Improbabilidades (II) - Bakugou Katsuki
Pedido por: DannyTaboada (¡Espero que te guste!)
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Katsuki estaba sentado frente al computador con una de las piernas flexionadas para descansar la mejilla mientras revisaba las noticias en Japón, específicamente, qué decían de él. Gruñó al encontrar un artículo extenso con una imagen llamativa de Deku. A ese paso, el nerd idiota terminaría superándolo, o peor, el Mitad y Mitad lo haría; y él en un país al otro lado del mundo, simplemente perdiendo el tiempo.
Sus ojos se distrajeron cuando captaron una figura ataviada de carmesí deslizándose por la sala en busca de algo. No podía creer que un vestido pudiera resaltar tanto las curvas de una mujer, pero jamás lo admitiría a viva voz. Sin embargo, una sonrisa maliciosa surcó sus labios.
—Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
—... —La muchacha se giró a verlo, furiosa—. Eres un hijo de perra, Katsuki Bakugou.
—Se lo haré saber a mi vieja. —Se encogió de hombros, cerrando la ventana que tenía abierta en el computador cuando ella pasó cerca, dejando una estela de perfume que lo hizo perder la cabeza por menos de un segundo.
—¿Qué? ¿Cerrando tu porno? —Se detuvo al por fin encontrar el celular.
(T/N) sonrió victoriosa cuando notó una pizca de incomodidad en las pupilas de Katsuki. El héroe suspiró, centrando su atención en la mujer.
—¿A dónde vas?
—¿Tengo que decirte?
—Considerando que la anterior vez que saliste tuve que recorrer todo este maldito pueblo para encontrarte antes de que te ahogaras en tu propio vómito, supongo que sí.
—E-eso... —(T/N) sintió las mejillas arderle, y esta vez fue turno de Bakugou para sonreír de forma triunfadora—. Iré al Congreso para ayudar con la interpretación.
—¿Es por la visita del presidente alemán?
—Sí. —Se acomodó el cabello mientras llamaba un taxi a través de una aplicación del celular—. Después de eso, probablemente haya un banquete.
—Procura no beber demasiado o, cuando empieces a sentirte idiota, llamarme.
—Sí, mami. —Sonrió de forma agradecida, pero con un deje de burla—. Tú procura no explotar mi departamento.
—Si continúas, tu cara también se verá involucrada en mis explosiones —ladró con irritación mientras ella cerraba la puerta con una carcajada.
Bakugou se estiró, arqueando la espalda. Pronto acabaría su trabajo en la obra, lo que significaba que podría irse a Japón. Para su mala suerte, sus papeles le fueron enviados a casa de (T/N), y ella los había escondido por petición del pulpo que se hacía llamar a sí mismo héroe. Quizás podría tener cara de pocos amigos, pero eso no significaba que, una vez dada su palabra, la quebraría fácilmente.
Sin embargo, a pesar de estar ansioso por retornar a su hogar y ejercer nuevamente como héroe, había algo que pellizcaba su pecho cada vez que pensaba en su regreso a Musutafu.
Sin querer, se lo había comentado a Ashido, y siendo tan romántica como solía serlo, exclamó que por fin se había enamorado. Pero Bakugou no se veía siendo romántico como en las películas cursis que hacían llorar a Midoriya y a Kirishima. La simple idea le daba repelús. Además, de quién podría estar enamorado.
Pensó en (T/N). No estaba mal si cerraba la boca por una vez en la vida. Tenía un encanto que lo obligaba a dirigir su mirada donde ella estuviese. Aunque eso no significaba nada, simplemente él siendo estúpido porque era simpática.
—¡Me lleva! —gruñó al percatarse del rumbo de sus pensamientos.
Obviamente, no le gustaba. Ni siquiera sabía qué era estar enamorado, así que no le interesaba realmente. Por supuesto que el pellizco en su pecho era por culpa de su sexto sentido como héroe, sus instintos. Estaba consciente de que Reflexión estaba bajo custodia, le había dado la paliza de su vida, por supuesto que estaba tras las rejas; pero algo no terminaba de cuadrarle en todo el panorama.
Dio un respingo cuando entró una llamada por SkyHero. Gruñó al notar el remitente cuyas pecas destacaban en una mal tomada selfie. Contestó.
