Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30: No lo quise ver - Parte 2

Lunes de vuelta en el trabajo, ahora he estado más tranquilo desde mi reconciliación con Mía, hemos quedado de ser sólo amigos aunque a mí me pese eso, pero no tengo nada más que hacer, Mía debe ser feliz después de todo lo que ha pasado gracias a un desgraciado que le fastidió la vida. También he hablado con mi madre dejándole saber que mi acercamiento con Mía ha terminado, ella me miró con ternura y me abrazó en apoyo.
Me rompí llorando diciéndole que la amo. Su cara de sorpresa era notoria.

Un ladrido— miré a Max al lado parándose en dos patas con su cabeza de lado. Sí, así es, me traje a Max a la oficina, pues después del turno planeo llevarlo a mi casa. ¿Y por qué lo traje ahora cuando puedo pasar a buscarlo luego del trabajo? Porque me hace falta compañía y porque puedo aprovechar a que Mía me ayude a transportarlo hasta mi apartamento.

Y hablando de ella, le he pedido conocer a ese Austin del que tanto me habló ese día que por fin se abrió conmigo. Parece un buen tipo y quiero verlo en persona, después de todo, es quien se la ha ganado, no, es quien ya la tenía ganada desde antes de que ella y yo nos conociéramos. Carajo, es que incluso me enseñó ese viejo labial de fresa que le regaló, me contó que jugaron con más sabores, que le ayudaba a estudiar, que jugaba con ella, me contó todo sobre él y siempre con esa mirada brillante en sus ojos.

—Hasta tú sientes mi dolor ¿no? —pregunté a Max como si pudiera entenderme viendo como tenía sus orejitas abajo y se recostaba de mi pierna.

—¡Max! –no duró mucho tiempo entristecido cuando fue corriendo a que Mía le abrazara— Hay que cosita tan hermosa. ¿Qué haces aquí?

Puede que esté viejo, pero su energía es casi la de un cachorro. Ahí aproveché para pedirle a Mía que me ayudara a llevarme a Max, para mi sorpresa lo aceptó encantada y rió diciendo que estaba de suerte porque Austin no pudo traerla, ya que consiguió un trabajo.
Perdón Mía, pero ahora me siento un poco más alegré por eso, y también porque no sé si lo dijo sin darse cuenta o no, pero no viven juntos.

—Ah, también vamos a recoger a Gabriela con nosotros. Unos amigos vinieron ayer de vacaciones y se quedarán conmigo.

—Genial —finjí un poco de alegría porque quería estar a solas con Mía. Vaya que me esforzaba por mantener una sonrisa en mi cara.

Sorprendentemente no tuve que preguntar para que contara sobre ellos. Son sus amigos con los que pasó sus vacaciones, aquellos que se han ganado su confianza en gran medida y los únicos con los que ha compartido su dolor, ahora yo también entré en ese muy limitado círculo de privilegiados, aunque el único que realmente conoce toda la historia de trasfondo, es Austin.

—No olvides las esposas por favor.

—Sí, yo las llevo —se acercó a darme unas hojas y esperó a que las firmara—. Perdóname lo que te hice.

—Dijimos que olvidaríamos todo —ambos dibujamos una sonrisa pequeña en complicidad, pero es imposible que yo lo olvide, en especial cuando quiero hacerlo de nuevo.

×~×~×~×~×

Mía
Ayudo a preparar la mesa en mi casa mientras que Lisa y Nicolás cocinan para nuestra cita. Dante está sentado junto a Gabi en el sofá, antes de venir aquí los llevé a ambos a la casa de Dante para dejarlo a él y a Max y así traerme sólo a Gabi, Dante luego vino en su moto.
Ambos hablan muy relajados desde que los hice esperar a que la cena estuviera lista. Realmente se llevan muy bien, demasiado.

—Mía, pásame eso ¿quieres? —Nicolás me sacó de mis pensamientos y fui a ayudarle.

Debería sentirme feliz de que Dante pueda fijarse en otra mujer luego de lo que pasó entre nosotros, pero me siento extraña. ¿Por qué? Yo estoy con Austin, anhelaba poder tener algo con mi amor trágico, ya lo tengo, ¿entonces por qué me siento enojada cuando Dante se ve tan feliz hablando con ella o con otra? Además Gabi es mi amiga, debería sentirme muy feliz si ambos decidieran comenzar algo hoy.

