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Convención - Midoriya Izuku

La convención sobre los primeros héroes estaba a la vuelta de la esquina. Sentía mucho no poder acompañar a Iida al parque temático al que lo había invitado, pero conocer aún más sobre sus ídolos, desentrañar cada una de sus virtudes, se anteponía a cualquier otra actividad de ocio. Además, dijo una voz muy al fondo de su subconsciente, había alguien que llamó su atención desde hacía varias convenciones.

A las exhibiciones de héroes iba toda clase de personas, pero eran pocos los que visitaban asiduamente cada evento. En alguna ocasión, ganó entradas gratis por su fidelidad a las convenciones, no que pudiera ir con alguien más que no fuera su mamá. Así que era normal sentir curiosidad al ver un rostro familiar siempre. Se trataba de una chica de más o menos su edad que iba sola y prestaba atención a cada charla, sus ojos brillando con entusiasmo.

Midoriya, por supuesto, había intentado entablar una conversación, pero aún no superaba su temor a hablar con chicas y más si eran completas desconocidas, y por eso las palabras siempre se quedaban anudadas en su garganta. Odiaría que lo tildaran con alguno de los términos despectivos que usaban para referirse a Kaminari y a Mineta. Así que solo la veía de lejos, pero no demasiado porque aún debía anotar en su libreta cuanta información nueva sobre héroes hallaba.

La exhibición, titulada "Los albores de la sociedad de héroes", se llevaba a cabo en el centro de convenciones Geonosis. A pesar de que no era tan grande como otros, Geonosis se ubicaba en un punto estratégico destinado a llamar la atención y promover la afluencia. Los techos altos con entramados de vigas con acabados artísticos era algo que siempre lo fascinaba cuando entraba al lugar. Y luego, frente a él, se desplegaban cientos de repisas acristaladas y relucientes, todas iluminadas por dentro para mostrar los modelos a escala de los héroes y sus accesorios.

La música ambiental se teñía de tonos emocionantes que competían con el latido de su corazón, los altoparlantes escupían frases pregrabadas de algunos héroes. Pero lo que siempre captaba todo su fanatismo eran las placas informativas en cada sección, las cuales se dedicaba a leer y releer hasta digerirlas por completo y tomar apuntes en una libreta diminuta para luego hacerlo en una de sus libretas de héroes de forma más ordenada.

Se sabía la historia de memoria. Sobre cómo los primeros héroes se alzaron en pro de una sociedad devastada por el caos, cómo fueron un hálito de esperanza, el comienzo de una nueva era. De solo imaginárselo, a Midoriya se le escapaban suspiros de ensoñación, hasta que una sonrisa crepitaba en sus labios al recordar que ahora él también podría formar parte de ese cambio como un héroe en entrenamiento.

Con la promesa de regresar después de una vuelta por la sección de ventas para terminar de rumiar algún detalle que se le hubiera escapado a su cerebro, puso marcha a través de un pasillo, apreciando los cuadros enmarcados en la pared con pinturas de héroes cuyos nombres desconocía por su antigüedad. Por último, All Might se erguía en un lienzo que, de tener el dinero, Midoriya no hubiera dudado en comprarlo, pero apartó la mirada del precio cuando la cantidad de ceros superó los que podía leer.

Apenas notó una figura colocándose junto a él, admirando la pintura. All Might estaba parado sobre los escombros de un edificio, el sol del alba brillando a sus espaldas mientras que las sombras creaban diferentes matices sobre su rostro. Su traje de héroe resplandecía, su pose heroica era inspiradora y su característica sonrisa brindaba esperanzas de paz. Más abajo, cerca del marco, las personas lo ovacionaban como a una deidad.

Midoriya se obligó a apartar los ojos cuando recordó que, si quería la figura de acción de All Might en la era de plata, debería apresurarse. Recorrió el último tramo y soltó el aire aliviado cuando se encontró con tan poca gente en las filas para comprar. Como se sabía el mapa de memoria, caminó directamente hacia el stand donde vendían la figura. Aun así, captó, de soslayo, un afiche de edición especial con All Might saltando de un edificio, y no recordó haber visto nada similar en ningún video.

Apenas terminó de comprar la figura, guardándola con cuidado en su mochila, dirigió los pasos al afiche, mesmerizado por su esplendor subjetivo. Lo compraría así tuviera que sacrificar el almuerzo del día, a pesar de que le pinchó la consciencia al pensar en su mamá despidiéndolo y pidiéndole que no olvidara comer.

