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Capítulo 12.5: Intercambio Equivalente


Riyo Gudako estaba descansando en su base improvisada, disfrutando de un raro momento de tranquilidad mientras sus Servants se preparaban para su próxima misión. La destrucción y el caos que habían sembrado en Lescatie la habían dejado de buen humor, pero su mente siempre estaba en un único objetivo: obtener más Saint Quartz.

Sentada en un viejo sillón con las piernas cruzadas, sacó su teléfono para revisar el estado de sus recursos. Mientras deslizaba su dedo por la pantalla, notó algo extraño. Había una nueva opción en el menú, algo que no recordaba haber visto antes. Frunció el ceño, dudando si abrirla o no. Era una aplicación que simplemente decía "Intercambio".

¿Qué es esto? —murmuró para sí misma, inclinándose hacia adelante para observar mejor. Tocó la pantalla, y el contenido de la aplicación se desplegó ante sus ojos.

Un mensaje apareció:

"¡Bienvenido al Intercambio Equivalente! Puedes intercambiar cualquier cosa de este mundo para obtener diferentes ítems y QP. Nota: existe una pequeña probabilidad de obtener fragmentos de Saint Quartz. ademas solo estara disponible durante el tiempo que estes en este mundo"

Gudako parpadeó un par de veces, procesando la información. Luego, una sonrisa lenta y astuta se extendió por su rostro.

Interesante... —susurró, mientras sus ojos brillaban con emoción. Era la oportunidad perfecta para deshacerse de todas esas cosas inútiles que había recolectado y que no le servían para nada, ¡y a cambio podía obtener Saint Quartz!

Sin pensarlo dos veces, seleccionó una opción en la pantalla que decía "Intercambiar 50 monedas de oro". Confirmó la acción y, casi de inmediato, la pantalla mostró una animación de intercambio. Gudako miraba expectante, como un niño frente a una tienda de dulces.

Después de unos segundos, la animación terminó y varios ítems comenzaron a aparecer en la pantalla: cristales de refuerzo, materiales raros, y una cantidad considerable de QP. Sin embargo, lo que realmente captó su atención fue lo último que apareció: un fragmento brillante de Saint Quartz.

¡Sí! —exclamó, levantando el teléfono en el aire. La emoción en su voz llamó la atención de algunos de sus Servants, que la miraron con curiosidad.

Master, ¿todo bien? —preguntó Mash, acercándose con cautela. Había visto a Gudako emocionarse antes, pero esta vez parecía especialmente contenta.

Gudako bajó el teléfono y mostró la pantalla a Mash, con una sonrisa que parecía iluminar todo su rostro.

¡Mira esto, Mash! Esta aplicación nos permite intercambiar cosas inútiles de este mundo por ítems útiles, QP, y... ¡una pequeña posibilidad de obtener Saint Quartz! —Explicó con un entusiasmo inusitado—. ¡Es perfecto! Ya no necesito arriesgarme con esos horribles gachas!

Mash miró la pantalla, aún un poco confundida, pero el entusiasmo de su Master era tan contagioso que no pudo evitar sonreír levemente.

Eso es genial, Senpai. Pero... ¿cómo apareció esa aplicación en tu teléfono? —preguntó con una mezcla de curiosidad y preocupación.

¿Quién sabe? —respondió Gudako con un encogimiento de hombros—. ¿Importa? ¡Lo importante es que ahora tenemos una manera más de obtener Saint Quartz! —Sus ojos brillaban con una mezcla de avaricia y determinación—. Esto cambia las reglas del juego.

Se giró hacia los demás Servants que habían estado escuchando la conversación.

¡Escuchen todos! —dijo en voz alta, captando la atención de todos en la base—. A partir de ahora, vamos a recolectar todo lo que podamos de este mundo: tesoros, armas, armaduras, todo. Incluso las cosas que parecen inútiles. Las intercambiaremos por Saint Quartz, QP, ¡y cualquier cosa que nos sea útil para seguir adelante!

Spartacus levantó su puño en señal de apoyo, mientras que Emiya asintió con una sonrisa irónica, comprendiendo las implicaciones de lo que Gudako acababa de descubrir.

Así que, lo que antes considerábamos basura ahora tiene valor... interesante. —dijo Emiya, cruzando los brazos.

Koyanskaya, quien había estado escuchando desde un rincón, dejó escapar una risita.

Así que ahora incluso la basura puede ser oro, ¿eh? Qué conveniente. —comentó con una sonrisa maliciosa—. Esto va a ser divertido.

Gudako asintió, su mente ya trabajando a toda velocidad para encontrar la mejor manera de explotar esta nueva herramienta. Levantó el teléfono nuevamente y miró el fragmento de Saint Quartz en la pantalla.

Si esto funciona... obtendremos todo el Saint Quartz que necesitamos para invocar a los Servants más poderosos. Y cuando tengamos todo ese poder a nuestra disposición... —Su sonrisa se volvió peligrosa—. ...nada ni nadie se interpondrá en nuestro camino.

Con ese pensamiento en mente, Gudako guardó el teléfono y miró a su equipo con determinación.

¡Vamos, chicos! ¡Tenemos que recolectar todo lo que podamos! Vamos a barrer este mundo de arriba a abajo si es necesario. Nada ni nadie será desperdiciado.

Sus Servants asintieron con firmeza, listos para seguir las órdenes de su impredecible Master. Con una nueva motivación en mente, Riyo Gudako y su equipo se prepararon para intensificar aún más su caza de recursos. Ahora, con el Intercambio Equivalente en su poder, el caos que desatarían sería aún más grande.

