No llovió en la mañana, pero sería una estupidez no llevar paraguas; Después de todo, era una temporada desagradablemente húmeda. Pero Sunoo aparece con las manos vacías.

—¿Hm? No creo que llueva hoy. —es su excusa, su sonrisa es tan convincente.

Jongseong no se molesta en explicar cuán descuidado es el comportamiento de Sunoo, simplemente asiente y muestra su paraguas negro como consuelo.

Jongseong tiene un auto viejo que ha estado manejando desde que dejó la universidad, nunca había podido comprar uno nuevo, pero eso no fue un problema.

Le abre la puerta a Sunoo con un humor silencioso, el más joven se ríe pero el mayor puede sonrojarse brillantemente en sus mejillas.

El auto olía a menta y un poco a café.

—Derramé mi americano una vez, y ahora el auto no lo olvidará. —dice Jongseong, sonando un poco molesto.

—Eso está bien, le da un toque personal, una sensación doméstica. —sonríe Sunoo.

Jongseong sonríe levemente.

El cielo estaba despejado y el sol brillaba, pero el aire se sentía húmedo y fresco.

—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo antes de que lleguemos?

—¡Seguro! —Sunoo está de acuerdo y agrega rápidamente:—Yo pago.

—¿Qué? no seas tonto, yo pagaré. —rechaza Jongseong.

—Está bien, hyung, solo por esta vez.

Jongseong se preguntó, ¿así sería como iba a ser? Si Sunoo continuaba existiendo en su vida, ¿cambiaría el estilo y la perspectiva de Jongseong? Mira a Sunoo, alguien más joven que él que quería tomar la iniciativa.

Qué extraño, tal vez era demasiado anticuado.

—Está bien. —se rinde.

Se detienen en un lugar cercano. Jongseong decide pedir panqueques y té, mientras que Sunoo pide crepas y un café fuerte.

Jongseong no era realmente un fanático del café amargo, durante su tiempo en la universidad bebía café sin leche ni azúcar todos los días para tratar de desarrollar un gusto por él, pero eso no funcionó, simplemente terminó odiando la bebida caliente. Con una mentalidad retorcida, había pensado que beber café suave era equivalente a ser maduro.

Sunoo tomó un sorbo, lamiendo los labios con la lengua para mantener el sabor fuerte, las cejas arqueadas y los ojos cada vez más grandes.

Jongseong mira hacia otro lado, de vuelta a su plato, mirando la mantequilla derretida como un idiota. Está avergonzado, ¿Cómo podría mirar a Sunoo así? No hay razón para hacerlo, necesita recordar que no está interesado.

—Debes ser muy viejo... como cuarenta. —comenta Sunoo al azar.

—¿Eh?

—Hablas de ti mismo como si estuvieras en la tercera edad.

—Bueno, supongo que no soy tan viejo... pero a veces me siento así.

—¿Cuántos años tienes entonces?

—Tendré veintiocho pronto.

Sunoo asiente, pero internamente está un poco sorprendido. Sin embargo, se esperaba que Jongseong tuviera un aire de depresión madura.

—¿Qué hay de ti, Sunoo?

El preguntado parece confundido.

—Lo olvidé.

—

No se permitía hacer clic en las imágenes, y adentro estaba dolorosamente brillante, los pasillos eran largos y estrechos.

Jongseong camina con confianza de pintura en pintura, sus ojos analizan críticamente cada pieza, sus labios están apretados pero parece que tiene mucho que decir.

Sunoo no puede evitar pensar.

A Jungwon le habría encantado esto.

Inmediatamente aparta sus pensamientos antes de que sus ojos se llenen de lágrimas.

—¿Eres del tipo artístico? —pregunta Jongseong.

Antes de que Sunoo se viera obligado a participar en todo esto, cuando estaba en su propio mundo, pintaba, esculpía, bordaba. Era una forma de no pensar en lo solo que estaba.

—Supongo.

Jongseong se acerca un poco más.

—Me preguntaste si escribo... Solía ​​hacerlo.

¿Fue esto un progreso? Sunoo mira la parte superior de la cabeza del otro, no hay corazones.

—Pero lo dejé, así que no lo vuelvas a mencionar.

Se sentía como si Jongseong tuviera un par de tijeras, y usó dicho objeto para cortar la delgada cuerda que lo ataba a él y a Sunoo.

No habló después de eso; sus ojos eran más oscuros. Sunoo está seguro de que cometió un error, hizo algo que arruinó todo.

—Hyung... ¿estás bien?

Las luces se hicieron más brillantes, el aire acondicionado frío estaba helado, Sunoo puede escuchar la lluvia afuera.

—Estoy bien. —Jongseong lo mira, haciendo un esfuerzo por no preocuparlo.

—Lo siento... no debí haberte traído aquí, seguro que estás aburrido. —el mayor se pellizca el puente de la nariz, cerrando los ojos con fuerza.

Sunoo no está seguro, pero levanta la mano con cuidado y lentamente y frota el brazo de Jongseong de manera tranquilizadora.

—Está bien, hyung, me gusta tu compañía y no estoy aburrido. —dice en un susurro bajo.

