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Cortocircuito - Kaminari Denki

Era extraño estar echado en el sofá, leyendo cómodamente Tomodachi Game, sin un solo ruido que perturbara la silenciosa noche en los dormitorios de Yuei. Se sentía bien. No era como si le molestara la usual algarabía de sus compañeros, pero relajarse de vez en cuando no le sentaba mal.

La mayoría se había ido a visitar a sus familiares por unas merecidas vacaciones después del duro entrenamiento al que se habían sometido en el instituto. Sin embargo, Kaminari y (T/N) eran la excepción; uno con la excusa de no tener nada que hacer en su casa, y la otra porque sus padres se habían ido de viaje sin ella, cosa que aún no podía perdonar.

(T/N) estaba afuera. Había dicho que iría a trotar para continuar con su rutina de entrenamiento ya que, después de apenas ser aceptada en la escuela, se había percatado de que su kosei dependía mucho de su estado físico; así que para sacarle el máximo no podía descuidarse.

Kaminari se sirvió un vaso con jugo de naranja y clavó su mirada en el paisaje detrás del cristal. El cielo estaba totalmente oscuro a excepción de la luna y las estrellas titilando a lo lejos. De repente, un rayo partió la bóveda oscura, iluminando todo y sorprendiéndolo un poco.

—Empezó a llover —musitó a la par que el vidrio se empañaba por su aliento—. Y (T/N)-chan sigue afuera...

Un relámpago inundó el ambiente, aturdiéndolo por unos segundos. Venía una tormenta, y sería grande. Solo esperaba que (T/N) regresara pronto y que, con suerte y un poco de frío, pudiera hacer un movimiento para brindarle su calor y acurrucarse en el sofá. Sonrió tontamente al imaginarse la escena, pero el gesto se desvaneció cuando la puerta fue azotada minutos después.

—Ya llegaste —anunció viendo a la joven exprimiéndose el cabello.

—Y, no me digas, preguntarás si estoy mojada, ¿verdad?

—... No. —Kaminari desvió la mirada como si lo hubieran descubierto in fraganti—. Voy a preparar té para que te calientes; deberías ir a bañarte y cambiarte de ropa. Puedes dejar tu ropa afuera del baño y la pondré a secar.

—No voy a dejar mi ropa para que la seques —atajó, sonrojándose ante la simple idea.

—N-no lo decía...

—Sí que lo hacías, pervertido.

Denki alzó las manos a modo de derrota y le sonrió antes de desaparecer tras la puerta de la cocina. (T/N) suspiró y se quitó los zapatos, el rechinido que producían con cada paso que daba le ponía los nervios de punta. Un relámpago la hizo sobresaltarse y apurarse a encerrarse en el baño sin siquiera buscar un cambio de ropa, era una suerte que las toallas se almacenaran en el vestidor.

Kaminari estaba acostumbrado a escuchar todos los sonidos que la electricidad podía realizar y, de hecho, no les temía ni se sobresaltaba. Si era víctima de un cortocircuito de algún aparato electrónico, casi ni le hacía cosquillas por su invulnerabilidad a las corrientes eléctricas, si el caso fuera diferente, sufriría con su kosei. Es más, podía aseverar que ese tipo de tormentas eléctricas era su estado climático favorito.

Con una sonrisa de satisfacción al ver las tazas dispuestas sobre una bandeja de madera, se dirigió para depositarlas sobre la mesa del comedor. Suponía que (T/N) saldría pronto del baño y, entonces, pondría en marcha su incipiente plan de conquista. No estaba desesperado por conseguirse novia, pero, de las chicas de su clase, había tomado cierto interés por (T/N) y no quería perder cualquier oportunidad que se le presentara para mostrar que podía ser genial si se lo proponía.

Otro relámpago hizo mella en el silencioso ambiente.

Oscuridad y un grito.

Kaminari se quedó petrificado mientras sus ojos se ajustaban al cambio de iluminación. Después de procesar de dónde provenía el grito, corrió hasta las duchas tan solo para chocar con la muchacha que andaba a ciegas por el corredor. Antes de caer, ella estiró la mano y lo reincorporó con su kosei.

