-¿Cómo algo tan simple y a la vez complicado, como lo es la muerte puede quitar la felicidad de muchos?

Así como la muerte de alguien deja a una madre y padre sin fuerzas, familiares en pena, algunas personas simplemente lo ignoran o poco la toman en cuenta y otras felices porque no saben de ello o porque es su felicidad ver el fin y el sufrimiento de otros.

Así como la muerte es enemiga de muchos y amiga de pocos, enemiga porque quieren pasar más tiempo con sus allegados, amiga porque buscan consuelo o la ven como solución para acabar con ese sufrimiento que viven o llaman vida.

En ese pequeño grupo me encuentro yo, la muerte es la amiga que espero desde hace tiempo y ojalá ella pueda llegar. Decía Marco quedando poco a poco dormido

-Sabes eres un niño agradable, dulce y de buen corazón, no entiendo el porqué  los Lucitor te trajeron aquí.
-Yo tampoco lo entiendo, ellos me han dicho que mis padres no me querían, pero yo aún recuerdo a mis padres tan maravillosos, ellos no pudieron cambiar de opinión de un momento para el otro.
-Tienes razón Marco, pero olvida eso ¿Sí? ¿Qué te parece si jugamos? Y si me ganas te haré una promesa.
-¿Qué promesa?
-No, no, no... primero debes ganarme.
-Mmmm... está bien ¿Qué jugamos?
-Bueno ¡Pup! Te toque es tu turno ¿A que no me puedes atrapar?
-Sí lo lograré, pero prohibido volar ¿He?
-Esta bien, igual no me podrás atrapar.

Ambos empezaron a correr por un terreno rocoso, en un momento Marco perdió de vista a su amiga, mas logró encontrarla y atraparla.

-¡Siii! Gané.
-Está bien, tú ganas, antes quiero que tú me hagas una promesa a mí...
-Claro dime.
-No le dirás a nadie sobre nuestra promesa...
-Sí, te lo prometo. Interrumpió rápidamente a la niña demonio.
-Cálmate aún no terminó, además si nuestra promesa se cumple, después de ello harás caso a todo lo que te diga ¿Entendido?
-Sí, sí te lo prometo.
-Marco habló en serio.
-Bueno ya me calmo. Este respiro profundamente y prosiguió. Te lo prometo Tara cumplire con mi promesa.
-Que bueno, ahora yo te prometo Marco que algún día nos vamos a ir de este lugar e iremos a ver a esos padres tuyos que los Lucitor afirman que no te quieren.
-¿En serio?
-Sí Marco, saldremos de este lugar y buscaremos la verdad sobre tus padres.
-G...g...gracias Tara.
-No hay problema, pero hazme el favor de no llorar.
-Claro perdón. Este paso su brazo y se seco las lágrimas, luego puso una gran sonrisa y le miró. Ves ya no estoy llorando jejeje.
-Jajaja vamos hay que volver al castillo.

Meses más tarde.

-¿Greg has visto a Tara? No la encuentro por ningún lado y ya es hora de ir a jugar, me preocupa ella nunca falta a la hora de jugar. El demonio cocinero no contestaba solo se quedaba paralizado cabizbajo sin saber que decirle al niño. ¿Greg? El demonio comenzaba a temblar, como responder a esa pregunta sabiendo que la verdad es demasiado cruel para un niño. ¿Greg? ¿No me digas que ella también ya no me quiere? ¿Acaso se fue por eso?
-No Marco, ella... El demonio se quedó callado y miró hacia otro lado.
-¿No me vas a decir? Bien voy a preguntar a otro. El niño salió con el ceño fruncido mientras se dirigía a otra parte del castillo.
-Lo... lamento Marco. Decía el demonio mientras derramaba unas cuantas gotas de lágrimas. Lo lamento Tamara.