—Disculpe... —llamó la atención del vendedor, apenas capaz de mantenerle la mirada.

—Buenas tardes, niño, ¿qué necesitas?

A Izuku le corrió un escalofrío por la espalda, demasiado acomplejado como era en lo que se refería a su apariencia de escuela media y su voz que no terminaba de aplacarse. Jugó con sus dedos, pero empezó a hablar:

—Me gustaría el póster de All Might.

Se felicitó por mantener el temple, pero respingó cuando vio la figura a su lado y rememoró la superposición de voces con una que no le pertenecía pidiendo lo mismo que él.

—Ah, ¿quieres comprar el de All Might? —habló la chica, y a Midoriya casi se le cayó la mandíbula al percatarse de que era la muchacha a la que le había dedicado más pensamientos de los debidos, considerando que era una completa desconocida.

—Lo siento, chicos, pero es que me queda solo uno —dijo el vendedor, apenado.

—Ah... —soltaron ambos.

—Puedes quedártelo tú —agregó ella luego de un segundos de miradas incómodas entre los tres.

—No, no podría cuando...

—He notado que siempre te interesas por All Might, así que es mejor si tú lo tienes —explicó ella.

—Es cierto que este niño siempre viene a la convenciones. Es bueno saber que a las nuevas generaciones no van a dejar morir las costumbres.

Ambos adolescentes se miraron con una expresión incómoda. Sin embargo, Midoriya regresó la mirada al frente cuando la conversación retrocedió en su cerebro para captar el mensaje oculto. ¿Acaso dijo que había notado que le gustaba All Might? ¿Eso no quería decir que ella también lo veía cuando paseaba por las convenciones?

—Niño, ¿estás bien? De repente te pusiste muy rojo.

—¿Eh? ¡S-sí! —chilló, reaccionando, otro tono agregándose en su rostro cuando se le escapó un patético gallo.

—Lo único es que, si lo compras, debes dejar que le tome una foto —propuso ella, divertida por el borgoña plasmado en su tez.

—D-de acuerdo. —Quería pegarse un tiro, ¿qué demonios pasaba con su lengua trabándose de ese modo?

Pagó el precio, aliviado de saber que al menos podría comprarse una manzana con lo que le sobró, y miró con nerviosismo a la chica.

—¿Te parece si vamos a un sitio más alejado? —dijo—. No me gustan las concurrencias.

Midoriya aceptó, dejándola que guiara el camino hasta que se encontraron en una pequeña galería con algunas pinturas abstractas colgadas de las paredes. La iluminación era blanca y pudo observar con claridad sus facciones cuando se encararon. Sin embargo, Izuku bajó la cabeza, avergonzado cuando sus miradas se cruzaron; su cerebro trabajó rápido para dar con algún tema de conversación.

—Di-dijiste que no te gusta All Might tanto... Entonces, ¿cuál es tu héroe favorito?

—Ah... Quizás no lo conozcas —susurró, pero se encogió de hombros—. Me gusta Eraserhead, pero casi no hay mercancía de él y a veces es muy cara... Entiendo que es un héroe del bajo mundo, ¡pero es que es tan genial!

—Sí lo conozco. —Rio entre dientes, nervioso, porque no sabía si era adecuado o no decirle que era su tutor en U.A., quizás hasta podría conseguirle un autógrafo—. ¡Es muy genial!

—¿Verdad que sí? —Se detuvo para ver una pintura con brochazos aparentemente al azar y se giró hacia él de nuevo—. Bien, será mejor que me tome esa foto. ¡Aún hay mucho de la convención que quiero ver!

—S-Sí —susurró, una idea estúpida alojándose en su cerebro... Quizás podía pedirle que recorrieran la convención juntos... Agitó la cabeza para concentrarse—. ¿Quieres que la tome con tu celular?

—¡Sí! —Le pasó un celular tan viejo que Midoriya consideró que era un modelo obsoleto, más que el celular de tapita que usaba Uraraka.

—Uhm... —Izuku jugó con su propio celular al fondo del bolsillo de su pantalón—. ¿No te gustaría que la tome con el mío? Luego puedo mandártela por Bluetooth.

—Creo que tienes razón. —Asintió, ruborizándose por la vergüenza—. Voy a salir muy borrosa si lo haces con la cámara de mi celular. Lamento las molestias.

