Línea - Hawks
Era bien sabido que Hawks había dibujado una línea entre su trabajo como héroe profesional y su vida privada, al punto que pocos sabían cuál era su verdadero nombre; pero no era una línea delgada, más bien era gigantesca e impenetrable. Y, lamentablemente, ella pertenecía al lado de su zona de trabajo.
No era como si no agradeciera ser parte de su vida; es decir, trabajaba junto a él, era una persona maravillosa y divertida. Cada día era una nueva experiencia. Estar junto a Hawks le añadía color a la monótona vida que se disponía a tener una vez fuera héroe.
Claro, había sus momentos de verdadero caos, como cuando tuvieron que perseguir Nomus por todo el país o esa vez que Hawks incordió públicamente a Endeavour y todos temieron que hasta sus células fueran calcinadas. Pero tenía la suerte de su lado, Hawks siempre la tenía, tanto que daba miedo.
Gruñó.
Odiaba tener días libres, porque su mente era ocupada por el héroe número dos en su totalidad. Sin embargo, Hawks prácticamente la había echado de la Agencia después de colapsar por exceso de trabajo, mientras ella se escudaba tras la excusa de que debía ayudarlo con todo el lío que se había armado con la infiltración, y posterior escape, de varios villanos en la prisión de alta seguridad.
—Debería comer algo —dijo en voz alta, como si el eco de sus palabras pudiera mellar sus pensamientos sobre el muchacho.
Sí, claro, como si eso fuera posible...
Se decantó por ordenar la siempre confiable pizza, en vista de que su nevera estaba vacía porque solía comer en restaurantes cuando estaba en el trabajo.
Los treinta minutos posteriores de espera, estuvo acostada sobre el sofá, observando las manchas de humedad de su pequeño estudio mientras rememoraba su época en Shiketsu, a la par que se preguntaba cómo era que Hawks, sin ser de U.A., había conseguido tanta fama. A menos que hubiera hecho un pacto con el diablo, no podía otorgar todos sus méritos a su carisma natural, ni a su genialidad.
Se vio interrumpida cuando el timbre resonó en sus tímpanos, maldiciendo su audición aumentada por culpa de su kosei.
—¿Acaso no leyó el maldito cartel de afuera? —masculló mientras se inclinaba hacia la mirilla en la puerta.
Su cuerpo no supo si palidecer o enrojecer. Lo único que logró hacer fue ver con disgusto el pijama viejo y cómodo que tenía puesto, a la par que se alisaba el cabello descuidadamente.
—Sé que estás allí —cantó Hawks del otro lado.
Farfulló un par de palabras ininteligibles, y abrió la puerta, aún con la aldaba pasada.
—No esperaba menos de ti. Siempre precavida.
—Yo esperaba que por lo menos avisaras si venías —repuso ella, viendo con ojos críticos la caja de pizza en sus manos.
—¿Vas a dejarme entrar?
Parpadeó un par de veces y asintió torpemente, abriendo la puerta para que él pasara. Hawks miró su atuendo y dejó deslizar una sonrisa socarrona.
—Vaya, sí que te tomé por sorpresa.
—Día libre y en casa, es natural andar así —puntualizó, intentando disimular su sonrojo—. ¿Pagaste la pizza?
—Es lógico, ¿no? —Hawks sonrió de forma relajada y se acomodó en la mesa de dos personas que ocupaba su diminuta sala.
—Por cierto, ¿por qué demonios tocaste el timbre?
Le lanzó una sonrisa enigmática, tomando un pedazo de pizza sin decoro alguno. (T/N) se dio por vencida y se dejó caer en la silla, agradeciendo por la comida y empezando a comer.
Podía sentir cómo el héroe analizaba su hogar con ojo crítico, curioseando alguna foto o las desgastadas paredes. Sus alas moviéndose al ritmo de sus oscuras pupilas, manteniéndose tan retraídas como el estrecho espacio se lo permitía.
—Supongo que tendré que darte un aumento... —soltó, después de evaluar su departamento—. Vives en una pocilga...
—Es el lugar perfecto para que un héroe pase desapercibido. Y no le digas pocilga, que tú vives en tu oficina.
—Eso no cuenta —canturreó, divertido—. Pensaba en algo un poco más personal, siendo tú.
—Casi no vengo a casa, excepto cuando tú me obligas a tomar vacaciones.
—Soy un jefe generoso, ¿no?
(T/N) dejó escapar una carcajada, agitando la cabeza de un lado a otro.
—Pues yo quería ayudarte con el caso, pero me sacaste y me enviaste a casa. Sabes que soy útil en espionaje y batalla.
—Lo sé. —Hawks asintió de forma ceremonial y se estiró, sus alas tentadas a desplegarse en toda su longitud—. Pero recluté a Tsukuyomi...
