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𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚎.

El hermoso alfa que estaba tumbado se incorporó inmediatamente cuando el sonido de la llamada en espera cambió a la voz de alguien conocido para él. Pero escuchar la voz de Hyunjin en el teléfono de esta manera era un poco extraño para Jeongin que por lo general siempre estaban juntos por lo que no había oportunidad de llamar a menudo. Así que cada vez que hablaba por teléfono con el hombre, siempre sentía una extraña sensación que no podía expresar.

─ ¿Innie? ─Repetía Hyunjin al otro lado de la línea, mientras Jeongin permanecía sentado, sorprendido, sin decir nada.

─ ¿Eh?

─Me llamaste, ─dijo Hyunjin, soltando una risa al escuchar la voz de Jeongin, como si le sorprendiera escucharlo cuando era él quien en realidad había hecho la llamada ─ ¿Sucede algo?

─Oh, sí, ─tartamudeó Jeongin, sintiéndose realmente incómodo con la situación.

La vergüenza era inevitable, ─solo quería preguntarte, ¿por qué te fuiste tan temprano?

Sin saber qué más decir.

Hyunjin respondió en tono casual: ─Solo quería tomar el tren, ─ignorando por completo la pregunta de Jeongin.

─Ah, ¿y por qué no llevaste el coche?

─Me fui temprano por la mañana. Todavía tenía sueño. Así que me daba pereza conducir. ─El joven se rio después de admitir que era demasiado perezoso para elegir y tomo el transporte público en lugar de conducir el mismo.

─Hyung... ─Jeongin dejó escapar una voz temerosa. ─Fuiste tan insistente en querer ese carro, pero cuando te lo di, te negaste a manejarlo.

─Lo quiero para correr, no para pasear.

─Es un coche de carreras, pero también se puede conducir para el día a día. Lo digo por si no lo sabías.

─No me interesa. No quiero que todos me vean.

─ ¡Por el amor de Dios, mi carro es genial! ¡La gente no lo mira mal!

─Pero no me gusta ser el centro de atención. ─Hyunjin contestó con amargura, dejando claro su disgusto.

Por supuesto, Jeongin sabía que a Hyunjin no le agradaba ser el foco de atención, y mucho menos le agradaban las personas que buscaban esa atención. Él, por otro lado, no le daba ni un ápice de importancia a ser el centro de las miradas. ¿Si lo admiraban o comentaban sobre él? No le importaba en lo más mínimo. Pero entendía que para el tímido Hyunjin, su reacción no habría sido la misma.

─Entonces, ¿qué pasa? ¿Llamaste a hyung para preguntar por el coche?

La ansiedad regresó con fuerza cuando le soltó esa pregunta. Era la última que quería responder, porque ni siquiera sabía por qué había llamado al rubio. De repente, se encontró presionando el botón de llamada sin saber muy bien por qué.

─Solo quería preguntar, ¿qué estás haciendo ahora? ─Se lamentaba interiormente por soltar constantemente cosas tan embarazosas. ¿Por qué siempre tenía que decir lo primero que le venía a la mente? Normalmente se consideraba más inteligente que eso.

─ ¿Ahora? ─Hyunjin contestó al otro lado de la línea. ─Pues, salí y me fui al baño.

─ ¿Saliste para contestar mi llamada?

─Sí, había mucha gente dentro. Así que decidí salir para atender tu llamada. ─La respuesta sincera de Hyunjin sumió al recesivo en un mar de culpa una vez más.

¿Por qué se sentía tan desolado hoy? ¿Por qué actuaba como un omega abandonado, molestando a los demás con sus llamadas, cuando todos estaban ocupados, mientras él solo se sentaba y respiraba?

─ ¿Te molesté?

─No. Adelante, háblame.

"Adelante, háblame" significaba que podía expresar algo importante. Pero nada de lo que tenía que decir parecía tan importante. ¿Por qué había llamado si ni siquiera sabía qué quería?

─... ¿Cuánto tiempo tomará? ─Preguntó Jeongin, con un tono de incredulidad apenas disimulado. ─¿Para resolver tus asuntos?

─Um... Probablemente todo el día.

