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Fotos - Especial de Navidad (B)

—Aquí está el pollo, y aquí están las instrucciones para que lo calientes. Si algo se incendia, usa tu maldito lado derecho y lo solucionas —explicaba pacientemente Bakugou, su entrecejo relajado—. Recuerda lavar todo y secarlo para guardarlo, que, si pones las cosas mojadas, dañarás la madera... Casi lo olvido, procura no ensuciar la cocina porque la última vez que Mineta la usó me costó mucho lim...

—Ya, mami Katsuki —interrumpió (T/N) con una sonrisa divertida—. Shouto sabe cuidarse solo.

—Dudo que coma aquí, quizás pueda ir a la tienda de soba cerca de la academia —musitó Todoroki, empezando a planear su estancia solitaria después de que (T/N) lo rechazara con la excusa de que debía hacer una solicitud para permanecer en el dormitorio en periodo de vacaciones y que Aizawa la asesinaría por hacerlo a última hora.

—Tienes que comer sano —dijo Midoriya, empezando a creer que sería bueno si lo invitaba a su casa, seguro su madre se alegraba de que llevara a un amigo.

—Bueno, tú comes katsudon y yo no te digo nada —replicó Shouto.

—La cuestión es, Mitad y Mitad, que, si regreso y hay algo pudriéndose en la nevera, los mataré a todos —gritó tan alto que los que estaban preparándose arriba para salir dieron un respingo.

—... —Izuku juntó los labios en una fina línea y sacó su celular para escribir un mensaje.

—No te preocupes, Katsuki. Seguro todo marcha bien —intentó tranquilizar (T/N)—. En serio, estás obsesionado con la cocina.

—No es obsesión, es precaución. ¿Sabes la cantidad de agentes contaminantes que se pueden crear por el mal almacenamiento de la comida? Pues yo no seré un héroe enfermizo.

—Creo que alguien por aquí ha visto muchos programas de salud —comentó Todoroki, ganándose una explosión de advertencia.

—O se tomó demasiado en serio las palabras de mamá. —Rio (T/N), impulsándose atrás al ver a Bakugou moverse.

Midoriya, absorto en su celular, sonrió con alegría genuina cuando le llegó un mensaje de texto. Los otros tres le prestaron atención, a pesar de que Katsuki ladeó el rostro para fingir indiferencia.

—Mamá dice que puedes venir —habló sin poder ocultar la exaltación en su voz—. Si no te molesta, claro.

—¿En serio puedo? —Alzó las cejas con sorpresa—. No me gustaría incomodarlos; después de todo, estabas muy feliz porque tu padre regresaría y...

—Ven, dejémoslos solos. —(T/N) tomó la mano de Katsuki al percatarse de la obstinación que se había instalado en las miradas de sus dos amigos.

Bakugou la siguió de mala gana, para después darse cuenta de lo que intentaba hacer ella. No por nada eran amigos desde secundaria, aunque también debía agregar que se había acercado a ella porque su kosei era genial. Sin embargo, debía admitir que, quizás, su amiga tenía una personalidad un tanto podrida.

—Fujoshi de mierda —masculló.

—¿Homófobo de mierda? —replicó con una sonrisa adorable mientras se detenían a unos cuantos metros de la entrada principal de U.A.—. Velo desde esta perspectiva, si ellos dos están juntos, me tienes a mí para ti.

—... —Bakugou separó los labios para reponer algo, pero los colores se le subieron al rostro tan rápido que sintió sus manos a segundos de explotar—. Y-yo no...

—¡Oh, mira! —(T/N) señaló el simple Honda familiar que manejaba el señor Masaru, empezando a sentirse nerviosa por acompañar a Katsuki con tan poco tiempo de anticipación.

¿Y si sus padres eran como él? Seguro que, de buenas a primeras, no representaría más que un problema. Si bien había visto a la familia de su amigo de lejos, le daba un poco de miedo y se quedó petrificada al imaginarse no siendo bienvenido en la casa de Bakugou.

—Ah, es papá. —Alzó las cejas, esperaba que fuera Mitsuki a buscarlos, después de todo, el día anterior cuando le informó de la visita de una amiga se había emocionado tanto que creyó que estaría allí a primera hora—. Vamos, (T/N).

La muchacha, al escuchar su nombre, reaccionó y se abrazó del brazo de Katsuki. Él alzó las cejas y simplemente caminó hacia el auto, preguntándose dónde demonios se había metido Deku.

—Buenos días. —(T/N) realizó una pequeña inclinación y el hombre le devolvió el gesto con una sonrisa.

—Tú debes ser la amiga de Katsuki —dedujo, su tono de voz más suave y cálido que el de su hijo.

