Capítulo 1:

(...)

"Te amo"

— ¡Ay dios , ay dios, ay dios! Finalmente se lo dijo — Mi amigo me observó emocionado bajando su celular y apoyándolo en el pupitre, mientras se tapaba la cara y brindaba pequeños gritos ensordecedores.

— Dios mio Tae, vas a dejarme sordo — Suelto y golpeo su cabeza despacio.

— Es que tú no lo entiendes Jiminnie, el amor que relata entre Matias y Sohee suena espectacular — Dice con brillo en sus ojos. — Desearía que algo así me pasara.

Suelta un bufido y guarda su teléfono en el bolsillo delantero de su campera.

— Quizás...

— Es que ésta persona es diferente, trata al amor como si de una pequeña flor se tratara. Sus escritos son de alta calidad, además escribe varios géneros no se centra solo en uno. Es genial como hace resoluciones o desenlaces que le dan una vuelta de rosca a la novela.

— ¿Cómo dices que se llama? — Pregunto tomando sus manos y entrelazándolas con las mias, viendo nuestra pulsera de amistad. 

— ¿El libro o la persona que lo escribe? — Me pregunta.

Elevo y bajo mis hombros fingiendo desinterés por lo que dice. — Ambos.

— El libro es "Si vieras mis colores" y la persona que lo escribe es anónima.

Lo observo con una sonrisa de lado y asiento con mi cabeza.

— Se hace llamar Chim — Cuenta — Me gustaría pensar en que es un hombre apasionado y que se deleita por el amor y cree en el mismo como nadie más. Se ata a los típicos clichés algunas veces pero aún así su otro libro es un best seller.

— Interesante...

La campana sonó dando inicio a clases por lo que me volteé mirando hacia el frente viendo cómo mis demás compañeros entraban y tomaban asiento mientras esperaban al anciano profesor de inglés.

No le presté demasiada atención a su clase, desde mi niñez me habían enseñado, ya que mi prima - quién se hizo cargo de mí - era estadounidense.

Sentí vibrar mi pupitre, alguien me estaba llamando, en un momento súper inapropiado debo decir. Pero qué puedo hacer trabajo es trabajo.

Tomé con disimulo mi teléfono y observé un número desconocido. Al instante me llega un mensaje de mi editor diciendo que mi libro ésta vez no estaba recibiendo las mismas ganancias que el anterior.

Jodida mierda, eso significaba una nueva reunión.

Mientras vagaba en mis pensamientos escuché al profesor nombrarme.

— Señorito Jimin , ¿Puedes ocuparte de traerme los libros?

Me sobresalte y me paré del pupitre antes de asentir y dejar que él se fuera a paso lento - sí, cual tortuga -

Dí un suspiro y caí sentado toda desparramado en la silla, Tae toma mi hombro, me volteo esperando que me ayudara, pero solo lo encontré sonriendo y brindándome su libro.

— Ja ja, muy gracioso — Comento antes de estirar su mejilla izquierda.

— ¿Qué? Él pidió que tú se los llevaras — Golpeando mí brazo.

— ¿No vas a ayudarme? — Él hace una mueca y se levanta con parsimonia y pocas ganas de hacerlo.

Ya todos mis compañeros se habían encargado de tirar libremente en mi pupitre sus libros, completamente desordenados.

Tenía un tic en el ojo.

Él sólo rió al verme y tomo unos cuantos libros antes de decirme con la cabeza que lo siguiera.

Eran unos cuantos salones más atrás atrás del nuestro así que la caminata fue pacífica mientras hablábamos de tonterías.

Golpeé la puerta del salón de profesores e ingresé, notando que sólo se hallaba nuestro profesor hablando bajo con su teléfono.

Con disimulo y para evitar la charla que él nos daría (Sí, porque adora mantener conversaciones) dejamos los libros en su mesa y comenzamos a retirarnos a pasos lentos, casi de puntitas, cuando a mí queridísimo Taehyung se le ocurre soltar el estornudo más estruendoso de su vida.

Volteo a ver y el profesor nos mostró una sonrisa. Soltó un bajo "debo colgar" y nos pidió que nos sentáramos en las dos sillas frente al escritorio.

Toco mi cabello y fulmino a mi próximo enemigo, ambos giramos sobre nuestros talones y le dimos una sonrisa fingida al señor. Caminamos a paso robótico y nos sentamos incómodos en las sillas, donde aproveché y pateé con fuerza a mi querido amigo.

— ¡Chicos! Que suerte que hayan llegado justo en este momento — Nos dice abriendo grande los brazos y sentándose en su cómoda silla, toma los libros y los deja a un lado para apoyar las manos entrelazadas sobre la mesa y sonreír.

Nos miramos extrañados y le brindamos una sonrisa incómoda.

— ¿Pasa algo señor Evans? — Pregunto con cierta preocupación — ¿Son respecto a las notas de este semestre nosotr...

El alza la mano y pide silencio, a lo que cierro mí boca al instante.

— ¡Mis brillantes alumnos! — Habla — ¿Ya tienen planes para éste verano?

Su pregunta me hizo elevar una ceja, ¿Qué le importaba maldito viejito metiéndose en los asuntos de dos jóvenes?

Sin embargo sonrío y le muestro mi dentadura.

— Nosotras en realidad....

— ¡Nop! — Suelta Tae y al instante mi rostro se transforma, mirándolo despiadadamente — ¿Existe alguna razón en especial por la que pregunta?

Él asiente sonriente.

— Verán, esto es un secreto que no pueden divulgar, solo confío porque son ustedes — Susurra.

¡Genial, el anciano comenzaría a hablar de sus épocas gloriosas!

Rodé mis ojos sin que él lo notara.

— Mi queridísimo y amable hijo mayor tiene una empresa conocida y está en busca de asistentes. Creo que ustedes serían perfectos para él, la gran mayoría suelen escapar al primer en día.

— Yo, debo...

— ¡Aceptamos! — Dice levantándose de la incómoda silla que tensaba mi trasero.

Lo observo a los ojos y él sólo me sonríe, ¡Oh Taehyung ésta vez te mataría y no serían solo palabras!

— Lamento decl....

— ¡Estamos muy felices! — Vuelve a cortarme él. Mi tic en el ojo comenzó.

— Genial, desde mañana pueden comenzar, les enviaré la dirección, vayan y digan que van a nombre de Yoongi — Sonrió y se levantó de la silla no sin antes despedirse de nosotras dos con una sonrisa y un leve asentimiento con la cabeza.

Entonces él se va, y ahí es cuando mí mirada dulce cambia a una terrorífica y donde mi amable sonrisa se convierte en una tétrica.

(...)

¡Nueva historia hiper cliché! Espero les guste