─Oh... ─respondió de manera vacilante, sin saber qué más decir. Colgar sería aún más incómodo que continuar la llamada. ─Entonces, ¿vas a pasar la noche allí?

─Iba a regresar. Pero si lo hago, podría ser demasiado tarde. No quiero perturbar tu sueño.

─... No me molestarías.

─ ¿Qué? ─Hyunjin emitió un sonido de confusión, pidiendo que repitiera sus palabras, ya que la última frase de Jeongin fue tan tenue que apenas pudo captarla.

─No, ─Jeongin se apresuró a corregirse al darse cuenta de su desliz. Afortunadamente, habló en un susurro, asegurándose de que Hyunjin no lo oyera. De lo contrario, se sentiría tan avergonzado que desearía desaparecer. ─Duerme allí. Si es tarde, podría ser difícil conseguirte un viaje de regreso a casa.

─Sí... ─respondió Hyunjin con lentitud. Una pausa incómoda se instaló entre ellos. Ambos parecían esperar que el otro iniciara una conversación, pero ninguno quería dar el primer paso.

─Tú...

─Entonces, colgare primero.

Cuando llegó el momento de hablar, las palabras se entrelazaron en el aire, como un bisbiseo de voces perdidas en la distancia. Empero, entre el murmullo, Hyunjin no parecía captar lo que Jeongin intentaba expresar. Mientras tanto, Jeongin, al escuchar el eco de su propia voz, sintió un nudo en la garganta y prefirió callar.

─Oh, está bien... ─respondió Jeongin con una aparente indiferencia, aunque sus manos, jugaban nerviosas con el borde de su camiseta, una sensación extraña de vacío se apoderaba de él sin motivo aparente. ─Me voy a dormir. Estoy cansado

─Vale, entonces buenas noches. ─murmuró Hyunjin entre risitas, encontrando algo gracioso en tener que desear buenas noches a esa hora.

─Sí... ─respondió Jeongin con un susurro, bajando lentamente el teléfono. Antes de que pudiera desconectar la llamada, una voz apenas perceptible se filtró desde el otro lado de la línea, haciéndolo detenerse y volver a levantar el dispositivo con premura.

─Sí, ¿qué?

─He dicho que hasta mañana.

Podría parecer una frase insignificante, pero Jeongin se sintió extrañamente complacido de no haberse apresurado a colgar primero.

─Sí, hasta mañana, idiota.

Este fue el primer día que la vida de Jeongin pasó lentamente. A pesar de sus intentos por encontrar algo que hacer, el aburrimiento y la apatía persistían, obligándolo a resignarse hasta que el día llegara a su fin.

A medida que se aproximaba la hora de dormir, el extraño sentimiento parecía intensificarse. Pensó que tal vez se debía a que su cama le recordaba más la sensación de tener a alguien más a su lado que cualquier otra cosa. Aunque experimentó cierta estabilidad durante el día, los síntomas de su celo aún persistían. Así que aprovechó para explorar otra vez su cuerpo hasta caer rendido por el agotamiento.

El condominio, sumido en la oscuridad, reposaba en un silencio absoluto. Tan solo el susurro del aire acondicionado y la respiración pausada del propietario del lugar rompían la quietud, indicando claramente su presencia.

El reloj junto a la cama indicaba que era más de medianoche. Ya era hora de que todos durmieran. Sin embargo, persistía un intrépido insomne que se deslizaba furtivamente por el pasillo, arrastrando los pies con deliberada lentitud hasta la puerta entreabierta de la habitación de Jeongin. La pálida luz que se filtraba no despertaba a su durmiente, un golpe de suerte para el intruso que prefería no ser descubierto.

Con sigilo, el recién llegado se deslizó hacia la cama donde Jeongin reposaba, cada noche, sobre su lado derecho. Se agachó junto a la cama, quedando a la altura del apacible alfa. Una mano gigantesca se extendió, acariciando con delicadeza los mechones de cabello que caían sobre su rostro.

─... Uff.

Pero había cometido un error. Un murmullo escapó de los labios adormilados cuando depositó un suave beso en su frente redondeada. Jeongin se retorció, entreabriendo los ojos al percibir la molestia en su sueño.

