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Malentendido - Amajiki Tamaki


Pedido por: DannyTaboada.

:-:

Sentía su corazón estrujarse cada vez que la veía, y no solo eso, el color no tardaba en subírsele a las mejillas, tiñendo todo su rostro de vergüenza genuina. Así que, como era usual, tuvo una pequeña crisis nerviosa al verla atravesar el campus de U.A. con las pocas energías que se podían reunir un viernes por la mañana.

—¡Oh! Tamaki, buenos días —Le sonrió acercándose más de lo que le permitía a la mayoría de las personas.

Tamaki separó los labios para responder pero, antes de poder hacerlo, sus piernas decidieron empezar a correr mientras su cerebro intentaba discernir qué era lo que ocurría, a la par que era incapaz de soportar los latidos rápidos y potentes de su corazón. Llegó a la parte trasera del edificio de la cafetería con el sudor bañando su frente y la respiración agitada.

Dio un brinco cuando la vio aparecer justo detrás de él, igual de agitada. Le lanzó una mirada de reproche junto a un puchero.

—¿Por qué huyes? Esa no es la forma de tratar a tu novia.

Tamaki la observó cual ciervo a segundos de ser arrollado para luego darse la vuelta y cubrirse el rostro al no poder contener más el sonrojo que se asomaba hasta por sus orejas. Allí estaba el problema, bueno, no problema, pero es que no sabía cómo catalogar el que hubieran empezado a salir desde hacía un día.

El día anterior, (T/N) le había pedido salir juntos, y él había aceptado y todavía no estaba seguro de por qué. Podía decir que le gustaba por cierta tendencia, que Mirio había notado, de regresarla a ver cuando su mente no estaba ocupada en algo; pero también debía admitir que la confesión lo tomó con la guardia tan baja que terminó por aceptar para escaquearse irresponsablemente del asunto.

Era de lo peor, pero ¿qué podía hacer?

—No me ignores —cantó, abrazándolo por atrás y hundiendo la cabeza entre sus hombros.

Sonrió divertida cuando Tamaki se puso rígido y dejó de respirar, demasiado estupefacto y perturbado por tan cándida muestra de afecto.

—¡Senpai! —Kirishima apareció corriendo, deteniéndose de forma abrupta al ver la escena—. Cre-creo que llegué en mal momento.

—No te preocupes, Kirishima-kun. —(T/N) sonrió suavemente y se separó, notando cómo Tamaki inhalaba profundamente y se llevaba la mano al pecho—. Llegas justo a tiempo.

—Ya veo... —Asintió sin comprender muy bien lo que ocurría—. Nos llamaron al despacho del director, parece que nos quiere decir algo.

—Sí. Ya voy. —Pasó su mirada de Kirishima a (T/N) después de asegurarse de lucir presentable—. N-nos vemos después.

—No llegues tarde a clases —se despidió, pasando a su lado con un breve salto lleno de alegría.

La atracción de (T/N) hacia Tamaki había iniciado cuando se cuestionó cómo podría hacer que el tímido joven abriera su corazón a alguien más que no fuera Mirio. Lo había conseguido a medias, Amajiki le había contado algunas cosas de su vida como la admiración que sentía por su mejor amigo, también le habló de que no se sentía conforme con su kosei y las palabras que le obsequiaban cada vez que lo exhibía, porque su kosei no era tan trabajado como el de cualquier otro de su clase. A veces sentía que su falta de entusiasmo era su ancla.

(T/N) había atesorado cada una de sus confesiones y ella también le contó sobre su vida y sus aspiraciones. Ambos compartían sus confidencias de vez en cuando, sobre todo cuando Tamaki se le acercaba y, después de un largo silencio incómodo donde la ayudaba en lo que estuviera haciendo, ella decidía romper el hielo hablándole sobre algo que ambos hubieran compartido ese día, alguna clase, entrenamiento o la hora del almuerzo.

Le gustaba el haber construido lazos de confianza entre ambos tan lentamente, tomándose el tiempo necesario. Sin embargo, había llegado un punto donde (T/N) no pudo soportarlo más y terminó confesándose accidentalmente a la par que Tamaki, después de un largo minuto de silencio en el que (T/N) sopesó la idea de correr, aceptó con un hilillo de voz mientras era él quien huía de la escena.

(T/N) suspiró. Allí estaba, sin saber si era realmente su novia o no, pero se aferraría a la idea de que lo era porque él la había aceptado. Ahogó un gritó cuando notó algo deslizarse por la pared mientras caminaba.

—¡Mirio! —chilló.

—Fue una buena escena la de la cafetería.

—No... ¡Mirio! —reclamó, enrojeciendo lentamente—. ¿Por qué eres así?

—Pues, Tamaki me contó lo que pasó ayer —empezó, portando su característica sonrisa—. Es natural que me preocupe por mi amigo, ¿no?