Molestia y tristeza dentro de mí, sí, algo se me arremolinó con molestia y tristeza al pensar en eso último que dije. Y al parecer Dante presintió algo porque volteó a verme, yo sonreí levemente y subí a mi habitación. Lisa es muy perspicaz y me siguió.

—Estás muy rara, ¿qué pasó?

—No lo sé —me movía exasperada señalando a la puerta con la palma extendida—. No sé qué demonios pasa conmigo. Me siento molesta, irritada, me dan hasta ganas de llorar. Y no estoy en mis días, así que por favor, no hagas esa broma —ella se carcajeó abrazándome retirando de mí un poco de molestia.

—¿En serio no te das cuenta? —ladeé mi cabeza de izquierda a derecha en contestación— Mía. Nicolás y yo adelantamos nuestras vacaciones luego de que nos contaste sobre el regreso de Austin, pensamos en que deberíamos venir a cerciorarnos de tu bienestar.

—Parecen mis padres —reí bajo mientras nos sentamos en la cama.

—Quiero preguntar, ¿en verdad amas a Austin? ¿O crees que lo amas por el pasado que comparten?

Abrí la boca con intención de responder, pero mi voz no salió. ¿Por qué? En cambio, Lisa me ve con terneza y me sonríe de la misma forma mientras tiene mis manos tomadas.

El timbre sonó.

—Austin ya debió haber llegado, vamos —dije, tal vez con intención de escapar del rumbo que la conversación podría tener.

Asintió y así bajamos para ver cómo el que atendió la puerta, fue Dante, por alguna razón palidecí y me puse nerviosa con ellos dos interactuando, Lisa por el contrario, estaba muy feliz mirándome y mirándolos, disfruta de este tipo de enfrentamientos mientras no le ocurra a ella. La miré mal y ella agrandó su sonrisa burlona, también me guiñó el ojo y se acercó a mi oído a susurrar.

—No está mal, Austin es guapo. ¿No has pensado en hacer un trío con esos dos?

—¡Lisa! —estoy más que roja luego de gritar alto y que todos me vieran extrañados, mi amiga por su parte está que se muere de la risa, espero que lo haga, porque si no, yo la mato luego— Bienvenido —me forcé a sonreír y tragar mis nervios para acercarme y separarlos más—. Dante, él es Austin. Austin, él es Dante.

Ambos se apretaron las manos, pero sentía algo raro emanando de ellos a pesar de que sonreían mutuamente. Sacudí mi cabeza y los guíe a todos a la mesa para comenzar la velada, presenté a todos y luego degustamos la cena en una gran diversión haciéndome sentir muy feliz.

—¿Cariño? —Austin tomó mi mano y me hizo verlo girando mi rostro con su mano— ¿Qué pasa?

—¿De qué?

—Estás llorando —sorprendida, toqué mi rostro confirmando lo que me dijo. Sonreí pegando mi frente a él.

—Me siento feliz.

Y no mentía, realmente me siento dichosa en estos momentos, como si esta fuera mi… familia. Al parecer todos menos Gabi entendían mi reacción, pero luego ella empezó a llorar conmigo, y así las risas volvieron a la mesa.

Austin
La cena fue muy bien y tranquila, platicamos de diversos temas e hicimos muchos chistes.
Lisa, la pelirroja y primer amiga de Mía es la que es más animada al hablar, la otra chica, Gabriela, también es animada, pero es más del tipo calmada. Nicolás por su parte, se ha mantenido más mirando y sonriendo para su novia aunque también participa divertido, actúa más como un hermano mayor con Mía.
Y del único que me ha dado mucha curiosidad, es Dante, aunque habla por ratos y de forma amena, es imposible no ver la forma que mira a Mía junto a una sonrisa. Ella me ha contado de él, le ha dicho sobre su vida, sobre nosotros, y a mí, bueno, no me ha contado mucho que digamos de él, parece un poco nerviosa cuando lo hace.

—Chicas —la pelirroja se levantó muy animada, creo que no tiene un botón de apagado—, vamos a tomarnos fotos. Nico, pofis, tómalas —y está algo ebria.