─Lo siento, ─se disculpó apresuradamente la voz suave, al darse cuenta de haber despertado a su alfa a deshoras. Aunque su intención había sido actuar con la mayor delicadeza posible, seguía sintiendo su ausencia.

─Hyung...

La voz de Jeongin sonaba más ronca de lo habitual porque se había despertado de su plácido sueño. Levantó una mano para frotarse suavemente los ojos, somnoliento, pero intentando mantener la calma. Porque ahora mismo todavía no podía decir si el Hyunjin que tenía delante era real o un sueño.

─Ahora me voy a dormir. No quiero incomodarte más.

─ ¿Por qué no descansas en tu propia casa?

Hyunjin suspiró suavemente, deslizando su mano para apartar un mechón del rostro de Jeongin. ─No hay nadie esperándome en mi habitación, ─respondió con un deje de melancolía.

Cuando Jeongin está tan cansado, es el momento perfecto para él para intentar mimarlo sin consentimiento. Porque en circunstancias normales, definitivamente sería reprendido por comportarse así.

─Tuve que encerrar a mis colegas en mi habitación después de que se embriagaran en el descanso de la reunión, ─se excusó Hyunjin.

─ ¿Por qué te molestaste en cuidarlos? ¿Eres demasiado compasivo o simplemente ingenuo?, ─cuestionó Jeongin, sintiendo una punzada de celos al imaginarlo rodeado de otras personas.

─Supongo que fue compasión. La mayoría están casados y algunos tienen hijos. Si llegaran borrachos a sus hogares, serían reprendidos, lo que generaría tensiones todo el día en el trabajo, y eso sería más carga para mí. Preferí cargar con la responsabilidad para evitarles más problemas

La somnolienta expresión de Jeongin cambió al instante al escuchar esto. Parpadeó ante la inusual respuesta de Hyunjin, tan desconcertante que no supo cómo reaccionar. Por lo tanto, permaneció en silencio, observando el rostro del otro hasta que este pareció despertar completamente y notar que algo estaba fuera de lugar.

─ ¿Qué? ─preguntó Hyunjin al ver que el alfa arrugaba la nariz, acercándose y luego alejándose con una expresión extraña.

─ ¿Llevas perfume?

─ ¡Hugh!

─No sueles oler así.

La figura alta guardó silencio un momento, como si le sorprendiera que Jeongin hablara de repente de su olor. Hyunjin se agachó y se olió a sí mismo antes de alejarse ligeramente de Jeongin con una mirada insegura en su rostro, no había notado que se le había impregnado el olor.

─Cuando terminé, llamé a un taxi; probablemente los olores de los pasajeros anteriores se impregnaron en mí. Y aún no me he duchado.

─No huele a humedad como debería hacerlo, ─contestó Jeongin antes de aspirar el aroma de nuevo, como si lo comprobara para asegurarse. A juzgar por sus cejas fruncidas, eso probablemente significaba que Jeongin todavía sentía que algo andaba mal.

─Hoy me topé con bastantes personas mayores, así que me rocié un poco de perfume.

─Normalmente, cuando estamos juntos, nunca te he visto usar eso.

Hyunjin, el joven alfa, respondió con una aparente inocencia, ─ ¿Debo usar perfume cuando estoy contigo?,

Sabía que detrás de la pregunta de Hyunjin no había nada siniestro. Pero, la simple idea le generaba una inquietud palpable.

¿Estaba sugiriendo que podía cambiar su forma de ser solo para complacer a los demás? ¿O que incluso se preocupaba más por su apariencia cuando estaba rodeado de otros?

─No, no me gusta que lleves perfume, ─contesto Jeongin con sencillez, porque no le gustaba nada, aunque sólo fuera un pensamiento en su cabeza. ─No me gusta ese olor.

─ ¿No te gusta? ─pregunto. Al ver que Jeongin no parecía muy contento con la forma de ponerse el perfume, ─Si no te gusta, la próxima vez me aseguraré de ducharme antes de venir a verte

─No es que no me guste. ─Soltó en voz baja, su semblante cansado reflejando la frustración de que Hyunjin pareciera no comprender sus sentimientos. ─Es solo que prefiero tu olor natural.

─ ¿No debería usar perfume entonces?

─No estoy seguro, pero cuando lo haces, pareces más maduro.