—No, no es nada —negó con la voz agudizada—. Me dejaste comprar el póster, esto no es nada a comparación.

Se sonrieron con amabilidad para luego ver la mejor pose para la foto. Tuvieron que repetir la toma varias veces porque a Midoriya le temblaba tanto la mano por los nervios que siempre salía borrosa. Cuando por fin lo consiguieron, le pasó la foto y se cercioraron de que hubiera llegado realmente.

—Voy a borrar tu foto —susurró Izuku —a pesar de que no quería hacerlo— porque era lo más correcto.

—No te preocupes. A veces mi celular se pone loco y me borra las cosas, así que es mejor tener un respaldo. —Midoriya asintió como si lo que le hubiera dicho tuviera muchísimo sentido, aunque en su fuero interno sabía que no era cierto y solo buscaba excusas para no eliminarla—. Uhm... ¿Te parece si vemos juntos lo que resta de convención?

—¿Eh? —Izuku parpadeó varias veces, enrojeciendo cada vez más, hasta que su cuerpo reaccionó y asintió vigorosamente—. ¡Me parece bien!

La idea de tener compañía de su edad le parecía irreal porque era como un sueño hecho realidad.

—Pues vayamos. —Ella encabezó la marcha y Midoriya no tardó en unírsele—. Por cierto, me puedes llamar (T/N).

—Yo soy Mido... —Meneó la cabeza—. Puedes decirme Izuku.

Notó el poderoso arrebol en las mejillas de Izuku, pero asintió, divertida. Si era sincera consigo misma, la primera vez que lo vio, hacía no más de un año, llamó su atención porque no destacaba mucho. Una vez lo vio debatir sobre héroes con un señor tan apasionadamente, que quiso conocerlo. Sin embargo, no hallaba modos de acercarse porque jamás había abordado a un chico y no le gustaba hablar con extraños. Pero ahí estaba, descubriendo que Izuku era mucho más dulce de lo que podía imaginarse. Aunque no sabía si eran ideas suyas o realmente lucía más fornido que las primeras veces que se lo encontró.

Midoriya descubrió que ir a una convención en compañía mejoraba la experiencia exponencialmente. (T/N) estaba bien versada en la historia de los héroes y se detenía a leer cada dato del mismo modo que él lo hacía. Compartieron impresiones y asistieron juntos a la conferencia final, maravillados por cada uno de los detalles expuestos. Sentía que, al final del día, los unía un lazo inexplicable.

—Quieres... —Midoriya de mordió el labio, dubitativo—. ¿Quieres que te acompañe a la parada del bus?

—Muchas gracias, Izuku. —Asintió con una sonrisa—. Eres muy amable. La verdad es que me da un poco de miedo estar sola a estas horas.

—Todavía no oscurece.

—Sí... —susurró.

—¡No es como si dijera que está mal sentirse así, es solo que...! —Desvió la mirada, pensando que había metido la pata—. Bueno, la actividad criminal aumenta más por la noche...

—Es cierto —repuso—. Pero la única vez que me vi inmiscuida en algo de ese tipo, me asusté muchísimo. Estaba recién llegada a la ciudad y solo quería regresar a casa...

—Lo siento mucho, (T/N). No pensé que...

—Fue ahí donde Eraserhead me rescató, ¿sabes? —dijo, perdida en la reminiscencia mientras Midoriya abría los ojos más de los normal por la impresión—. De donde vengo los héroes no son muy populares, pero ver que aquí uno saltó a la acción en cuanto me vio en peligro... Pues fue reconfortante; aunque eso no quita el hecho de que prefiero estar en sitios concurridos.

—No te preocupes, te acompañaré hasta cerciorarme de que estás adentro del bus.

—Gracias.

Emprendieron el camino hacia la parada del bus, conversando sobre trivialidades. (T/N) descubrió que Midoriya era nervioso, pero que también era muy fácil hacerlo reír. Además, era muy inteligente y perceptivo. La idea de que pudieran ser amigos la entusiasmó, aunque no estaba segura de si el querría lo mismo.

—Ese es mi bus —mencionó ella al ver el vehículo girando en una esquina lejana.

Midoriya registró las palabras, el nerviosismo ganándole mientras se preguntaba una y otra vez si debía hacerlo. ¿Qué tan difícil podía ser? Pero no soportaría que lo rechazara, aunque, con lo bien que se empezaban a llevar, no lo creía posible. El bus se acercaba cada vez más como un bólido. Ella empezaba a despedirse, cuando la atajó por la muñeca.