-¡Señor, señor! Le hablaba el pequeño mientras tiraba de su camisa del demonio ya avanzado en edad parado mirando hacia la ventana perdido.
-¡¿He?! ¡Oh! Hola pequeño Marco dime ¿Qué se te ofrece?
-¿Ha visto a Tara? Le pregunté a Greg, pero no me respondió, no sé si es porque no me quiere decir o no lo sabe o tal vez sea un juego de Tara ¡Sí! y ella está escondida. Exclamó el niño formando una sonrisa en su rostro y queriendo empezar a correr, pero fue detenido por el demonio. ¿Brock? ¿Qué pasa? Déjame ir a buscarla.
-Escucha Marco, aunque a veces duela, tienes que entender que... hay personas, monstruos, demonios y demás razas que no son buenas, muchas veces hacen cosas malas a otras personas solo para mantener sus deseos egoístas...
-Sí, sí lo entiendo, pero eso ¿Qué tiene que ver con Tara?
-Veras ella ya no está, por el deseo egoísta de alguien, ella se ha ido Marco y ya no volverá. El pequeño miró detenidamente al demonio anciano y tras unos segundos lo entendió, abrió sus ojos como platos y lágrimas empezaron a brotar de sus cuencas.
-No, no, no, no, no. Decía mientras sacudía la cabeza y seguía llorando. No, no es verdad, ella está bien, seguro está escondida, ven vamos Brock, vamos a buscarla, ella está bien, anda vamos ¿Qué esperas? Marco seguía entre lágrimas negando lo ocurrido tirando de Brock para que vaya con él, mas este lo tomó y le dio un abrazo, haciendo que este aumente su llanto.
-Lo lamento Marco, pero sé que algún día lo entenderás.

-Se lo dijo. Dijo una demonio.
-Debia hacerlo, todos sabemos que era lo mejor. Dijo un demonio corpulento.
-Pero es un niño. Expreso la misma.
-Sí y por esa misma razón era mejor decirle, después de todo él iba a creer que dejaron de quererlo, ya sufrió bastante con saber que sus padres no lo quieren, tampoco sería justo decirle que su amiga no está, porque tampoco lo quiere. Dijo haciendo que todos callen.
-Él tiene razón, vamos debemos apoyar a Marco, hay que quedarse con él hasta que se duerma. Exclamó otro haciendo que todos se dirijan hasta donde estaban Marco y el anciano.

-Lo lamento debía decirle y...
-No te preocupes Brock era lo mejor.
-Sí mejor que se lo digas, vamos pequeño Marco debes descansar.
-¡Snif! No quiero ¡Snif! Quiero ver a Tara.
-Lo lamentamos Marco, pero Tamara, ya no está.
-Sí pequeño, ven vamos a tu habitación.
-Yo lo llevare necesita procesar todo esto, Además que lo tengo aferrado a mí. Exclamó Brock levantándose,  cargando al niño en brazos y empezando a caminar.

Una hora después.

Se ve salir a Brock de la habitación y ve a todos a fuera.

-Él está dormido lo mejor es dejarlo descansar.
-Pobre chico lo peor le pasa a él.
-Vamos debemos terminar nuestros deberes. Todos se retiran con una expresión triste retomando sus actividades.

Dentro de la habitación se ve a Marco quien fingía estar dormido.

-¡Snif! ¡Snif! Lo siento Tara, debi haber estado contigo, lo lamento.

Marco despertó miro hacia el techo y varias lágrimas salieron de sus cuencas.

-Lo lamento no fui lo suficientemente fuerte para protegerte, en serio lo siento Tamara. Este se levantó y salió de la habitación su expresión de tristeza poco a poco cambiaba a una de ira. Verás que cumpliré mi promesa voy a liberar a todos los demonios, solo es cuestión de tiempo Tamara, solo es cuestión de tiempo.

Bien hasta aquí este cap ya lo tenía escrito desde hace una semana atrás solo me faltaba arreglar y terminar unas partes, espero les guste. Gracias por leer, votar y seguir la historia. Bye hasta la próxima.