─ ¿Será porque soy mayor que tú? ─El rubio soltó una risita al escuchar la afirmación de Jeongin.

Sin embargo, notó cómo los labios de Jeongin se curvaban ligeramente hacia arriba y fruncía el ceño. Parecía que debería tener cuidado con las feromonas la próxima vez.

─Solo tienes veintidós años, ¿qué puedes hacer para madurar? ─Argumentó con tono cortante: ─sigues siendo un niño.

─Sigo siendo tu hyung.

─Sigues siendo pequeño, hyung...

Hyunjin no pudo contener la risa ante el comportamiento de Jeongin, quien seguía insistiendo en que era un niño. Aunque estuviera acurrucado bajo la manta y haciéndole muecas de cariño sin parar, mientras le llamaba "hyung". ¿Dónde se encuentra un adulto así?

─ ¡Niño estúpido! ─Jeongin le abofeteo sin darse por vencido, algo a lo que, por supuesto, él no estaba dispuesto a ceder tampoco.

La alta figura acercó su rostro al de la persona de la cama antes de depositar un suave y obstinado beso en los labios. Sólo sintió suavidad a través del contacto externo. No se tocaron más que para tocarse. Lo mantuvo allí sólo un momento y luego aguantó.

Antes de que pudiera alejarse por completo, Jeongin emergió de entre las sábanas, atrapando al otro por el cuello y lo besó con fervor, como si un simple roce no fuera suficiente para satisfacer a Yang. Esta vez, enseñaría a Hyunjin qué era un beso de verdad.

Jeongin apretó los labios del chico alto con fuerza, intensificando la excitación al introducir su lengua en la boca del otro, permitiendo que se acercaran más. Sus lenguas se encontraron en un baile ardiente, ansiosas por unirse. Jeongin pudo saborear el resto de alcohol en la boca de Hyunjin, mezclado con un dulzor que le recordaba al té de buganvilia, aunque no estaba seguro de por qué. Lo único que sabía con certeza era que Hyunjin había tomado deliberadamente un caramelo con sabor similar al aroma que desprendía.

¿A qué tipo de negocio se dedica?

¿Por qué bebe alcohol?

─Oh... Innie, ─rompió el beso y se apartó suavemente cuando Jeongin trató de tirar de él hacia la cama. ─No, aún no me he duchado.

─No importa. Date prisa, ─insistió Jeongin, tirando del brazo sin cesar e inconscientemente esparciendo sus feromonas a su alrededor.

─Estoy sudado.

─Sudarás más ahora.

─No es lo mismo, ─murmuró el hombre alto. Aunque Jeongin seguía mimándolo, él deseaba poder descansar en la cama, aunque aún no se había duchado. ─Acabo de regresar, sudoroso y sucio.

─ ¿Y?

─ ¿Te atreves a abrazarme?

─Un perro callejero o uno doméstico castrado, sigue siendo un perro.

Hyunjin se rió de la comparación de Jeongin. Sonaba gracioso porque lo había dicho con seriedad solo porque quería llevárselo a la cama.

─Pero es mejor que bañen al perro.

─No me importa.

─Innie.

─ ¿No podemos tener una conversación civilizada? ─No estaba seguro si eso estaba pasando por su mente o no. Sin embargo, después de la disputa de ese día, Jeongin parecía estar más dispuesto a mostrar una expresión de súplica. Tal vez "súplica" no fuera la palabra exacta. Pero se podría decir que Jeongin no siempre mostraba una actitud tan feroz como al principio. ─ ¿Por qué siempre tienes que discutir conmigo?

─ ¿Y por qué no me permites darme un baño?

─ ¡Solo quiero abrazarte!

Eso era algo que Hyunjin nunca esperó escuchar de alguien tan reservado como Jeongin. Había pensado que Jeongin sería más directo y brusco, dado su carácter.

─ ¿Solo abrazarnos? ─preguntó el hombre alto con una sonrisa, acariciando suavemente los labios de Jeongin.

─Eso dependerá de si estás cansado o no.

─ ¿Y si aún no estoy cansado?

