En el corazón de Wonderland, un castillo surrealista se alzaba, fusionando elementos del cuento de Alicia en el País de las Maravillas con toques extravagantes y extraños propios del mundo de las mamonos. Las torres del castillo parecían doblarse en ángulos imposibles, mientras las ventanas cambiaban de forma constantemente. Rosas de colores vibrantes decoraban los jardines, aunque algunas parecían moverse por su cuenta.

En el interior, en un salón decorado con tonos rojos, dorados y cartas de corazones, una niña de apariencia infantil se encontraba en una mesa decorada con un banquete interminable de té y postres. Esta niña, pequeña de estatura pero emanando una presencia poderosa, era la Reina de Corazones. Su cabello dorado caía en rizos, y su vestido carmesí estaba adornado con corazones de oro y bordados que parecían latir levemente.

"¡Más azúcar en mi té!" ordenó la reina con un tono petulante, mientras una de sus soldados, una mamono con apariencia de soldado carta, inclinaba la cabeza y añadía otra cucharada. "Perfecto. Ahora, déjame disfrutar de mi momento."

A pesar de la extravagancia de la escena, la reina parecía aburrida, moviendo la cuchara perezosamente en su taza de té. De vez en cuando miraba a su alrededor, como buscando algo más interesante que sus postres.

Un guardia se acercó, arrodillándose. "Mi reina, hemos detectado la presencia de unos extraños en los alrededores del bosque. Parecen estar acercándose."

La Reina de Corazones apenas alzó una ceja, demasiado ocupada tomando un pequeño pastelito. "¿Y eso qué? Wonderland siempre tiene visitantes inesperados. Déjalos deambular si quieren, mientras no se acerquen al castillo."

El guardia asintió, pero no se movió. "Mi reina... hay algo peculiar en su presencia. Una de nuestras patrullas reportó que algunos de ellos emiten una energía extraña. Es... diferente."

La reina dejó su taza de té con un golpe suave, mirándolo fijamente. "¿Extraña? ¿De qué clase de extraña estamos hablando?"

"Una energía que no pertenece a Wonderland, mi reina. Es... densa. Pesada. Como si proviniera de un lugar fuera de nuestra comprensión."

La Reina de Corazones inclinó la cabeza, un gesto que debería haberse visto infantil, pero que adquirió un matiz inquietante por la intensidad de su mirada. "Hmm... interesante. ¿Y tú dices que están cerca?"

"Sí, mi reina."

Por un momento, la Reina de Corazones pareció estar reflexionando. Luego, sonrió ampliamente. "Bueno, bueno. Que vengan si quieren. Wonderland les dará la bienvenida, pero no piensen que saldrán de aquí sin mi permiso." Se levantó de su silla con un movimiento enérgico. "Aunque... hay algo en ellos que me resulta familiar..."

El guardia titubeó. "¿Desea que preparemos defensas?"

La reina agitó la mano. "No seas ridícula. Si están aquí para jugar, yo decidiré las reglas. Y si son aburridos... bueno, Wonderland siempre puede redecorar."

Mientras la Reina de Corazones volvía a sentarse con una risa ligera, al otro lado del bosque, Gudako y compañía avanzaban cuidadosamente entre los árboles que parecían susurrar al viento. Abyss caminaba en silencio, observando el entorno con una mirada analítica, mientras Mashu mantenía su escudo listo.

"Esto es más... raro de lo que esperaba," murmuró Mashu.

"¿Raro? Esto es prácticamente un circo," respondió Emiya desde su forma espiritual. "Y el centro de todo está en ese castillo."

Gudako ajustó el casco de su traje. "Bueno, si lo raro es lo que gobierna aquí, estamos en el lugar indicado. Pero no podemos subestimar a esa reina. Si es como lo describió Saphirette, esto podría volverse peligroso muy rápido."

El grupo continuó avanzando, mientras en el castillo, la Reina de Corazones sonreía al sentir la creciente presencia de los intrusos. Algo en ellos despertaba su curiosidad, pero también un leve toque de malicia.