Jongseong respira, siente sudor frío por todo el cuerpo. Está temblando.

1... 2... 3... 4..., intenta contar, golpeando sus dedos en sus nudillos.

Internamente piensa que su comportamiento puede hacer que Sunoo se sienta incómodo, confundido o asustado; pero siente que el otro lo acaricia con compasión, sin hablar y dejando que Jongseong se recupere a su manera.

El cielo despejado se había ido, reemplazado por tristes nubes grises. Jongseong abre su conocido paraguas negro.

—Como se esperaba. —dice.

Sunoo lo mira, el mayor estaba parado bajo el paraguas, las gotas de lluvia caían, Jongseong le ofrece la mano a Sunoo.

—No hay mucho espacio aquí abajo.

Sunoo toma su mano, apretando con fuerza.

El camino hacia el auto es silencioso, al estilo de una película romántica en blanco y negro.

—Puedo llevarte a casa. —ofrece Jongseong, cerrando la puerta con un ligero toque.

—Uh... está bien, alguien me estará esperando en la biblioteca. —miente Sunoo, deseando que Cheonsa escuche su súplica mental.

¿Alguien?, quiere preguntar Jongseong pero se muerde la lengua.

Cuando llegan a la biblioteca, una chica se paró afuera sosteniendo dos paraguas.

—Gracias hyung. ¡Salgamos de nuevo alguna vez! —Sunoo sale, preparándose para correr bajo la lluvia.

—Oye.

—¿Sí?

Jongseong quiere estar un poco más con Sunoo, quiere distraerse un rato.

—Nada, perdón.

Sunoo lo mira raro, la ropa empieza a mojarse. Pero él se despide y sale corriendo.

—

Sunoo no toca su comida.

—Oye, ¿Qué pasa? Te ves molesto. —Yuna toca el hombro de Sunoo para llamar su atención.

—Algo anda mal. —sólo dice.

Yeji lo mira, interesada. Parecía como si estuviera preparando su cerebro para diseñar algunos consejos innecesarios pero buenos.

Chaeryeong no estaba aquí, Yuna le informó a Sunoo que solo necesita tiempo para superar la repentina partida de Julia.

—Han pasado cuatro meses... pero no hay ni un solo corazón... ningún progreso. —comienza Sunoo monótonamente. —Estoy fallando. —agrega.

Yuna mira a Yeji, sus ojos transmiten preocupación. Yeji inmediatamente comienza sin corazón.

—Él podría ser una quime...

—¡Hey! —Hyejin interrumpe, golpea su revista sobre la mesa, la tetera suena. Sus ojos miran a las dos chicas, inmediatamente miran hacia otro lado.

—Sunoo, todavía es demasiado pronto para asumir que has fallado... a veces, no aparece ningún corazón incluso después de un año; no puedes esperar que las cosas progresen como un juego. —explica Hyejin, empujando hacia atrás sus anteojos y tomando una taza de té frío, arruga la cara disgustada por el sabor.

—Puedes preguntarme lo que sea, estoy aquí para ayudarte después de todo.

Sunoo no pide ayuda, sino que da vueltas mientras intenta dormir. Se pregunta qué está haciendo Jongseong, si ya estaba dormido o se quedó despierto para leer un libro.

Jongseong en realidad no estaba haciendo ninguno de los dos, estaba en proceso de dejar a su gato en casa de su vecino.

—Por favor, cuida a Sunshine durante unos días.

El vecino está de acuerdo, pero el comportamiento de Jongseong les preocupa un poco, parecía estar mal, ¿tal vez iba al hospital?

Jongseong acaricia a su gato por última vez antes de subirse a su auto e irse. Pronto llega a la orilla de un río, un lugar tranquilo. Sale, la brisa de la noche juega con su cabello.

Cuando Sunoo se fue esa noche, Jongseong se dio cuenta de lo solo que se sentía, había asumido que, dado que no tenía a nadie en su vida, ya habría aprendido a estar solo e independiente, y a no necesitar la compañía o la ayuda de nadie, pero eso parece no ser así.

Tal vez a Jongseong no le importaría dejar que Sunoo entrara en su vida, poco a poco. Pero en este punto eso no era posible. Había recibido un correo importante esta mañana, el correo le informó que estaba endeudado y que aumentaba a medida que pasaban los días; ya no puede manejarlo, estaban sucediendo muchas cosas y parece que no puede darle tiempo y entender.

Está contento de haber conocido a alguien como Sunoo, su presencia fue agradable.

Jongseong vuelve a entrar en su auto.

Saca su teléfono por un rato, quiere llamar a Sunoo.

Sube las ventanillas y arranca el auto.

Él no tiene el número de Sunoo; nunca lo pidió.

Tomando una gran bocanada de aire, pisa el pedal.

Tal vez no estaría haciendo esto si le hubiera pedido a Sunoo que se quedara con él un poco más.

El auto se hunde, Jongseong suelta el volante.

Sunoo fue su primer amigo en años.

Jongseong apenas puede respirar ahora, le duele la cabeza.

Está tan oscuro bajo el agua que da miedo y soledad. Desearía poder haber dicho un adiós apropiado.