─ ¡Entonces hagámoslo! ─Hyunjin rió al escuchar eso. Era realmente sorprendente ver a un Jeongin que parecía más relajado. ─Cuando hayamos terminado, podemos ducharnos juntos.

─ ¿Al mismo tiempo?

─Si, al mismo tiempo. ─contestó con expresión neutra, como si no se diera cuenta de lo sorprendido que estaba Hyunjin por sus palabras. ─De todas formas, podemos ducharnos después.

Hyunjin cree que la competición le da más motivación y pasión que simplemente practicar en un campo abierto. Esta noche, Jeongin lo persuade para que vuelva a encender la llama de la Midnight Race. Aunque es su segunda vez, Hyunjin sigue tan emocionado como la primera vez.

El ambiente nocturno sigue siendo vibrante, quizás incluso más que antes, ya que Jeongin ha estado hablando con el grupo de Dongyeon, al que hoy se ha unido mucha gente de alto nivel. Esto ha atraído a numerosos corredores y entusiastas de las carreras. Además, el valor de las apuestas se ha disparado.

Sin embargo, independientemente de quién se una, es poco probable que moleste al indiscutible número uno como Yang Jeongin. Relajado, se sienta en el capó de su lujoso coche, entablando conversaciones animadas con los presentes, mientras muchos se acercan para saludarlo. Mientras tanto, Hyunjin permanece en el coche observando a los demás, ya que Jeongin prefiere mantenerlo fuera de la vista, aunque todos saben que el famoso Yang Jeongin siempre está acompañado por el mismo alfa.

─Oh, ¿Yang bajará hoy al estadio?

Mientras Jeongin bromeaba con uno de sus compañeros de campo, alguien habló de repente. Un hombre alto emergió de entre la multitud reunida en el estadio y se dirigió hacia Jeongin, como si hubiera estado observándolo desde el principio.

─Tenía un poco de tiempo libre, así que decidí venir aquí en busca de algo que hacer, - respondió Jeongin con expresión relajada. Reconoció de inmediato a la persona que se le acercaba y se sorprendió al verla allí, dado que la última vez que se encontraron probablemente fue hace dos o tres años. -Nunca imaginé encontrarte aquí

─ ¿De verdad? ─el recién llegado alzó las cejas antes de reír suavemente. ─Pero vine a verte a propósito.

Era evidente que había venido con la intención de encontrarse con Jeongin. Si no, esta persona difícilmente habría vuelto a esta área después de perder su posición hacía tanto tiempo.

─Vaya, parece que realmente me extrañas, ¿eh? ─Jeongin esbozó una sonrisa traviesa, intentando provocar al dominante alfa con el que discutia, aunque solo logró embelecar más al hombre. ─Pero no estoy seguro de que la gente por aquí haya sentido tu ausencia. ¿Cómo te llamas ahora?

─ ¿Rose Minwoo? ¿Japón? ¿J-Eight? ─el famoso jugueteó, inclinando la cabeza y contando con los dedos como un niño descifrando los números con el pulgar. ─Es algo así con números, ¿no?

─Sí, J-Six fue el nombre que usaste cuando perdiste contra mí, ¿no es así?

La gente que busca problemas acaba encontrándolos. El hombre simplemente rió como si estuviera un poco molesto por ser avergonzado por Jeongin. Mientras Hyunjin estaba en el coche presenciando el incidente, se mantuvo tranquilo sujetando el tirador de la puerta, preparado para intervenir si algo sucedía.

─Oh, quizás la gente de aquí no me recuerde, pero al menos hay una persona que lo hace muy claramente. ─el joven alto dijo con una mirada juguetona en su rostro. Su nombre era No Min Woo.

En la industria, un nombre es ampliamente reconocido: J-Six; un corredor icónico hace una década y media, dominando la escena como el indiscutible número uno. La mera mención de su nombre evocaba respeto y anticipación, estableciendo un precedente imponente para sus rivales. Sin embargo, como en todo deporte, la certeza de su supremacía se tambaleaba ante la llegada de nuevos talentos. J-Six ostentó el título de Rey durante años, marcando una era de dominio absoluto. Pero su reinado llegó a un abrupto final tres años atrás, cuando una estrella emergente irrumpió en escena y lo derrocó en su primer año de competición. Este suceso generó un revuelo considerable, catapultando la nueva sensación a la prominencia. A pesar de este cambio, J-Six persiste como una leyenda en la conversación sobre corredores famosos, recordado con reverencia cada vez que el tema surge.