—¿Eh? No me refiero a eso. No te culpo por preocuparte por Tamaki; es más, lo agradezco —dijo, cruzándose de brazos—. Me refiero a que no deberías pasearte por toda la academia desnudo.

—Deberías acostumbrarte ya, (T/N)-chan. —Nejire dejó caer su mano en el hombro de su compañera, enfocando sus redondos ojos curiosos en ella—. ¿Es cierto lo que dice Mirio? ¿Cómo podrías salir con alguien como el pollo? Bueno, no digo que sea mal chico, pero, no sé, parece tan uke...

—¡¿U...?! —(T/N) se quedó con la boca abierta cual pez fuera del agua, procesando las palabras de Hado a la par que enrojecía no sabía si de vergüenza, complicidad o rabia.

—¿Qué es eso? —cuestionó Mirio, extrañado.

—Es...

—¡Ah! —gritó (T/N), tapándole la boca a la muchacha a la par que huía al salón de clases con ella, rogando que Mirio olvidara el asunto mientras iba a vestirse.

Nejire golpeó suavemente su brazo una vez estuvieron refugiadas en el salón.

—No es necesario ser tan brusca, (T/N)-chan —se quejó, dejándose caer en su asiento.

—Es que tu sentido de prudencia es cuestionable —chilló ocultando el rostro entre sus manos—. Pero Tamaki puede ser muy varonil si se lo propone.

—Bueno, su kosei es genial —coincidió Nejire.

—Él es genial.

—No cuando le da pánico escénico.

—Ahí es lindo —puntualizó (T/N) sin querer darse por vencida—. Además de que es parte de su grupo de élite.

—¿Podrían dejar de hablar de mí? —pidió Tamaki en voz baja a la par que tomaba asiento junto a Nejire, dedicándole una breve mirada a (T/N) quien solo curvó los labios y se acomodó en su puesto.

Mirio entró tan animado como era usual, saludando a gran parte del salón; tras él pasó el profesor del primer periodo.

A pesar de los sentimientos sin resolver y cierta tensión que desprendían los cuatro, eran capaces de concentrarse en sus estudios silenciosamente. Ellos tres no podían darse el gusto de relajarse por toda la fama que habían obtenido, y (T/N) no podía permitir quedarse atrás porque deseaba aplicar a la misma agencia de héroes que Tamaki.

Cuando finalizó la clase, Nejire se estiró cual gato mientras pasaba sus ojos de (T/N) al pollo mientras Mirio entablaba conversación con Amajiki. (T/N), prefiriendo no perder el enfoque, se concentró en realizar unos últimos apuntes que el profesor había destacado, preguntándose si debía hablar con Tamaki o no. De repente, se sentía un poco insegura y no era como si esperara que él se convirtiera de un día a otro en alguien afectuoso, pero que la evadiera tanto le hacía creer que solo era ella siendo pesada respecto a un tema que no habían finiquitado del todo.

—¡Muy bien! —exclamó Hado y, como si pudiera leer los pensamientos de su amiga, dijo—: Mirio, ven conmigo. Debemos dejar que (T/N)-chan y Tamaki hablen solos; la tensión entre ambos es un fastidio.

Togata se encogió de hombros y la siguió, entablando conversación fácilmente mientras le regalaba un pulgar en alto a Amajiki.

Tamaki desvió la mirada de la de ella. Por su lado, (T/N) se dedicó a escribir en su cuaderno, a pesar de que tan solo repetía la misma línea una y otra vez para parecer ocupada. Sabía que no olvidaría por el resto de su vida que "como medida preventiva para infecciones secundarias, era necesario aplicar un antibiótico a la herida y las zonas aledañas" por tantas veces que lo había escrito. En el preciso instante que iba a girar la página, la sacaron de sus pensamientos casi compulsivos.

—Sé que era un punto importante, pero creo que exageras —comentó Tamaki, asomándose para ver qué tanto escribía cual posesa.

—Es... —trastabilló y carraspeó la garganta—. Es para no olvidarlo —mintió, ganándose una mirada incrédula.

—¿Podemos hablar en privado? —pidió, ignorando su excusa.

(T/N) parpadeó un par de veces y asintió lentamente. Se puso en pie y lo siguió en silencio, preparándose psicológicamente para la corrección del malentendido que al parecer habían tenido. Sin embargo, no podía quejarse; el haber sido capaz de abrazar a Tamaki, de disfrutar de la suave calidez que emanaba su cuerpo, había sido suficiente para alegrarse cada vez que lo viera.

