...No sé que ha pasado, no sé que es lo que hablé. Aunque a juzgar, probablemente ella no me haya escuchado. Tras mis palabras, conoció tan solo mi presencia. He impulsada por alguna resolución interna, tomo mis manos. Y habló tantas cosas, tantas cosas que yo ni una entendí. Pero al terminar estaba muy conmovida y era terriblemente bonita. Y seguía hablando y yo ya no daba razón de mí. 

Antes iba perdido, de pie a mi casa por gusto. Ahora, después de que me ha dejado, ya no sé. Ni me comprendo. Más el punto es, que no puedo tomar un taxi, ni un tranvía si hubiera. Porque me ha dejado sin un quinto. Y si yo estuviese allá en United States, no tendría ni un solo cuarto de dolár. Porque todo se lo he dejado. 

Ha de ser por eso que los ricos siguen siendo ricos, porque entre ellos no hay mujeres bonitas como hay entre los pobres. Más a esta niña no le faltaba nada. Ni hablar. Ojalá exista la Virgen, pues si no mañana habrá que rezar los padres nuestros con el ayuno de simiente.