—¿Ocurrió algo? —preguntó Kaminari antes de felicitarla por los avances de su entrenamiento.

—Se fue la luz y me asusté. Casi me quedo encerrada en el baño. Es una suerte que estaba saliendo cuando ocurrió. —Soltó el aire despacio y se sonrojó con violencia al notar el recorrido cadencioso que trazaban los orbes dorados del joven; se ajustó la toalla.

—A-ah... —Kaminari desvió la mirada, igual de ruborizado—. Has mejorado, puedes soportar mi peso.

—Sí... —musitó—. Es un poco tonta la limitación de mi poder.

—¡Pero es genial! Eres una de las pocas personas que puede detener a Iida apenas empieza una pelea.

—Bueno, es porque nuestros koseis chocan. Al yo controlar la velocidad, puedo contrarrestarlo.

—... —Kaminari rio nerviosamente y dijo—. Es un poco tonto estar hablando de koseis a estas alturas, me siento como Midoriya.

—Tienes razón. —Rio brevemente y bajó la mirada.

—Deberías ir a vestirte. —Le dio la espalda, reuniendo toda su fortaleza para marcharse de allí.

(T/N) asintió y se apresuró a su habitación en la primera planta. Al intentar girar el picaporte, este no cedió. Forzó un poco la puerta y no ocurrió nada. Luego, se dio cuenta de lo que ocurría. La academia había incorporado cerraduras electrónicas recientemente y, como no había luz, no funcionaban.

—¡Maldición! —chilló, dándole una patada a la puerta tan solo para volver a maldecir por el dolor.

¿Qué haría? No tenía ropa para ponerse. La idea de vestir algo mojado y con el frío que hacía no le apetecía, pero la mataba tener que pasearse por todos los dormitorios en tan solo una toalla y más si Denki estaba por allí.

—¿Estás bien? —Kaminari volvió a llegar corriendo—. ¿No te has vestido? ¿Por qué me haces esto, (T/N)-chan? —dijo desesperado en sus vanos intentos por controlarse.

—No es mi culpa que esta academia tenga por excelencia la excentricidad y que no pueda abrir la puerta porque no hay luz y... —empezó a alarmarse hasta que algo calzó en los engranajes de su cerebro—. No hay luz...

—Luego quién es el obvio...

—¡No es eso, Kaminari! Usa tu cerebro, sé que tienes 1 punto de 5 en tus resultados de inteligencia, pero no creo que estés tan mal.

—¿Y eso se supone que es un cumplido?

—No te pongas sensible. —Chasqueó la lengua—. Puedes usar tu electricidad para abrir la puerta de mi habitación.

—¿Eh? ¿Por qué todos creen que pueden usarme así? Comenzando con Kirishima y su celular... —Hizo un mohín con los labios—. Pero creo que podría intentarlo. —Le sonrió con confianza.

Colocó su mano en el picaporte y respiró profundo. Después de evaluar la red eléctrica que conectaba a la fuente de poder, agitó la cabeza como quien se da por vencido.

—¿Qué pasó?

—No puedo.

—¿Cómo que no puedes?

—Como lo escuchas. Activar las puertas de los dormitorios sobrepasaría los límites de mi kosei y haría cortocircuito.

—Pero...

—No lo haré, (T/N)-chan.

—Entonces, intenta con la secadora.

—Es lo mismo.

—Pero solo te pido que enciendas una.

—Todas están conectadas. Si enciendo una, las demás drenarán mi electricidad y quedaré como un idiota y no quiero que pase eso.

—Lo que quieres es que ande por ahí así —lo acusó, molesta.

—¡Por supuesto que no! —Aseveró con determinación brillando en sus ojos—. Si quieres puedo prestarte ropa.

—No voy a usar tu ropa, Kaminari. Además, ¿cómo es que tú sí puedes entrar a tu habitación?

—Porque siempre la dejo abierta. No oculto nada, por lo que no le veo el problema. Y, de acuerdo, si quieres andar por allí con nada más que una toalla, adelante. —Dicho eso, empezó a irse.

(T/N) infló las mejillas, sintiendo cómo la rabia empezaba a bullir en su pecho mientras la vocecita de su consciencia le decía que había sido grosera con su amigo. Odiaba darle la razón a la parte de sí misma que sabía que se había comportado como una niña, pero necesitaba ropa y, bueno, no estaba tan mal tomar prestado unas cuantas prendas de Kaminari; es decir, Denki parecía un adolescente aseado, así que no tendría que preocuparse porque se le pegaran olores extraños. Además, no le molestaba terminar oliendo como él.

Kaminari sabía que estaba haciendo una rabieta, pero es que las chicas siempre se burlaban de él y muy pocos chicos lo tomaban en serio. Rayos, quería ser un maldito héroe, quería ser genial y que lo apreciaran, solo eso; pero cómo podía lograrlo cuando todos rechazaban su ayuda. Tan solo quería que la chica que le gustaba se diera cuenta que podía contar con él bajo cualquier circunstancia, no era mucho pedir, ¿verdad?

—Lo siento. —(T/N) tomó con suavidad sus dedos meñique y anular—. Estaba un poco alterada por todo y no estaba pensando claramente.

—Yo... —Kaminari ladeó el rostro en un intento de ocultar el sonrojo que crecía en sus mejillas por el tacto ajeno—. Yo también lamento no ser de ayuda. Vamos a buscarte algo, ¿sí?

(T/N) asintió y lo siguió en silencio. Kaminari le dio unos shorts con una camiseta negra a la par que le indicaba que podía vestirse en su habitación mientras él vigilaba que la puerta no se cerrara. Haciendo acopio de todo su valor, se vistió rápidamente y se desenredó el cabello con los dedos para que no quedara tan mal por falta de un cepillo —no tenía pensado abusar más de la amabilidad de Kaminari—.

—Wow.

—¿Se ve tan mal?

—No, claro que no. —Agitó las manos, ruborizándose con violencia—. Te ves linda.

—Oh.

—N-no linda. —Negó con frenesí, agradeciendo la falta de luz que no hacía tan obvio el color de su rostro—. Te ves sexy con mi ropa. —Puso los pulgares en alto con una sonrisa refrescante.

—Tenías que arruinarlo. —Ella rio y cruzó los brazos—. De todas formas, gracias.

—No hay de qué —cantó y la invitó al comedor—. El té debe estar frío, pero no hay que desperdiciar.

(T/N) sonrió más animada aunque se sentía rara al estar andando por allí en esa facha; pero Denki parecía tan contento por el simple hecho que se le había contagiado.

—Sigue tibio —dijo (T/N), tomando asiento—. ¿Por qué no querías usar tu kosei, Kaminari?

—Ah. —Denki tosió dramáticamente después de atorarse con la bebida—. Ya sabes que termino como un idiota si me excedo.

—Y Jirou siempre se burla de ti.

—Sí. —Bajó la mirada con las mejillas arreboladas, intentó ocultarse tras la taza pero era como si ella tuviera mirada de rayos x y pudiera ver a través del objeto—. Solo no quiero estar en ese estado junto a ti. No es como si hubiera esperado a que algo ocurriera entre nosotros este fin de semana solos, pero de todas las cosas, no quiero perder la oportunidad de hablar contigo por haber hecho cortocircuito.

—Entiendo. —Ella asintió ocultando el sonrojo que empezaba a subirle hasta las orejas con el dorso de la mano—. Pero a mí no me importa que estés así. Cuando terminas como idiota es porque intentaste dar lo mejor de ti mismo y eso basta para que considere que eres genial.

—Gracias. —Se tocó la nuca con vergüenza—. Aun así, prefiero que no me veas así.

—Vale. Por cierto, yo sí estaba esperando que algo ocurriera entre nosotros en este tiempo; pero eres tan lento actuando que por un segundo pensé que no te interesaba.

—¡¿Eh?!

(T/N) le sonrió y se inclinó hacia él. Kaminari no quería creerse lo que ocurría y solo atinó a sonrojarse y a tomarla de la muñeca para acercarla más. Sin querer, (T/N) tropezó y terminó cayéndole encima de forma bochornosa.

