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Estrellas - Dabi

Pedido por: Cataleya_the_cat (Lamento la tardanza; espero sea de tu agrado)

Aclaraciones: Universo alternativo sin koseis; teoría sobre Dabi siendo un Todoroki.

:-:

A Dabi le escocía el pecho, el enojo bullía en su corazón y el malhumor primaba en su expresión; y realmente sabía qué sentimiento era y lo aceptaba totalmente...

Estaba celoso de su hermano menor.

No por ser el favorito de su padre, ni por ser mimado por sus hermanos; sino porque, cuando creyó tener la atención de alguien para sí mismo, eclipsando de una vez por todas aquellos factores que le impedían brillar con su tenue luz, Shouto conseguía arrebatarle su fascinación, sus sonrisas y su curiosidad, ese afán que ella tenía por descifrarlo como un enigma digno de thriller policiaco.

Aunque sabía que exageraba un poco porque su novia sí le ponía atención, tan solo se sentaba junto a Shouto, por coincidencia de su misma edad y tomando la misma materia optativa que él en la universidad, mientras él estaba ocupado intentando ser un buen anfitrión o lidiando con la empresa que estaba ayudando a crear con el volátil Shigaraki Tomura.

Así que, de vez en cuando, se permitía hervir la sangre al ver a su hermano menor inclinado hacia ella, con ese gesto altivo y burlón, trastocado por su fea cicatriz, que le sacaba de quicio —realmente el inexpresivo rostro de Shouto no podía hacer eso—. Dabi casi siempre estaba ocupado, al igual que ella con sus estudios, por lo que escasas veces podían quedar de acuerdo para verse.

En ocasiones como esa, a (T/N) no le quedaba más remedio que ir al hogar Todoroki para probar suerte y ver a su novio. Se sentía extasiada cuando lograba conseguirse con él, ataviado en sencillas vestimentas y con el celular en la mano, marcando y musitando como endemoniado a "la bola de incompetentes" que eran sus socios. Estaba consciente de lo ocupado que estaba, por lo que prefería no molestarlo y permanecer junto a Shouto con quien podía adelantar el ensayo que debían escribir juntos; después de todo, aún se podía mesmerizar con la efímera figura de Dabi paseándose de un lado a otro.

—¿Ocurre algo? —dijo Shouto en voz tan baja que a (T/N) le costó un poco abandonar sus cavilaciones para escucharle.

—No es nada —repuso, señalando una oración que no terminaba de convencerla—. Creo que deberíamos usar un conector para aunar ambas ideas; suena muy tajante si lo dejamos así.

—¿Te parece 'por lo tanto'?

—Ya lo usamos arriba. —Colocó el cursor en la primera línea del párrafo—. Podemos intentar con 'por ello', aunque no suena tan bien.

—Vayamos con eso mientras tanto, luego lo editamos.

Debían realizar un análisis literario sobre tres obras del autor Ernest Hemingway, interconectar e interpretar su estilo y lo que quería transmitir. Se habían decantado por El viejo y el mar, Por quién doblan las campanas y Adiós a las armas, acariciaban la prosa con sus sencillas palabras que no le daban el mérito suficiente al autor, pero al ser los dos los mejores en su clase optativa de La Generación Perdida, tenían la confianza de que juntos podían sacar la máxima nota con el estricto profesor.

De hecho, todos se habían quejado cuando ambos decidieron emparejarse; (T/N) por no conocer a nadie más que a Shouto, y él por sentirse más cómodo junto a la chica que resultaba ser la novia de su hermano mayor, ahorrándole el atosigamiento usual de las mujeres. Sin embargo, al profesor poco le había importado, por lo que ambos también le restaron importancia.

—Te distraes con facilidad —comentó Shouto al notarla de nuevo con la cabeza en otro lado, o realmente los ojos.

