La aprendiz de Recovery Girl - Midoriya Izuku
El primer paciente que vio fue un muchacho de quince años con ambos brazos destrozados y una masa amorfa de carne por manos.
Vomitó.
Creyó que había devuelto hasta el desayuno del día anterior. Recovery Girl hizo su magia y no mencionó el embarazoso incidente, solo le asignó trabajos más fáciles como reconstruir tejidos con su kosei o aplicar una vía intravenosa con suero a aquellos que se habían excedido. Sin embargo, ni por un solo segundo se borró de su cabeza la imagen del muchacho, ni siquiera después de que les dirigió a ambas una sonrisa radiante mientras dejaba la enfermería. Como vaticinando que él sería un paciente frecuente de esa enfermería, memorizó su nombre: Midoriya Izuku.
Era de noche. La luz de la lámpara titilaba. Las cigarras cantaban, siendo lo único que perturbaba el silencio. Parecía que sería capaz de relajarse un rato en su cama mientras estudiaba la histología del tejido muscular para ayudar como le fuera posible al imprudente Midoriya; sin embargo, una enorme explosión hizo que se pusiera en pie cual resorte y se asomara por la ventana.
Como era usual, Midoriya y Bakugou tenían una disputa más bien acalorada. (T/N) no entendía bien lo que pasaba, pero imaginaba que debía ser algo importante por sus expresiones. Finalmente, All Might intervino y habló con ambos sobre no sabía qué. Aun así, Midoriya y Bakugou parecían conformes con lo que había ocurrido. En el preciso instante que pensaban escaquearse, Aizawa se los llevó, probablemente, a su oficina.
Inconscientemente, (T/N) dejó su habitación junto a la de Recovery Girl. Su kosei consistía en la reparación de tejidos siempre y cuando supiera su estructura y no estuvieran tan destrozados. Precisamente por sus habilidades había conseguido una mención especial para ingresar a Yuei bajo la tutela de Recovery Girl.
Cuando llegó a uno de los corredores que llevaba a las habitaciones del curso A-1, vio a Bakugou musitar un par de maldiciones mientras Midoriya lo seguía, abstraído en sus propios pensamientos. Sus pupilas captaron la figura femenina emergiendo por uno de los tantos pasillos de la academia; la saludó tímidamente mientras procuraba ocultar su mano.
—¿Otra vez en problemas? —se acercó lo suficiente para tomar su mano para inspeccionarla—. Buenas noches, Bakugou —llamó la atención del otro, que se había detenido al notar otra presencia y continuó mascullando palabras cual niño malcriado.
—' noches, (T/N).
Midoriya sentía el corazón desbocado y golpeando sus costillas como un tambor mientras sus ojos viajaban de la mano que lo sujetaba con tanto cuidado, a (T/N), y luego a Bakugou. Poco a poco sintió las mejillas arderle a medida que su cerebro procesaba que estaba tocando la mano de una chica. (T/N) lo observó y sonrió de forma malvada al percatarse de su expresión.
—Acompáñame. Curaré esas heridas.
—¿Eh? N-no, Aizawa-sensei dijo que debía hacerlo yo.
—Ah, claro. —Lo soltó de forma brusca, y Midoriya sintió cómo empezaba a extrañar su tacto—. Es que te pusiste tan mal el vendaje de tu mano y rostro que es probable que se infecte y necrose, pero como no es mi problema...
—Ne... ¿Necrose? —Tocó la gasa en su mejilla que cedió con solo rozarla—. N- ¡No! Estoy a tu cuidado, (T/N)-chan.
—Así me gusta. —Sonrió y lo guio a la enfermería.
Midoriya sabía muy poco de (T/N). Podía asegurar que era amable por sus visitas a la enfermería y las pocas clases en las que coincidían. (T/N) se cubría tras un manto de misterio que quería ir desvelando poco a poco, sorprendiéndose por lo que ocultaba y fascinándose por lo que pudiera descubrir. Quería convencerse de que los sentimientos que lo invadían y se clavaban en su pecho eran reales y no una simple ilusión adolescente.
—Sabes, Midoriya-kun, deberías tener más cuidado.
—Me lo dicen con frecuencia. —Le regaló una sonrisa de arrepentimiento.
—Por algo será. —Retiró con violencia la gasa de su quijada, abriendo la herida que había empezado a cicatrizar lentamente.
—¡Auch!
—... Dolerá...
—Pu-pudiste...
—Lo siento —dijo con desdén—. Como parece que no te duele cuando te destrozas los brazos como un idiota, olvidé advertirte. Esta vez no le ocurrió nada a tu mano, aparte de lucir un poco golpeada; pero no deberías tentar tu suerte.
