¿Destino? - Monoma Neito
Pedido por: DannyTaboada (y Katsuki-Dynamite porque hizo que me acordara que le tenía planeado algo a Monoma xD)
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Una agencia de héroes no se conformaba solamente de héroes, había todo un personal de apoyo que trabajaba tras bambalinas. Como en toda empresa, necesitaban a alguien que se encargara de los empleados y de que el ambiente fuera el propicio; y era (T/N) la encargada de ello.
Así que, recientemente, le había llegado un número anormal de quejas dirigidas hacia un colega en específico y que, por si no fuera poco, había recién ingresado en la agencia con un currículo más que prometedor.
Sería una lástima que lo despidieran con una carrera tan brillante por delante. Sin embargo, entendía el disgusto de los demás héroes, que tomaran tu kosei prestado sin permiso debía ser frustrante y, peor, que lo usaran en ocasiones mejor que tú.
Así que, cerciorándose nuevamente de la hora de su encuentro, suspiró, no sabía si de cansancio o algo más. Casi como si fuera un reloj, el rubio entró a su oficina con una sonrisa rayana en lo cínico. Después de saludarla, se sentó frente a ella, dispuesto a escuchar una charla que habían tenido con anterioridad.
—Monoma —llamó su atención, apartando la vista de su dedo meñique—, sé que no eres tonto; así que, por favor, deja de interferir en el camino de tus compañeros.
—No es mi culpa que no sepan usar sus koseis de la forma más eficiente. —Se encogió de hombros—. Además, ellos saben cuál es mi kosei, deberían estar conscientes de lo que haré en cuanto inicie una batalla.
—Aun así, deberías tener la delicadeza de informarles de antemano; a nadie le gusta que otra persona use su kosei sin su permiso.
—Y debes agregar que hago mejor uso de este que el dueño original, ¿no crees?
—Ese no es el punto. —Se pellizcó el puente de la nariz, incapaz de mirarlo a la cara sin perder la compostura—. El meollo de todo esto es que estás provocando discordia entre todos los miembros de la agencia. Sé que te graduaste en U.A. y no solo eso, tienes una lista de referencia más que admirable; sin embargo, eso no justifica tu actitud. ¿Es que acaso sientes que te hace falta algo para llenar el vacío que intentas ocupar siendo así de antipático?
—No me falta nada... —Desvió su mirada para luego cruzar los brazos y obsequiarle una de sus sonrisas astutas—. ¿A ti?
—No intentes darle vuelta al asunto, Monoma. —Clavó sus pupilas en las de él, sosteniéndole la mirada unos cuantos segundos hasta apartarla a la par que las mejillas se le calentaban—. Esta es tu última advertencia. El jefe dijo que a este paso te sacaría de la agencia si no escarmentabas. Y sabes bien qué le depara a un héroe despedido...
—¿Es una amenaza?
—Advertencia —corrigió y sonrió de forma victoriosa al notar su repentina seriedad—, o amenaza, como quieras tomarlo.
Monoma la escrudiñó unos segundos y volvió a relajar los músculos, curvando sus labios de forma maliciosa al captar el leve rubor en las mejillas de su interlocutora. Se inclinó un poco hacia adelante y, sin entender por qué alguien como ella le llamaba la atención, dijo:
—Se rumorea que nunca dices cuál es tu kosei... Empiezo a cuestionarme si es cierto que tienes uno.
—No deberías preocuparte por esas nimiedades, Monoma. —Se puso en pie, alejándose todo lo posible de él mientras le abría la puerta para que saliera—. Por los momentos, enfócate en mejorar, ¿de acuerdo? Tienes mucho potencial, sé que puedes hacerlo.
—Prometo que me ocuparé de ello —pasó a su lado y extendió su mano para tomar un mechón de su cabello, en vano—, pero supongo que tener un pasatiempo de vez en cuando no está mal, (T/N).
