Tren - Shinsou Hitoshi
Pedido por: AnaLey2 (Lamento muchísimo los eones que tardé, pero espero sea de tu agrado ^^)
:-:
Shinsou estaba consciente de que debía involucrarse más con su alrededor si quería ser un héroe. Sin embargo, no podía actuar si no tenía la certeza de que podría preservar su seguridad y la de la otra persona; esa había sido la frase con la que Aizawa lo instruyó el primer día que tuvieron sus lecciones personalizadas.
Un héroe muerto, no podría salvar a nadie.
Sin embargo, no pudo evitar reparar en aquel acto villanesco llevándose a cabo a tan solo unos metros de él, magnificados por la cantidad de gente abarrotada en la hora pico en el vagón del metro. A pesar de eso, Shinsou sintió las piernas de plomo, embargado por esos frustrantes instantes en los que el cerebro se ocupa más en pensar en las consecuencias de sus actos en vez de lanzarse a la acción, esos martirizantes segundos que parecen una eternidad. Aun con la aprensión anegando su corazón y atenazándole los dedos, se abrió paso con el maletín de la academia pegado al pecho. Cuando puso una mano sobre el hombro del sujeto, la chica a la que estaba acosando se giró bruscamente con los ojos ardiéndole como un reflejo del mismísimo infierno.
—¡¿Que mierda te pasa?! —chilló, enfurecida, y, sin más ambages, alzó la rodilla y le asestó un golpe en la entrepierna mientras las personas a su alrededor empezaban a murmurar cosas y curiosear.
Shinsou parpadeó para cerciorarse de que sus ojos no lo engañaban, la rodilla de la muchacha estaba recubierta de metal. Además, se había escuchado un terrible sonido proveniente de los testículos del sujeto. Por un instante, le pareció que la joven fijó su mirada en el punto donde él había sujetado al hombre. Luego, pasó a ver su rostro, notando por fin el ligero temblor en sus labios y sus ojos llorosos totalmente opacados por su fiera respuesta.
Sin esperar más, Shinsou ajustó su agarre sobre el pervertido para que no cayera.
—Nos vamos a la policía —dijo con voz cansada.
—Es exactamente lo que tenía planeado —espetó la chica, suspirando para calmar su expresión de miedo y vergüenza—... Uhm... Gracias por ayudarme.
—Pues parecía que tenías todo controlado —admitió él, desviando la mirada al hombre luego de sentirlo moverse—. Muy bien, ¿se sintió bien molestarla?
—Yo... ¡Yo no...! —El hombre perdió el brillo de voluntad sobre sus ojos, quedando como una simple marioneta.
—Ahora, vas a acompañarnos a la estación más cercana —ordenó con una sonrisa maliciosa.
—¿Ese es tu kosei? —preguntó ella, alzando las cejas—. Disculpa que no me haya presentado, soy (T/N).
—Puedes decirme Hitoshi —se decantó por dar solo su nombre, y luego sopesó responder su otra pregunta—. Sí, es efecto de mi kosei...
Ella asintió, conformándose con su escueta respuesta. Bajó la mirada, notando el temblor en sus manos, prefiriendo ocuparlas en acomodarse el dobladillo de la falda para disimularlo. Shinsou no tardó en reparar en su uniforme; al igual que él, estaba en U.A., aunque no sabría decir en qué departamento.
Una vez fuera del vagón, caminaron rumbo a los guardias de la estación para llenar la denuncia que correspondía. Shinsou notó cómo la chica lo analizaba de vez en cuando. Quiso creer que ella estaba tranquila por tenerlo cerca, a pesar de que se sumieron en un silencio incómodo en todo el trayecto a la academia.
Finalmente, cuando Hitoshi creyó poder escaquearse de la presión terrible que le generaba ser un inadaptado social sin remedio, ella habló con voz clara, a pesar de que tembló al principio de la oración:
—Dijiste que eres Hitoshi, ¿cierto? ¿Shinsou Hitoshi?
—No mencioné mi apellido... —Curvó una ceja—. Pero sí, soy yo. ¿Por qué? —preguntó a la defensiva.
—Con razón te me hacías conocido —soltó con sorpresa—. Te enfrentaste a Midoriya Izuku en el Festival Deportivo, ¿verdad?
—Sí... —Arrugó la nariz, confundido por la sesión de preguntas sin terminar de responder la que él le había formulado—. Pero a ti qué te importa.
—Soy del Departamento de Gerencia —respondió, alzando las cejas por el tono hostil—. Solo sentía curiosidad, considerando que la persona que se encargó de tu perfil de posible héroe falló la asignación.
Shinsou no estaba del todo seguro, pero creía que había dicho eso con saña, para hacerlo molestar. De no ser porque se había vuelto más agudo con el transcurso de los días, hubiera caído en sus provocaciones. Aun así, soltó un leve bufido, y ella esgrimió una sonrisa.