—¡Kacchan! Pensé que no responderías, te estabas tardando mucho.
—Pues no pensaba hacerlo —ladró, a lo que Izuku respondió con una suave carcajada.
—¿Cómo estás?
—Igual que ayer, idiota —replicó, recordando el episodio del día anterior donde (T/N) había participado en la conversación después de percatarse que tenían una videollamada.
—Me alegro. —Le sonrió abiertamente para luego enseriar sus facciones. Bakugou sabía que esa era la cara de estreñido que ponía cuando se trataba de trabajo.
—¿Pasó algo?
—He estado investigando un poco sobre todo tu caso —comenzó, pasando reportes de un lado a otro mientras sus ojos buscaban frenéticamente el folder que necesitaba—. Llegaste allá con Reflexión.
—Dime algo que no sepa, nerd.
—Ese no es el punto, Kacchan. —Hizo un mohín y suspiró—. ¿No te has preguntado cómo llegaste?
—... —Bakugou abrió los ojos un poco más de lo normal, sin poderse creer lo que le decía Deku—. ¡Eso es! El presentimiento es eso... Un cómplice. Tiene un aliado, ¿verdad?
—Un teletransportista. —Asintió—. En la base de datos de mal empleo de koseis, está registrado. Se llama Yamanaka Haruto; al parecer, salió de prisión hace no más de un año. Ya sabes, trabajos irregulares, rechazo por la sociedad...
—Se hartó y se alió con un villano. —Bakugou cruzó los brazos sobre el pecho—. ¿Algún rastro de su paradero?
—Su último empleo fue como conductor nocturno para una empresa que enlata atún... —Midoriya se estiró, algunas ojeras siendo visibles—. Pero eso fue hace tres meses, lo que coincide con el tiempo más activo de Reflexión.
—Mierda. —Katsuki arrugó el entrecejo—. ¿Es tan buen teletransportador que cubre tanta distancia entre Tokio y aquí?
—Al parecer, puede crear 'puntos de encuentro' en objetos que haya tocado previamente; es de suponer que pudo estar por allá en algún momento de su vida. Es decir, tiene casi cuarenta y cinco...
—O sea que, si quiere liberar a Reflexión, tendrá que infiltrarse, ¿cierto?
—... Eso... —Izuku se mordió el labio, revisando uno de sus muchos apuntes sobre koseis—. ¿Y qué tal si Reflexión es un 'punto de encuentro'?
—Pues si es así, estamos jodidos.
—Por eso te llamaba, para que tuvieras cuidado, Kacchan —expresó sinceramente preocupado—. Considerando que tú fuiste el que pudo detenerlo, querrá cobrar venganza.
—Sé cuidarme solo, Deku —escupió las palabras con desprecio—. Aunque, gracias, supongo. Estaré preparado por si ocurre cualquier cosa. Deberías ir a dormir, tu cara parece un montón de mierda.
—He dormido poco —se excusó, esgrimiendo una sonrisa simpática—. Cuídate mucho y pásala bien. Envíale saludos a (T/N)-sa...
—Sí, sí, chao. —Katsuki cortó la llamada, inesperadamente irritado.
¿Cuál era la fijación que tenían todos con (T/N)? Vale, sí. Se había mudado con ella por facilidad en, debía admitirlo, todo. Sin embargo, ella se la pasaba rodeada de su montón de textos en diversos idiomas mientras él estaba ayudando con los acabados del edificio del frente. Además, dormía en un saco de dormir, al puro estilo Aizawa, en mitad de la sala.
No eran nada, realmente. Y todos se empeñaban en apuntar lo contrario.
Vio la hora. Rozaba la medianoche y al día siguiente, como siempre, tendría que levantarse temprano. Pasó sus pupilas por el desastre en la habitación de su compañera. Ella le llamaba estudio improvisado, él le llamaba basurero.
Bakugou supuso que el desastre que siempre la acompañaba era porque vivía sola. Supuso que él, aun viviendo por su cuenta, tendría un ambiente más limpio. Se cuestionó, entonces, ¿qué era de los padres de (T/N)?