—¡Yo no...! —boqueó exageradamente, sonrojándose al ver la sonrisa que él le obsequiaba; probablemente, hubiera sido capaz de derretir el corazón de cualquiera con el gesto inocentemente socarrón que adornaba sus facciones, y (T/N) entendió un poco por qué todos decían que era apuesto—. Es culpa de tu hermano —decidió admitir, aireándose la cara—, se pasea por toda la sala y su presencia, o más bien el anhelo de todo él, me distrae.

—El anhelo de todo él... —repitió, meditabundo y consiguiendo que otro tono de rojo se sumara al rostro de la chica—. ¿Por qué no vas a hablar con él?

—Pues... Está ocupado y nosotros también —musitó, queriendo y al mismo tiempo no que alguien la incitara a pasar la noche con Dabi.

Por otro lado, Dabi alzó la mirada de la pantalla del celular, sin entender por qué Toga se empeñaba en enviar imágenes extrañas en su chat grupal de negocios. El pecho se le removió y le causó rabia ver a su novia sonriéndole a su hermano, ni siquiera podía dar crédito al rubor que se esparcía en sus mejillas. Odiaba ver que, algo que se suponía solo él tenía derecho de provocar y apreciar, era conseguido por Shouto con facilidad; ajeno realmente al tema de conversación entre ambos compañeros.

A veces, a Dabi le sorprendía hallarse a sí mismo pensando cosas crueles, como si en un universo paralelo fuera un villano. Sabía que Shouto no se sentía a gusto cuando la tetera avisaba que el agua había hervido por el accidente en su infancia que causó su cicatriz, y no dudó en prepararles té tan solo para tener motivos para incomodarlo y fisgonear qué podía tener tan azorada a la chica, con la esperanza que no se tratara de la insípida personalidad de su hermano.

Los capturó en pleno acceso de carcajadas por parte de ella y una sonrisa divertida por parte de él; de nuevo, ignorante del tema de conversación entre ambos. Sin quererlo, azotó la bandeja contra la mesa de estudio donde ambos estaban demasiado cerca.

—Disfrútenlo.

Con esa sencilla y fría palabra, giró sobre sus talones y se marchó. Mientras (T/N) se dedicaba a fangirlear por poder tomar té hecho por él, Shouto se preguntaba si estaba envenenado por el tono tétrico que empleó.

—Huele bien —celebró la chica, pero hizo un mohín con los labios—; pero me parece que está molesto.

—¿Quizás algo del trabajo?

—Uhm... No creo —susurró, tomando a sorbos el líquido dispuesto a una temperatura aceptable—. Podría ir a hablar con él, pero estamos ocupados y probablemente él también. Quedamos de acuerdo en ser pacientes con el otro, así que...

—No me llevo muy bien con él —empezó Shouto—, aun así, sé que es del tipo que especula demasiado; entonces, antes de hacer eso, es mejor aclarar cualquier malentendido.

—¿Malentendido? —Curvó una ceja, sin entender a qué se refería.

Shouto imitó su gesto y luego los señaló a ambos, intentando enfatizar sus palabras:

—Nosotros.

—¿Qué?

—Puede que esté molesto con nosotros.

—¿Molesto en el sentido de celoso?

—Quizás. —Se encogió de hombros—. Creo que me comportaría igual si alguien eclipsara la atención de la persona que me gusta.

—Pero... Oh... —Parpadeó, entendiendo; aun así, soltó una exclamación de asombro—. ¿Te gusta alguien?

Shouto bajó la mirada y acarició el teclado de su laptop con algo parecido a la timidez. (T/N) chilló de emoción y se puso en pie de inmediato.

—Iré a hablar con Dabi y, luego, debes contarme todo —habló rápidamente—. Claro, si quieres.

—Gracias. —Shouto le sonrió por mostrarse considerada y le dio un pulgar arriba—. Suerte.

(T/N) agitó la mano y corrió hacia el desván, sitio donde sabía que dormía él. En la amplia estancia había construido un pequeño estudio y una improvisada habitación, ambos separados por un panel, luego de que ella le insistiera que debía tener un cuarto apropiado en vez de simplemente tirar el futón en el primer sitio disponible.

