18- Has vuelto
Subían juntos hablando animadamente hasta llegar al cuarto templo; su custodio quedó con la boca abierta al ver a Camus junto a Mu y Aldebaran...
-Solicitamos tu permiso para pasar, caballero de cáncer...
Su voz era segura aunque por dentro, los recuerdos al verlo le daban ganas de volver al refugio de los libros y el abrazo de su padre...
-Vaya, has vuelto, Il mio bellissimo principe...
-No lo llames así, Cáncer, o las verás conmigo...
-¿Quieres pelear por él, Aldebaran? Me encantaría ver hasta donde te atreves a luchar por la ramera del santuario...
-Jaja, sigue pensando así, todos sabemos que la única ramera aquí es tu novio...
Cáncer encendió su cosmos oscuro y tétrico, un aura lo cubrió y se disponía a atacar cuando una voz lo detuvo...
-Detente Máscara mortal de Cáncer!
El patriarca caminaba hacia ellos, venía de Géminis y su porte hizo que todos se inclinaran ante su presencia.
-Camus, veo que has vuelto y ya causas alboroto...
-Yo no hice nada, sólo deseábamos seguir camino para verlo, su ilustrísima...
-Entonces vamos... no quiero peleas en el santuario entre caballeros...
-Camus ya no pertenece al santuario, él se fue porque es un cobarde...
Afrodita hizo aparición y sus aires de superioridad se hicieron ver.
-¿Que no tienes nada mejor que hacer, Piscis, que andar husmeando sin que te llamen?
Aldebaran ya no soportaba que tratara así a Camus, que nunca le había hecho algo malo...
-No entres en su juego, Alde, es lo que quiere, lo que siempre ha querido...
Lo miró directo, sin dudas, lo barrió con la mirada y le dijo:
-No es a ti a quién debo explicaciones y no soy un cobarde, ese eres tú que nunca me enfrentaste solo y siempre has mandado a los demás para que se ensucien por ti...
Yo no he devuelto un solo ataque tuyo y no fue por cobardía, sino porque no vale la pena que use mis poderes en ti...
Y salió caminando rumbo a Leo, dejando a un histérico piscis despotricando y maldiciéndolo...
-¿No va a hacer nada patriarca? Me ha insultado y usted fue testigo!
-No te insultó Piscis, se defendió de tu agravio y por cierto, dijo una verdad que yo sospechaba hace tiempo y ahora al fin tengo la prueba...
Has hecho que otros guerreros peleen por ti, los has envenenado contra el caballero de Acuario y provocaste varias revueltas para hacerlo quedar mal y solo...
Hablaré con Acuario y luego contigo a solas... pero desde este mismo momento, estás castigado y deberás permanecer en tu templo encerrado y sin visitas hasta nuevo aviso.
Afrodita tembló de odio y en un arranque de ira, atacó a Camus con sus rosas venenosas, las que fueron atrapadas en la otra dimensión por Saga, que llegaba justo a tiempo y se interponía frente a Acuario.
-Saga... gracias amigo...
-Bienvenido a casa, amigo!- Géminis le sonrió para luego darle un abrazo cariñoso
-Ah... y feliz cumpleaños! Fue ayer pero no sabía cómo saludarte!
-Muchas gracias! He vuelto por unos asuntos pendientes y luego veré qué hago con mi vida...
-Sabes que aquí somos muchos los que te queremos bien y siempre estaremos para ti...
-Lo sé, agradezco tener amigos como tú y los demás...
Siguió su camino siendo seguido por Deathmask con la mirada; Camus definitivamente ya no era el mismo y este Acuario le gustaba mucho más aún...
Afrodita había sido conducido a su templo y el patriarca mandó poner guardias para que no saliera, temiendo por la cercanía con Acuario.
Camus caminaba tranquilo pero por dentro era un manojo de nervios bien contenidos...
En Leo estaban su guardián y el de Escorpio, que lo observaban en detalle.
-Buenos días caballeros... solicito su permiso para pasar a Acuario...
-Vaya Camus, has regresado y te ves muy bien! ¿Te ha gustado vivir fuera del santuario?
La curiosidad de Aioria era sincera, su sonrisa al saludarlo también y le hizo bajar la guardia.
-¿Cómo has estado Aioria? En verdad, el exterior es interesante aunque un poco aburrido a veces... ya estaba acostumbrado a esta vida...
-O sea que me has extrañado?- otra sonrisa coqueta que no pasó desapercibida por el octavo guardián.
