tamaños y lubricantes estándar preparados. Con prisa, extrajo el paquete familiar de condones, lo examinó rápidamente con los ojos y confirmó que era de su tamaño antes de intentar abrir la caja, con las manos temblorosas debido a la incontrolable oleada de emociones.

─ ¡Jeongin! ─Grito de repente, cuando Jeongin le arrebato el preservativo de la mano y lo tiro despreocupadamente. Además, el pelinegro estaba ahora exprimiendo el gel y aplicándoselo en su propio agujero a toda prisa, como si no pudiera esperar ni un segundo.

─Alfa, mételo.

─Pero el condón...

Jeongin chilló de desesperación y tristeza. ─No hace falta, el condón es malo ahora.

Al principio sintió que se estaba volviendo loco, pero cuando escuchó a Jeongin decir eso, le empezaron a pitar los oídos. Solo veía la imagen del hermoso alfa tumbado frente a él con las piernas abiertas y una mirada de lujuria en el rostro. Eso era todo lo que sabía en ese momento. Realmente lo necesitaba ahora.

─ ¿No te gustaría saber cómo se sentiría si no lo llevases? ─Jadeó, sus ágiles dedos apretando y aflojando su propio agujero estrecho. Aquellos hermosos ojos lo miraban fijamente con la misma mirada chispeante que él. No quería que nadie volviera a verlo. Esperaba ser el único en recibir ese tipo de mirada de Jeongin. ─Hoy vamos a probarlo.

El rubio ahora comprendía la personalidad temperamental de Jeongin. El chico era simplemente un alfa recesivo que actuaba como dominante, algo que no terminaba de entender del todo, dado que los alfas recesivos no tenían tantas dificultades como los omegas y betas.

Ahora también entendía por qué usaban condones cuando tenían sexo. Pensaba que Jeongin simplemente era demasiado higiénico, ya que un alfa dominante rara vez podía contraer infecciones, y si lo hacían, no eran tan mortales y funcionaban más como una gripe.

─Vamos, alfa. ─una vez más, Jeongin comenzaba a rogarle por pene. Su lobo recesivo le pedía ser llenado de cachorros.

»Por favor, hazme adicto a ti hasta que no pueda ir a ninguna parte.

El sonido se desvaneció. Todo autocontrol que Hwang pudiera tener había desaparecido por completo.

Una silueta alta se deslizó entre las esbeltas piernas de Jeongin. Inclinándose, le dio varios besos en los labios, mientras su mano acariciaba su propia erección varias veces antes de presionarla contra el húmedo agujero, como una señal para que Jeongin se preparara.

Jeongin gimió suavemente cuando la caliente vara se introdujo completamente en su entrada rosada de una sola vez. Hyunjin no estaba tan calmado como de costumbre, se sentía impaciente, quizás por el aroma de las feromonas de Jeongin. Pero eso estaba bien, no necesitaba ternura en ese momento. Quería que Hyunjin se entregara con toda su fuerza.

─Ah-maravilloso... ─Hyunjin gimió mientras bombeaba dentro y fuera de su agujero a gran velocidad, sumergiéndose en su interior desde el principio. El contacto piel con piel estaba volviendo loco al alfa.

» ¿Te gusta? ─El Alfa exhaló excitado, sin detener el ritmo de sus caderas ni por un momento. ─ ¿Es por esto por lo que empezaste a pelear?

No importaba lo que Hyunjin dijera; en realidad, le excitaba aún más. Jeongin sentía dolor en su bajo vientre mientras su cuerpo se retorcía incontrolablemente, su trasero siendo completamente asaltado.

Cuanto más se enfadaba, más deseaba lanzar a Hyunjin a la cama y entregarse a la pasión desenfrenada. Anhelaba que su alfa se enfureciera y desahogara esa rabia contra él, liberándola con cada embestida.

Quería que Hyunjin retirara cada palabra venenosa que había lanzado sin cesar.

─ ¡Ah, tú también estás molesto conmigo! No lo niegues. ─Con cada palabra que salía de su boca, Hyunjin aumentaba el ritmo de sus caderas. Su voz era rápida y profunda, apenas dejando espacio para la respuesta. Tan excitado estaba por el contacto que tuvo que clavar las uñas en la ancha espalda con toda su fuerza para liberar las sensaciones que lo embargaban.

─ ¡Cuando estoy un poco enfadado, me dan ganas de pegarte!

La figura alta hundió su rostro en el pliegue del cuello de Jeongin. El aroma de las feromonas ajenas hizo que Hyunjin gimiera casi frenéticamente. Estaba al borde de la locura.

