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Capitulo 4:
(...)
Vi como el chico de seguridad caminaba en dirección al vehículo, mordí mi belfo inferior con fuerza, algo dentro de mí quería saberlo todo, obvio, era un maldito chismoso.
- ¡Disculpa! - Me acerco y lo tomo del hombro, él se da vuelta al instante.
Pero que hombro más marcado, dios, mí pequeña mano no llegaba a cubrirlo. ¡Dios Jimin! Céntrate estás aquí para saber los problemas de los ricos no para acariciar cuerpos marcados.
Escucho su risa, cosa que me hace ponerme por completo colorado, bajé mi mano y le brindé mi mejor sonrisa.
- Tendrán que disculparme - Empiezo, eso Jimin, finge elegancia, finge elegancia - Pero no puedo apartarme de una persona desconocida.
El me observa.
- No sé y poco me importa quién es es Sr Min y su familia poco convencional.
- En verdad eres muy lindo - Me sonríe - Si fueras menos interesado podría intentar algo.
¡¿DISCULPA?! ¿ÉSTE DESGRACIADO ME LLAMÓ INTERESADO?
En un segundo se escuchó mi palma chocando fuertemente contra su mejilla, incluso sonó fuerte. Bien Jimin, ahora corré porque te agarra y te hace pelota.
Él miraba hacia el costado, tenía los ojos bien abiertos y la marca de mi pequeña mano allí.
- ¡Que sea una persona humilde no me hace interesado! - Dije en tono alto - Primero que todo en ningún momento les pedí que me trajeran hasta la puerta de mi casa
- Pero bien que aceptaste el dinero y las compras de Yunha, ¿No?
- ¡¿Quién es Yunha?! - Le grito a la cara - Ya te dije que no tengo la menor idea de lo que estás hablando. ¿Soy humilde? Sí, pero eso no significa que sea un jodido interesado.
Tomé aire y continué
- De hecho aún no sé quién rayos es el Sr Min del que tanto hablan, si quiero saber chimento tengo la televisión - Le comento
- No te hagas el santo - Se acerca - Tú te abalanzaste sobre él.
- ¿Abalanzar?
Miré hacia un costado y choque la suela de mi zapatilla contra la acera, pensando. Es entonces cuando me traigo el mal recuerdo de solo unas horas.
Chasqueo mis dedos - ¿Hablas del idiota de la cafetería? Entre nosotros queda ésto, si tuviera un auto ya lo habría atropellado, bueno adiós - Me di media vuelta y entré a mi casa.
Dejé mis zapatillas en la puerta y me puse mis pantuflas, puse un poco de música para relajarme y comenzar con la limpieza hogareña. No éramos personas desordenadas así que la casa la mayor parte del tiempo se encontraba vacía.
Levanté algunas cosas que estaban en el suelo y cuando finalicé con todo subí las escaleras rumbo a mi habitación.
Me lancé como venía a mi cama perfectamente hecha, apoyé mi cabeza sobre la almohada e intenté conciliar el sueño pero la viva imagen de aquel hombre tan similar al de mi libro solo que tenía más cara de seriedad.
Solté un bufido y tomé mi teléfono para charlar un rato con Tae por texto.
Horas y horas pasaban y allí iba cambiando de posición pero nunca soltando el celular, teníamos tanto de que hablar.
- Era un imbécil - Le digo a Tae.
Mis piernas estaban contra la pared estiradas, mi torso estaba en el colchón y mí cabeza colgaba de la cama, le contaba furioso la situación que había vivido el mismo día.
- Fue tan frustrante, yo solo quería una disculpa.
- Y lanzarte sobre él te pareció lo más indicado - Soltó entre risas.
Seguimos con nuestra conversación normalmente hasta que llega una llamada, no me parecía extraño, o sea eran las 20:00 pero a mi editora poco le importaba seguro sería ella.
- Tae, debo colgar - Le digo cansado
- ¿Me vas a abandonar?
- Claro - Suelto con una sonrisa
Escucho su risa del otro lado cosa que me acelera el corazón, nada me producía más serotonina que la risa de mi mejor amigo.
Nos despedimos al mismo tiempo. Me levanté de la cama par sentarme en la silla que tenía mí escritorio en donde estaban todos mis escritos, mis poemas, canciones y mucho más.
Tomé desganado el teléfono sabiendo que Solar me exigiría lo de siempre, que le ponga acción a la obra y no precisamente hablaba de algún crimen o peleas ilegales o incluso magia, no no no, ella quería amor y tensión sexual. Cosa que yo me negaba a hacer por completo.
- Vamos Jimin - Me dice - Sabes muy bien que debemos aumentar las ventas y que el llamado "soft porn" está muy de moda entre los adolescentes, quienes quieren leer algo dulce pero a la vez sexual.
Solté un bostezo y simulé seguir escuchándola, aunque era como mi jefa y yo debía hacer lo que quería ella, me daban libertad creativa.
Candado de tantas idas y vueltas con el tema de Solar, solo me dignaba a soltar en algunos momentos claves, "claro que sí" o "ajá" o "tienes razon"
Abrí el tercer cajón de mi escritorio y saqué de ahí un libro verde que se veía algo desgastado y viejo. Apoyé el celular en la mesa lo puse en altavoz y abrí despacio el cuaderno intentando hacer el menor ruido posible. Encontré una hoja vacía y decidí doblar allí el cuaderno.
Solar seguía diciéndome números y fechas de publicaciones pero poco me importaba en ese momento. Me dejé llevar por el momento, fluir con el arte. Bue re poético.
En realidad lo único que hacía era intentar dibujar a aquel al que llamo amor de mi vida. Quizás tenía habilidad para la escritura pero sin dudas alguna el dibujo no era lo mío, tenía un ojo más grande que el otro, su cabeza era un círculo y su cuerpo unos palitos. Hice otro exactamente igual a su lado, estaban sosteniendo sus manos.
Suspiré e hice un bollo con el papel y lo lancé, dejando que entrara perfectamente en mi pequeño cesto de basura color amarillo.
- Lo siento Solar - Empiezo - Estaré todo el verano ocupado.
Escucho una risa y al instante me lanzo sobre la cama - Jimin tienes un solo trabajo y un único amigo ¿Como vas a ocupar todo el verano?
Eso, eso mismo me preguntaba yo.
(...)
Quiero una photocard del ñingi
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