—En fin, muchas gracias por ayudarme hoy. —Realizó una pulcra reverencia—. Espero saber más de ti en el futuro.
Shinsou la vio partir. Suspiró para tranquilizar el aluvión de sentimientos debatiéndose en su interior, no podía permitir que un encuentro fortuito arruinara el aplomo que había desarrollado en el transcurso de los años. Además, ¿qué probabilidades había de volverla a ver pronto?
Pero Hitoshi aún no había entendido que no debía tentar los azares de los dioses, así que se quedó bajo el vano de la puerta cuando, tan solo un par de días después vio a la chica en el gimnasio donde Aizawa y él solían entrenar.
Aizawa reparó en su presencia y, luego de otro intercambio de palabras con la joven, se dirigió a él con esa actitud cansada que siempre tenía.
—Me facilita las cosas que ustedes dos ya se conozcan.
—¿También va a ir al curso de héroes? —repuso Shinsou, preguntándose como era eso posible si la chica no había hecho nada para llamar la atención de la directiva.
—No —se adelantó ella con una sonrisa autosuficiente—. Vengo a ayudarte a que tú entres al curso de héroes.
—No necesito...
—Una de las condiciones que debes cumplir para poder ir al curso de héroes es tener un buen plan de sponsoring —explicó Shota, notando el ambiente tenso entre ambos estudiantes—. Por eso pedí a alguien del curso de gerencia para que diseñe el mejor plan.
—Entiendo —bufó Hitoshi suavemente para no mostrarse tan hastiado como se sentía.
—Así que hoy vas a dedicarte a conversarle lo que aspiras como héroe —ordenó Aizawa, cruzando los brazos mientras le echaba una ojeada tentadora a su saco de dormir.
Shinsou la miró, como si quisiera analizar esa expresión sardónica bailando en sus ojos, destellando de una forma que hallaba interesante y, a la vez, irritante. Ella se sentó en una de las sillas que Aizawa había dispuesto para la reunión. Dejó los papeles sobre la mesa y lo invitó a sentar frente a ella con un movimiento de la mano. A pesar de sus primera impresiones, a Shinsou le sorprendió hallarse fascinado por su profesionalismo tan temprano en el instituto.
Le daría una oportunidad porque, lo admitía, estaba desesperado por entrar al curso de héroes. Observó cómo sacó varios modelos de traje que él, en algún punto, había entregado a los del curso de apoyo para que lo ayudaran.
—Optar por un traje de héroe como el de Eraserhead restaría puntos a tu identidad —empezó ella—. Es normal que las personas intenten simular a quienes admiran, pero, al final, cada uno es una persona diferente y debe atenerse a esos distintivos para mantenerse fiel a sí mismo. Si quieres destacar, debes buscar qué es lo que quieres transmitir con tu imagen de héroe.
—... —Hitoshi arrugó el entrecejo, sintiéndose acribillado por sus primeros estamentos y por el sonido extraño que Aizawa había proferido a sus espaldas—. Quiero ser útil para la sociedad.
—¿Y no es eso lo que todos queremos, no importa cuán tergiversadas puedan estar nuestras acciones? Tienes que ser más específico. Por ejemplo, podríamos partir desde tu kosei, que no es físico, para agregar mejoras a tu traje.
—Mi kosei, en una batalla, podría ser inútil si lo conocen.
—O también si estás en un sitio abarrotado. Tu kosei solo te permitirá participar en emboscadas y, seamos sinceros, los héroes que destacan son los que se lanzan al peligro —"como unos idiotas," agregó Aizawa en un murmuro— como All Might y Endeavor, y, en este punto, podríamos hablar de tus compañeros, Deku, Red Riot, Pinky... Y la lista iría para largo.
Shinsou había tomado eso en consideración, pero una vez expuesto por otra persona señalando las ventajas y desventajas, esquematizando todo tan prolijamente, se tornaba más real. Entraría al curso de héroes. Si se dejaba ayudar, lo conseguiría, y ese simple pensamiento encendió su entusiasmo.
Al diablo sus primeras impresiones, esa chica sabía lo que estaba haciendo, y él la aprovecharía para cumplir sus metas. Más tarde se enteró de que ella era una de las mejores estudiantes del curso de gerencia, y sus vastos conocimientos en el área hablaban por ella.
Si bien se había hecho esa firme resolución, Shinsou no se percató del tiempo que empezaban a pasar juntos. Los quince minutos entre clases donde se visitaban en sus respectivas aulas, y ahora eran pocos los días en los que no almorzaban juntos. Ella le había presentado a sus amigos, y él a sus compañeros de clases y hasta a Midoriya. Sus días transcurrían en meliflua cadencia, dejando descubrir rastros de ellos mismos al otro con la certeza de que sabrían apreciarlo.
