Pedido por: AniBlaze09

Dedicado a aquellas personas que tienen varios lunares.

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Estaban en vacaciones de verano. El sol brillaba intensamente en el firmamento, causando ilusiones ópticas para quienes no estaban acostumbrados al calor sofocante que podía azotar a Musutafu. Ese era el principal motivo por el cual las personas decidían quedarse en casa y procurar no morir de calor.

Y eso precisamente hacían. Estaban viendo una película en el sofá de la sala de la joven. Después de un poco de reticencia, (T/N) se había acurrucado junto a Todoroki con la excusa de que era un aire acondicionado andante y debía aprovecharlo, ya que el aire acondicionado de su casa se había averiado y sus padres habían salido para hacerlo reparar.

—No... —lloriqueó (T/N) mientras veían la escena de la operación oftalmológica en Destino Final 5.

Shouto la observó intrigado porque se había alejado de él para abrazar un cojín con la angustia crepitando en cada centímetro de su piel. Imaginó que si intentara asustarla en ese momento, la muchacha terminaría en el otro extremo de la habitación por el sobresalto. Sonrió de solo imaginárselo, pero no lo haría porque sería ser muy cruel.

—Ay, mierda. Ay, mierda —murmuraba casi comiéndose las uñas—. ¿Es en serio? —terminó por soltar al ver el desenlace de la escena.

Continuó viendo la película, sorprendiéndose por las grotescas muertes y el final que no sabía si la había dejado satisfecha o no. Los créditos empezaron a salir en la pantalla y, por primera vez, se percató de la mirada fija que tenía Todoroki sobre ella. Regresó la vista al televisor, preguntándose qué había en su rostro que tanto le llamaba la atención. Se sintió entrar en pánico al pensar que podía tratarse de un grano, o, peor, un asqueroso vello en uno de sus lunares. La idea le dio escalofríos.

—Qu- ¿Qué tanto ves, Todoroki? —se atrevió a preguntarle, enfrentándose a sus siempre serenas pupilas.

—Oh. —Shouto parecía un poco sorprendido por haber sido capturado en medio de la montaña rusa pecaminosa de sus pensamientos—. ¿Te incomodé?

—Tengo algo en la cara, ¿verdad?

—Es curioso que lo preguntes —sonrió un poco y estiró la mano hasta tocar su mejilla— cuando tienes tantos lunares.

—¡¿Eh?! —exclamó mientras el sonrojo empezaba a crepitarle en las mejillas—. No los veas, son feos.

—¿Feos? Me gusta cómo se ven en tu piel. —Alzó las cejas un poco anonadado—. Parecen constelaciones o los puntos para trazar alguna figura.

—Deja de bromear, Todoroki —pidió, exasperada porque se burlara de la cantidad innecesaria de lunares que tenía. Deseaba tan solo tener un par y hacer gala de un cutis limpio y níveo como el de cualquiera de sus compañeras de clases, pero por culpa de sus genes tenía más lunares de los necesarios.

—¿Por qué? —Todoroki se inclinó peligrosamente a ella—. Me gusta contarlos y probar suerte y descubrir uno nuevo. Quizás detrás de tu oreja o en tu nuca.

A (T/N) se le quedó la respiración atascada a medio camino, no sabía si de ingreso o salida, a medida que Todoroki acariciaba con sus labios los sitios que mencionaba. Cerró los ojos y sintió su corazón acelerarse abruptamente mientras la piel se le erizaba.

Shouto besó su barbilla y deslizó su lengua de forma tortuosa por el cuello de (T/N), el cual vibraba por su respiración errática que amenazaba con arrancar leves suspiros de placer. Mordió su hombro hasta donde la camiseta de diseño sencillo le permitió. Todoroki sonrió con cariño al notar cómo sus pequeñas manos se aferraban a la parte delantera de su sudadera. Sus manos se escabulleron furtivamente por debajo de la camiseta, acariciando la piel de su espalda con suavidad, como si quisiera provocarla.

—To... —carraspeó para intentar despejar la niebla que se apoderaba de su mente—. Todoroki.

—Dime.

—Bésame.

—¿No es lo que estoy haciendo? —depositó un casto beso en un diminuto lunar que adornaba su cuello.

—N-no me refiero ahí...

—¿Entonces?

—No me hagas decirlo —pidió, sintiendo cómo sus mejillas adquirían un tono más profuso de rojo.

Todoroki rio entre dientes y tomó con dulzura su nuca para acariciar sus labios. (T/N) y Todoroki no llevaban mucho tiempo saliendo, ¿quizás medio año? Sin embargo, (T/N) sentía que Shouto había mejorado demasiado sus técnicas para besar, al punto que empezaba a considerar que eso que hacía con su lengua era digno de un dios. Y se sentía orgullosa de ser ella quien tuviera la dicha de ser la presa de los deseos del casi siempre estoico joven.

Sentía que perdía la cabeza. Quería tocarla más, escuchar su suave voz mencionando su nombre mientras indecentes suspiros enloquecían sus sentidos. No sabía en qué momento la había empujado contra el brazo del mueble, ni tampoco cómo podía estar a horcajadas sobre ella si el sofá era tan pequeño; pero eso no era lo que importaba.

