La llegada de los pretendientes
Se suponía que el cumpleaños de la joven princesa Wei Ying debía ser un evento feliz y recordado por todos. Si fue recordado, pero no por ser feliz o bueno, ese día la princesa sufrió un cruel destino.
Una hechicera, la cual estaba muy envidiosa de la pequeña princesa la condenó a una maldición, estaría dormida hasta el día en que recibiera el primer beso de amor. Pero esas cosas solo existían en cuentos de hadas. Por eso la hechicera puso tal condición, porque ella creía que la joven moriría antes de que algo así pasará.
Los reyes estaban desesperados por una solución, era su única hija y no habían tenido más hijos por temor a que la historia se volviera a repetir.
Habían traído a médicos y cualquiera que conociera algo sobre curación o magia para despertar a la princesa, pero nada fue efectivo. Solo podían rezar a los dioses para obtener un milagro. Prontamente recibieron cartas de cortejo y matrimonio para su pequeña hija. Eran los caballeros de los reinos más conocidos, presentaban a sus hijos como candidatos para despertar a su hija.
En su desesperación aceptaron, confiando en que alguno de aquellos jóvenes pudiera despertarla. Pero obviamente no aceptarían a cualquiera, había personas que simplemente era obvio que solo querrían hacerle algo a su hija o intentar obtener su trono. Pronto el palacio de los Wei se llenó de todos los pretendientes y algunos de sus familiares. Los reyes solo querían que su hija despertará, llevaba tantos años dormida.
-Les agradecemos a todos por venir, no saben la desesperación que nos invade por ver a nuestra hija atrapada por el hechizo de esa malvada hechicera, si nuestra es hija es despertada entonces concederemos su mano en matrimonio a quien logré tal hazaña-dijo el rey Wei.
La mayoría de los candidatos conocía a la familia Wei, sabían de la existencia de la pequeña princesa, habían venido a su nacimiento, pues todos los que se encontraban ahí eran mayores que la princesa.
-Vengan conmigo-indico la reina-iremos a ver a mi hija-
Un grupo de sirvientas fue detrás de la mujer y después todos los candidatos junto a sus familiares más cercanos. Llegaron a la habitación donde se mantenía la joven.
Estaba vestida con sus mejores ropas y un ligero maquillaje nada extravagante, hasta parecía que solo era su belleza natural. Llevaba un hermoso vestido blanco y tenía unas horquillas en el cabello.
Todos quedaron aún más embobados con su belleza, ya sabían que desde bebé fue muy hermosa. Pero ahora, con el pasar de los años se había vuelto aún más hermosa, como una bella flor en crecimiento. A pesar de estar dormida era toda una belleza que aún no terminaba de florecer.
-Espero y puedan ayudar a mi hija, lleva años en ese estado y ningún médico logro hacerla despertar y me temo que no hay hechicero que pueda contra aquel hechizo maligno, sin nuestra única esperanza, si sigue así ella...se irá de este mundo-La reina solo sollozo al pensar en ello y una de las sirvientas le pasó un pañuelo.
Otra sirvienta colocó flores en la cama de la princesa y también puso incienso en el cuarto.
-Reina Cangse-dijo Lan Qingheng-Jun-yo traje a mis dos hijos, espero ellos puedan despertar a la chica de su hechizo-Ambos jóvenes muy similares entre sí en apariencia, mostraron sus respetos a la reina.
-Yo traje a mi hijo Jiang Wanyin para que ayude a romper el hechizo-dijo Jiang Fengmian, un gran amigo de los Wei.
-Yo traje a mi hijo mayor Wen Xu y a mi sobrino Wen Ning para ayudarla-dijo Wen Ruohan-aunque pienso que buscar a la responsable es un buen paso para ayudar a su hija-
-Hemos tratado de buscar a la responsable pero aquella hechicera desapareció- Dijo Changze pesadamente-Hay rumores de que tiene siglos de edad y que puede cambiar su apariencia, nadie sabe cuál es su verdadero rostro, así que es imposible hacer algo-
-Estoy seguro que pronto despertará, alguien debe ser el ideal para ella-dijo Madame Yu-y todos ellos la van a cuidar en caso de que esa vieja bruja regrese para hacer de las suyas-
-Gracias a todos-dijo Changze agradecido-por ahora podemos retirarnos a descansar, les servirán su comida inmediatamente-
Los pretendientes observaron a la princesa por un rato más, quien pudiera despertarla sin duda sería afortunado. Después salieron del lugar y los sirvientes se aseguraron de que nadie se quedará y así vigilar a la princesa dormida. Así pasaron varias semanas dónde todos los pretendientes se instalaron en el Reino Wei. Algunos de sus familiares cercanos les desearon suerte y partieron a sus reinos, la mayoría eran sus padres. Otros se quedaron, en este caso primos o hermanos y también algunos de sus sirvientes personales.