Recogió bolsas de frituras y bebidas energizantes en una bolsa. Sus ojos divagaron a las mancuerdas con motivo de Ingenium que descansaban en la mesita de noche, junto a unas pesas que tenían diseño de Best Jeanist.
—Qué gusto tan raro de héroes...
Apiló los libros y las hojas, cerciorándose de no dañar el 'orden' para no causarle problemas en el trabajo. Finalmente, se sentó en el borde la cama, tentado a dormir en un colchón después de tanto tiempo. Se fijó en una foto colgada de la pared, varias capas de polvo cubriéndola. Ganándole la curiosidad más que su fingido desinterés, deslizó los dedos por el cristal.
Los recibieron tres cálidas sonrisas: una de una mujer, otra de un hombre y, finalmente, una versión pequeña de (T/N). Sus dedos acariciaron el gesto alegre de la muchacha, preguntándose cómo había perdido la jovialidad de su mirada, a la par que se repetía una y otra vez que eso no le inmiscuía.
Casi tiró la foto cuando la puerta se cerró con fuerza. Los sonidos guturales que le siguieron no fueron su mayor consuelo, solo esperaba que le hubiera atinado al inodoro. No era como si (T/N) fuera una alcohólica sin causa, solo que su tolerancia al alcohol era tan pobre que terminaba mal en dos o tres copas.
—Ya solo mátame, Señor —gimió con el sabor amargo en la boca al ver su pálido reflejo en el espejo.
—Te advertí que no bebieras... —suspiró Katsuki, agradeciendo que hubiera llegado al baño a tiempo.
—Me obligaron a tomar... —Hizo un mohín, recibiendo los brazos de Bakugou como apoyo después de enjuagarse.
—Si te pusieron un embudo para hacerlo mientras te tapaban la nariz, te creo.
—Era un pinche embajador, ¿qué querías que hiciera?
—Rechazarlo.
Gruñó algo y se dejó caer en la cama. Katsuki le lanzó un pijama en la cara.
—Cámbiate. Si vomitas el vestido, seguro te lo cobran en la tienda de alquiler.
—Tú siempre tan considerado —murmuró con la mirada desenfocada.
Bakugou salió al verla desvistiéndose sin muestras de su usual pudor. Probablemente estaba mal, así que, por una vez en la vida, le tendría paciencia. Lo menos que quería era que terminara ahogándose en su propio vómito, teniendo una de las muertes más patéticas que podía existir.
Le llevó un vaso con agua que ella se bebió lentamente, para luego dormirse. Bakugou, ya siendo casi las dos de la mañana, decidió irse a dormir las pocas horas que podría.
Para su mala fortuna, su sueño estuvo repleto de pesadillas sobre Reflexión, una figura parecida a Kurogiri capaz de crear portales, y, por si no fuera poco, decenas de Nomu rodeándolo. Para cuando despertó, estaba nadando en sudor.
Se dio una ducha rápida y se preparó algo para comer, cerciorándose de que (T/N) continuaba respirando. Antes de marcharse, con los rayos de sol acariciando la baldosa de la sala, se recostó del vano de la puerta de la habitación, observándola.
Sintiendo algo que le oprimía el pecho, se acercó hasta tenerla al alcance de su mano. Le podía costar admitirlo, pero cuando Bakugou la veía con la boca cerrada, sin ningún comentario mordaz, durmiendo tan pacíficamente, le parecía que era linda. Extendió los dedos hasta acariciar su mejilla, temiendo que pudiera despertarse y tomarlo por algún tipo de pervertido.
—Pronto me iré, así que debes aprender a cuidarte, tonta —musitó, extasiándose por el suave toque.
Notando que pronto empezaría la obra, se fue. Cuando la puerta se cerró, (T/N) se cubrió el rostro, sonrojada.
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(T/N) tomándose un merecido día libre, más por la resaca que por otra cosa, se recostó de la ventana para ver a Bakugou. Como siempre, trabajaba vigorosamente. Si la mitad de la población tuviera su actitud para trabajar, quizás no estarían tan mal; pero con su trato tan de la patada, prefería que no fuera así. Imaginar un mundo con clones de Katsuki era espeluznante.
Sin embargo, hasta alguien como él podía ser dulce. A pesar de convivir tan poco tiempo, se notaba que él se preocupaba por ella, del mismo modo que ella por él. Hacía muchos años no podía conectar tan fácilmente con alguien, suponía que era por su actitud directa.