La ventana estaba abierta y el suave viento se colaba, agitando las hojas dispuestas en el escritorio mientras el aroma de Dabi recirculaba por el sitio y la hacía sonreír levemente. Apagó la luz y se sumergió en la oscuridad que se ceñía sobre el cuarto desde el alféizar. Sin esperarlo más, trepó por el estrecho borde, cuidando sostenerse bien de las tejas para llegar a la planicie del techo donde sabía que Dabi estaba recostado, dejando que su respiración y la sutil brisa difuminara sus violentas emociones.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a verte —explicó, sentándose a su lado con las piernas encogidas.

(T/N) notó cómo su novio ladeaba el rostro como un crío, a pesar de su edad. Sonrió un poco, procurando ignorar el arrullo cálido de su corazón de solo saber que estaba a su lado. Permanecieron en silencio unos minutos hasta que ella habló:

—¿Y tú qué haces aquí?

—Estaba contando hasta diez para ver si me tranquilizo, pero ya voy por doscientos sesenta y ocho y no se me pasa...

—Y yo que creía que contabas estrellas como una colegiala... Ya sabes, en plan "me quiere, no me quiere" —bromeó y Dabi curvó una ceja de forma incrédula, así que carraspeó—. Antes de que te hagas ideas, entre Todoroki y yo no hay nada... Bueno, sí, obviamente tú eres un Todoroki y hay algo entre nosotros, pero me refiero a Todoroki junior.

—Puedes decirle Shouto.

—Me da vergüenza.

—¿Por qué? Se supone que no sientes nada por él.

—No somos cercanos; además, puedo sentir muchas cosas por otras personas, por él siento amistad, por ti amor... Que te quiera no me priva de albergar sentimientos por los demás, Dabi.

—¿Y entonces por qué aceptaste llamarme por mi "nombre" tan fácilmente?

—Oh, vamos, no es lo mismo —refutó, pero Dabi la observaba fijamente, analizando sus expresiones y descascarando sus emociones poco a poco—. Me hace feliz llamarte por el nombre que tú me permitiste usar; solo tus amigos te llaman así, por lo que lo consideré un privilegio. Y si te molesta que le diga Todoroki, pues puedo llamarlo Shouto...

—... —Dabi separó los labios y suspiró—. Mejor no; odio el sentido de cercanía cuando dices su nombre.

—No puedo creer que estés celoso de tu hermano. —Puso los ojos en blanco.

—Es de tu edad, van juntos a la universidad... No me mires así, aun cuando es una sola materia, tiene la ventaja de verte cuando quiera. Oh, también es apuesto y todas se mueren por él.

—Todas se mueren por ti también, solo tú no te das cuenta —atajó, sin poderse creer que él, quien lucía tan seguro, empezara a menospreciarse por las escasas virtudes que Shouto poseía a ojos de ella, obviamente—. Y ya te lo dije, te quiero a ti, no a otra persona.

—Pero puedes sonrojarte y reírte ante otros hom... —empezó a reclamar, pero se calló cuando ella sostuvo su mano con firmeza.

—Porque eres el tema de conversación.

(T/N) se echó a su lado, jugando con los nudillos prominentes del hombre, a la par que se perdía en el brillo titilante de las estrellas, intentando dilucidar sus edades por los distintos colores que adoptaban. Por su lado, Dabi apretó los labios en una fina línea, experimentando inseguridad porque no creía posible que ella, en quien había descubierto la perfección tras sus imperfecciones, pudiera aseverar con tal ahínco que lo quería; a él, que no valía nada, que se dejaba dominar por pensamientos oscuros, debatiéndose entre la moralidad de sus actos e intentándose aferrar a la esperanza que ella representaba.

—Así que no te molestes. Sé que nuestra diferencia de edad es un problema, que nuestras profesiones también lo serán, que se siente como si el mundo entero estuviera en nuestra contra... Pero me gusta creer que, juntos, lograremos que todo esté bien al final del día.

Ah...