—Sí —habló Bakugou, intentando ser considerado al percatarse del nerviosismo de su amiga—. Este es papá, (T/N).

—Sabes que mi nombre no es papá, ¿verdad?

—¡Claro que lo sé! —atajó ruborizado por la vergüenza—. Se llama Masaru.

—Mucho gusto —dijo (T/N) sin atreverse a despegarse del lado de Katsuki.

Bakugou le abrió la puerta, instándola a subir de forma violenta, a la par que el hecho de que Deku no apareciera empezaba a ponerlo de peor humor.

—¡Kacchan! —llamó el muchacho, acercándose al trote con Todoroki detrás.

—¿Dónde está tu mochila?

—Uhm... —Deku miró a Shouto de soslayo, la dubitación marcada en sus facciones—. Al final, Todoroki aceptó ir a mi casa, entonces, pensé que podría molestarte llevarlo cuando no...

—¡No andes decidiendo las cosas por mí! —ladró, cruzándose de brazos y empezando a gruñir—. Si en cinco minutos no están listos, me voy sin ustedes, perdedores.

Izuku giró dramáticamente hacia Todoroki, que se alarmó después de ver el rostro de su amigo, sin dilaciones, corrieron rumbo a los dormitorios. Bakugou suspiró y, después de sopesar la idea de sentarse junto a (T/N), decidió ir al asiento del copiloto. A los pocos minutos, los otros dos muchachos estaban metiendo las mochilas en la maletera del carro a la par que le pedían a (T/N) que les pasara la suya.

Después de que Deku se sentara junto a (T/N) luego de que Kacchan se lo ordenara —al parecer, considerando como una menor amenaza a Midoriya—, los cuatro jóvenes veían el paisaje pasar a medida que los edificios se sucedían y los minutos transcurrían. Finalmente, dejaron a Midoriya y a Todoroki en un cruce.

—Feliz navidad —deseó Midoriya, siendo secundado por Todoroki quien agradecía el aventón.

—Sí, pásenla bien. —Sonrió (T/N)—. Cuídense mucho y hagan memorias preciosas.

—Sí, sí, solo váyanse —gruñó Bakugou mientras su padre agitaba ligeramente la cabeza.

—Vayan con cuidado, chicos, y avísennos cuando lleguen. Saluda a la señora Inko, Izuku —pidió Masaru, manteniendo esa expresión cálida tan distinta a la de su hijo.

(T/N) confirmó que, realmente, esos dos eran amigos de la infancia. Sintió un poco de envidia porque le hubiera gustado conocer al pequeño Katsuki, seguro era adorable. Se imaginó sacándolo de quicio y eso le plasmó una sonrisa en el rostro por el resto del trayecto.

:-:

(T/N) estaba sentada, cual estatua, en uno de los muebles de la sala. La verdad, después de oír que la madre de Bakugou llegaría y que su presencia no era necesaria en la cocina, la incertidumbre de conocer a la mujer la estaba volviendo loca. Intentaba mantenerse distraída jugando en una aplicación donde un tal 707 le sacaba una carcajada de vez en cuando, pero eso no menguaba el temblor en sus piernas.

Sin embargo, se quedó petrificada cuando escuchó una cantarina voz decir que había llegado a casa. No era como si se considerara la novia de Katsuki, pero tenía entendido que las madres de los hombres eran criaturas de temer.

—¡Por All Might! —exclamó la mujer al verla sentada, de frente a la puerta por donde había entrado—. ¡Es la novia de Katsuki!

Se escuchó una explosión provenir de la cocina mientras el aludido salía, furioso, a enfrentarse a las sandeces de su progenitora.

—¿Qué demonios pasa contigo?

—Eso te lo pregunto yo a ti, dinamita andante —repuso Mitsuki.

Antes de que Katsuki pudiera decir algo, el intento de reprimir una carcajada por parte de (T/N) lo hizo girarse hacia ella con una mirada terrorífica.

—Lo agregaré al repertorio —dijo entre risas, a pesar de que él se acercaba de forma amenazadora.

—Katsuki, saluda apropiadamente a tu madre —pidió Masaru, procurando mantener la calma entre sus caóticos familiares.

—Es ella la que siempre tiene que salir con sus cosas —reclamó—. ¡Ugh! ¡No! Suéltame, vieja bruja —se resistió Bakugou cuando Mitsuki le dio un fuerte abrazo.

—El único anciano aquí eres tú, si continúas arrugando así el entrecejo se te quedará así de por vida. —La mujer lo soltó y le dio un ligero golpe en la frente.

Katsuki gruñó, pero le hizo caso y, sin mediar más palabras, regresó a su puesto en la cocina.

—Mucho gusto. Soy (T/N). —La muchacha se presentó, más relajada y un poco sorprendida por la diferencia que había entre ambos adultos y su amigo.

Mitsuki y Masaru eran amables y comprensivos, no sabía de dónde había sacado Katsuki su actitud egocentrista y arrogante. No pensaba que fuera malo, solo que complicaba que otras personas se aproximaran a él, lo que repercutía en sus posibilidades de convertirse en un héroe.

—Puedes decirme Mitsuki, no son necesarias las formalidades. —Curvó los labios y, con toda la confianza del mundo, se sentó junto a ella—. Dime, ¿Katsuki se está portando bien? Me alegra que en U.A. se hayan dado cuenta de cómo es realmente él, pero eso son los profesores, sus compañeros son más importantes.

—Uhm... —(T/N) lo meditó unos segundos—. Una clase sin Katsuki se sentiría incompleta, creo que así lo vemos todos. Personalmente, sé que se convertirá en un buen héroe, aún falta mucho por descubrir y mejorar, pero hay algo en el corazón de él que me hace creer que cambiará la historia.

Mitsuki asintió con orgullo. Luego sonrió de forma socarrona, buscando molestar a ambos adolescentes.

—Serás una novia excelente para esa pequeña bestia.

—¡Cierra la boca! —vociferó Katsuki desde el otro lado, ruborizado.

—No somos novios aún —aclaró (T/N), sonriendo al ver cómo Katsuki asomaba la cabeza por la puerta.

—No agregues ese 'aún', fea —dijo, cada vez más enrojecido.

—¡Feo tu tra...! —(T/N) apretó los labios, creyendo que no era buena idea insultarlo frente a sus padres.

—No te contengas, querida. —Rio Mitsuki.

—¡Feo tu trasero explosivo! —terminó (T/N) con una sonrisa victoriosa cuando él desapareció iracundo.

—¿Trasero explosivo? —cuestionó Mitsuki, alzando las cejas ante el apodo tan extraña.

—Fue una broma que le hicimos. Un compañero, Kaminari, colocó un poco de nitroglicerina en el asiento de Bakugou y empezó a explotar cuando se sentó.

—Ya veo... —Mitsuki, un poco seria, se frotó la barbilla—. Nuevo material de extorsión —celebró, a lo que (T/N) rio—. Y bien, ¿cuál es tu kosei?

—Nada tan genial como Katsuki —habló con modestia—, solo soy capaz de volar.

—¿Así como lo superhéroes de las historietas?

—Como Superman —agregó emocionada.

—Es un kosei estupendo, porque explotar cosas lo hace cualquiera —comentó tan solo para escuchar un gruñido por parte de su hijo—. Molestarlo es tan divertido.

—Entiendo perfectamente.

—¡Ah! ¿Quieres ver los álbumes de Katsuki? —propuso después de unos segundos de silencio.

—¡Ni se te ocurra! —chilló Katsuki, corriendo para detener a su madre.

—¿Acaso hay algo que no quieres que vea? —bromeó (T/N).

—Sí, tus ojos no son dignos de apreciar mi infancia —repuso, sin convencerse a sí mismo de sus palabras.

—Tiene fotos desnudo de bebé, eso es lo que le da pena —explicó, sacando un grueso álbum de un baúl de madera.

Katsuki enrojeció y, generando explosiones en sus manos, se dio por vencido y regresó a la cocina, murmurando maldiciones. No era realmente susceptible al arma secreta de su madre al mostrarle su lado más frágil a (T/N), pero era precisamente eso, no quería que ella viera su parte más vulnerable, porque sabía que ella lo admiraba y deseaba lucirse frente a ella.

Mitsuki y (T/N) se sentaron frente a la mesa baja, la más joven con la expectación siendo transpirada por los poros de su piel.

Podía decir solo una cosa, Katsuki era adorable de pequeño, podía vislumbrar la obstinación en su mirada y eso le gustaba. Era fácil adivinar, de tan solo ver su sonrisa, que había sido un niño feliz. Viendo esas fotos y escuchando la explicación de Mitsuki, podía hacerse una idea de qué había llevado a que Katsuki fuera él en ese preciso instante de su vida.

—¡Ah! Izuku —dijo, al percatarse del pequeño Midoriya junto a Katsuki, siempre más tímido a pesar de ambos estar disfrazados de All Might—. Era tan adorable, bueno, sigue siéndolo...

—Extraño los tiempos que Izuku se paseaba por acá —suspiró Mitsuki con anhelo—. Pero tengo entendido que se llevan mejor.

—Sí, creo que ambos se entienden más de lo que Katsuki quiere aceptar —opinó, sorprendiéndose al no escuchar réplicas por parte de Katsuki que, al parecer, estaba más en la sala que en la cocina.