Sin embargo, ¿en qué punto sus sentimientos habían cambiado de ese modo? El anhelo de su compañía hacía mella en su pecho y el eco de su risa lo acompañaba en sus sueños y lo despertaba de buen humor. Era difícil explicar lo que pasaba dentro de él y, pese a ello, no encontraba esas nuevas sensaciones alejadas de su esencia.
Todo cobró sentido cuando, en vez de querer decírselo a sus padres o a alguien más, la primera persona que pasó por su mente y con quien quería celebrar la noticia sobre su promoción al curso de héroes fue ella. Sus interminables tardes esquematizando su imagen como héroe que, con cada una de sus palabras, parecía más una verdad indefectible que un sueño infantil, también le pertenecían. Así que era justo que ella lo supiera de primera al haberse esforzado tanto.
Aunque en sus planes nunca había estado atajarla por la cintura y alzarla por los aires.
«¿Eh?», ambos parecieron pensar al mismo tiempo, pero ella se recuperó de inmediato, soltando una suave carcajada.
—¿Estás del otro lado?
Shinsou la bajó con cuidado, notando las miradas curiosas de otros estudiantes. Tal vez no debió apresurarse de ese modo tan tempestuoso. La vio alisando su uniforme, quizás tan confundida como él.
—Felicidades —expresó con alborozo—. ¿Ves que sí pudiste?
—En parte, fue gracias a ti —admitió—. Te esforzaste mucho y creo que debería agradecértelo.
—No tienes por qué. Somos amigos —negó, llevándose un dedo al mentón—. Aunque, quizás, puedas invitarme a salir.
—¿Salir?
—Así tendremos excusas para vernos más seguido.
—No necesitamos eso para vernos —comentó Shinsou, a pesar de que sí había buscado algo para darse motivos para reunirse aparte de sus deberes—, tú misma lo dijiste: somos amigos. Aunque... —suspiró, desviando la mirada, avergonzado—. No me molestaría intentar cambiar ese título a...
—¿A mejores amigos? —Alzó una ceja con una sonrisa juguetona delineándose en sus labios, pero notó la estupefacción en la expresión contraria y se apresuró a decir—. ¡Entiendo tu punto! Creo que podríamos hacerlo. Solo, bueno, ya sabes, podríamos esperar un poco más hasta que estemos seguros de que eso es lo que queremos... Quiero decir... No es que no me gustes, es solo que debemos pensar apropiadamente sobre lo que queremos hacer y...
Shinsou dejó escapar una suave risa nasal. En un movimiento fluido y certero, capturó sus mejillas y cerró la distancia entre ambos. El tacto de sus labios la obnubiló tanto como su fragor a jabón y el cosquilleo de su cabello contra su frente. A pesar del desconcierto inicial por la miríada de emociones lloviendo sobre su piel y por la calidez expandiéndose cada vez más en su interior, se aferró a sus hombros y buscó un mejor ángulo hasta que finalmente se separaron.
Se miraron unos segundos, intentando leer lo que susurraban los luceros ajenos, pero simplemente se dejaron controlar por un acceso de risillas nerviosas. Shinsou se alejó un paso, ladeando el rostro, azorado, mientras ella le sonreía brillantemente.
—Yo creo que vale la pena intentarlo ahora antes de que sea demasiado tarde —comentó Hitoshi casualmente.
—Vaya, estás hablando como todo un héroe —bromeó, intentando amainar el rubor de sus mejillas—. Pero está bien. Quisiera conocerte mejor y estar a tu lado.
—Lo mismo digo —agregó, sonriéndole cálidamente—. Quiero permanecer junto a ti por un largo tramo más.
No necesitaron más palabras. Sus miradas y sus sonrisas bastaron para consolidar sus convicciones. Ahora, solo restaba mirar hacia el futuro con la certeza de tener el valioso apoyo ajeno.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Siento que la sucesión de escenas pasaron muy rápido, pero me gustó la narrativa que usé esta vez. Creo que tenía tiempo sin escribir de Shinsou xD En fin, espero lo hayan disfrutado~
Horikoshi debería describir un poco más sobre el curso de gerencia, porque me da curiosidad saber con exactitud lo que hacen. Pero, cambiando de tema, el manga me tiene al borde del asiento, ¿ustedes qué creen que pase?
No sé qué traeré para la siguiente ocasión, tal vez a Bakugou. Quería hacer un especial por llegar a más de medio millón de visitas, pero no tengo el tiempo suficiente para hacerlo; malditas clases virtuales :'(
En fin, con eso me despido. Cuídense mucho y pórtense bien.
¡Tengan una espléndida semana!
¡Plus Ultra! >.<
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