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Películas - Especial de Navidad (T)

Kaminari, mientras todos esperaban que sus padres los pasaran buscando, creó un fuerte con la nieve que había caído en la noche, decolorando toda Musutafu. Se suponía que iba a atacar a todos los que pasaran por el frente, pero era esquivado o contenido. Después de varios intentos infructuosos, desde la defensa férrea de Shoji hasta la falta de visibilidad de Hagakure, encontró a sus blancos perfectos, demasiado concentrados en la única chica del grupo.

—Le haces algo, Mitad y Mitad, y me encargaré de que no vuelvas a ver la luz del día —amenazó Bakugou.

—Estarán bien —agregó Midoriya, no muy seguro de sus propias palabras.

—En vez de preocuparse por eso, deberían disfrutar las festividades con sus familias —deseó (T/N).

—Que la pasen bien —apoyó Todoroki con una leve sonrisa.

—No tan rápido, que aún no viene mi viejo para...

La oración quedó a medias cuando una bola de nieve impactó contra su cachete, seguido de un canto de victoria por parte de Denki que, después de ver a quién había atinado, se puso pálido.

—¡Date por muerto, pikachu de segunda! —rugió Katsuki, usando su kosei para disminuir la distancia entre ambos.

—Pobre Kaminari —susurró (T/N), sin querer ver la masacre—. Me sorprende que tú y Katsuki vayan juntos a sus casas —comentó.

—Vivimos cerca —explicó Izuku y sonrió—. El señor Masaru dijo que podía pasar buscándonos a ambos. ¡Ah! Ya llegó, iré a traer a Kacchan.

—Ten una feliz navidad —deseó, despidiéndose.

Midoriya realizó una leve inclinación, adornando su rostro con una sincera sonrisa. A los pocos segundos, estaba empujando a Bakugou hacia el auto mientras este era apenas capaz de dirigir una felicitación atropellada a (T/N).

—No se despidió de mí —musitó Todoroki al darse cuenta—. Supongo que en realidad me odia, aunque no es como si a mí me agradara del todo...

La muchacha alzó las cejas y rio, asegurándole que no debía preocuparse demasiado.

—Ehehehehe~ —Se escuchó a los lejos, y esta vez (T/N) estalló en carcajadas.

—No te burles —dijo Jirou, a pesar de ser incapaz de ocultar la sonrisa socarrona a medida que guiaba a Denki hacia la salida.

—Nos vemos, Jirou. —(T/N) se despidió, imaginando que Kaminari, en un intento desesperado por defenderse, había hecho cortocircuito.

Todoroki y (T/N) se quedaron esperando a que todos salieran. La última en ser buscada fue Hagakure, a lo que Todoroki se tensó un poco mientras la duda inundaba sus pupilas.

—Lamento mucho no quedarme con ustedes o invitarlos a mi casa, pero nos iremos de viaje. —Hagakure tomó las manos de (T/N)—. Aun así, les deseo una feliz navidad. —Le dio un breve abrazo a ambos.

Todoroki no entendió muy bien lo siguiente que dijo, ni lo que (T/N) había respondido, simplemente se quedó como petrificado mientras una revelación divina se apoderaba de su piel.

—¿Ocurre algo, Shouto?

—Así se siente cuando alguien invisible te toca...

—¿Qué dices? —Rio de buena gana y señaló el auto de Hagakure—. ¡Oh, mira!

—... —Shouto soltó una interjección de sorpresa y parpadeó un par de veces—. ¡Su padre es invisible!

(T/N), enternecida, estalló en carcajadas a la par que Todoroki procesaba toda la información nueva. Sin embargo, el ambiente ligero y llevadero de ambos se vio interrumpido por una risa forzada y, quizás, sobreactuada.

—¿El hijo del, ahora, héroe número uno se queda a pasar Navidad en la academia? ¡Patético!

Ambos giraron al ver al rubio, ataviado en un suéter gigantesco mientras la nariz le escurría y las mejillas se le sonrosaban con cada exhalación.

—Si es el infame miembro de la clase 1-B —dijo (T/N) con toda la intención de recalcar la 'B'.

—Feliz navidad —agregó Todoroki, inclinando la cabeza y yéndose a los dormitorios, sin mostrar el mínimo interés.

Monoma separó los labios al no hallar ningún resultado en su intento de provocación.

—¿Te quedaste solo? —preguntó (T/N).

—Mis padres, unos héroes importantísimos, tuvieron que ir a Alemania a hacer un trabajo...

—Oh, ya veo, tan importantes que nunca he escuchado sus nombres por la radio. —Sonrió de forma cínica y él entornó los ojos mientras se sorbía los mocos—. Oye, vamos adentro. Prepararé té.

—Vale —aceptó, siguiéndola—. ¿Tú te quedas sola con Todoroki?

(T/N) asintió, sin poder evitar que una sonrisa se posara en sus labios ante la simple idea de hacerle compañía a Todoroki. No entendía muy bien por qué Shouto había decidido quedarse en la academia, suponía que tenía que ver con su ambiente familiar —tema del cual no solían hablar porque era delicado—. Sin embargo, le alegraba estar a su lado ese día, a pesar de que no parecía importarle mucho las festividades.