—Claro amor —y ahí se fueron los cuatro a la sala a retratarse.

Volteé con mi cerveza en los labios a ver cómo Dante seguía sonriendo al ver a Mía, está muy claro lo que siente por ella. También volteé a ver a quien es mi novia, de vez en cuando nos mira como si estuviera nerviosa.

—¿Y eres su jefe?

—No, es mi madre, yo sólo trabajo con ella.

—Pero es posible que te conviertas en suyo ¿no?

—Ya veremos.

—Sé que sabes sobre su pasado.

—Solo lo que ella me ha querido mostrar.

—¿Y qué piensas ahora que lo sabes? —mantuvo un silencio prolongado mirándome un poco a mí y a ella.

—Es bella —sonreí más por un lado ante su respuesta.

—Sí, lo es.

El resto de la noche fue aún más calmada, todos se despidieron con mucha alegría, Dante se ofreció a llevar a Gabriela a su casa, y Nicolás y Lisa fueron arriba a su habitación a dormir, yo me quedé un rato más con Mía sentado en el sofá, ella en mis piernas mientras nos besábamos.

—¿Y qué te parecieron mis amigos? —preguntó curiosa.

—Me agradan. Estoy feliz de que tengas buenas relaciones como lo son Nicolás y Lisa.

—Me han ayudado mucho. ¿Y Gabriela?

—Muy linda también —parece que quiere hacer otra pregunta, pero le da pena—. ¿También quieres saber mi opinión de Dante? —su sorpresa y sonrisa nerviosa apareció aunque trate de ocultarlo— Mía, ¿tuviste una relación con él antes de que volvieras a verme?

—¿Qué? No, no es así.

—Lo estabas intentando ¿no? —no sabía cómo responderme a eso, así que la besé otra vez. Sí, me corresponde, pero es diferente a como lo hizo en nuestro reencuentro, incluso diferente a cuando éramos más jóvenes— Te amo.

—Y yo a ti.

—Sé bien que me amas, que lo hiciste y lo seguirás haciendo —su mirada tan dulce me hace ver a esa pequeña ratoncita que tuve el privilegio de conocer aún en aquella cárcel—. Pero ya no de la misma forma en que mi pequeña ratoncita lo hacía.

—No te entiendo.

—Le confesaste a Dante sobre ti, tu vida, de mí. Estoy seguro que él ha visto tus cicatrices.

—Sí, pero…

—No es lo mismo conmigo —dije interrumpiéndole con suavidad tomando su rostro, dando pequeñas caricias a su mejilla—. Avanzaste, y eso me llena de alegría. Mía, no vuelvas al pasado, me amas por lo que vivimos juntos, y yo lo hago también y siempre lo haré, pero estás enamorada de un fantasma. Cuando lo hacemos, te entregas a mí con sinceridad, hacemos el amor, pero no lo sientes como realmente deberías.

—Austin, no, yo… —negué con sonrisa franca.

—Él te ha marcado, tomó mi lugar y por cómo me has hablado, de lo poco que lo has hecho, tú lo has marcado a él. El día que logramos escapar y pasamos juntos nuestra primera noche en libertad, tú estabas aferrada fuertemente a mí, ahí, te hice una promesa. Estaba consciente de que quizás creías estar enamorada por ser la única persona gentil contigo.

—No fue así, en verdad te amaba.

—Lo sé, Mía, lo sé —besé su frente con ternura—, pero juré, que si el día de mañana te enamoraras de otro luego de estar libre, te iba a respetar y te acompañaría en tu vida viéndote feliz con alguien que te amé tanto o más que yo. Si Dante es ese hombre que ha aceptado tus miedos y tu dolor, si es a quien has de entregar tu corazón, entonces hazlo. Amalo como me amaste a mí.

Una beso de despedida para lo más hermoso que tuvimos entre nosotros, que va a perdurar, pero ya no como antes, sino que lo hará como un bello recuerdo que estoy feliz de haber vivido y que estoy seguro, mi Ratoncita va a seguir viviendo con alguien que de verdad lo merece.


















×~×~×~×~×

¡Y! Lo siento Austin. (っ˘̩╭╮˘̩)っ

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro