Invierno - Especial de Navidad
Ashido no paraba de cantar villancicos, y Kaminari no dejaba de expresar que ya quería que llegara la nieve para hacer una guerra con sus compañeros de clase. Sin embargo, ya casi sería Navidad y en Musutafu ni siquiera había granizado; hacía frío, sí, pero los copos de nieve brillaban por su ausencia.
—Ay, Kaminari, no andes tan desanimado —intentó consolar (T/N).
—Ya llegarán las vacaciones y no podré hacer nada con ustedes —gimoteó falsamente, aprovechando la atención que le brindaba la joven.
—Podríamos reunirnos para año nuevo —propuso Midoriya, aplicado en su tarea de desenredar unas luces para el árbol de navidad que las chicas habían insistido en poner.
—¿Ja? —soltó Bakugou desde la cocina, ya que estaba encargado de la cena de esa noche—. Yo no pienso reunirme con ustedes, perdedores... Es suficiente con soportarlos aquí.
—Yo creo que sería una buena idea —coincidió Uraraka, haciendo flotar un par de cajas llenas de adornos.
—Claro, y si Bakugou-chan no quiere venir, pues que se quede en su casa, kero. —Asintió Tsuyu, detrás de Ochaco, con la estrella del árbol entre las manos.
Todos rieron ante la mala cara que hizo el aludido.
Por otro lado, Todoroki ayudaba a Kouda a hacer un pueblo con unas figuras que habían comprado entre todos. Bakugou pasó junto a ellos, mirando el pequeño pueblo pintoresco que intentaban recrear. Sin embargo, como el Grinch que llevaba dentro se había activado desde hacía una semana al percibir las festividades cerca, se detuvo para criticar:
—Es un maldito pueblo, no una granja de mierda.
Kouda se sobresaltó por el tono de voz de su compañero. Shouto lo fulminó con la mirada, pero, después de ver que (T/N) iba a involucrase por el posible enfrentamiento verbal, se retractó y continuó arreglando la hacienda que Kouda había insistido tanto en colocar.
—Katsuki, ¿me ayudas colgando la corona de navidad en la puerta? —pidió (T/N) para separarlos.
—Todo sea por largarme de una vez por todas —bufó, llevándose el objeto y decidiendo ponerla de la mejor manera posible.
—Gracias. —Le sonrió y se arrodilló para admirar el trabajo de sus dos compañeros—. Está quedando bien. No le presten atención a Katsuki, siempre se pone de mal humor para esta fecha.
—No sé qué problema tiene con la navidad —corroboró Midoriya, posicionándose junto a (T/N), rozando suavemente su rodilla.
Todoroki fijó la vista en el punto mínimo de contacto y, sin ser demasiado obvio, dijo:
—(T/N), ¿puedes traer más follaje, por favor?
—Tus deseos, son mis órdenes. —Hizo una reverencia y le sonrió, alejándose mientras tarareaba un villancico con alegría.
Izuku curvó los labios, reconociendo que su rival —en una guerra silenciosa— había sido más astuto que él. Al notar a Iida luchando porque la guirnalda no se le enredara, corrió a socorrerlo.
—Chicos —llamó Sero, colocando las bolas de navidad con desinterés—, ¿están conscientes de que cuando regresemos de las vacaciones tendremos que arreglar todo esto?
—¡Eso también es parte del espíritu navideño! —Saltó Ashido con alegría.
—Ya te quiero ver diciendo eso cuando nos estemos toda la noche guardando los adornos —apoyó Kaminari después de percatarse del pequeño inconveniente.
—Creo que lo mejor es no pensar en eso por ahora —comentó Shoji, cargando una caja gigantesca llena de almohadones con motivo navideño.
La mayoría coincidió con el único comentario sensato de la tarde. Bakugou, Yaoyorozu y Rikido estaban a cargo de la cena de navidad que tendrían esa misma noche antes de marcharse al día siguiente; mientras los demás arreglaban los dormitorios para festejar como era debido. Al escuchar las palabras de Shoji, siempre tan serenas y acertadas, decidieron dejar a un lado los inconvenientes que representaba celebrar apropiadamente la navidad.