—Así que este es el dormitorio de la clase 1-A, es más ordenado de lo que se esperaría —dijo Monoma en un intento infructuoso de molestarlos.

—Nos turnamos para hacer la limpieza y preparar la comida —replicó Todoroki sin sorprenderse demasiado por la intrusión—. ¿Acaso no lo hacen así en tu dormitorio?

—Claro que sí —espetó de inmediato y tomó asiento—. Con lo salvaje que son ustedes, es de sorprenderse que puedan mantener la tranquilidad todos reunidos aquí.

—Oh, vaya... —(T/N) esgrimió una sonrisa irritada—. Será mejor que te calles antes que esta salvaje te eche el té encima.

Neito alzó las cejas y asintió vigorosamente, entendía la indirecta y no quería pasar solo todo el día en su dormitorio.

Shouto, no muy seguro de qué hacer, e incómodo por el extraño silencio que generaba la falta de comentarios de Monoma, prendió el televisor y se sentó de forma rígida. Casi da un brinco y manda a volar el control cuando la mano de (T/N) se posó en su hombro con fuerza.

—¿Qué vamos a hacer hoy en la noche?

Monoma se sonrojó ante las palabras de la joven, a la par que una serie de escenas dignas de película para mayores de edad se asomaba en su cabeza.

—Supongo que comeremos lo que sobró de ayer.

—Sí, luego Katsuki se molesta porque dejamos perder la comida —apoyó pensativa, al mismo tiempo que rememoraba el fatídico día que Bakugou encontró una bolsa entera de tomates podridos—. ¿Y luego?

—... —Todoroki parpadeó sin saber qué decir, simplemente se encogió de hombros—. Lo que tú quieras.

Ella asintió y lo pensó unos segundos. Monoma casi pudo ver una bombilla encendiéndose en su cerebro y, sin mediar palabras, tomó su abrigo y salió.

—¿A dónde fue? —susurró Neito, preguntándose si, por el extraño lazo que compartían ambos estudiantes de la clase 1-A, serían capaces de comunicarse telepáticamente.

—Probablemente a buscar lo que haremos esta noche... —habló, regresando la mirada al televisor mientras soltaba el aire que, sin saber por qué, había estado reteniendo.

La tarde pasó, cargada de actividades ociosas como comer palomitas de maíz y mirar los malos programas que pasaban en vísperas de navidad, al punto que se conformaron con ver los capítulos repetitivos de una serie infantil sobre unos animales extraños.

—Tengo entumecido el trasero —se quejó Neito, estirándose cuando el ending asomó en la pantalla—. ¿No creen que es hora de comer?

—Sí, con estos salvajes —replicó (T/N), aún ofendida por su comentario.

—Me pregunto cómo serán sus modales en la mesa —repuso con sorna.

—Mejores que los tuyos —atacó Todoroki mientras seguía las instrucciones para calentar la comida.

—¡Todoroki is on fire! —dijo (T/N) con una sonrisa mientras Shouto le devolvía el gesto en menor medida.

Monoma prefirió no decir nada y solo observar cómo ambos parecían complementar los movimientos del otro, poseían un equilibrio envidiable, el solo verlos se sentía bien. Quizás estaba haciendo mal tercio, pero, vamos, ¿qué era un buen día sin sacar a alguien de quicio?

Comieron entre anécdotas sobre algún incidente con un villano o simples eventos cotidianos. Todoroki pensaba que, a pesar de sus comentarios fuera de lugar y su actitud desesperante, Monoma no era tan malo como creía, y (T/N) se las arreglaba bastante bien con él.

Al final de la velada, dejaron los platos en el lavabo para luego arrastrar los pies hacia el sofá, cansados de hacer nada. (T/N) esgrimió una media sonrisa pícara mientras sacaba tres películas de una bolsa negra.

—'El Aro', 'El Rito' y 'Shutter' —leyó Todoroki los títulos.

—¿Qué demonios...? —exclamó Monoma y negó con vehemencia—. ¿Quieres ver esas películas?

—Le pedí al dependiente de la tienda las tres películas que considerara más terroríficas. Yo solo he escuchado algunos comentarios.

—Pues yo me voy, allá ustedes si quieren quedar traumados.

—Está bien —aceptó Todoroki, sin molestarle la idea de quedarse a solas con su amiga.

—Si tienes pesadillas o no pueden dormir, recuerden que se los advertí. Esas películas son para villanos.

Con esas palabras, se marchó, raudo. Ambos jóvenes se observaron y rieron por la última frase.

—Pensé que jamás se iría —comentó (T/N) y sacó otra cosa de la misteriosa bolsa negra.

Todoroki se sintió ruborizar un poco cuando le tendió un regalo forrado con papel de motivo de renos y nieve. Se permitió sonreír un poco.