Pronto sería la hora del almuerzo, y se las había arreglado para hacer un estofado de carne con verduras que olía bien. Entre gritos y discusiones, no sabía cómo Katsuki había conseguido enseñarle a cocinar, ni siquiera los videos del YouTube habían hecho tales milagros.
En el preciso instante que la puerta se abrió, ella terminó de colocar los platos. Katsuki, obviando mucho de los sentimientos que tenerla allí le provocaba, se dejó caer.
—Gracias por la comida —murmuró más por costumbre que por otra cosa.
Ella le sonrió. Ambos empezaron a comer, extrañamente en silencio considerando que (T/N) solía ser parlanchina y que Katsuki siempre le tenía una respuesta a todo. Quizás era solo ella sintiéndose nostálgica al imaginarse que dentro de dos días estaría sola de nuevo.
—¿Ocurre algo? —Katsuki preguntó, rompiendo el silencio con un tono más bien pasivo.
—Nada. —Ella agitó la cabeza, esgrimiendo una sonrisa pícara—. Solo estaba empezando a asustarme porque no has comentado nada respecto a la comida.
—No está mal para ser hecha por ti —repuso, mordaz—. ¿Tus padres dónde están?
—Tres metros bajo tierra. —Se encogió de hombros—. Y, gracias, palabras amables saliendo de tu boca son indicio de la venida del Apocalipsis.
Katsuki asintió, sin compadecerse por su situación. Apoyó un codo sobre la mesa y la miró intensamente, clavando sus orbes granate en los de ella como si pudiera pasarle factura a cada vivencia de su alma. (T/N) se sintió hiperventilar mientras enrojecía, incapaz de sostenerle la mirada.
—Has estado sola todo este tiempo, supongo.
—Uhm... ¿Algo así? —Ella alzó una ceja, incómoda—. Hoy vi que estabas ayudando a cargar la pintura para...
—Deja de cambiar el tema. ¿Qué pasó?
(T/N) se puso de pie como un resorte. Katsuki se sorprendió al verla realmente exasperada, con el ceño fruncido y todo.
—¿Por qué te empeñas en hablar de eso?
—¿Y por qué tú quieres evadirlo? —Se cruzó de brazos, recostándose del espaldar como para indicarle que no le tenía miedo—. ¿Estás resentida con ellos? ¿Quizás te sientes culpable por sus muertes?
—Eres una mierda de persona, Katsuki. —Estalló, furiosa.
Bakugou parpadeó cuando una sarta de improperios salió de los labios de la muchacha en diversos idiomas, cada uno sonando más agraviante en su peculiar entonación. Simplemente, la dejó ser, viendo cómo algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos. Cuando se calló, después de unos largos cinco minutos, Katsuki la hizo sentarse en el sofá.
—¿Mejor?
—Lo siento. Te dije cosas terribles —Se fregó los ojos, y rio cuando una ligera explosión de advertencia escapó de la mano de Bakugou—. Fueron villanos. Estábamos en el banco. No es un día que disfrute recordar.
—Por eso participas en la instauración de la ley de restricción de los villanos...
—Hago lo que puedo con un kosei que no me permite ser heroína.
—No es tan mal kosei. Obviamente, no lo quisiera tener; el mío es mil veces mejor.
—Tranquilo, señor modestia. —Se carcajeó mientras él fruncía el entrecejo—. Bien, ya lo sabes, ¿puedes devolverme mi espacio personal?
Bakugou separó los labios al notar que estaba en cuclillas frente a ella, más cerca de lo normal. Se sonrojó con violencia. Iba a replicar algo, como era usual, pero su cuerpo trabajó más rápido, abalanzándose sobre ella.
La joven ahogó un grito por el repentino movimiento, pero más que eso, fue por el disparo que resonó en sus tímpanos.
—Maldición, y Deku me lo advirtió.
—¿Katsuki?
Bakugou se puso de pie de forma enérgica. Frente a él estaban Reflexión, con su usual máscara de kabuki, y un nuevo individuo ataviado de negro, quien supuso era el teletransportista.