-Sí, Aioria, te he extrañado... a ti y tus bromas pesadas...- Camus dejó salir una sonrisa que encantó al de Leo.
-¿Has visto Milo? Camus me extrañó en su tiempo fuera del santuario
Escorpio lo miró serio y sin decir palabra se retiró.
-Disculpa a Milo, sus modales no son muy buenos últimamente... se volvió a pelear con su novia y lleva muy mal humor...
-Entiendo, no te preocupes... igual nunca me llevé bien con él, espero que tenga mejor relación con Hyoga. Debo seguir mi camino, hasta luego... fue bueno volver a verte...
-Gracias, Camus... igualmente...
Al llegar a Capricornio, Shura salió sonriente a recibirlo y abrazarlo con cariño.
-Amigo mío! Qué alegría verte de nuevo!
-Shura! He esperado demasiado por este momento!
El español no pudo evitar posar su mirada en el recién llegado aunque, para su felicidad, ahora sólo lo veía como un gran amigo... su corazón había sanado y miraba otros horizontes...
-Estás muy bien! Me alegro ver que recuperaste tu sonrisa...
-Sí... eso creo... yo, Shura...
-Amigo, no tienes nada que lamentar conmigo... llegué tarde a tu vida y me alegro que estés con tu gran amor...
-Lo siento...
-No lamentes el ser feliz y, además, yo también abrí mi corazón para dejar entrar a cierto castaño de ojos verdes que me trae loco...
-¿Aioria?- el francés no podía creer que ese chico alegre y vivaz fuera el dueño de su corazón...
-Cuando te fuiste, me sentía vacío y triste pues, aunque sabía tus sentimientos, igual te extrañaba como amigo...
Aioria comenzó a visitarme, me invitaba a desayunar o a salir al pueblo para distraerme...
Descubrí que toda esa locura que muestra a los demás, esas bromas que hace, son sólo la fachada para ocultar su soledad...
Es un chico maravilloso, un niño grande y me conquistó con esa forma de ser... mírame, estoy completamente perdido por Aioria!
Camus rió de buena gana y se abrazó al español con fuerza; ya no tenía la carga de romper el corazón de su amigo encima.
-Oye, deja a mi novio!- la sonrisa de Aioria era gigante cuando se acercó al Capricornio seductoramente.
-Aioria! Has enamorado a un gran hombre, a mi amigo... les deseo muchas felicidades! Estoy muy contento con esta noticia!
-¡Gracias Camus! Nos fuimos acercando de a poco y cuando nos dimos cuenta, ya estábamos enamorados!
-Son dos grandes personas y les deseo lo mejor...
Camus tenía una sonrisa sincera en su rostro y Aioria se abrazó a Shura feliz de haber pasado ese momento tan celosamente temido, cuando el francés apareciera de nuevo en la vida del caprino.
Ahora veía con alivio y felicidad que su amor y amistad cayeron en tierra fértil y su gran amor ya no pensaba en nadie más...
Un beso lo sacó de sus cavilaciones...
-¿Qué te parece si vamos a nuestros aposentos, mi cielo? Tengo muchas ganas de ti...
El rubor en las mejillas del menor fue notorio pero, como todo buen felino, sacó todo su encanto para llevarlo del cuello de su remera hacia el interior del templo...
-Tengo hambre, pero creo que empezaré por el postre...
Shura rió ante el comentario, mientras se dejaba guiar en su propia casa...
Amaba cuando su fiera de ojos esmeralda tomaba las riendas de la situación y lo acercaba al nirvana, no importaba el rol que tomasen, la pasión los embriagaba y se perdían en torrentes de lujuria...
-Lo que quieras, mi vida... me tienes a tu merced...
-Lo sé... y te amo por no ponerme límites en el juego del deseo...
-¿Por qué lo haría si me colmas de lujuria y placer?
-Es que deseo que entiendas que todo de mí te pertenece, que soy muy feliz a tu lado y que agradezco a diario que me des tu amor...
Su voz se entrecortó y el español lo besó con un sentimiento profundo de entendimiento. Aioria a veces se sentía inseguro de ser correspondido pero, él lo adoraba, había descubierto a la criatura más hermosa, dulce y tierna detrás de ese chico despreocupado y bromista que todos conocían...
El beso se convirtió en uno hambriento, las manos cobraron vidas y sólo la luna que entraba por la ventana de la alcoba, fue testigo de una entrega absoluta entre dos almas que se encontraron para ya no separarse jamás.
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