—Todoroki —dijo con la voz entrecortada—, estás demasiado caliente.

—¿Eh? —Apenas logró responder tan concentrado que estaba en explorar los confines de la camiseta de su novia que, hasta los momentos, solo había tenido la dicha de acariciar con las yemas de sus dedos—. Creo que mi kosei se descontroló un poco —se excusó con una sonrisa.

(T/N) le devolvió el gesto con cariño al notar el rubor que iba tomando posesión de sus normalmente pálidas mejillas. Estiró las manos, las cuales estaban intentando contener su voz anteriormente, hasta acariciar el suave y delgado cabello de su novio. Todoroki alzó la mirada, apoyando la barbilla en su abdomen y parpadeando con curiosidad.

—No te detengas. —(T/N) hizo un puchero que consiguió una sonrisa encantadora por parte del muchacho.

—No lo iba a hacer.

Todoroki estaba dispuesto a reanudar su tarea, y es que consideraba una victoria el haber sido capaz de bajar más allá del cuello de su novia, no podía desperdiciar su arrebato pasional. Sin embargo, las campanas de viento de la puerta principal resonaran en toda la casa, advirtiéndoles sobre la llegada de los progenitores de la muchacha.

(T/N), entrando en pánico, lo empujó y se arregló como pudo la vestimenta y el cabello. Se puso en pie cual resorte mientras Todoroki caía al otro extremo del mueble, algo atontado por la rapidez inhumana de su novia —y también por el calor que aún seguía nublándole la mente—.

—(T/N), ayúdanos guardando las compras en la alacena —pidió su madre entrando a la estancia sin parecerle sospechosa la actitud de su hija.

—Habían rebajas en el supermercado y...

(T/N) escuchó a medias lo que tenía que decir su papá, sus ojos estaban clavados en la única evidencia de lo que había ocurrido hacía unos segundos: el extraño bulto en la entrepierna de Todoroki. No tardó demasiado en darse cuenta de qué se trataba, ni tampoco en lanzarle un cojín para que se tapara.

—Mierda... —musitó Shouto, no sabía si por la frustración de haber sido interrumpidos o por la vergonzosa situación.

—¿Qué dijimos de las malas palabras? —regañó la mujer.

—Lo siento, señora. —Todoroki curvó los labios con un gesto que sabía ganaría la condescendencia de la mamá de su novia.

—Vayamos a instalar el aire acondicionado —interrumpió el hombre, llevándose a su esposa de la escena para dejar al par de jóvenes solos.

(T/N) observó unos segundos a su novio para luego suspirar.

—¿Estás bien?

—Sí. Todo está bajo control.

—¿Tan rápido? Pensé que los chicos...

—Las utilidades de mi kosei son muy diversas, (T/N).

—No sé si quería saber eso... —Rio y se frotó el mentón, pensativa—. No sé, siempre he pensado que tu kosei sería útil en prácticas sadomaso...

—Ya te digo, las posibilidades son infinitas. —Alzó las cejas con un gesto que a (T/N) le pareció, más que pervertido, demasiado inocente, a pesar de la sarta de cosas que viajaban por la volátil y curiosa mente de él.

—Bueno, vamos a guardar lo que compraron. Ya sabes cómo se pone mi mamá si no hago lo que me pide. —(T/N) extendió su mano para ayudarlo a pararse.

Todoroki se dejó guiar hasta la cocina. Sin que (T/N) siquiera lo imaginara, Shouto estaba maquinando todo tipo de cosas que deseaba experimentar con ella en el futuro, juntos; cosas que iban más allá de lo que pudiera imaginar.

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Todoroki ayudaba a sacar las compras que habían hecho los padres de su novia, disponiéndolas en el mesón para que las guardara. Sonrió de tan solo recordar lo bien que se había sentido besándola y tocándola tanto como su cuerpo se lo permitía.

—Quita esa sonrisa de pervertido, por favor —pidió (T/N) con un mohín, cuestionándose si había alguna marca en su piel que delatara lo que estuvieron haciendo.

—No me arrepiento de nada —dijo con seriedad para luego sonreírle con una mezcla de estoicidad y coquetería—. La próxima vez, me encargaré de besar cada uno de los lunares en todo tu cuerpo.

—¿Eh? ¿Qué? ¡Todoroki!

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¡Muchas gracias por leer!

N/A: Ah... Qué vergüenza... Fue mi intento de lime y creo que no salió tan bien como otros que he leído. 

En fin, hoy les traigo al buen (sexy) Todoroki después de una semana de bloqueo inspiracional xD Con todo, me divertí escribiendo este one-shot, las diversas situaciones que me llevaron a imaginarme esta escena son raras, al punto que llegué a preguntarme qué rayos pasaba por la cabeza de mi yo de dieciséis años...

Dentro de poco, muy poco de hecho, subiré el siguiente capítulo con el genial sensei ninja bandas locas; o sea, Aizawa-sensei, ¡yay!

¡Nos leemos pronto!

¡Plus ultra! >.<