(T/N) suspiró y cerró la puerta, apoyando la frente de esta mientras sentía las rodillas cual gelatina a la par que sus mejillas se sonrojaban con violencia. Se sentía así por culpa de su kosei, porque si no fuera por este, jamás se hubiera fijado en alguien como Neito. Y es que tenía miedo de tantas emociones que se arremolinaban en su pecho y nublaban su mente, al punto de hacerla tan ligera que podría flotar y entregarse a la excitación que mermaba el resto de su racionalidad.
—Maldito, Neito —musitó, saboreando su nombre en sus labios.
Le gustaba pronunciar su nombre, pensar que podría hacerlo algún día sin sentirse ridícula por la sonrisa que seguro le dirigiría. Dejó escapar una profunda exhalación, sin entender por qué cada vez que pensaba en él, su cuerpo se calentaba más de lo usual; culpó a su kosei y, una vez más, no pudo evitar odiarlo.
—¡(T/N)...! —La puerta se abrió violentamente, golpeándola en la nariz.
—... Kinoko-chan... —gimió mientras sentía cómo el líquido espeso fluía por su mano a la par que buscaba frenéticamente un pañuelo desechable.
—L-Lo siento —dijo, acercándole la caja mientras la sentaba y esperaba a que mágicamente el sangrado se detuviera—. Solo quería informarte que vinieron miembros de otras agencias.
—¿Quiénes?
—Nuestros compañeros de U.A., aunque la mayoría son de la clase A...
—Supongo que vienen a ayudar con el caso que se presentó, ¿verdad?
—Sí; pero ese no es el punto. Lo que quiero pedirte es que cuides de Monoma.
—¿Y por qué tendría que cuidar de él?
—Bueno, porque suele ser muy sensible cuando se trata de ellos. Además, supuse que como te gusta, estarías bien haciendo ese trabajo.
(T/N) tardó menos de lo esperado en captar lo que había dicho e, inevitablemente, la sangre en su bola de pañuelos se esparció aún más.
—¡¿Qué te hace suponer eso?!
—Ah, es que Kendo-chan dijo que probablemente era así...
—¿Es que nada se le escapa a esa mujer? —masculló mientras Kinoko inclinaba el rostro sin comprender muy bien qué decía ella—. En fin, es mi deber cerciorarme del comportamiento de todos mientras tengamos visitas. Lo menos que querría es que hayan problemas, y conociendo el temperamento de Monoma...
Apenas terminó de decir esas palabras, se escuchó una explosión que hizo a ambas dar un brinco.
—¡Es que sigues con la misma mierda, niñato! —gruñó quien supuso (T/N) era Bakugou Katsuki, sacando el dedo medio con un gesto aterrador.
—Co-como siempre, igual de salvaje... —dijo Monoma, colocándose del otro lado de un escritorio por seguridad.
—Chicos, no es momento de pelear —medió Midoriya con una sonrisa de disculpa.
—Exacto —corroboró (T/N), abriéndose paso entre el montón de héroes después de dejar la bola de papel ensangrentada en un basurero hasta tomar del brazo a Monoma y tirar de él para que estuvieran frente a Bakugou—. Ahora, discúlpate, Monoma.
—Sí —asintió Bakugou con una sonrisa de autosuficiente que ninguno de sus compañeros le conocía.
—Tú también deberías de hacerlo, Bakugou —dijo Kirishima, viendo con gravedad la silla chamuscada, víctima de la explosión.
—¡Ni de coña!
—No podemos empezar así un trabajo —razonó Uraraka mientras pedía disculpas a todos los que se le cruzaban en el camino.
Monoma observó con reproche a (T/N) para luego mirar los ojos inyectados en sangre de Bakugou.
—Hagámoslo juntos —susurró (T/N), sonriendo levemente mientras le daba un ligero apretón a su brazo.
—Maldición —musitó Monoma, sintiéndose ceder por el montón de miradas reprobatorias del resto de héroes.