—Hacía mucho tiempo que nadie, exceptuando mi hermana, me obsequiaba algo —dijo, abriendo con cuidado el empaque a pesar de que (T/N) lucía ansiosa porque lo hiciera pedazos.

Sacó un pequeño domo de nieve con un gato blanco y rojo durmiendo en su interior. Todoroki lo agitó y sonrió, la sorpresa marcada en sus ojos.

—¡Tiene una bufanda!

—Más que eso, el gato se parece a ti.

—¡Ah! Es cierto.

—La mandé a hacer unos días atrás.

—No tenías que tomarte la molestia, (T/N). —Dejó el regalo a un lado y tomó sus manos, sintiéndose un poco mal por no corresponder el gesto—. Pero yo no preparé nada para ti.

—No te preocupes. Con tu expresión, me es suficiente; creo que es la mejor reacción que ha tenido alguien al recibir algo de mi parte.

Shouto la dejó ir cuando ella se levantó para colocar una de las películas. No podía parar de reiterarse que era un idiota por no haber pensado antes que podía darle algo, solo para ella. Jamás navidad tuvo un significado importante, así que era natural no prestarles atención a esas nimiedades. Sin embargo, quería darle algo que pudiera recordarle a él, y supo, en ese instante, que esa era la oportunidad para demostrarle cuánto la apreciaba.

—(T/N) —llamó, sujetando su mano para que estuviera frente a él.

—¿Qué pasa?

—Es un poco improvisado, pero me gustaría darte esto. —Extendió sus manos para acunar algo que, poco a poco, iba tomando forma.

Primero, apareció un trozo de hielo, y luego, a medida que era sometido al calor, se formó un corazón irregular, como el que hacían los niños en primaria.

—Es la primera vez que intentó hacer algo tan preciso, quizás por eso no se parece a lo que quiero... —musitó.

—¡Es precioso! —(T/N) tomó el corazón con cuidado para no estropearlo.

—Seguro se derretirá —continuó—, pero es solo una metáfora de lo que realmente te quiero entregar.

La joven tardó unos segundos en procesar sus palabras y, como un semáforo, los cachetes se le prendieron de un intenso rojo. Shouto esbozó una sonrisa y se acercó para depositarle un suave beso en la mejilla.

—¿Lo aceptas?

—Sí. —Asintió con alegría, estrechándolo en un abrazo.

Shouto correspondió, sintiendo por primera cómo su corazón latía en sus tímpanos, embargándolo de la más grande dicha. Esperaba que todas esas emociones perduraran a lo largo de los años y, de cambiar, que solo se hicieran cada vez más intensos, porque deseaba amarla profundamente, quería entregarle todo el amor que alguien como él fuera capaz de ofrecer.

—¿Veremos las películas? —recordó después de darse cuenta que no podía malgastar el dinero del alquiler.

—Ah, cierto. —Se separó sin realmente querer hacerlo. Sin embargo, creyó prudente que cada uno usara sofás diferentes; así que, estirándose todo lo que pudo en el mueble, reprodujo 'El Rito'—. No creo que sean tan de miedo como Monoma dijo...

:-: 1:30 a.m.

Los créditos de la última película de la trilogía improvisada se sucedieron en la pantalla y Shouto, con los párpados casi cerrados, apagó el DVD y el televisor mientras se desperezaba, dispuesto a regresar a su habitación. Las tres películas habían sido intensas, pero que creía que no había posibilidad de que algo así ocurriera en la vida real, por lo que no se le veía para nada afectado.

—(T/N), ¿vas a dormir?

—Ah, sí, sí...

—¿Estás bien?

—... —(T/N) infló las mejillas, avergonzada—. No quiero moverme.

—¿Y eso por qué?

—... —Se ruborizó, aún más apenada—. Tengo miedo.

Todoroki abrió un poco más los ojos, lo suficiente como para espabilarse y ponerse en alerta. Sonrió de forma comprensiva y se sentó en el sofá más grande donde Ashido solía dejar una cobija para no tener que interrumpir sus maratones de los viernes por la noche.

—Ven aquí. —Extendió los brazos, invitándola a acurrucarse en ellos.

(T/N) lo observó con dubitación y, ante la incertidumbre de tener que dormir sola, halló valor y se estrelló contra su pecho, tacleándolo en el mueble.

—¿Mejor? —preguntó mientras los cubría a ambos con la cobija para luego acomodar sus brazos y envolverla en un cálido abrazo.

—A tu lado, todo siempre es mejor, Shouto.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: ¿No se han preguntado por qué en Navidad suelen pasar películas de terror por televisión? Más o menos ese fue el pensamiento que tenía cuando se me ocurrió esto xD

Cabe destacar que no he visto ninguna de esas películas (bueno, sí las he visto pero no completas), todas fueron recomendaciones de mi hermano, así que agradecimientos a él (?)

Para la siguiente ocasión traeré a Bakugou y a su madre trolleadora, digo, a Mitsuki :P

Cuídense y nos leemos pronto.

¡Plus Ultra! >.<

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