Tamaki no sabía si era muy trillado llevarla a hablar a la terraza, pero quería estar allí. Necesitaba decirle un par de cosas y un ambiente abierto y solitario lo ayudaría a mantener la calma. Se sorprendió un poco al hallar sus manos temblando y tuvo que inhalar profundamente para tranquilizarse. Estaba consciente de que era tímido y entraba en pánico fácilmente, pero lo que sentía al estar a su lado sobrepasaba el conocimiento sobre sí mismo que poseía.

—Uhm... —(T/N) pronunció y continuó—: ¿Qué tal les fue a Kirishima-kun y a ti con el director?

—Solo quería informar a Kirishima de todos los riesgos que implicaba aplicar a las prácticas, y avalar la información con mi presencia.

—Para ser chicos de primero, creo que han experimentado tanto como nosotros —opinó y jugó con sus dedos—. Es como si los villanos quisieran obligarlos a crecer y madurar más rápido; es un poco cruel.

—Es una batalla que les pertenece. Me he dado cuenta de que la complejidad de los planes aumenta con cada ataque, lo que significa que ellos también están aprendiendo. Llegará un punto donde serán némesis y solo los miembros de esa clase podrán detenerlos.

—Además, son fuertes, ¿verdad?

—Sí, pero no tanto como Mirio.

—O tú. —Le sonrió y él ladeó el rostro, procurando controlar el sonrojo en sus mejillas—. Y bien, Tamaki —(T/N) se dejó caer en un banco de cemento desgastado por la intemperie—, ¿qué quieres decirme?

—Eso... —Tamaki apretó los labios en una fina línea y sacó las manos de los bolsillos—. Solo quería disculparme por ayer y esta mañana. Creo que no fui claro.

—Ya... Ya veo. —Asintió, esbozando su mejor sonrisa para recibir el rechazo como una boss.

—La verdad es que me sorprendí mucho —explicó, clavando la mirada en un punto incierto del aire—. Rayos, creo que hasta tú estabas sorprendida.

—En eso tienes razón. —Rio levemente, agradeciendo que aligerara un poco el ambiente.

—Y no reaccioné acorde a la situación.

—Huiste. Dos veces; y si agregamos la intervención de Kirishima, serían tres.

—Es patético, ¿verdad?

—Quizás yo hubiera reaccionado igual —comentó pensativa—. Es solo que eres tan serio y tranquilo que pensé que te lo tomarías de otra forma. Además, yo me apresuré y asumí cosas que no eran ciertas. Lo siento.

—No tienes por qué disculparte, (T/N). Fui yo quien no se expresó correctamente.

—¡No! Sé que mi confesión te desconcertó e incomodó. No tienes por qué ser tan amable.

—N- ¡No me desconcertó! —atajó, sintiéndose acalorado porque el malentendido no hacía más que crecer—. Bueno, sí, un poco, pero...

—¡Sí ves! Aun así, no me arrepiento de haberte abrazado esta mañana.

—¿Por qué sacas a relucir eso?

—Porque fue el momento más feliz de este año para mí...

—¿Eh? —Tamaki se preocupó al ver cómo se encogía entre sus hombros—. Estás muy roja.

—¡Gracias por recalcarlo! —Hizo un mohín, alzando el rostro para enfrentarse a los oscuros irises de su amigo.

Se quedaron en silencio, tan solo permitiendo que sus ojos intentaran transmitir un mensaje que no necesitaba de muchas palabras. Y Tamaki lo entendió o eso quería creer, porque extendió la mano de forma inconsciente hasta posarla sobre la mejilla de ella, acariciando de forma casi etérea la superficie y, muy en el fondo, deseando explorar un poco más. 

Sintió que el aliento se le quedaba atorado en los labios cuando ella sonrió y se inclinó hacia su mano, jamás hubiera imaginado ser capaz de experimentar tantos sentimientos en un segundo y mucho menos imaginar un futuro donde pudiera ser feliz. Entonces también sonrió y supo que, desde ese momento, junto a ella, podría estar tranquilo.

—Ya solo bésense —interrumpió Mirio cansado de todo el drama que ambos podrían llegar a crear.

—¡¿Qué?! —Tamaki y (T/N) compartieron una breve mirada para posar sus pupilas en la cara de Togata que sobresalía del suelo; ninguno quería imaginar qué era de la parte inferior de su amigo.

—Es solo cuestión de que dejen en claro qué quieren ser —exclamó Nejire desde la puerta.

—Estaban escuchando. —Tamaki los miró casi con reproche y, avergonzado, se dio media vuelta y buscó la pared más cercana.

—No es que estuvieran siendo muy discretos. —Se encogió de hombros Nejire, inspeccionando el rostro de Tamaki desde todos los ángulos posibles.

—A-aun así, dijiste que te lo llevarías —habló (T/N), poniéndose en pie y señalándolos con un dedo acusador.

—Es nuestro amigo —empezó Mirio—. Además, es Tamaki; es natural que nos preocupemos por él y queramos que tenga una buena novia que se compare a la bondad de su corazón.