—Eso salió peor de lo que esperaba. —Rio (T/N) mientras intentaba incorporarse, sin embargo, las manos de Denki estrujaron su cintura con suavidad.

—Te quiero, (T/N)-chan —susurró, clavando sus profundas pupilas en las de ella, incomodándola un poco.

—Creo que yo también —musitó, logrando alcanzar sus labios y sellarlos de forma torpe.

Denki sintió sus cachetes a segundos de explotar mientras su cerebro empezaba a pasar electricidad más de lo usual. Apenas era capaz de mantener la cordura para no perderse la calidez y ternura del gesto. Las manos le sudaban y, nervioso, perdió el control —aquel que tanto había procurado mantener—. Una descarga eléctrica inundó todos los dormitorios. La electricidad viajó por todos los cuerpos que le permitieron pasar hasta iluminar cada rincón, recobrando la energía perdida del edificio.

—Eso fue intenso. —(T/N), aún sentada a horcajadas sobre él, se separó al sentir la electricidad estática apoderándose de su cabello.

—Ehehehehehe~

—¡Kaminari, ¿estás bien?!

Denki alzó los pulgares mientras un hilillo de sangre le escurría por la nariz y la saliva desbordaba por una de las comisuras de sus labios. (T/N) no pudo evitar reírse mientras lo ayudaba a ponerse en pie para que se recostara en el sofá. Se carcajeó aún más cuando le vio los ojos anegados, de seguro por la rabia de haber entrado en ese estado y que ella se burlara.

—No te preocupes, Kaminari. —Acarició su cabello mientras se sentaba en el suelo junto al sofá—. Te ves tierno cuando estás en cortocircuito.

Denki soltó un sonido enfurruñado y se dejó mimar por las suaves caricias de (T/N). Antes de siquiera darse cuenta, ambos se quedaron dormidos con los dedos entrelazados.

.

.

.

—¡Llegamos! —exclamó Kirishima con una sonrisa refrescante y la piel bronceada por su estancia en la playa.

Sin querer, empujó a Midoriya que observaba, incrédulo, la escena. Todos se asomaron para espiar. Las chicas celebraron en silencio la victoria de (T/N) al hacer que Kaminari se diera cuenta que sus sentimientos eran mutuos; mientras algunos muchachos ignoraban el hecho o sentían envidia. Bakugou pasó de largo, seguido de Tokoyami, Shoji y Koji.

—(T/A)-san está vestida con ropa de Kaminari —dijo Ojiro, impresionado.

—¡Es cierto! —chilló Midoriya sonrojándose.

—¿Será que Kaminari se enfermó? —preguntó Momo, notando cómo él estaba echado en el sofá y ella a su lado como si lo hubiera cuidado toda la noche.

—¿Significa algo que esté con la ropa de Kaminari, Ojiro? —cuestionó Todoroki sin demostrar tanta curiosidad como sus demás compañeros.

—¡Tiene que haber una explicación! —interrumpió Uraraka antes de que empezaran a especular cosas raras.

—Esperemos sea una explicación suculenta. —Mineta se frotó las manos con perversión.

—Deberíamos dejarlos dormir —dijo Asui mientras despachaba a todos a sus habitaciones.

Mientras tanto, Kaminari y (T/N) se veían con los rostros ruborizados y una carcajada atorada en la garganta, sin poderse creer que estaban en esa situación tan inverosímil. (T/N) rio en silencio, acompañada de Denki, y dijo con pesadumbre:

—No siento las piernas...

.

.

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¡Muchas gracias por leer!

N/A: Esta vez les traigo a Kaminari que, desde los primeros capítulos me gustó (Siento debilidad por los personajes que usan electricidad) Es una lástima que hayan teorías que dicen que él es el traidor que pasa información a la Alianza de villanos.

No sé, creo que este one-shot quedó como para vomitar arco iris, me pareció tan tierno a medida que lo escribía xD

En fin, enseguida haré el anuncio para celebrar que saldré a vacaciones mañana.

¡Hasta la próxima!

¡Plus ultra! >.<

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