Una tormenta de emociones se desató hasta que su mente quedó en blanco por completo. Jeongin jadeaba ante el increíble placer que Hyunjin le proporcionaba. Era tan excitante que, aunque quisiera gemir, no podía. La firmeza y el ajuste a su cuerpo eran increíbles.

Era tan apretado y placentero que Hyunjin no quería parar ni un segundo. Deseaba continuar con Jeongin hasta que se desvaneciera de placer.

─Oh, casi... estoy... ─murmuró Jeongin, con una expresión a medio camino entre el placer y la agonía. Sus cejas bonitas se fruncían, pero sus ojos brillaban con una felicidad sincera. ─No puedo más, hyung...

Una mano firme se posó en la cabeza de Jeongin para evitar que golpeara la cama, mientras la otra se aferraba con fuerza a la cabecera como si fuera un ancla. El cuerpo del alfa dominante se tensó al borde del clímax.

─La sacaré ah, un poco más.

─No, ¡no la saques!, ─gritó Jeongin en cuanto Hyunjin mencionó retirar su pene mientras alcanzaba el clímax. Las esbeltas piernas, que antes estaban abiertas de par en par, parecieron envolverse alrededor de la cintura de la alta figura, con la intención de impedir que se alejara.

─Yanie...

─No la saques, déjala ahí.

─No, no seas terco.

─Hyunjin, por favor, ah-por favor... Te lo ruego... ─Jeongin alzó la mano hacia la mejilla del chico, con los labios temblorosos. Sus ojos, una vez llenos de furia, ahora derramaban lágrimas por una necesidad incontenible. ─Satisface... Vacíate dentro de mí...

─Pero...

─Hyung... Innie lo desea así -ah

A Hyunjin le pareció que la última voz se quebraba en su mente. A pesar de su emoción, intentó mantener la calma, pero al escuchar todo eso, sus esfuerzos fallaron de repente. Solo podía ver la imagen de Jeongin suplicándole con lágrimas en los ojos, deseando liberar todos sus sentimientos reprimidos en otra persona. Oía una voz dulce suplicando de una manera que nunca había escuchado antes. Y, lo que es más importante, Jeongin utilizaba sus fantasías para conseguir lo que quería.

─Yanie, no quiero esto ─murmuró, aunque sus caderas se movieron bruscamente, recibiendo algunas sacudidas de desaprobación. ─De verdad, no puedo más.

─Hyung... Hazlo. Eyacula dentro de mí, llénalo... Mmm

─No, ─el hombre alto apretó los dientes, sintiendo cómo su mandíbula se tensaba. Resistir era doloroso, pero Jeongin seguía provocándolo con sus movimientos. ─Lo sacaré...

─Hyung ─gimió.

Y así terminó todo.

Hyunjin maldijo en voz baja antes de liberar todo su deseo en el estrecho cuerpo del hermoso recesivo. Al mismo tiempo, Jeongin se convulsionó y liberó su propia pasión en el vientre de ambos.

Los dos alfas estaban sin aliento por un apasionado romance más intenso que cualquier cosa que hubieran hecho juntos. Y, por supuesto, la cosa más dichosa e indescriptible. Hyunjin, que pensaba que iba a morir con el hermoso recesivo encima suyo se levantó lentamente y miró su obra, incapaz de creer lo que veían sus ojos.

Realmente lo hizo.

─Alfa ─ronroneó

─ ¿Sí? ─Hyunjin respondió de inmediato, inclinándose hacia el delgado cuerpo. ─ ¿Estás bien? ¿Dónde te duele?

Era la primera vez para el rubio atender el celo de alguien, específicamente, el celo de un alfa recesivo. A diferencia de los omegas, que parecen perder la voz y quedarse mudos durante este ciclo, los alfas y los omegas recesivos no parecen experimentar eso. Esta fue la conclusión a la que llegó, ya que nunca había estado con un omega recesivo en celo. ¿Tendrán celo? En Corea, todo lo relacionado con el celo y los instintos animales que surgen de él sigue siendo un tabú

─Innie no tiene nada, Innie estar bien. ─dijo Jeongin mientras comenzaba a frotar su cara contra el pecho del rubio y empezaba a ronronear.

─Pero-

Jeongin bloqueó rápidamente a Hyunjin y lo besó sin titubear. Aunque Hyunjin parecía inicialmente sorprendido, pronto se recuperó. En cuestión de segundos, estaba listo para corresponder. A pesar de haber alcanzado su clímax apenas unos momentos antes, se abrazaron de nuevo con fervor.