Al notar cómo todos continuaban diligentemente sus tareas, (T/N) decidió, después de terminar su parte de las labores, ir afuera para tomar algo de aire. Sin que nadie lo notara, salió con su diario entre las manos.
Caminó un rato, apreciando los cerezos deshojados y el vaho que escapaba de sus labios con cada exhalación. Aún en los alrededores del dormitorio de la clase 1-A, tomó asiento en uno de los bancos que delimitaban el jardín detrás del edificio, cuidado celosamente por Aoyama con la excusa de que lo haría brillar tanto como él.
Sacó un bolígrafo con tinta de su color favorito y empezó a escribir ideas y pensamientos sueltos sobre ese día, sus emociones y sus compañeros. Era su forma de desahogarse y exteriorizar sus sentimientos, algo así como su propia terapia.
De repente, de soslayo, captó una figura oscura tambaleándose. Iba a saludar a Tokoyami cuando se dio cuenta de que, aun con la ayuda de Dark Shadow, sería incapaz de llevar la parte superior del árbol de navidad sin que un accidente ocurriera. Sin pensarlo demasiado, activó su kosei y voló en su dirección.
—Déjame ayudarte.
—Gracias —soltó con alivio al sentir menos peso en la parte superior.
—Ya te veía aplastado —bromeó de buen humor.
—Le pedí ayuda a Mineta, pero...
—No es necesario que lo expliques. Vamos, yo te ayudo. —Sonrió, aterrizando suavemente en el suelo y posicionándose para repartir el peso.
:-:
Bakugou estaba echado sobre su cama, estudiando la última lección de Aizawa cuando tocaron la puerta. Gruñó, ¿es que por una vez en la vida no podrían dejar de molestarlo?
Sin embargo, al abrir de mala gana, se sorprendió al ver a (T/N) con la dubitación marcada en sus facciones. Se recostó del vano de la puerta, deleitándose por su oportuna presencia.
—Disculpa que te moleste, Katsuki, pero, por casualidad, ¿no habrás visto un diario por allí?
—No, ¿qué? ¿Lo perdiste?
—La última vez que lo usé estaba en el jardín, pensé que estaría allí, pero...
—Bien, te ayudaré —dijo con pereza mientras ella no sabía si era buena idea o no inmiscuirlo en sus problemas—. Quita esa cara, luego me pagarás este favor.
—¿Eh? Pero, Katsuki...
—Solo busca por otro lado; yo me encargo de cubrir esta parte. —Despeinó su cabello de forma cariñosa, quizás sumergiendo los dedos un poco más de lo que quería, tal vez manteniendo el contacto por más tiempo del usual.
—Gracias. —Le sonrió y tomó su mano para que la soltara—. Solo no vuelvas a hacer eso.
—¿Tienes algún problema? —ladró.
—Me despeinas y, aunque no lo creas, mi cabello tarda tiempo en acomodarse. Allá los suertudos como tú que les vale cómo están antes de atender la puerta. Por cierto, súbete el pantalón que se te ven los calzoncillos.
—¿Qué demonios...? —Bakugou se encendió, quería asesinarla, pero algo revoloteando en su pecho lo detuvo—. Me pagarás esta si encuentro el maldito diario. Te advierto que lo leeré.
(T/N) livideció un poco, pero mantuvo la sonrisa socarrona:
—Por si te lo preguntabas, no hay nada sobre ti escrito allí.
Bakugou gruñó y ella le sacó la lengua, corriendo hacia las escaleras al escuchar una explosión provenir de la mano de su amigo. Lo volvería loco, aunque se preguntaba si ya, de por sí, no había perdido la cabeza por ella.