Poco a poco, dejando a un lado el orgullo para intentar crecer como un héroe de verdad, inclinó la cabeza.
—¡Ahora vas tú! —exclamó Kirishima, tomando la nuca de su amigo hasta hacerlo devolver el gesto, aún cuando tuvo que activar su kosei por culpa de la fuerza del rubio.
—¡Esforcémonos en trabajar juntos! —exclamaron todos con los ánimos elevados mientras reanudaban su tarea anterior.
Monoma sonrió de forma victoriosa. Tenía cinco minutos para descubrir qué era lo que (T/N) ocultaba con tanto afán.
Cuando alzó la cabeza, sonriendo con satisfacción, se quedó sin palabras.
¿Acaso un kosei como ese existía? ¿Un kosei capaz de volver realidad la historia favorita de los románticos? Debían estar bromeando, aun así, hallaba fascinante el escenario teñido de rojo que se desplegaba ante sus atónitos ojos.
—El hilo rojo del destino... —musitó, parpadeando varias veces tan solo para cerciorarse de que todo eso era cierto.
—¿Qué...? ¡Monoma! —chilló (T/N), soltando su brazo y reprochándole el haber aprovechado una situación tan delicada para hacer eso.
—Es... —Monoma se giró a verla y abrió los ojos un poco más de lo normal—. ¡Estás sangrando!
—¿Eh? Sí, Kinoko-chan...
—¡Vamos a la enfermería! —Tomó su mano y pasó entre todos tan rápido como podía, arrastrándola un poco y, quizás, empeorando la hemorragia.
(T/N) miró sus manos aferradas como si fuera irreal, y es que la situación era, en todos los sentidos, demasiado increíble. Aunque eso no significaba que podía disfrutar ese pedacito de felicidad un rato más hasta que acabara el contacto de sus pieles y la preocupación palpable en las facciones de Neito.
Cuando llegaron a la enfermería, la sentó en una silla y se apresuró a meterle un par de torundas en las fosas nasales mientras le enderezaba la cabeza y la echaba un poco para atrás, suspirando con alivio al ver que el sangrado paraba de a poco. De repente, a Monoma lo atacó la curiosidad y vio el dedo meñique de su mano. No podía creer que no se había percatado con anterioridad de a quién le pertenecía el otro extremo del hilo.
—¡No mires! —(T/N) se lanzó sobre él y tapó sus ojos.
—¿Por qué no? Quiero ver.
—¡No puedes! Si lo haces, entonces todo será forzado e incómodo y no quiero que eso pase...
—No te preocupes —susurró en un tono cariñoso que jamás le había escuchado, como si quisiera arrullarla con su voz.
Monoma tomó sus manos con suavidad y las separó de su rostro hasta inspeccionar el estrecho hilo que unía ambos meñiques. Soltó una interjección de meditación y dijo con seriedad, pasando por alto la vergüenza de su compañera:
—¿Se puede cortar?
—¿Eh? —Ella parpadeó un par de veces hasta arrugar el entrecejo, exasperada—. Eres un idiota, Monoma.
—¡Oye! ¡Detente! —(T/N) empezó a golpearlo con puños erráticos y los ojos anegados—. No me refería a que quería cortarlo, tonta.
—¿Entonces para qué preguntas, imbécil?
—Es que... —Neito la observó unos segundos y sonrió de forma honesta—. No me gustaría que se rompiera.
—Sabes, que intentes ser romántico, me da repelús —pronunció (T/N), procurando que la alegría que esa simple oración le provocaba no se notara tanto.
—Ahora entiendo por qué tenías esa actitud...
—¿Qué actitud?
—Esa de siempre arrimarte a la puerta cada vez que me iba como si quisieras que me quedara un rato más.
—¿Qué...?
—Visión de rayos X. —Sonrió con arrogancia mientras ella boqueaba cual pez fuera del agua—. Linda ropa interior, por cierto.