—(T/N), te pediré un favor. —Tomó su mano, dirigiéndole una cálida sonrisa—. Cuida de Katsuki, creo que entiendes que es un buen muchacho, y te doy gracias por ser su amiga.

—N-no tiene que agradecer nada. —Ella, apabullada por la petición, apenas fue capaz de producir una oración coherente—. Solo espero que él me permita estar a su lado.

:-:

Después de cenar y estarse un buen rato hablando —más molestando a Katsuki que cualquier otra cosa—, Mitsuki y Masaru les dieron un voto de confianza y permitieron que durmieran en la misma habitación.

Bakugou tendió el futón y lo arregló mientras (T/N) respondía una llamada de sus padres. Cuando regresó, ella le dirigió una sonrisa.

—¿Estás bien? —preguntó al notar su mutismo.

—Sí, me alegra que estén pasándola bien en Okinawa —comentó, inspeccionando el escritorio de Katsuki—. ¡Oh! Es la edición especial del set de escritura de All... ¡Oye! No apagues las luces sin avisar.

—A dormir —dijo simplemente.

—¿Eh? Pero aún no te he dado tu regalo de navidad. —Encendió la luz y corrió para sacar la bolsa de regalo de la mochila—. ¡Feliz Navidad!

Katsuki entornó los ojos y, suspicaz, recibió el obsequio. Lo abrió sin ninguna emoción, a pesar de estar entusiasmado.

—...

—¿Y bien?

—Te voy a asesinar —gruñó después de sacar un delantal con motivo floral—. Para esta mierda no me hubieras dado nada.

—Ay, qué desagradecido eres. —Puso los ojos en blanco y le arrebató el delantal—. Busca mejor, idiota.

Katsuki, exasperado, volvió a meter la mano en la bolsa y sacó un par de guantes negros. Sonrió con sorna por la originalidad del regalo.

—Siempre tan prudente.

—De hecho, no —puntualizó (T/N), sentándose a su lado—. Le pedí a Hatsume que los hiciera. Son de un material resistente al calor, abiertos en la palma de la mano para que no obstaculice el uso de tu kosei y, en caso de sufrir quemaduras, en la parte posterior hay un pequeño bolsillo para tratarlas.

Katsuki, más entusiasmado, se los probó, flexionando los dedos y revisando cada una de las funciones. Eran sencillos y útiles, le gustaba. Esta vez sonrió de forma más sincera, y eso fue suficiente para su amiga.

—Sabes que no tengo nada para ti, ¿verdad?

—Lo supuse. No te imagino buscándole un regalo a una chica. —Asintió comprensiva.

—Aun así, me fastidia quedarte debiendo algo; a pesar de que estoy molesto contigo.

—¿Disculpa? —Ladeó el rostro sin entenderlo—. ¿Y qué hice?

—Es lo que no hiciste.

—Explícate porque no tengo ni idea...

(T/N), al notar que Bakugou no tenía la intención de decirle nada, decidió ir a dormir con la esperanza de que el enojo se le pasara al día siguiente.

Katsuki no hallaba una manera menos patética de decírselo, así que la detuvo y, ambos observándose a una corta distancia, acarició su mejilla para luego cortar la distancia que los separaba de forma violenta, estrellando los labios contra los de ella. Buscando una mejor posición, sumergió los dedos en su cabello, extasiándose por la inesperada suavidad. Lo admitía, jamás había besado a alguien y no estaba seguro de qué hacer, pero suponía que estaba haciendo algo mal porque ella no reaccionaba.

—No digas que Deku es adorable, no cuando yo también estaba en la foto —pronunció, sorprendiéndose al escucharse la voz enronquecida—. ¿(T/N)?

—... —La muchacha infló las mejillas arreboladas—. Hiciste que me mordiera el labio, no tenías que impactar tan fuerte. Tienes que volverlo a hacer, pero con más delicadeza, y no tires de mi cabello, no soy un maldito caballo. Y, Katsuki, Izuku es adorable, pero tú eres sexy.

Bakugou rio, la sorpresa marcada en su rostro. Procurando ser más suave, se acercó para compartir un breve y casto beso, gesto suficiente para demostrarle que le abría su corazón porque sabía que, si era ella, sería capaz de atesorar sus sentimientos.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Mi excusa será que me gusta brindarle a ustedes un cupón de especiales de navidad extendido por todas la primera semana de enero xD 

Con eso dicho, el especial de Midoriya será el próximo y último, que espero ser capaz de tener listo para el fin de semana :)

¡Feliz año 2018! Pásenla maravillosamente y tengan en mente que son capaces de realizar todas sus metas si se lo proponen. 

Cuídense mucho y linda semana.

¡Plus ultra! >.<

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