:-:
(T/N) estaba tendida en el sofá dramáticamente, las mejillas enrojecidas por su ardua búsqueda infructuosa. Izuku se detuvo abruptamente al notarla así, con la preocupación marcada en su rostro, se acercó.
—¿Ocurre algo?
—Izuku —saludó, sentándose correctamente—, ¿has visto mi diario?
—Uhm... ¿El que les regaló Yaoyorozu-san por el Día de la Mujer?
—Exacto. —Se hizo para adelante con la emoción de saber que quizás él lo había encontrado.
—Lo siento, (T/N), pero no lo he visto. ¿Recuerdas la última vez que lo tuviste contigo?
—Sí, en el jardín de Aoyama... —Hizo un puchero y exhaló—. Cuando regresé no estaba allí.
—¡Ah! —Izuku abrió los ojos y tomó sus manos en un gesto impulsivo—. Recuerdo que Aizawa-sensei llamó a Todoroki, quizás el vio algo.
—Entonces iré a ver inmediatamente a Shouto. —Saltó del sofá, devolviéndole el apretón de manos a Midoriya.
—Sí... —Antes de que se pudiera soltar, la sostuvo con un poco más de fuerza—. Lo encontraremos juntos, así que no te preocupes. Si lo consiguió Todoroki, seguro no lo leyó ni nada parecido.
—Gracias. —Esbozó una ligera sonrisa, capaz de acelerarle el pulso a su interlocutor—. Nos vemos en la cena.
Izuku la dejó ir y, a medida que se alejaba, sus manos se dirigieron a las mejillas que empezaban a arderle. No era normal sentir tanto por una persona, ni siquiera estaba seguro cuándo ese tipo de emociones había empezado a embargar su corazón. Sin embargo, apreciaba la calidez que inundaba cada uno de sus sentidos al hablar con ella y, a pesar de desear más, le bastaba con esa pequeña pizca de felicidad al verla.
:-:
Cuando iba apurada, (T/N) tenía la mala costumbre de activar su kosei y empezar a deslizarse por el aire más rápido de lo que era capaz con sus pies. No se sorprendió demasiado cuando, tan ensimismada como estaba, terminó chocando con alguien al girar en el recodo de un pasillo de la academia. Para su suerte, como si la otra persona estuviera acostumbrada a ver a gente volando, la recibió en sus brazos para frenar el impacto.
—¡Shouto!
—Te estaba buscando —dijo, mostrándole el pequeño cuaderno de tapa dura.
—¡Lo encontraste! —celebró, recibiendo el diario y hojeándolo para convencerse de que era real—. Muchas gracias, Shouto. ¿Estaba en el jardín?
—No. —Agitó la cabeza un poco, sus siempre monótonas expresiones teñidas de alegría ajena—. Aoyama me la dio, dijo algo de que me apoyaba a mí de entre todos... Aún no sé a qué se refiere, pero me hace feliz ser capaz de devolvértelo; es como si tu sonrisa iluminara mi día.
(T/N) se sonrojó con violencia. Si se ponía a pensarlo un poco, sus tres amigos habían estado actuando raro ese día. Primero, Katsuki había empezado un contacto físico no tan violento; luego, Midoriya había tomado sus manos, cosa que no acostumbraba a hacer con nadie; y, por último, Todoroki había dicho una trillada línea de novela romántica adolescente. Empezaba a creer que eso de los milagros de navidad era cierto.
—¿Pasa algo? —Shouto la invitó a caminar rumbo a los dormitorios.
—No, solo analizaba un par de cosas —negó y le sonrió—. Te dejo, Shouto. Debo ir a prepararme para la cena. Lo que sea que todos estén haciendo, huele a la mismísima ambrosía —bromeó, despidiéndose con la mano.
Todoroki devolvió el gesto y se permitió sonreír levemente. Ya estaba claro, quería ser algo más que amigos, solo debía buscar el momento adecuado para expresar sus sentimientos antes de que cualquiera de sus otros dos rivales se le adelantaran.