—¡Eres un maldito pervertido! —Se arrojó encima de él para intentar estrangularlo, pero él solo sostuvo sus muñecas con ese gesto que odiaba y, al mismo tiempo, amaba—. ¡Te dije que dejaras de copiar koseis!
—Pero es que era tan divertido y curioso observarte hacer eso... Sin embargo, (T/N), ¿por qué no dices que este es tu kosei?
—Porque entonces todos empezaran a fastidiarme y a usarme de su casamentera... Quisiera tener un kosei genial como el de cualquier héroe, pero no, me toca quedarme frente a un escritorio por horas...
—¿Querías ser un héroe?
—Sí... —Dejó caer los brazos y suspiró—. Pero se es imposible con un kosei inútil como el mío.
—No creo que sea inútil. Bueno, mi kosei no deja de ser mejor; es decir, veme, soy un héroe y tú no.
—Monoma... —amenazó y él rio.
—Sin embargo, (T/N), de no ser por ese kosei, no estaríamos aquí. Tal vez jamás te hubieras fijado en mí y yo tampoco en ti. Puede que se llame el hilo rojo del destino, pero no siempre los destinos se cruzan y se unen; tú debes saberlo más que yo.
—Bueno, sí. He visto casos donde personas están casadas con otras que no son su alma gemela...
—¿Sí ves? Tu kosei nos hizo darnos cuenta de nuestros sentimientos... O quizás es un efecto secundario que desconoces y realmente tiene el poder de sugestionar y seducir al otro extremo, ¿quién sabe?
—¿Por qué tenías que arruinarlo? —suspiró y opinó—: Pero yo siento que esto es bastante real.
—Yo también. —Monoma deslizó sus brazos por la cintura de ella, estrechándola en un abrazo cariñoso.
(T/N) sonrió y acarició sus suaves hebras rubias, extasiándose por el etéreo tacto y deseando que esa paz que reinaba momentáneamente entre ambos fuera eterna o, por lo menos, durara un poco más.
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Caminaban rumbo a la estación. A pesar de todo lo que había pasado en el día, ninguno podía hallar el valor de tomar la mano ajena.
(T/N) habló con las mejillas ardiéndole, incapaz de controlar por más tiempo sus sentimientos.
—E-¿Está bien si te llamo por tu nombre?
—Uhm, claro. No me digas que eso te ofuscaba...
—Bien. —Se detuvo y apretó los puños en un intento de calmar los latidos desenfrenados de su corazón—. Aquí voy.
—Soy todo oídos —cantó, entretenido.
—N... Nei... to...
—No te escuché, (T/N).
—Neito... —musitó, con la mejillas tan rojas que creía le iban a explotar.
—¿Eh? ¿Qué dijiste?
—¡Nei...!
Molesta por sus constante burlas, alzó el rostro para enfrentarlo así eso significara permitir que viera su vergüenza. Sin embargo, se quedó petrificada al sentir sus cálidos y tersos labios acariciar los suyos con lentitud, como disfrutando el cándido gesto. Monoma se separó y sonrió con diversión al notar cómo ella seguía con la respiración trancada en su tráquea, con los ojos bien abiertos y la cara cada vez más enrojecida.
—Sé que estuvo bien, pero creo que exageras.
—N-¡No exagero! —Se tocó el sitio del dulce contacto—. Me gustó, pero me tomaste por sorpresa.
—Acostúmbrate, porque no te avisaré.
Y tal como había prometido, volvió a arremeter contra sus labios.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: No puedo creer que me haya sentado a escribir este capítulo y haya conseguido algo decente, y es que Monoma se me hace tan complicado... Pero me gustó cómo quedó e hizo que me preguntara si en el universo de BnHA podría existir un kosei como el de Reader-chan xD
En fin, pronto empezaré clases; así que espero traerles un nuevo capítulo esta semana y acabar los de Bakugou y Todoroki también para publicarlos poco a poco.
¡Que tengan una excelente semana y cuídense mucho!
¡Plus ultra! >.<
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