"Dejemos que vengan," dijo en voz baja, alzando su taza de té. "Wonderland está siempre lista para nuevos jugadores."

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Omake: Estrategias y Debates

El grupo se detuvo en un claro del bosque, aprovechando un momento de calma antes de continuar su travesía hacia el castillo de la Reina de Corazones. Mashu desplegó su escudo para crear una barrera que asegurara privacidad, mientras Gudako se sentaba sobre un tronco caído, mirando pensativa un mapa improvisado de Wonderland que Saphirette había dibujado.

"De acuerdo, gente, necesito ideas," comenzó Gudako, cruzando los brazos. "Wonderland es todo un caos, y no sabemos qué tan loca puede ser esa reina. Así que, ¿cómo usamos esto a nuestro favor?"

Mashu levantó la mano como si estuviera en clase. "Podríamos aprovechar la naturaleza impredecible de este lugar para distraer a los guardias. La Reina parece ser impulsiva según lo que nos contó Saphirette. Tal vez podamos provocarla lo suficiente para que cometa un error."

Apep (Alter), recostada contra un árbol, sonrió con aire despreocupado. "¿Provocarla? No me molestaría usar un poco de caos para nivelar el terreno. Aunque... ¿estás segura de que ese plan no se volverá contra nosotras? Este lugar está lleno de trucos."

Emiya, materializado parcialmente como un holograma espiritual, agregó: "Caos controlado suena bien, pero debemos ser estratégicos. Sugiero identificar puntos clave del castillo mientras exploramos. Nunca está de más tener una ruta de escape o una ventaja táctica."

Gudako asintió, considerando las palabras de todos. "Y eso nos lleva a otra cuestión: ¿Deberíamos traer refuerzos? Podría convocar a algunos de los Servants más poderosos que tenemos. Si esto se descontrola, necesitaríamos fuerza bruta para equilibrar la balanza."

Abyss, sentada con las piernas cruzadas en un rincón, habló por primera vez desde que se detuvieron. "Traer a los poderosos puede ser útil... pero también puede llamar más la atención. Este lugar ya está saturado de energía mamónica, y más Servants podrían alterar el equilibrio, haciendo que cosas... inesperadas sucedan."

Malef (Alter) rió entre dientes. "Siempre puedes contar conmigo si quieres destrozar cosas. Pero... ¿de verdad quieres usar a tus pesos pesados en un lugar donde las reglas son tan inestables? Podrían volverse en nuestra contra."

Mashu miró a Gudako con preocupación. "Maestro, creo que lo mejor sería tener un plan de respaldo por si algo sale mal. Podríamos traer un Servant como Cu Chulainn por su capacidad de supervivencia o a alguien con habilidades flexibles."

Gudako suspiró y se estiró, mirando al cielo nublado de Wonderland. "Supongo que tienen razón. Necesitamos un equilibrio entre fuerza y control. Vamos a observar un poco más antes de decidir si llamamos refuerzos. Además, no quiero desperdiciar Saint Quartz a lo tonto..."

"¿En serio?" intervino Emiya con una ceja levantada. "Eso no fue lo que dijiste en el último gacha."

El grupo rió suavemente mientras Gudako le lanzaba una mirada fulminante. A pesar de la tensión del momento, estos pequeños intercambios les recordaban que seguían siendo un equipo.

"Muy bien, entonces, avancemos con cuidado. Pero si esa Reina de Corazones decide volverse completamente loca, no me culpen si saco a los Servants más OP que tengo," dijo Gudako con una sonrisa traviesa mientras se levantaba.

"Claro, maestro," respondió Mashu con una ligera reverencia. "Pero si vamos a hacerlo, por favor no apuestes todo como lo hiciste con Abyss."

Gudako chasqueó los dedos como si ignorara el comentario. "¡Vamos! Wonderland no se explorará sola."

El grupo reanudó su marcha, pero las preguntas seguían rondando en sus mentes. ¿Sería suficiente lo que tenían? ¿O necesitarían desatar todo el poder de Chaldea para enfrentarse a los desafíos que les esperaban?

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fin de capitulo.