Los dos alfas se aferraron el uno al otro, como si ninguno estuviera dispuesto a ceder. Se turnaban para liderar, en una competición de rapidez y resistencia. Sin embargo, la competencia pronto se convirtió en un juego que los llevó a rodar y caer de la cama, llevándose consigo la manta. A pesar de caer al suelo, Jeongin y Hyunjin parecían no sentir el menor dolor, tan inmersos estaban en el momento.

─ ¡Yanie! ─Hyunjin llamó mientras Jeongin se volteaba y rápidamente volvía a empalarse sobre él, como si estuviera decidido a continuar sin demora.

─ ¡No me detengas! ─Jeongin se mordió el labio y levantó las caderas para dejarse caer sobre su erección.

─ ¿No estás cansado? ─preguntó Hyunjin.

─No puedo parar. Me duele, siento que sufro si no tengo algo dentro de mí ─dijo Jeongin con voz temblorosa, antes de tomar las manos de Hyunjin y colocarlas sobre su pecho. Luego, obligó al rubio a presionar su pecho y apretarlo como si quisiera exprimirlo.

Hyunjin no sabía qué tan en serio eran esas palabras de Jeongin. En una situación diferente, donde ambos acordaran pasar el celo juntos, con una relación estable y todo eso, estaría feliz de hacer el amor con él hasta saciarlo por completo. Pero ahora estaba empezando a darse cuenta de algo: a Jeongin le dolía, y por eso lo estaba usando. Como solo había pasado antes con un omega en su celo, no sabía que ellos también sentían dolor y por eso querían tener relaciones con tanta intensidad.

─Te ordeno que te quedes conmigo.

─Si me quieres, te prometo que solo serás tú y haré lo que desees.


Entediante...

Sumamente tedioso...

Increíblemente, extremadamente tedioso...

En la mente de Jeongin, solo resonaba esta palabra, gigantesca y opresiva. Hoy todo parecía monótono; se había despertado antes de lo habitual sin necesidad de un despertador. Sus planes de montar en la pista quedaron frustrados por completo cuando The Hollows cerró por mantenimiento justo en ese momento. En verdad, este incidente no sería tan molesto si no fuera por el maldito imbécil que decidió desaparecer por la mañana.

Sí, ese maldito imbécil llamado Hyunjin.

El famoso corredor caminaba por la habitación sin saber qué hacer. De repente se sintió desacostumbrado a estar solo. A pesar de haber vivido gran parte de su vida en solitario, los últimos meses habían estado marcados por la presencia constante de un molesto hombre que lo acompañaba a todas partes y ocupaba su habitación. Hoy, el niño desapareció y sintió que la habitación estaba demasiado silenciosa. Se sentía incapaz de encontrar algo que hacer que lo satisficiera, pero el tedio lo invadía si permanecía en inacción. Se estaba volviendo realmente inquieto.

No tenía idea de dónde podría haber ido Hyunjin. El chico apenas había dicho nada, solo mencionó antes de acostarse que estaría fuera todo el día por asuntos de negocios. "Todo el día" insinuaba que su retorno sería bastante tarde, lo que implicaba que tendría que pasar la noche en la habitación del rubio, esperándolo.

La primera vez que escuchó esto, no le dio mayor importancia. Pensó que era natural que alguien tuviera asuntos que atender, y que ausentarse un día no era gran cosa. Además, él también tenía sus propios asuntos que requerían atención.

Sin embargo, al despertar y darse cuenta de que Hyunjin no estaba allí...

No podía definir lo que estaba experimentando.

Hyunjin suele despertarse antes que Jeongin cada día. Como alfa dominante, disfruta de madrugar para hacer ejercicio. Después, se concentra en sus tareas, llamando a la puerta y ocupando su propio ordenador. Cuando Jeongin se despierta, Hyunjin se ocupa de él, comenzando por preparar un desayuno sencillo y asignarle algunas tareas simples, ya que un joven rubio no podría hacer mucho más que eso. Sin embargo, la mayoría de las veces, Jeongin termina asumiendo todas esas responsabilidades debido a la falta de eficiencia del rubio. Posteriormente, suelen involucrarse en discusiones acaloradas, chispas volando como si fuera un cachorro que siempre busca atención. A veces, su relación se materializa en encuentros íntimos por la mañana, mientras que en otras ocasiones son solo abrazos y besos, dependiendo del estado de ánimo. Durante el día, en esta temporada, Hyunjin lo lleva a pasear casi a diario, mostrando incluso más diligencia que él, a pesar de ser un corredor profesional.