—Nos encontramos de nuevo, y en el mismo lugar —empezó Reflexión, siempre hablador.
—Por favor, acaba con eso de una vez por todas —pidió Yamanaka, cruzado de brazos—. No sé por qué insististe en venir acá.
Bakugou, al notar la discrepancia entre ambos, creo una explosión a forma de bomba de humo e hizo que (T/N) se parara para llevarla a un lugar apartado de donde acabaría con los dos villanos. Con licencia o no, no dejaría que esos patéticos tipos se salieran con la suya.
—Quédate aquí —dijo, escondiéndola lo mejor que se podía en un apartamento; es decir, en el armario.
—E-espera, llamaré a la policía. Si te ven usando tu kosei sin una licencia, ellos...
Bakugou no esperó que terminara de decir sus palabras, ya estaba saliendo de la habitación, cerrándola con seguro. Los dos villanos estaban enfrascados en una acalorada discusión para cuando él regresó. Les sonrió salvajemente.
—Y bien, pareja de recién casados, ¿quién le dará la paliza a quién?
Katsuki empezó a cargar contra Reflexión, usando pura fuerza bruta. Yamanaka tocó su hombro y, sin saber qué pasó, su cabeza se estrelló contra la madera de la puerta. Vio estrellas por varios segundos y maldijo entre cada golpe al maldito teletransportador.
Dio un grito de guerra, logrando superar la fuerza de su oponente para lanzarlo contra el suelo. Reflexión intentó rechazar su kosei, pero la velocidad de Katsuki le ganó, explotando una de sus manos.
Bakugou se había enfrentado contra Kurogiri, pero Yamanaka era diferente. Su kosei no creaba portales, sino que su cuerpo aparecía y desaparecía a su merced, haciéndole imposible seguirle el paso mientras se cercioraba de que Reflexión no intentara pasarse de listo. Sin embargo, no pensó que Yamanaka intentaría abrir la puerta de la habitación de (T/N), volando la cerradura con dos disparos.
Katsuki se sintió palidecer e intentó correr para protegerla, pero Reflexión lo tomó con su otra mano, haciéndolo caer al suelo. Trató de usar su kosei de nuevo, pero este fue redirigido, explotándole en una pierna.
En lo que iba de su carrera, nunca había muerto alguien que tuviera que proteger. Y no quería que fuera esa la primera vez, no cuando (T/N) era tan preciada para él. Empezó a forcejear con Reflexión, mucho más grande y fuerte que él.
No le gustaba usar los trucos sucios de Midoriya, pero la ocasión lo ameritaba. Mientras el hombre intentaba asfixiarlo, Bakugou alcanzó la máscara hundiendo el pulgar en la hendidura del ojo derecho. El grito del sujeto se mezcló con el de un disparo, y Bakugou, sintiendo la adrenalina corriendo por su cuerpo, se lo sacó de encima para poder ir a la habitación.
La sangre deslizándose por los resquicios de la baldosa lo hizo palidecer. Sin embargo, al hallar a (T/N) de pie con una sartén sucia en las manos y a Yamanaka tendido en el suelo con un enorme golpe en la cabeza, dejó que una sonrisa se deslizara por sus labios.
—Juro que no lo golpeé tan fuerte como para que se muriera. Pero, Katsuki, ¿por qué le sale tanta sangre de la cabeza? —chilló, dejando caer la sartén y entrando en pánico mientras el charco se hacía cada vez más grande.
—Eres una idiota. —Bakugou se acercó de forma amenazadora—. ¿No sabes que las heridas en la cabeza sangran mucho?
—Yo no...
La muchacha se sintió sonrojar cuando él la rodeó con los brazos suavemente. Incrédula, pasó sus brazos por su cintura, devolviendo el gesto a la par que cualquier rastro de determinación se desvanecía y empezaba a temblar.
—Tenía mucho miedo.
—Lo hiciste de maravilla —reconfortó, acariciando su cabello.
—Esto... ¡Esto se lo mostraré a todos! —La voz de Ashido hizo que Bakugou brincara y se alejara de (T/N). Mina agitó su celular, enviando la foto al grupo de chicas que tenía en LINE.
—¡Borra esa maldita foto, alien!
—¡Oblígame!