Y sí, el responsable de esta revolución es Yang Jeongin.

─Recuerdo perfectamente a quien perdió ante mí, todos quedan grabados en mi memoria, ─dijo Jeongin con una risa traviesa, dejando en claro que disfrutaba del recuerdo. Sin embargo, percibía que la otra persona no compartía su misma diversión. ─Entonces, ¿qué te trae por aquí hoy? ¿Acaso has venido a buscar venganza?

─Si te digo que sí, ¿estarías dispuesto a concedérmela? ─sugirió con una mirada cargada de insinuación.

─ ¿Por qué no? ─Jeongin se encogió de hombros con indiferencia antes de continuar. ─Si estás dispuesto a perder otra vez, me parece bien.

─Tienes una boca muy bonita.

─Sabes, no sólo soy bueno usando mi boca.

─Sí, zorrito... sí... ─Minwoo asintió, sonriendo con una chispa de travesura en los ojos. ─Hoy competiré en la ronda de Midnight Race.

─De acuerdo, entonces también competiré en esa ronda.

─Pero hoy no he venido a competir contigo. ─Jeongin frunció ligeramente el ceño al oír eso, confundido porque Minwoo no parecía tener intención de enfrentarse a él. A pesar de que fue él quien realmente vino y causó problemas. ─Ya he elegido a mi oponente.

»Competiré con esa persona.

Todos los ojos se centraron inmediatamente en las yemas de los dedos de Minwoo. Pero la persona que parecía más sorprendida fue probablemente Jeongin, que vio al viejo Rey señalando su coche. Por supuesto, sólo había una persona en el coche, que estaba sentada y parecía igualmente conmocionada.

¡Compite con Hyunjin!

─¿Estás loco? ─Jeongin inmediatamente comenzó a gritar. Sintió que esto era demasiado ridículo─. Él no es un corredor.

─Pero cualquiera puede competir aquí ─Minwoo se encogió de hombros, con una sonrisa juguetona. Es cierto que cualquiera puede competir en la Midnight Race. Todo lo que necesitas es un coche y suficiente potencia para las apuestas. No hace falta ser un corredor profesional ni estar afiliado a un equipo. Si aceptas la apuesta, cualquiera puede unirse a la carrera inmediatamente.

─Cada día estás peor, Nomo ─dijo Jeongin, visiblemente molesto─. ¿Ahora empiezas a retar a los novatos a competir?

─ ¿Y qué? Es divertido

─Por favor, diviértete solo. No le dejaré competir.

─Pero tú no eres quien para tomar decisiones ─intervino Minwoo, su voz suave pero firme. Antes de apartar la mirada, dirigió una intensa mirada hacia el coche donde el alfa rubio estaba sentado, paralizado─. Es el chico el que tiene que tomar la decisión.

─No, él vino conmigo... ─protestó Jeongin.

─Apuesto dieciocho millones seiscientos sesenta y tres mil seiscientos setenta y cinco wons ─interrumpió Minwoo con voz firme, haciendo que todos en la sala abrieran los ojos ante la apuesta, exorbitante para una simple carrera callejera─. Si tu alfa gana, te llevas el millón. Pago en efectivo.

»Pero si pierde... Esta noche serás mío otra vez.

El bullicio de la multitud emocionada resonaba con vítores y aclamaciones. Mientras tanto, Jeongin parecía tan alterado que casi pierde el conocimiento. Miró dentro del coche y estableció contacto visual con el rubio, que seguía sentado con una expresión confusa en su rostro. Según las reglas, la única persona con el derecho de rechazar el desafío era la desafiada

Jeongin sabía que Hyunjin debía ser lo suficientemente inteligente como para no competir con alguien de un nivel diferente al suyo.

La puerta del coche se abrió. Bajo el resplandor de la excitación general, Hyunjin salió del coche con una expresión de incertidumbre. El otro chico se volvió y miró a Jeongin a los ojos, pero esa mirada ya no le importaba. Jeongin solo tenía ojos para su alfa, sin saber qué estaba pensando Hyunjin, aunque lo más sensato sería que rechazara la competencia.