Ambos reyes desconfiaban del primo de Jin Zixuan, también del hermano menor de Wen Xu. Por eso mandaron a un guardia especial, su nombre era Xue Yang y era quien vigilaba la habitacion de su hija, era de confiar y por eso le dieron tal tarea.
-Asegurate de que esos dos no intenten nada y si hay alguien más de quién sospechar nos tienes que informar de inmediato-ordeno el rey.
-Como deseé su alteza-respondio el chico-me retiro-salio del lugar.
Los reyes tenían la sensación de que esto no sería nada fácil de lidiar y solo esperaban que nada malo sucediera.
Xue Yang tal vez no había llegado a conocer a la princesa antes de ser hechizada, pero su sola imagen tan celestial era suficiente para hacer que su corazón latiera como loco cada vez que la veía, así que haría lo que fuera para cuidarla. Si tuviera que cuidarla todo lo que quedara de su vida, lo haría, cuidaría de la princesa con su vida. Quería ver quién se atrevía a intentar algo en contra de la princesa, sería una cacería de ratas muy entretenida.
Fue una noche que Jin Zixun y Wen Chao intentaron irrumpir en la habitación de la princesa. Ellos habían creído que no había nadie cerca y que sería muy fácil salirse con la suya, al fin y al cabo la víctima no iba a despertar y ellos se aprovecharían de ello. Lástima fue ver qué estaba el guardia personal de la princesa.
-¿Que hacen ustedes aquí?-pregunto con una ceja levantada-no pueden estar aquí a esta hora-El par no supo que decir.
-Solo veníamos a ver qué ella estuviera bien-dijo Wen Chao-todavia de que nos preocupamos por una muerta y así nos tratan-
-A mí no me vengas con esos cuentos-dijo chasqueando su lengua-se sus intenciones y no dejare que nadie se aproveche de la princesa y les aseguro que al rey Wei no le dará alguna gracia y menos a Wen Ruohan y a Madame Jin-
A regañadientes tuvieron que irse de ahí. Con ese guardia nunca podrían acercarse a la princesa.
-Pero que cerdos, al rey le encantará oír esto-bufo.
Obviamente Wei Changze se enteró de lo ocurrido esa noche. Mando una carta al rey Wen y a la reina Jin. Los comportamientos de sus familiares no debían pasar por alto, debían ser castigados.
Wen Ruohan y la reina Jin vinieron de inmediato y vaya que estaban furiosos y avergonzados por esta situación. Iban a castigarlos sin duda alguna, habían avergonzado a sus reinos y hasta puesto en duda el honor de sus parientes que habían venido para ayudar a la princesa, estaban indignados obviamente
Fueron azotados por el guardia personal de la princesa, quién no se contuvo en ninguno de sus azotes. Ambos estuvieron suplicando piedad y diciendo que no habían hecho nada malo, que todo era una equivocación.
Xue Yang se burló de ellos y dijo:
-El rey ya sospechaba de ustedes dos y por eso me ordenó espiarlos, no son nada discretos a la hora de decir mucho que disfrutarían poner sus asquerosas manos en la princesa y como debía ser un honor para ella servir de algo ya que estaba muerta-repitio sus palabras con un tono burlón. Ahora sí el par podría darse por muerto.
Nadie perdonaría oír algo así y más en contra de la pobre princesa indefensa. Terminaron malheridos y encerrados en el calabozo de sus respectivos reinos.
Los pretendientes de esos reinos estaban avergonzados y temían que sus oportunidades estuvieran arruinadas y otros pensaban que si los expulsaban entonces tendrían mejores oportunidades. Pero no fue así, los reyes del Reino Wei no hicieron nada en contra de los pretendientes de esos reinos. Sabían que no era culpa de ellos por tener familiares así.
De hecho, Changze sabía claramente que la culpa del comportamiento de ese Jin era su tío el rey Jin. Mismo que no podría jamás acercarse a su esposa e hija, conociendo a ese tipo era capaz de intentar algo peor.
Daba gracias a los cielos de tener a Xue Yang, siempre ha sido su mejor guardia. Además no es secreto para él, ni su esposa, que ama a su hija desde que entró como guardia real.
Si él fuera el afortunado que la despertara se sentiría realmente aliviado y feliz por tener a tan buen yerno. La pareja le había confiado a su más preciado tesoro. Pero aún debían ver que harían los demás pretendientes y como reaccionaria su hija si se despertaba. El rey por más desesperado que estuviera pondría primero a prueba a los pretendientes, debía estar seguro que eran hombres de honor. Mandaría a sus espías para vigilarlos y ver que eran capaces de hacer o si valían la pena. Sobretodo Xue Yang, sería quien más estaría encima de ellos. Ya verían si salía una sorpresa o no.
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