Bakugou hubiera corrido tras ella de no ser porque (T/N) lo sujetó del suéter.
—Lo siento, los llamé al final a pesar de que podría ser perjudicial para ti.
—Está bien. Es lo lógico.
—Katsuki —ella le sonrió ampliamente, haciéndolo ruborizar—, gracias por todo. Eres un héroe, después de todo.
—E-es obvio, para eso estudié —repuso, sintiendo su corazón latir con fuerza—, estúpida.
Ella rio. Ambos salieron de la habitación, notando a Chtulhu, Pinky e Eraserhead. Antes de que alguien pudiera hablar, (T/N) separó los labios incrédula y mirando de forma acusadora a Bakugou.
—Volaste una de sus manos —masculló.
—Fue en defensa propia...
—¡Katsuki, ensuciaste toda la maldita pared de sangre! ¡Y el mueble!
—Por All Might. —Rio Ashido, viendo la discusión digna de matrimonio.
—Tú cállate —ladró Bakugou, avergonzado por dejar que su antiguo profesor y su compañera los vieran en una situación así.
—Ya paren los dos —advirtió Chtulhu, moviendo sus tentáculos a modo de amenaza.
—Lo siento —dijo (T/N), bajando la mirada—. Supongo que necesitan que medie aquí, ¿verdad?
—No es necesario —dijo Aizawa, cruzando los brazos mientras hacía gala de un dominio decente del español.
Mientras se llevaban a los villanos y un paramédico atendía la herida de Bakugou en su pierna, inconscientemente, (T/N) no dejó su lado y tampoco soltó su mano.
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Si había algo de lo que Bakugou se arrepentía, era de no haberse podido despedir de (T/N) al regresar a Japón. Con todo el papeleo y alboroto por el apresamiento de Reflexión y su colega, los días se pasaron, su licencia de héroe por fin regresó a sus manos, y tuvo que marcharse del país tan pronto como la orden fue emitida.
Después de un mes, por fin tenía el día libre. Salió a estirar las piernas, o más bien puso eso de excusa, ya que su principal regocijo era ver su rostro en primera plana con algún título llamativo. Si bien compartía los titulares con Deku y Shouto, se sentía satisfecho con por fin regresar a hacer lo que le gustaba.
Hacía buen clima, ni muy caluroso, ni muy frío. No se sentía particularmente feliz, pero creía que algo bueno pasaría ese día; así que no quiso matar con tantas ganas a quien osó taparle los ojos con las manos. Sonrió cuando la dulce voz soltó varias frases en su oído, todas en distintos idiomas, hasta terminar en japonés.
—¿Quién soy?
—¿Crees que soy idiota? Me diste demasiadas pistas.
—Solo soy condescendiente. —Se separó, sonriéndole.
—¿Qué haces en Japón?
—No creas que vine por ti —repuso de inmediato, mientras él alzaba una ceja—. Bueno, en parte sí; pero también por trabajo.
—Me... —Bakugou desvió la mirada para luego fijarla en ella—. Me alegra que estés aquí.
—¡Oh! Katsuki siendo honesto, debe ser el Apocalipsis —bromeó.
—Lamento haberme ido sin despedirme —agregó, ignorando su comentario y acortando la distancia entre ambos, notando cómo ella se ponía nerviosa.
—¡Muy cerca! —Colocó la mano en su rostro, separándolo—. ¿Por qué quieres cerrar el contrato tan rápido? ¿No que los japoneses son conservadores?
Bakugou suspiró. Sí, contrario a lo que cualquiera pensaría, le tendría mucha paciencia.
Extendió la mano con la palma hacia arriba; y ella le sonrió, desarmándolo. Entrelazaron sus dedos y, con la primavera de fondo, se dirigieron a un futuro destinado para ambos.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Se me pasó el número de palabras con este capítulo xD No puedo creer que no puse escena de beso, estuve a punto de hacerlo, pero sentí que no quedaría bien.
Me pregunto quién habrá dicho más groserías en este capítulo... xD Por cierto, imaginarme a Aizawa hablando español me pareció muy sexy, he descubierto un nuevo fetiche.
Espero traer el próximo capítulo para el siguiente fin de semana.
Tengan una excelente semana y cuídense mucho.
¡Plus Ultra! >.<
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