—No tienen que preocuparse tanto. —Amajiki curvó los labios, agradecido—. (T/N) es una buena chica.

—Sí. Oigan, me dolió que siquiera pensaran que podría llegar a ser mala con Tamaki. —Se cruzó de brazos con un mohín—. Sé bien en qué posición está Tamaki y...

—Uke, por supuesto —interrumpió Nejire con sus curiosos ojos redondos enfocándose en su amiga.

—¡Que no lo es!

—¿Qué es eso? —susurró Tamaki, mirando a Mirio que desvió la mirada con una sonrisa que indicaba que sabía de qué se trataba.

—¡Hado, le explicaste! —reclamó (T/N) con las mejillas ardiéndole.

—¡Es cruel dejar a las personas con dudas!

—Es algo malo, ¿verdad? —musitó Tamaki, volviendo a apoyar la frente de la pared con resignación.

—Creo que sí. —Sonrió Mirio con pena ajena—. Pero, en fin, ¿qué decías, (T/N)?

—Yo... Yo... —(T/N) se sonrojó al recapacitar sobre lo que había estado a segundos de decir—. ¡Lo olvidé!

—¿Eh? ¿En serio? —Hado entornó los ojos y, sin importarle la delicada situación de su amiga, cuestionó—. ¿Por qué mientes?

—Vamos, vamos. No la presiones más. —Mirio estiró las manos y se impulsó hacia arriba con los brazos—. Tenemos a Tamaki allá en la pared y a (T/N) sonrojada, creo que es suficiente para ambos por hoy. Solo basta decir que son novios oficialmente, ¿cierto?

—Supongo —corearon ambos, sonriendo levemente ante el nuevo significado que había adquirido la palabra.

—Oh. —Nejire miró a Mirio y desvió sus pupilas discretamente.

—¡Rayos! ¡Vístete! —chilló (T/N), enrojecida al ver partes que se suponía no debía ver.

Desesperada, se quitó el blazer y se lo lanzó para que se cubriera mientras Tamaki decidía que lo mejor era que ambos regresaran a clases y dejaran a Mirio encargarse de sus problemas de nudista. Nervioso pero con un poco de osadía, tomó su mano y entrelazó sus dedos lentamente. Al recibir un apretón amistoso de su parte, sonrió y supo que vería el mundo de una forma diferente a su lado.

:-:

Atardecía e iban de regreso a sus hogares. Tamaki asía la mano de su novia con suavidad mientras ella le hacía un par de preguntas sobre la última lección que no había entendido muy bien. Para (T/N), era una suerte que él fuera tan dedicado en sus estudios —o intentara serlo—.

—Por cierto, (T/N), ¿qué era lo que me dirías antes de que Hado interrumpiera?

—¿En serio quieres saberlo?

—Es solo curiosidad; si no quieres decirlo, está bien.

—Es vergonzoso... —musitó e inhaló para tomar coraje—. Solo que entendía que querías concentrarte más en tus estudios y que no pensabas mucho en tener una novia. Quizás fue muy apresurado de mi parte confesarme y lamento haberte causado problemas. Sin embargo, yo quiero estar a tu lado cuando te conviertas en un maravilloso héroe; y también me gustaría ver cómo es el mundo que te rodea. Quisiera que me mostraras tu sonrisa con más frecuencia porque, aunque no lo creas, ese simple gesto me hace muy feliz.

Tamaki la vio, estupefacto a la par que los tonos de rojo se le subían al rostro poco a poco hasta ser incapaz de aguantarle la mirada. Sin querer, una sonrisa temblorosa se apoderó de sus labios.

—Gracias. Espero superar tus expectativas.

—Solo no te exijas mucho, ¿sí? Me gusta ir a tu ritmo.

Tamaki asintió y enderezó un poco la espalda. No sabía por qué, pero sentía que las palabras que ella le dedicaba eran sinceras y podía permitirse estar orgulloso siquiera un poquito mientras ella lo estuviera apoyando. En silencio, se propuso atesorarla y esforzarse para llegar a ser alguien digno de admirar.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Me costó tanto escribir sobre Tamaki. Tuve que leer algunos capítulos del manga para tener mejor noción de cómo era, ni siquiera sé si está o no OoC. Sin embargo, me gustó escribir este one-shot, en especial, sobre Nejire y Mirio (Mirio es mi héroe :'D)

En fin, drama escolar. No me peguen, no he leído yaoi de Tamaki, pero se me hace que es uke xD Aunque también puede ser muy genial como en los últimos capítulos del manga. ¿Es mi idea o es casi imposible odiar a los personajes de Horikoshi?

El siguiente capítulo no sé de qué será. Quiero escribir algo de Todoroki, así que probablemente sea sobre él.

¡Que tengan una excelente semana!

¡Plus ultra! >.<

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