─Si termina antes de medianoche, ¿de acuerdo? Quiero llevar a Jeongin a casa lo antes posible. Si no, será demasiado tarde.

Pero Hyunjin no dijo lo que Jeongin esperaba.

Desde que aceptó el reto y llevó su coche al punto de partida, Jeongin no ha dejado de regañarle. Sabía que Jeongin no estaba de acuerdo con esta decisión porque la apuesta era demasiado arriesgada. Pero, aun así, no comprendía del todo por qué sentía la necesidad de aceptar el reto. Incluso ahora, no sabe cómo lograra derrotar al antiguo Rey, J-Six.

Hyunjin miró a Jeongin, que se acercaba desde el lado del coche, con ojos que suplicaban comprensión. Sin embargo, el hermoso alfa seguía haciéndole muecas. Jeongin se detuvo junto a la puerta del conductor y lo miró en silencio por un momento antes de inclinarse, bajarle la máscara que llevaba puesta y besarlo sin darle tiempo a prepararse. El beso fue breve; luego, Jeongin volvió a subirle la máscara rápidamente.

─Si pierdes, morirás, Hyung.

Eso fue todo lo que Jeongin dijo antes de alejarse del punto de partida, dejando al alfa con una expresión abatida ante la amenaza. Parecía que perder esta ronda tendría serias consecuencias.

¿Cómo podría vencer a Minwoo?

Aunque Minwoo había sido derrotado por Jeongin, eso no significaba que no fuera mejor que todos los demás que habían caído ante el piloto. Si alguien pensaba que quien perdió contra Jeongin era un inútil, entonces todos aquí lo eran, incluido él mismo.

¡Vas a morir, Hyunjin!

─ ¿Estás listo? ─preguntó Hyori en voz baja, dirigiéndose solo a él. Aunque intentaba disimular su nerviosismo, parecía que la alfa bronceada se había dado cuenta.

Hyunjin asintió con la cabeza, y Hyori le regaló una sonrisa cálida. Luego se dirigió a la línea de inicio y se preparó para dar comienzo a la carrera.

─ ¿Están listos? ─gritó con fuerza mientras levantaba su paño y lo agitaba en círculo.

Todos los aficionados vitorearon con entusiasmo, emocionados por el duelo que estaba por comenzar. El sonido de la aceleración de los motores de los coches de los dos pilotos rugía con fuerza, como si se amenazaran mutuamente antes de empezar. Uno de los pilotos estaba lleno de confianza, mientras que el otro repasaba todas las lecciones en su mente, sacudiendo las manos nerviosamente.

─ ¡Tres!

El conteo regresivo ha comenzado.

─ ¡Dos!

Ambos corredores se prepararon minuciosamente. Mientras tanto, el equipo de guardias encargados de seguir a los dos coches en motocicletas estaba listo. Jeongin, esta vez, se unió a su equipo de los pits, ya que no podía quedarse simplemente esperando aquí.

─ ¡Uno!

Ambos coches arrancaron en cuanto escucharon la señal. El Koenigsegg gris oscuro y el Hennessey rojo brillante se lanzaron como cohetes. Al mismo tiempo, el equipo de guardia también comenzó su carrera. Jeongin, quien estaba al mando de una Superbike en lugar de un supercoche, demostró a todos que no es solo un experto en coches. Aceleró el motor a máxima potencia y casi fue flanqueado por los dos coches de carreras.

El Hennessey de Minwoo tomó la delantera desde el principio. Con más habilidad y experiencia, el antiguo Rey demostró tener la técnica suficiente para adelantar fácilmente al novato. Jeongin, que seguía la carrera desde su moto, observó que el coche de Hyunjin perdió el ritmo en varias ocasiones. Aunque las habilidades de Hyunjin han mejorado mucho desde su primer entrenamiento, en comparación con corredores de élite como J-Six, Jeongin cree que las posibilidades de Hwang de vencer a Minwoo son muy pequeñas, lo que lo pone realmente nervioso.

Minwoo es muy inteligente jugando así. Parece haber aprendido bien lo que más le molesta. Por eso eligió interrumpir a Hyunjin en lugar de discutir directamente con él. Cree que es una elección muy inteligente, porque además de corresponderle, también tendrá un alfa como Jeongin.

Oyó decir a otros que No Min Woo era un verdadero alfa dominante, un licántropo-hombre. Es decir, tiempo atrás cuando las personas todavía nacían licántropos, existían los licántropo-hombre, bestias que se convertían en humanos, y no humanos que se convertían en bestias. Eran pocos, casi indistinguibles de los alfas dominantes normales. Y eso era lo que más le preocupaba.

No podía dejar que esa persona se llevara a Jeongin.

Absolutamente no.

Curva tras curva, J-Six mantenía una ventaja de dos manzanas sobre Hyunjin. Mientras tanto, Jeongin, que estaba de guardia, conducía por la pequeña carretera que conectaba con la pista de carreras, bloqueando el paso a otros vehículos para asegurar el camino de ambos corredores. Sin embargo, le resultaba difícil concentrarse en su tarea de protección; su mente estaba enfocada en cómo Hwang podría vencer a Minwoo.

A menos de dos kilómetros del final, ambos coches se preparaban para dar la vuelta hacia la línea de meta. El coche de Hyunjin fue empujado hacia el borde de la carretera, y la presión hizo que su rueda derecha se levantara. Minwoo estaba ejerciendo una presión implacable desde su lado. Jeongin, al notar que Hyunjin estaba en apuros, aceleró rápidamente hacia el coche de Hyunjin y trató de gritar para comunicarse con él.

─ ¡Reduce la velocidad!

La voz de Jeongin resonó con fuerza, pero Hyunjin, que escuchó la orden, se quedó aún más confuso. Estaba en clara desventaja frente a Minwoo y empeñado en vengarse de su rival. ¿Por qué entonces Jeongin le pedía que fuera más despacio? ¿Acaso le estaba diciendo que se rindiera?

No, eso no era lo que Jeongin quería decir.

Alguien como Yang nunca le diría que se rindiera.

En cuanto lo pensó, sus largas piernas presionaron el freno con toda su fuerza. Al instante, el Koenigsegg de Hyunjin se liberó de la presión en el arcén, moviéndose en dirección contraria al coche de J-Six. Como resultado, no solo escapó de la trampa, sino que la fuerza de frenado de Hyunjin también hizo que el coche de J-Six perdiera el control. El Hennessey rojo giró tan bruscamente que casi volcó en medio de la carretera. Jeongin, que había recuperado el control primero, vio un espacio suficiente para pasar.

─ ¡Vamos! ¡Pisa el pedal!

No importaba lo caótica que fuera la situación, la voz de Jeongin siempre era la primera en penetrar sus oídos, incluso antes de que se oyera cualquier otro sonido. Hyunjin pisó el acelerador con toda su fuerza, esquivando el coche descontrolado de J-Six. Sin embargo, pocos segundos después, su competidor logró recuperar el control. Minwoo no estaba lejos en los últimos cientos de metros. Las manos de Hyunjin temblaron al ver que, en un abrir y cerrar de ojos, el coche de Minwoo aparecía junto al suyo.

No.

No podía perder.

Jeongin apretó el acelerador a fondo en los últimos cien metros, quedando a solo una longitud de coche detrás del vehículo de Hyunjin. Sin embargo, debido a las restricciones del equipo de guardia, no podía cruzar la línea de meta. Tuvo que frenar ligeramente antes del final, haciendo que su gran moto girara en medio círculo y dejara marcas de neumáticos en la carretera. Todo el equipo de guardias se detuvo en seco.

Al mismo tiempo, los dos coches cruzaron la línea de meta y fueron recibidos por los vítores del público.

Ambos habían llegado juntos a la meta.

¿Quién ganó realmente?

Ambos coches habían cruzado la línea de meta, pero quienes no estaban cerca no sabían quién había ganado. Todos esperaban que el equipo en la línea anunciara cuál coche había cruzado primero. En ese momento, el corazón de Jeongin latía más rápido. Se quitó el casco y miró nervioso a la multitud reunida en la línea de meta. De repente, se escucharon vítores nuevamente y alguien fue levantado por la multitud que celebraba al ganador.

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