—Puedes... ¡¿Puedes darme tu número de teléfono?! —Los latidos de su corazón lo ensordecían, por lo que le sorprendió dilucidar la confirmación que le dio.

Le dictó su número rápidamente, apenas dándole tiempo de revisarlo antes de subirse al bus. Volvieron a despedirse.

—Te... ¡Te escribiré en media hora para saber si llegaste a salvo!

Ella parpadeó, estupefacta, pero le sonrió con tal calidez, que Midoriya no pudo controlar su rubor mientras el cerebro se le fundía y empezaba a murmurar cosas sin sentido.

Al menos le quedaba una promesa implícita de que mantendrían contacto.

~Extra~

—Midoriya.

—¿Ocurre algo, Mineta? —preguntó, dejando de hacer sus anotaciones posteriores a cada entrenamiento físico.

—Mi celular se descargó y quería buscar algo. ¿Me prestas el tuyo?

—Uhm... Claro. —Le pasó el aparato y agregó—: Pero no busques nada raro, por favor.

—¡¿Es que no confías en mí?! —inquirió, indignado, pero dejó escapar un lágrima melodramática cuando Midoriya ni siquiera parpadeó.

Izuku continuó analizando la forma en la que Uraraka y Sero podrían trabajar muy bien juntos. Si Uraraka hacía flotar las cosas y Sero las mantenía unidas con su cinta adhesiva, podrían realizar una emboscada o un ataque sorpresa aun cuando fueran descubiertos. El mayor problema era que, aunque Uraraka había mejorado mucho en el combate cuerpo a cuerpo, no era la especialidad de ambos. Entonces, si fallaban ese ataque, debían tener un plan de contingencia u otro héroe capaz de defenderse cuerpo a cuerpo como Ojiro o Kirishima. Se cuestionó si él sería una buena opción, admitiendo que no podría defenderse adecuadamente si era atacado por varios flancos, quizás...

El grito indignado de Mineta lo despertó de sus cavilaciones.

—¡¿Qué significa esto, Midoriya?! Estabas... ¡Estabas en una cita!

—¿Eh? ¿Qué? —preguntó, anonadado.

—¡No finjas demencia! Tienes una foto de ella. —Le enseñó el celular que, para ese momento, todos ya habían visto.

—No, no es...

—¡El rico siempre humillando al pobre! —se quejó, analizando la figura de la chica—. Aunque no está mal...

—No digas eso de ella —chilló, quitándole el celular con las mejillas ardiendo.

No tuvo el valor de ver a sus demás compañeros. Las chicas lo miraban, sorprendidas, aunque forjando un pacto para ayudarlo. Mientras que algunos chicos ignoraban el asunto, estaban sorprendidos, o procuraban controlar la envidia. Sin embargo, fue Todoroki el que habló para cortar el ambiente.

—Felicidades, Midoriya.

—N-no es... ¡Todoroki!

—Me parece bien, pero no descuides tus estudios —advirtió Iida.

—¡Iida, no es...!

—¡Tienes que presentárnosla! —interrumpió Uraraka mientras sus amigas asentían.

—¡Chicas! —chilló, cubriéndose el rostro.

Luego, sus orbes esmeralda se clavaron en Mineta, quien retrocedió al notar el brillo amenazador.

—Espero que en nuestro siguiente entrenamiento de combate nos toque juntos, Mineta.

El tono dulce más la mirada inquisidora fue suficiente para que el chico pegara un grito.

—¡Es yandere!

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Tal como prometí, traje a Midoriya. Con todo lo que está pasando en el manga, iba a escribir al respecto, pero luego purifiqué mi alma con la novela ligera y nació esto. Me hizo bien escribir de Izuku, a pesar de que me hace sufrir jaja

En otras noticias, empezaré pronto mis prácticas en el hospital (el horario está del diablo), así que no podré actualizar en un tiempo (no se olviden de mí xD). Espero sacarme tiempo para cumplir mi propósito del año de escribir sobre Sato, Koda, Aoyama y Mineta. Tengo algo de Sato, pero no termina de convencerme; y se me ocurrió algo genial para Koda y lo olvidé T_T

Por si les interesa, acabo de publicar una historia para Levi de Shingeki no Kyojin ^^

Creo que eso sería todo por hoy. ¡Pórtense bien, laven sus manos y tengan una linda semana!

¡Plus Ultra! >.<

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