Aquella Voz
Midoriya cansado del dia subió hacía la azotea con libro en mano para despejar su mente y estar en paz, cosa que no podía hacer en su cuarto ya que muchas veces sus amigos y compañeros iban con el a platicar, no querían molestar pero no sabían que lo hacían por la actitud algo reservada, aun, del peliverde
El chico subía las escaleras pensando en su día, sobre la pequeña de pelo plateado con vendas en brazos y piernas, en sus ojos rojos carmesí que pedían ayuda con un grito silencioso, se sentía impotente ante tal evento pero nada podía hacer, apenas era un pasante y la niña se fue con aquel hombre por su voluntad, apesar de su mirada suplicante de ayuda, pero el nada pudo hacer, el quería pensar en otra cosa o tal vez buscar algo en su libro sobre leyes algo de información sobre esas ocasiones, pero necesitaba paz y la encontraría en la azotea de la residencia escolar
Subió más escalones hasta que noto una voz proveniente de arriba, una voz angélical a su parecer, alguien mas estaba en la azotea, pero sus pensamientos estaban tan enmarañados y enredados que aunque intentó pensar en quien podría ser, no lo logro y así llego a la puerta y mientras su mano giraba la perilla llego a la respuesta y cuando abrió la puerta se confirmó sospecha
-Jiro- dijo al aire llegando a su resolución mientras una chica pelivioleta lo volteo a ver exaltada -Mi-Midoriya, ¿Qué haces aquí? - preguntó la chica de pelo corto, sin embargo el peliverde se mantuvo absorto en sus pensamientos y sin pensar pronunció - Es una linda voz, era obvio -
Las palabras del chico hicieron sonrojar a la chica y fue hay cuando el peliverde cayó en cuenta de lo que dijo
- Lo-lo siento Jirou, yo-yo No era mi intención escuchar a escondidas es solo que el dia fue pesado y no sabía que alguien más sube aquí y yo... - El chico era un manojo de nervios, no sabía que decir o como actuar ante situaciones así y menos con chicas, el era un nerd de los héroes y quirks pero no sabia nada o incluso menos de chicas
Por otro lado, la chica calmó un poco sus nervios y se preguntó que hacía Midoriya ahí arriba, ella creía que nadie más subía y por eso subía de vez en cuando a prácticar con su guitarra y cantar sin ser molestada pero ahora el chico más tranquilo y tímido de su clase alago su voz
-Lo siento, ya me voy - se disculpo la joven y sin permitir que el chico responda esta lo rodeo y bajó las escaleras con velocidad - Creó que no debí subir hoy - se dijo el joven viendo la puerta a las escaleras cerrada - aunque... Olvide a que vine -siguió hablando solo mientras se dirigía a la puerta -
Su mente ahora estaba despejada o al menos eso creía, si bien los pensamientos de culpa sobre la niña se habían disipado, ahora un nuevo pensamiento recorría su mente, aunque más que pensamiento era un deseo, el quería volver a escuchar la voz de la chica
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