Quizás experimente ansiedad debido a los síntomas postcelo. Aunque estos no son tan intensos como al principio, su apetito sexual permanece elevado. Esta mañana, necesitó masturbarse tres veces antes de sentirse satisfecho. Curiosamente, normalmente recurre a material para adultos para alcanzar el clímax, pero hoy no fue necesario. Simplemente se recostó en la cama y disfrutó del aroma de Hyunjin impregnado en las almohadas y mantas. Esto le permitió visualizar la escena en su mente y llegar al orgasmo sin el esfuerzo habitual.

Solo puede recordar los primeros momentos de su celo en aquel club, lo cual lo pone nervioso, ya que, si eso es lo que recuerda, significa que Hyunjin ya sabe que es un recesivo.

Yacía exhausto en el sofá del salón, perdido en sus pensamientos. Se estiró y continuó contemplando el techo, sin encontrar una respuesta a su desasosiego. Aunque abrió la aplicación de películas, al principio creyó que eso le distraería. Mas, pronto se dio cuenta de que carecía de interés en ver alguna. Se sentó, navegando entre las opciones durante un largo rato sin poder decidirse, hasta que finalmente se rindió.

En su cabeza, no dejaba de pensar en lo que Hyunjin estaba haciendo ahora. Sabía que no era de su incumbencia y que probablemente el alfa preferiría que no se enterara. De lo contrario, Hyunjin no usaría la palabra "negocios" como excusa. Le intrigaba qué tipo de actividades podía tener alguien como Hwang, quien parecía ocuparse constantemente de tareas como trabajar en la computadora, pintar, conducir y tener sexo con él todos los días. Además, nunca lo había visto mostrar interés por nada más.

Pero, aun así, tampoco sabía mucho del hombre, a pesar de que llevaban meses viéndose y pasaban casi todo el tiempo juntos no sabía mucho de la vida personal de Hyunjin. ¿A qué universidad fue?, ¿Acaso tenía amigos o era como un lobo solitario en el mundo? Nunca lo vi charlando con nadie. Él pensó que podría ser debido a su cara estúpida, su personalidad estúpida, con su miedo así. Y tal vez eso es un obstáculo que impide a Hyunjin tener amigos cercanos.

Pero ¿para qué rayos preocuparse? No es como si estuviera postulando para presidente de la república de Hyunjin. Aunque, ¿y si debiese saberlo? ¿Y si el chico se larga con el coche una noche o resulta ser un prófugo de la justicia? ¿Cómo demonios llegarían a eso? Pero vamos, ¿qué probabilidad hay de que el tipo sea un ladrón de bancos? ¡Bah!

Aunque, ahora que lo pienso, ¿qué pasaría si Hyunjin resulta ser un fugitivo de la ley? ¿Y si me despierto un día y mi coche y mi televisor han desaparecido, junto con mi sospechoso compañero de cuarto? Pero, no puede ser, ¿verdad? ¡Es tan amable y educado! A menos que sea el ladrón más astuto de todos los tiempos, ¡una mezcla entre Robin Hood y Carmen Sandiego! ¡Mejor no lo pienso más y sigo fingiendo que todo está bien en mi pequeño mundo ignorante y despreocupado!

Hum... Pero vamos, ¿de verdad puede ser tan difícil? Con una cara así, lo más probable es que si cometió algún crimen, fue por disputarse el último pedazo de pizza o algo por el estilo.

Pasando horas y horas en el sofá, su mente no cesaba de dar vueltas. ¿Por qué no podía el día avanzar más rápido? Solo pensar en cuánto tiempo más tendría que soportar la soledad lo ponía de mal humor.

Cada vez más desesperado, decidió tomar cartas en el asunto. ¡Necesitaba encontrar a alguien que le hiciera compañía! Al menos alguien menos irritante que Hyunjin, que, la verdad sea dicha, no estaba a la altura de la tarea.

─Hola, mi amor, ¿qué haces?

La respuesta es su amigo íntimo, Minho.

─ ¿Pasa algo en el garaje?

─Un poco. ¿Qué pasa? ─Minho replicó con tono enérgico, dejando claro que alguien más compartía el espacio.

─Nada, ─respondió Jeongin perezosamente. ─Creo que tengo algo de tiempo libre. Me aburro, así que te invito a jugar.

─ ¿A qué quieres jugar? Si es algo emocionante, podría considerar abandonar mis deberes.

─A lo que sea, pero que no termine en nosotros dos enredados entre las sábanas.

─Ah, en ese caso, mejor me quedo trabajando.

─ ¡Qué pervertido eres! ─responde el alfa con sarcasmo, antes de escuchar la risotada estruendosa del otro lado de la línea.