—¡Tsukuyomi Infinito! —interrumpió con una risa tonta.
—De hecho —rio brevemente—, agradece que no estés allí para molestarlo.
—Toda su anatomía me interesa. —Soltó de forma pueril, mientras observaba cómo Hawks sacaba su celular.
—¿Hablo con la ONU? Aquí tengo una posible pedófila. Sí, claro, la tendré allí en cuanto terminemos de almorzar.
—No seas tonto. —Rio—. No me refería a eso, puerco. Hablo de cómo su pico tiene dientes, y la curiosidad que me causa saber cómo cuida sus plumas. Mi duda eterna será si trata su cabello como plumas o pelo, ¿qué champú usará...?
El joven soltó una risa nasal, recostándose del espaldar mientras que con las plumas de sus alas se mantenía a flote. La miró fijamente, como solía hacerlo con todos, (T/N) no terminaba de entender cómo era capaz de mantenerse tan inmutable cuando veía a alguien a los ojos.
—¿Crees que se preocupa por esas vanidades?
—Tú lo haces.
—Mis alas son hermosas porque la naturaleza lo quiso así.
—... —Alzó las cejas en un gesto burlón—. Entiendo, señor modestia. Ahora, dime, ¿por qué viniste? Aparte de para comerte mi almuerzo, por supuesto.
—Día libre. —Soltó de forma aburrida.
—No sé, suena falso, Rick —bromeó, encogiéndose de hombros—. ¿Me pondrás en el caso de nuevo?
—Solo hablas de trabajo, (T/N) —murmuró, sonando un poco ominoso.
—Creo que las malas mañas se pegan, ¿no?
—Tú tan perspicaz. —Sonrió de esa forma que hacía que las personas se irritaran—. Eres una de las personas que ha estado más tiempo conmigo en la Agencia; solo quería hablar contigo.
La muchacha lo analizó escéptica, consiguiendo sostenerle la mirada por varios segundos mientras recordaba que Hawks no mezclaba su trabajo con su vida personal. Finalmente, desvió las pupilas, fijándolas en un punto incierto en la pared tras él.
—Bien, ¿y de qué querías hablar?
—Nada en particular —musitó—. Solo quería verte, saber que estás bien. Pensé que eso me bastaría. —(T/N) lo miró dubitativa—. Desde que colapsaste en el trabajo, he estado preocupado por tu salud y bienestar. Odiaría que te ocurriera algo cuando estás débil.
—Primero, no me pasará nada. Segundo, no soy débil, Hawks; y tú lo sabes.
—Lo sé, pero la opresión en mi pecho no se va... Me siento más cómodo cuando estás conmigo en la Agencia o patrullando.
Una vez más, consiguió controlar el sonrojo que amenazaba con subírsele a las mejillas. Probablemente no era lo que ella creía que era; es decir, Hawks lucía tan ecuánime como siempre, su mente divagando y exponiendo sus sentimientos.
—Sea lo que sea —retomó la atención de (T/N)—, me siento mejor viendo que estás bien.
En esta ocasión, (T/N) fue incapaz de ocultar por más tiempo su rubor, y por ahí se fue el control de su kosei, exponiendo en un agradable arrullo los latidos desenfrenados de su corazón.
—Vaya...
—D-deberías irte —dijo de forma atropellada, parándose y tomándolo del brazo para que se fuera de una vez por todas.
Sin embargo, Hawks, tomado con la guardia baja, estiró sus gigantescas alas para oponerse a la fuerza de la muchacha.
Con el sonido de sus latidos, jugos gástricos y la insuflación de sus pulmones de fondo, forcejearon un poco, mientras (T/N) temía que, en ese punto, sus pensamientos también empezaran a escucharse. Maldito fuera su estúpido kosei de control del sonido.
Ambos se detuvieron cuando, en sucesión, una vajilla entera se rompió en el suelo, presa de una de las alas de Hawks. Con las manos entrelazadas en una lucha sinsentido, ambos se observaron, incrédulos, para luego echarse a reír.
—Lo siento, pagaré eso —Hawks la dejó ir, retrayendo sus alas mientras disponía algunas de sus plumas para que alzaran los vidrios rotos.
—No te preocupes. —(T/N) se apresuró a ayudarlo a recoger los trozos más grandes.
—Cuidado te...
—Auch...
—No tienes remedio. —Suspiró Hawks, notando la pequeña cortada en su pie descalzo cuando ella lo alzó para ver qué había pisado.
Sin mucha dificultad, la alzó hasta sentarla en la mesa. Atónita, siguió cada uno de sus movimientos hasta hacerse con su pie y limpiar la sangre con una servilleta, a falta de un botiquín de primeros auxilios cerca.
—Oye, no para... —dijo con expresión de circunstancia.