:-:
Para la cena, habían invitado a Aizawa y a Toshinori. Habían preparado tres pollos horneados, con ensalada de papas, jamón navideño, arroz navideño, y una torta de manzana y nueces. Bajo la supervisión de ambos adultos, habían brindado con champagne para luego cambiarse al siempre confiable jugo de naranja.
Después de terminar todos ahítos por el banquete que se habían lucido Bakugou, Momo y Rikido preparando, decidieron hacer el intercambio de regalos que semanas antes habían preparado.
Entre bromas, comentarios y risas, todos dejaron la sala común de los dormitorios para darse un merecido descanso antes de regresar el día siguiente a sus hogares para celebrar Nochebuena y Navidad. Casi como queriendo obviar el hecho del desastre que había en la cocina, se fueron poco a poco. (T/N), consciente de que no había colaborado demasiado, decidió quedarse para lavar.
—¿No vas a dormir? —preguntó Midoriya, levantándose junto a Todoroki.
—Es obvio que hay que arreglar todo este desastre —puntualizó Bakugou.
—Aizawa-sensei nos mataría mañana si viene y encuentra todo así —corroboró (T/N) y le sonrió a Katsuki—. Pero no es necesario que hagas más; es decir, ayudaste con la cena, no creo...
—No voy a lavar nada —espetó Bakugou y agregó—. Solo arreglaré porque ustedes no saben cómo van las cosas en la cocina, siempre en un desastre cuando voy a cocinar.
—Entonces... —Midoriya vio a Todoroki y este asintió.
—Los ayudaremos —completó Shouto.
Se repartieron las labores de modo que Midoriya era el encargado de enjuagar, (T/N) enjabonaba, Todoroki secaba y Bakugou guardaba. La actividad en extremo mecánica les dio tiempo suficiente para hablar sobre trivialidades. Los tres muchachos estaban extasiándose por las carcajadas y el buen humor que inundaba la estancia, principalmente por la presencia de (T/N).
Sin embargo, la historia que relataba Midoriya, con interrupciones acertadas de Bakugou, de cuando él y Kacchan fueron al zoológico de pequeños se vio interrumpida por el tono del celular de la única fémina del grupo.
—Disculpen —se excusó, alejándose un poco.
Los tres la siguieron con la mirada y decidieron darse un descanso. En total silencio, escucharon cómo (T/N) decía un par de monosílabos por el teléfono hasta despedirse y regresar con el suspiro más extenso de la historia.
—¿Estás bien? —cuestionó Midoriya.
—Mi mamá llamó para decirme que con papá ganaron un viaje a Okinawa... Al parecer pasaré Navidad sola —se quejó, empezando a planear qué haría sola en un día de festejo, ¿acaso dependería de Heroflix de nuevo?
—Puedes ir a mi casa —ofreció Izuku casi de inmediato.
—Será mejor si es a la mía, mis viejos hacen la mejor comida del mundo —repuso Bakugou al notar lo que intentaba hacer Deku.
Todoroki, sin saber qué decir, habló en voz baja:
—Yo me quedaré aquí, si quieres podemos pasar Navidad juntos.
Bakugou y Midoriya giraron a verlo, alarmados. Casi como si lo hubieran ensayado, los tres miraron a la muchacha en busca de una respuesta. Ella les sonrió, sintiéndose presionada...
Ahora, ¿qué haría?
Continuará~
¡Muchas gracias por leer!
N/A: De nuevo, llegando tarde para las festividades; pero mi excusa siempre es 'Mejor tarde que nunca' xD
Espero que hayan pasado Navidad excelentemente y que, hasta fin de año, tengan días geniales. Aprovechen el feriado, hagan los deberes, disfruten con sus pasatiempos y, sobre todo, pásenla bien con la familia y los amigos :)
Yo soy feliz porque estoy estrenando teclado :P En fin, en los próximos días traeré las continuaciones en el orden de más demanda jajaja
¡Cuídense mucho y nos leemos próximamente!
¡Plus ultra navideño! >.<
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro