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02

—Por favoooooooor —insistió el peli-rosa.

—No —negó mientras intentaba safarse del agarre del menor.

Jimin se encontraba en el suelo aferrándose con sus dos brazos a la pierna del alfa.

Los estudiantes que se encontraban rondando por ahí, los miraban de forma extraña, algunos les veían divertidos y otros con una mueca de disgusto.

Hasta el profesor de educación física estaba viendo la escena que esos dos se estaban montando. El señor Byun tenía en sus manos una pequeña hambuerguesa a la cual, le daba pequeñas mordidas para que no se le acabase rápido. El señor no pudo evitar sentir ternura por esos dos chicos.

—Solo una hora —continuó rogando el omega.

—No voy a desperdiciar una hora en ti —escupió molesto.

No quería ser borde ni hacer llorar al pequeño omega, pero en esos momentos realmente se sentía frustrado y enojado por haber sido regañado por su profesor de química.

A Jimin se le estrujó el corazón luego de escuchar tan hirientes palabras, pero él no se iba a rendir. No me importaba hacer el ridículo, no si con eso se ganaba un poco del amor del alfa.

Incluso estaba disputesto a revivir a Hitler, para que este le ayudase a conquistar al alfa gruñón.

—No es tan malo pasar tiempo conmigo —hizo un pequeño mohín. Él solo quería ir por un helado en compañía de su hyung.

—Tengo cosas que hacer, Park —dijo de manera cortante. No era del todo mentira, pero aunque estuviese libre, no iría a ningún lado con ese chico por el hecho de que no quería crearle ilusiones.

El chico era bonito, sí, pero la universidad no le daba tiempo para pensar en tener una pareja, además, sentía que el peli-rosa sólo estaba obsesionado con su persona.

Yoongi continuó jalando su pierna para poder salir de las garras de ese monstruoso acosador. Tenía mucho sueño, sus ojos pesaban. Sólo quería ir a su casa y dormir.

—¡Suelta mi pierna! —Demandó, fulminando con la mirada al chico.

—No, hasta que acepte tener una cita conmigo, hyung —le sonrió mirándolo desde abajo.

El peli-rosa se adhirió un poco más a la pierna del pálido, haciendo su agarre más fuerte.

—¡JIMIN! —chilló desesperado. Su paciencia estaba llegando al limite e incluso sentía que estaba a punto de llorar debido a la frustración.

Los pequeños ojitos del contrario se iluminaron con un brillo singular. Abrió su boca sorprendido y jadeó fuerte.

—¡Oh, por lachimolala! —exclamó a punto de estallar gracias a la emoción— ¡Sabes mi nombre!

El pálido frunció el ceño. Ese chico si que estaba desquiciado. ¿Por qué se alegraba solo porque sabía su nombre?

—Deberías ir con un psiquiatra —recomendó.

Pero a Park Jimin no le importaba las palabras del contrario. Estaba que rebotaba de la alegría. Quería brincar y correr como cachorrito por todos lados y gritarle al mundo que Min Yoongi sabía su nombre.

No podía creer que ese alfa con aroma delicioso supiese algo de él, y aunque sólo conociese su nombre, para el omega ya era un gran logro.

Ahora más que nunca, estaba seguro que el mayor caería ante sus pies.

Por un momento se detuvo a pensar en qué en un futuro, se casaría con el alfa, viviría con él, Yoongi lo marcaría y tendrían a seis cachorros, un conejo, un perro y seis gatos; caminarían por el parque comiendo helado mientras se reían de cualquier cosa.

Comenzó a maquinar diferentes escenarios en el que todos le tenían envidia porque tenía a un alfa tan hermoso.

Jimin era muy soñador e inocente.

Yoongi sintió como el agarre del menor se debilitó, así que aprovecho para huir del pequeño acosador, corriendo lejos mientras sacudía su cabeza confundido ante las reacciones del omega.

El peli-rosa se quedó en el piso sin ser consciente de la escapada del alfa. No podía pensar en otra cosa que no fuese su futuro, en el que, Yoongi y él eran los protagonistas.

—Yo sé que te llegarás a enamorar de mí, hyung —susurró a la nada—. Solo espero que no lo hagas demasiado tarde...

Tocó su pecho con una de sus manos, sonriendo hacia la nada aún feliz por saber que el chico al que quería sabía su nombre.

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