—¡¿Cómo que no...?! —gritó, preocupada.
—Es una broma. —Dejó deslizar una sonrisa socarrona—. No es demasiado grave, con un poco de agua oxigenada y una curita debes estar bien.
—Ah... Ya empezaba a temer tener un shock hipovolémico, infección sobreañadida y posible gangrena...
—Sabes que eso no pasaría nunca, ¿verdad?
—Claro que lo sé. —Se bajó de la mesa, sintiéndose apabullada por la enorme presencia de Hawks en un sitio tan diminuto.
Sin más, se dispuso a atender la diminuta cortada, tan solo para ser sorprendida por su colega, quien estaba más que dispuesto a ayudarla.
—Es mi responsabilidad —se excusó, acariciando la piel de sus pies desgastados por lo interminables combates contra villanos—. Con esas manos tan torpes, dudo que consigas hacer algo bien.
(T/N) se mordió la lengua para no replicar algo que la pondría en evidencia. El temblor de sus manos era su culpa, después de todo. ¿Quién en su sano juicio pensaría que Hawks la visitaría? Pues ella no, lógicamente.
—Bien hecho. —Hawks le sonrió, acunando su pie lastimado con cuidado.
—... —(T/N) soltó una carcajada—. Hawks, no soy un niño; por esto no necesito un caramelo.
—Oh, ¿quieres una recompensa? —Esgrimió una sonrisa maliciosa, inclinándose un poco hacia ella, apreciando el tierno sonrojo que se apoderaba poco a poco del rostro ajeno.
—N-no es...
—¡Aquí tienes! —Hawks celebró, colocando en su mano un caramelo de limón, riendo ante su cara de desconcierto.
—¿Dónde rayos tenías metido esto? —lo dejó caer, sintiéndolo algo pegajoso y caliente.
—¿Será que se derritió por el calor que está haciendo?
—Te recuerdo que estamos en otoño... Y tengo el aire acondicionado prendido.
Hawks soltó una interjección de meditación y se irguió, escudriñándola por prolongados segundos. No podía creer que, de todas las cosas que podía pasarle a sus tiernos veintidós años, tuviera que ser precisamente eso, y a pesar de que la idea lo fastidiaba un poco, al mismo tiempo tenía un ridículo efecto paradójico de agrado.
—Es hora de que me vaya.
—¿No era tu día libre?
—Realmente, hora de almuerzo. Como te mencioné antes, quería verte.
(T/N) se sintió hacer cortocircuito, como aquel estudiante de primer año del curso de héroes de U.A. en el festival deportivo, cuando Hawks acarició los dedos de su mano a modo de despedida.
—Te acompaño a la salida —dijo torpemente, porque no era como si la puerta estuviera muy lejos de su posición actual.
Hawks se dejó guiar, embelesado por su nuevo descubrimiento.
Ya afuera, se despidieron de forma incómoda mientras (T/N) empezaba a meterse en su pequeño estudio. Se asustó cuando la poderosa mano de Hawks —aunque era más efecto de sus plumas—, impidieron que cerrara la puerta.
—¿Hawks?
—Uhm... —El muchacho se sintió dudar, pero consiguió inclinarse hacia adelante y depositar un dulce beso en su frente.
Apreció varios segundos el hermoso arrebol reflejado en sus mejillas, mientras la estupefacción se apoderaba de sus pupilas y dejaba escapar el leve rumor de su corazón latiendo como desquiciado.
Hawks despeinó su cabello y sonrió con más confianza.
—Nos vemos mañana en el primer turno. No llegues tarde.
(T/N) boqueó cual pez fuera del agua, aún observando los últimos indicios de la presencia de Hawks cuando ya se había ido. Despertando de su obnubilación, cerró la puerta silenciosamente.
Quizás era solo idea suya eso de la línea impenetrable entre el trabajo y la vida personal de Hawks.
Y sí, quizás, era cierto que empezaba a hacer calor.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: No estaba de parranda, andaba muerta... Espera, khé? xD
Lamento la inactividad, pero este semestre me está golpeando duro; y a pesar de que mencioné a Tetsutetsu como posible siguiente capítulo, pos no resistí cuando Hawks apareció en el manga xD
Ahora sí, para la siguiente ocasión será Tetsutetsu o Bakugou, que de ambos tengo escritas las cosas a la mitad -auspiciado por mi procrastinación eterna-
Espero que les haya gustado. No supe bien cómo manejar a Hawks, es decir, va saliendo creo que unos tres capítulos.
Que tengan una excelente semana y cuídense mucho.
También, espero que todos los que estén en Guatemala se encuentren a salvo; y, por favor, cuídense mucho, los estaremos apoyando desde distintas partes del mundo.
¡Plus Ultra! >.<
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