Aunque es la persona menos molesta en su vida, es molesto lo indispensable que resulta.

─ ¿Podrías reprender a alguien más por esto, lindo?

─Oh, ¿te ha pasado algo?

─ ¡Parece que estás en un estado lamentable! ─respondió Minho. Luego se volteó para discutir algo con la persona con la que estaba. Supuso que era un problema con su SSC Tuatara, ya que pudo distinguir la voz de Dongpyo dando un diagnóstico al castaño. Parece estar muy ocupado. Se sintió culpable por molestarlo en este momento. ─ ¿Entonces tu cachorro no está?

─ ¿Cómo lo sabías?

─ ¡No soy estúpido! ─respondió el jefe del taller con seguridad. ─Todo este tiempo, fuiste adicto a ese alfa. Si no lo estuvieras, no me habrías llamado, hermoso.

─ ¡Oye!, ¿parezco dependiente?

─ ¡Estoy triste, mi príncipe prefiere a otro alfa!

Soltó una risita, satisfecha de que al menos pudiera recuperar su humor gracias al castaño. Aunque no hablaban ni se veían todos los días, cuando pasaba algo, Jeongin pensaba en hablar primero con Minho.

─ No tengo ni idea de lo que está haciendo en este momento. Así que voy a volver a mi condominio y simplemente dormiré ─contesto Jeongin en un tono que dejaba ver su aburrimiento.

─Pareces muy cachondo.

─ ¡Soledad, mi querido alfa! Eso es lo que llaman

─Ah, perdona ─Minho se rio a carcajadas. Solo decir dos palabras fue suficiente para Jeongin quien de repente se sintió más cómodo, y aún mejor al escuchar la voz profunda del alfa castaño.

Si tan solo tuviera más tiempo, le encantaría seguir charlando. Pero el trabajo llamaba, aunque eso no detuvo a Minho de fantasear.

─De acuerdo, entonces continua con tu trabajo. No te molestare más.

─Oh, ¿has llamado solo para esto?

─Bueno, si no estuvieras ocupado con el trabajo, no te habria colgado.

─Perdóname, Innie.

─No necesitas compadecerme, Minnie. Puedo sobrevivir solo ─Jeongin respondió, ─eso es todo. Encontrare algo útil que hacer.

─Oh vamos, puedo ser útil de formas que ni imaginas, ─insinuó Minho con un tono sugerente.

─ ¡Adiós, depravado!

Después de hablar, Jeongin colgó inmediatamente el teléfono. Y sólo pasaron unos segundos. La sonrisa de su cara se desvaneció lentamente hasta convertirse de nuevo en una expresión plana.

Puedo estar loco.

¿Por qué es tan aburrido?

Jeongin frotó la pantalla del teléfono con las yemas de los dedos por aburrimiento. Se desplazó a través de su alimentación de los medios sociales con indiferencia. No hizo mucho para aliviar su aburrimiento, ya que no era por lo general una persona a la que le gustaban este tipo de cosas. Se limita a leer el feed como de costumbre. El resto es más acerca de la navegación de noticias sobre las carreras. En cuanto a otras cosas, no prestó mucha atención.

¿Debería seguir actuando como un niño rebelde sin causa, sin mostrar ni pizca de interés, o intentar algo nuevo, como llamar a Hyunjin y preguntarle algo? Con solo marcar, Hyunjin captaría al vuelo lo que andaba tramando, y luego Jeongin colgaría, como si nada hubiera pasado. ¿Sería demasiado raro si lo hiciera? Hmm, quizás una vez al año no hace daño.

Maldita sea, no me gusta nada esta sensación. ¡Es realmente molesto!

Hum... ¿o quizás no es tan malo?

Jeongin revisó repetidamente la lista de contactos en su teléfono, debatiéndose sobre si debía llamar y resolver la cuestión de una vez por todas. Sin embargo, al ver la foto del hombre con gafas que servía como su perfil, vaciló en marcar el número.

¿Hwang se imaginaría que Jeongin estaba al borde del colapso solo por pensar en él? ¡Qué desastre! Pensó que era como si estuviera atrapado en un bucle infinito de tortura mental, con Hwang como el maestro de ceremonias de la burla constante.

Pero, aunque pensara así, tal vez no estaría demás llamarle.

Cada vez que escuchaba el tono de llamada, el corazón de Jeongin latía más rápido. Quería colgar en cuanto oía el pitido, y su mente repetía como un mantra: "¡No contestes, no contestes, no contestes!", aunque sus dedos seguían pulsando el botón y mantenían la conexión, sin soltar.

─ ¿Hola?

¡Maldita sea la suerte!

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