Midoriya separó los labios para decir algo, pero no se atrevió. Desvió la mirada del entrecejo fruncido de (T/N). Sabía que preocupaba a los demás por todas sus imprudencias, pero...
—Es algo que debo hacer —musitó.
—¿Disculpa?
—¿Qué clase de héroe seré si no me arriesgo por salvar a los demás? ¿Si no gano?
—Ese no es el punto —espetó—. Sé que ser un héroe implica mucho más de lo que puedo imaginarme. Mi trabajo será cuidar de héroes estúpidos que se lastimarán al punto de destruirse a sí mismos, yo tendré que reconstruirlos y ver cómo lo vuelven a hacer; sin entender qué los impulsa a seguir adelante. —Vendó su mano y se giró para cerrar el botiquín con fuerza—. ¿Siquiera piensas en las personas que se preocupan por ti?
—¡Lo hago!
—... —Bufó con incredulidad y suspiró—. ¿Has pensado que será de mí sin ti? —La voz se le quebró y tuvo que limpiarse un par de lágrimas rebeldes—. Me asusta pensar que no volveré a ver tu sonrisa de nuevo. La mirada en tu rostro cuando sonríes con tanta convicción es... es mi meta. —Apretó el borde de su camiseta, sin poder contenerse más—. ¡Rayos! Ni siquiera sé por qué me enamoré de un imprudente como tú.
—L-lo siento —tartamudeó, abrumado por verla así. Sin embargo, su cerebro empezó a procesar sus palabras—. ¿Eh? Espera, ¿qué?
—¿Qué rayos dije...? —Se cubrió los labios mientras un violento sonrojo se apoderaba de sus mejillas—. ¡Olvida eso ahora mismo, Midoriya Izuku! —Lo señaló de forma autoritaria mientras deseaba que la tierra se la tragara en ese preciso instante.
—No. —Agitó la cabeza mientras sus ojos refulgían con esa determinación tan característica de él y que (T/N) amaba tanto.
Se acercó lentamente, a pesar de que su corazón titubeaba y sus mejillas se ruborizaban más con cada paso que daba. (T/N) lo observaba sin saber qué hacer. Apenas unos centímetros más pequeña que él, se sintió diminuta cuando lo tuvo al frente.
—Tú... —Midoriya tomó sus manos con seguridad—. ¡Tú también me gustas, (T/N)-chan!
—No digas cosas vergonzosas —susurró apoyando la frente en su hombro—. Debías rechazarme, para así olvidarte y no preocuparme cada vez que te encuentres con un villano.
—Confía en mí. —Se separó un poco para que ella lo viera—. Nada me pasará. Seré como All Might.
—Así me preocupo más... —Hizo un mohín y regresó el apretón de manos—. Eres un idiota.
—Quizás sí. Aunque un idiota no se enamoraría de ti.
—¿Eh? —Ella le dio un golpecito en el pecho—. ¿Qué clase de antítesis estás haciendo?
—Solo bromeo. —Rio y se acercó hasta que sus frentes chocaron—. ¡Te prometo que te haré feliz!
—Yo... No me comprometo a hacer nada, las promesas con idiotas no son lo mío.
Midoriya rio despacio y enternecido. En voz baja dijo:
—Con que estés a mi lado es suficiente.
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—¡Ah! Estás sangrando por la frente.
—¿En serio?
—Creo que cuando tu frente tocó la mía, se abrió la herida y...
—Supongo, pero estoy bien.
—¡Hay que curarte!
—Luego dices que yo soy el que está obsesionado con ser un héroe...
—¿Qué dijiste?
—Nada.
Midoriya sonrió. (T/N) podía decir lo que quisiera, pero ambos se parecían. Vale, que ella no se enfrentaría a villanos a plena luz del día en un callejón oscuro; sin embargo, eso no quitaba el hecho de que ella deseaba ayudar a los demás con su kosei.
En su fuero interno, confiaba que ella se convertiría en su esperanza, en su héroe.
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¡Muchas gracias por leer!
N/A: ¡Esta vez les traigo a Midoriya! Quería escribir algo más divertido, pero es que Midoriya, no sé, es un mood killer, su nivel de humor se acerca a cero xD Así que he aquí el resultado, que espero les haya gustado (Rimó >.<) En cuanto a (T/N), sí, ahora eres tsundere xD
Quiero agradecer a todas las personas que leyeron, comentaron, votaron y agregaron esta historia a su biblioteca, me hicieron súper feliz :D
¡El próximo capítulo tendremos a Todoroki! Así que espérenlo con ansias.
¡Plus ultra! >.<
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