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No estar bien

Hola a todos 😊 aquí tarde como siempre e.e okno, pero había un poco de trabajo de más que bueno e.e detalles.
Pero aquí estamos ya e.e

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11- No estar bien

Tras la noticia de que su amado estaba en el hospital, Shu salió de la universidad y el trayecto se le hizo eterno, sentía una sensación desagradable y algo en su corazón presentía que las cosas estaban mal.

Shu llegó al lugar donde estaba Fubuki. En ese hospital lo habían tratado desde que era un niño y tenían un seguimiento e historial de su progreso y de su enfermedad.

Al llegar a la sala de espera, casi de inmediato llegaron los padres de Fubuki. Y el Doctor salió a su encuentro.

— ¿Familiares del señor Fubuki Sumie?

— Soy su madre...— La señora Sumie habló primero haciendo que Shu no pudiera responder.— ¿Cómo está mi hijo?

— Señora tranquila...— Comenzó a hablar el doctor.— El joven recién despertó.

— ¿Puedo verlo?.— Shu vio al médico.— Es mi esposo...

Después de unos minutos el Doctor le dio el permiso y pese a que la madre del menor quería entrar, le dieron el favor primero a Shu por ser su marido. Llegó a la habitación de su amado que se encontraba en el tercer piso y abrió con cuidado la puerta. La habitación era blanca y solo tenía un mueble pequeño con un adorno de frutas plásticas y una flor de ornato. Fubuki lentamente abrió los ojos y sonrió.

— Amor...— Extendió su mano.

Enseguida Shu se acercó para abrazarlo y besarle la cabeza muchas veces, Fubuki lo tranquilo acariciando su espalda.

— Estoy bien.

— Me asusté mucho.— Lo beso.— Pensé que...— Lo volvió a besar con una expresión de angustia.

— Estoy bien.— Volvió a repetir Fubuki.

Aunque eso era mentira, se sentía todavía mareado y el malestar en su vista no disminuía.

— Quiero ir a casa...

— Si Fubuki, pero será cuando el Doctor te diga que puedes.— Shu le beso las manos.

Después de hablar un momento, el doctor y una enfermera se acercaron para hacerle un chequeó... Pero algo en los ojos de Fubuki no estaba del todo bien además de que el menor dijo sentirse cansado.

— Su esclerosis a avanzado con lentitud, razón por la que los síntomas no se detectan al momento.— Explicó el doctor.

Escuchando eso, Shu pensó en otros detalles: las muestras de fatiga, el cansancio al sol, sus mareos y otros malestares. Fubuki había estado sintiendo todo ello en aquellos días pero no eran intensos, normalmente se pasaban al poco rato.

Pero ese desmayo había detonado la preocupación por él pelirrubio.

— ¿Que debo hacer, Doctor?.— Kurenai se veía preocupado.

— Seguir con su tratamiento y chequeo constante.

Si bien la enfermedad de Fubuki no tenía cura, se podía manejar base a su tratamiento y cuidados constantes además de chequeos clínicos. Es una enfermedad que no afecta a todos por igual; pues mientras algunas personas pueden vivir con la enfermedad sin mostrar síntomas fuertes, otras personas pueden tener problemas crónicos que afectan el resto de su vida.

La esclerosis múltiple puede dejar que una persona tenga una buena vida por muchos años, pero en cambio para otras, drena su vitalidad sin que se pueda revertir.

Shu estaba preocupado por Fubuki, pero no iba a dejarlo solo en ningún momento. Estaba asustado si, pero no iba a abandonarlo cuando más lo iba a necesitar.

— Vamos a contratar una enfermera en caso de que sea necesario.— El señor Sumie había hablado.

— Por mi está bien...

Shu estaba de acuerdo en eso, pero no su suegra.

— Yo podría cuidarlo, no voy a dejar que alguien más lo haga.

— Cariño, creo que sería conveniente que una enfermera este para Fubuki.

— No, ni confío en Shu menos en alguien extraño.

Aunque eso le hizo sentir un poco mal a Shu, para evitar un conflicto en vano con ella, prefirió quedarse callado. Solamente quería que su amado estuviera bien, era lo único que pedía.

La salud es algo realmente frágil y efímero que aunque no lo parezca, se debe tomar en cuenta en cuidados, como dormir bien, comer saludable, evitar hacer corajes y también, tratar una enfermedad.

Ya que pasaban los meses y Fubuki estaba comenzando a sentirse mal, si sus molestias disminuían en momentos cortos anteriormente... Ahora permanecian por horas....

Eso preocupaba a todos, más en especial a Shu.

— Papá...

— ¿Que sucede amor?

Era medio día cuando Shu aquel día, fue a ver a su padre a su oficina. Había pensado detenidamente las cosas y debía hablar con él de un asunto importante.

— Voy a estudiar el último semestre desde casa.

— ¿Que?.— Eso sorprendió al mayor.

— Fubuki no se a sentido bien y yo no puedo estar concentrado por eso...— Bajo la mirada.— Quiero estar con él.

— Lo entiendo hijo...

— Ya hablé con el Director de la universidad y acepto mi petición, el último semestre básicamente son trabajos escolares, y así podré estar con él...

— Si hijo, está bien.

— También quiero pedirte que, acortes mis horas, por favor...— alzó la mirada.— Ya no me pagues lo que me das pero...

— No no Shu, sobre eso no te preocupes amor.— El señor Kurenai sonrió.— Vamos a ver cómo le hacemos, para que puedas hacer parte de tus obligaciones desde casa y estés con Fubuki.

— Gracias papá.— Shu sonrió.

— Solo te pido que no te esfuerces demasiado.— Le pidió.— No te eches encima más carga de la que puedas soportar, y si necesitas algo dímelo.

— Si, esta bien.

Con todo ello Shu las siguientes semanas comenzó a realizar la mayor parte de sus ocupaciones en la casa y cuidando a Fubuki. La enfermera iba tres veces por semana para revisar al pelirrubio pero era Shu quién se encargaba de los cuidados de Fubuki.

La señora Sumie seguía pensando que Shu iba a dejar a su hijo más temprano que nada... Siendo un joven de su edad, atractivo y con un gran futuro por delante, se preocupaba que abandonará a su hijo rompiendo el corazón de este.

Pero no.

Shu no era así.

— ¿Así está bien mi amor?

— Si, gracias.

Shu había acomodado a Fubuki en el sofa y le acomodo la manta, pues este quería ver una película. El albino le preparo unos bocadillos y también algo de papas fritas. Fubuki todavía podía comer de todo salvo helado por el frío que esté ocasiona cuando se congela el cerebro, eso era un dolor incómodo para el menor. Pero podía comer aún otro tipo de golosinas.

Y Shu como siempre estaba para complacerlo en todo.

Aunque le dolía ver qué poco a poco la chispa y brillo en los ojos rubíes que tanto amaba se estaban apagando.

Y no podía hacer nada para evitarlo.

— Me gustaría estar en tu lugar.... que no sufras más...

Ya había caído la media noche y Fubuki estaba dormido ya más no Shu.

— Eres lo más valioso que tengo, no quiero perderte.

Le beso la mano y sonrió triste. Haría lo que fuera por su amado para verlo bien. Y eso iba a hacer, cuidar y velar su bienestar era lo único que podía hacer.

Pero con amor... con amor todo iba a ser posible, o eso esperaba.

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CONTINUARÁ

Chanchanchan e.e
Ahora todo tranquilo, y bueno, esto ya casi llega a su fin así que e.e esperen a ver en qué acaba owo
Gracias por leer 😊❤️ y nos leemos pronto ❤️😊

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