Y mientras se alejaban, Gudako pensó en todas las posibilidades que esto abría. Susurrando para sí misma, dijo:

Un mundo de posibilidades y Saint Quartz a la vista... Lescatie y cualquier ciudad o pueblo de este mundo, no sabes lo que se te viene encima.

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Omake: Los Observadores del Caos

En algún lugar del vasto y misterioso tejido del multiverso, existía un plano desconocido e inalcanzable para cualquier ser mortal. En este lugar, dos entidades poderosas observaban con interés lo que sucedía en el mundo de Lescatie, donde Riyo Gudako y sus Servants desataban el caos.

Una de las entidades era una esfera brillante de color azul, pulsante y serena, emanando un aura de poder indescriptible. Era Alaya, la representación de la consciencia colectiva de la humanidad. A su lado se encontraba un hombre anciano, de apariencia elegante y porte imponente, vestido con un traje de corte antiguo. Sostenía un bastón adornado con grabados místicos y sus ojos brillaban con una mezcla de sabiduría y picardía. Este era el legendario mago y bromista dimensional, Kischur Zelretch Schweinorg.

Alaya observaba con un silencio contemplativo las acciones de Gudako en una especie de proyección holográfica que flotaba entre ambos. La imagen mostraba a Gudako usando la aplicación del Intercambio Equivalente y sus acciones caóticas en Lescatie. Entonces, la voz de Alaya, carente de emoción y resonante como un eco distante, se manifestó.

¿Fue buena idea enviar a esa cosa y darle eso? —preguntó Alaya, refiriéndose claramente a Gudako y la aplicación que le había otorgado.

Zelretch, con una sonrisa traviesa, giró el bastón entre sus manos y observó la proyección como si estuviera disfrutando de una entretenida obra de teatro. Sus ojos brillaron con malicia contenida mientras respondía.

¡Por supuesto que sí! —dijo con un tono despreocupado—. Después de todo, Alaya, no puedes negar que esto hace las cosas mucho más interesantes. Además, esa "cosa" es precisamente el caos encarnado que necesitábamos en ese mundo en particular. ¿Acaso no estás disfrutando del espectáculo?

La esfera azul parpadeó ligeramente, como si estuviera procesando la respuesta. Para una entidad como Alaya, las emociones eran ajenas, pero incluso ella podía reconocer la imprevisibilidad y la peligrosidad de Gudako. Sin embargo, también sabía que las acciones de la Master no estaban completamente fuera de su control. Después de todo, aún respondía a la voluntad de la humanidad, por retorcida que esta fuera.

¿Entretenidas? —repitió Alaya en su tono monótono—. ¿Deseas ver a ese mundo destruido lentamente?

Zelretch soltó una pequeña carcajada.

Ah, Alaya, siempre tan directa. Tú y Gaia queréis eliminar ese mundo, ¿verdad? Está claro que es una anomalía peligrosa para este universo. Pero en vez de hacer todo tan rápido y aburrido... —hizo un gesto amplio con su bastón, como si estuviera mostrando un paisaje imaginario—. ¿Por qué no disfrutar de un buen espectáculo mientras se derrumba por su propio peso? Es mucho más divertido.

Alaya se quedó en silencio, sin negar ni confirmar nada. La proyección mostró a Gudako saqueando más cadáveres de mamonos y bandidos, utilizando el Intercambio Equivalente con una avidez que parecía no tener fin. La esfera azul parpadeó levemente, como si estuviera pensando en lo que acababa de presenciar.

Ella... —empezó Alaya, su voz resonando suavemente—, ella es impredecible, incluso para ti, Kischur Zelretch Schweinorg. Sus acciones podrían desestabilizar más de un mundo.

Zelretch asintió, reconociendo el punto, pero su sonrisa no desapareció.

Y esa es precisamente la belleza de todo esto. No se trata solo de destruir por destruir. Se trata de ver hasta dónde puede llevarnos este caos. Tal vez Gudako logre algo que ni siquiera tú y Gaia esperaban. —Luego, su tono se volvió un poco más serio, pero sin perder su tono juguetón—. De cualquier manera, ella sigue siendo una herramienta útil... por ahora. Y si las cosas se salen demasiado de control, siempre podemos intervenir, ¿no es así?

La esfera de Alaya pulsó ligeramente, indicando una especie de asentimiento.

Intervenir... —repitió, pero su tono dejó claro que no era algo que considerara necesario por el momento.

Zelretch se inclinó hacia la proyección, observando con interés renovado cómo Gudako y su grupo se preparaban para su próxima acción. Luego se enderezó, mirando a Alaya directamente.

Vamos, admítelo. Parte de ti disfruta viendo este desastre tanto como yo. Esa chica y sus Servants están transformando ese mundo en un escenario de pura locura. Si Lescatie estaba condenada desde el principio, ¿por qué no disfrutar del proceso?

La esfera azul no respondió, pero su luz pareció titilar ligeramente, como si reconociera una verdad en las palabras del mago. Zelretch se rió suavemente, dándose la vuelta.

Bien, bien. Seguiremos observando. Después de todo, esto apenas comienza. Y quién sabe... tal vez Gudako encuentre una forma aún más interesante de destruir ese lugar. —Levantó su bastón, haciendo un movimiento que hizo desaparecer la proyección—. Vamos, Alaya. Aún queda mucho caos por ver.

Y con esas palabras, las dos entidades se retiraron a sus respectivas esferas de existencia, dejando atrás solo un eco de su conversación en el vasto vacío. Mientras tanto, en el mundo de Lescatie, Riyo Gudako continuaba su misión de caos y destrucción, completamente inconsciente de los poderosos observadores que la seguían de cerca.

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fin del capitulo y omake.

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