Definitivamente, no sabía qué había hecho para merecerla, para que ella se fijara en él y para que lo tratara con tanto cuidado, como si por fin fuera importante para alguien.

Era orgulloso, tanto que, después de huir de su hogar, había regresado por petición de su madre aún internada en un sanatorio, y seguía recluido en su propio mundo sin querer aceptar la familia rota que hacía lo posible para mantenerse junta, a pesar de toda la mierda que había ocurrido. Y, aun así, no podía erigir un enhiesto muro de indiferencia cuando se trataba de ella.

—(T/N), te amo.

La chica parpadeó varias veces, anonadada por la repentina honestidad cuando él nunca había comunicado a viva voz sus sentimientos. A pesar de la queda frase, pronunciada con tanta delicadeza como si temiera romperle el corazón, le sonrió.

—Lo sé.

—... Esperaba, no sé, un "te amo" de regreso.

—Puedo decírtelo todas las veces que quieras, pero solo por hoy, dejemos que seas tú el que materializa nuestros sentimientos al viento para que viaje más allá de la estratósfera y se permute con la infinidad del universo, reflejándose en las estrellas.

—Demonios, eso me gustó a pesar de lo cursi que sonó.

—¿Verdad? —Rio, girando sobre sí misma para quedar de panza y poder observar las turquesas que Dabi tenía por ojos—. Lo estuve practicando varias veces, esperando la oportunidad para decirlo sin que sonara tan empalagoso.

—Pero me gustaría creer en eso. En amores eternos a pesar de la efimeridad de nuestras vidas.

—Podríamos intentarlo.

—Podríamos intentarlo, sí —repitió y dejó caer los párpados para darle descanso a su agitada alma, siempre en busca de una libertad que no comprendía.

Curvó los labios cuando ella lo besó suavemente, con sus besos castos y cándidos que lo embargaban de ternura y le atenazaban la garganta dolorosamente; porque había descubierto que el amor podía doler en ocasiones cuando se creía indigno de experimentarlo.

La acercó un poco más, permitiéndose fundir en el gesto y disfrutando cómo reía entre besos, percatándose del curioso hecho de que sus pupilas brillaban tanto como los astros luminosos cuando lo observaban. Y se sintió dichoso de que, por un instante, él se convertía en su todo, en su universo.

—¿Ya estás tranquilo? —preguntó, recostando la cabeza de su pecho para disfrutar del espectáculo nocturno que se desplegaba en el cielo—. Quiero decir, acabo de profesarte mi amor eterno.

—Sí —musitó—. Hasta estoy considerando pedirte matrimonio.

—¡¿Eh?! —Intentó propulsarse hacia arriba para verlo mejor, pero él la sujetó fuertemente para evitar que viera sus mejillas arreboladas, sin querer confiarle su expresión ni siquiera a la oscura noche—. ¡Sí!

—No he hecho la pregunta. —Soltó una profunda risa nasal que le hizo cosquillas en la cabeza.

—Aun así, ¡digo que sí!

—Eres adorable. Sin embargo, podemos pensar en eso luego.

—Bueno, pero ya sabes mi respuesta.

—Sí.

—Exacto; me encanta que captes tan rápido.

Dabi curvó una ceja y, cuando procesó sus últimas palabras, se echó a reír. Definitivamente, quería, al menos, vivir esa vida junto a ella; no importaba si no era digno de ella por toda una eternidad.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: No puedo creer que haya quedado tan empalagoso, además de que a Dabi lo siento un poco OoC... Quiero ver si alguien se da cuenta del pequeño detalle curioso que coloqué xD

Lamento mucho no haber escrito nada en más de un mes; pero estoy en pleno bloqueo horrible y culpo a mi mente por ello (¡ya párale a la anhedonia, cerebro!) Sin embargo, espero poder retomar todo, terminar los pedidos y comenzar con algunas cositas que quiero hacer.

Próximamente, traeré a Kirishima, tengo escrito algo a medias sobre él, espero que el resultado final me convenza xD

Deseándoles una excelente semana, me despedido ^^

¡Plus Ultra! >.<

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