Amnesia (II) - Todoroki Shouto
Pedido por: PalomaSky (Espero que te guste :D )
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La escena parecía vista con un caleidoscopio, llenaba su mente y, al mismo tiempo, parecía que no era una memoria suya.
Todoroki y ella estaban apoyados de un barandal, viendo los peces koi nadando a la velocidad que sus enormes cuerpos se lo permitían. Reían por una anécdota que no lograba entender, sus dedos rozándose de forma pueril e inconsciente.
Por fin sus oídos captaron el agradable rumor del agua y el sonido del viento agitando las copas de los árboles; paulatinamente, las voces se hacían más nítidas.
—¡Te juro, parecían pirañas!
—¿Es siquiera eso posible?
—Es un anime, todo es posible —puntualizó con una sonrisa divertida.
—No sé si considerar tu lógica acertada o no. —Ladeó el rostro pensativo.
Lo observó unos segundos, perdiéndose en el mar infinito de sus ojos, en el contraste entre el sosiego y la fiereza que irradiaban con determinación abrumadora. Antes de poder procesarlo correctamente, sus labios se movieron.
—Te quiero, Todoroki.
Él la miró sorprendido para luego sonreír tenuemente cuando ella se sonrojó con violencia. Entrelazó sus dedos, sin saber muy bien cómo responder.
—No pensé que la primera vez que me dijeran que me quieren, se sentiría así. —Llevó la otra mano al pecho, como si no fuera capaz de comprender qué era lo que precisamente ocurría.
Y ella lo abrazó con fuerza, queriendo convertirse en los pilares que lo sostendrían cuando se derrumbara.
Antes de poder saber qué ocurriría a continuación, la imagen se difuminó sin darle la chance de divagar un poco más en sus opacos recuerdos.
(T/N) se despertó con la respiración agitada. Se limpió una lágrima con desdén y vio el reloj. Eran las 5: 45, y ya se le había quitado el sueño. Procurando no hacer ruido, fue al baño para asearse.
Hacía un mes que había regresado a la casa de sus padres. Pasaba los días leyendo los artículos que había ayudado a editar, y también se daba el gusto de realizar las actividades que, supuestamente, eran sus pasatiempos. Sin embargo, su mente giraba en torno al único recuerdo que tenía de Todoroki, algo de menos de un minuto y que apenas tenía forma.
Por lo menos, tenía la certeza de que no era ningún loco yandere que intentaba mantenerla atada a él.
Después de ponerse algo cómodo, a las seis y media, decidió salir para dar una caminata, despejar la mente e ir a desayunar más tarde.
Una ligera niebla cubría la calle, los corredores y sus perros trotaban a buen ritmo, algunos trabajadores de turno nocturno regresaban a sus hogares mientras otros se preparaban para el tedioso viaje hacia sus responsabilidades.
Divagaba en nada en particular, cuando escuchó vibrar el celular. Al abrir el mensaje, un escueto 'Buenos días' logró sacarle una sonrisa.
A pesar de haberse distanciado, ambos compartían una dinámica interesante a través de mensajes de texto. Se saludaban, se deseaban buen provecho a las horas de la comida y se daban ánimos —más ella a él por sus jornadas explotadoras como pro hero—, y, en ocasiones, podían chatear alrededor de una hora en la noche.
Si bien era cierto que Shouto había intentado alejarla, a él se le hacía una tarea titánica el separarse de la chica que amaba desde hacía tantos años. No le molestaba, y, hasta cierto punto, le gustaba conocer mejor al chico desolado de su única memoria en la adolescencia.
Se detuvo para responderle y darse un descanso. En el preciso instante que había terminado de escribir una respuesta, una mano se posó en su hombro de forma suave, sin intenciones de asustarla, pero sacándole un chillido digno de película de terror. Sin querer envió el mensaje lleno de errores ortográficos.
—Lo siento —Retiró las manos, alzándolas como si se tratara de algún criminal.
Lo inspeccionó de arriba abajo, considerando sospechosa la capucha que llevaba y sin poder recordar quién era, hasta detenerse en sus vibrantes pupilas. Lo había visto, no en sus memorias, pero sí en millares de noticias. Recordaba que hacía no mucho había leído un artículo redactado por ella misma sobre él: El Nuevo Símbolo de Paz.
—¿Eres (T/N)? ¿La novia de Todoroki?
—Sí y no...
—... —El muchacho pareció entrar en pánico, cubriéndose la boca al darse cuenta de su imprudencia—. Es cierto. Lo siento, Todoroki me dijo y aun así yo...
—Está bien. —Se acomodó el cabello, sintiéndose nerviosa. Tenía frente a ella otro enigma de su ambiguo pasado—. Eres Midoriya Izuku, ¿verdad?
—¡¿Me recuerdas?! —Se señaló con emoción brillando en sus ojos.
—Eres bastante famoso, ¿sabes?
—Ugh... Debí suponerlo. —Bajó la mirada para luego agregar—: ¿Quieres ir a desayunar?
—¿Eh?
—No estaremos solos —se corrigió de inmediato—. Es decir, no es lo que tú puedas creer que es... Yo... —(T/N) rio y Midoriya soltó el aire, percatándose de que, con o sin memorias, la esencia de su amiga continuaba allí—. Lo que quiero decir es que Todoroki estará allí, también los héroes Creati e Ingenium. Si no te sientes cómoda al respecto, lo entenderé.
—Yaoyorozu e Iida, ¿cierto? —Midoriya asintió a la par que (T/N) daba un respingo al sentir su celular vibrar—. Ah, es Todoroki.
Realmente no hablaban mucho por teléfono, así que dudó unos segundos si responder su llamada o no. Al final, se decantó por lo primero.
—Buenos días, Todoroki.
—¿Estás bien? —Su voz sonaba agitada y podía escuchar cómo movía cosas frenéticamente, supuso que estaba en el estudio de la casa que habían compartido.
—Sí, ¿por qué?
—Tu mensaje parecía escrito al apuro, así que pensé que quizás...
—No te preocupes. —Sonrió, escuchando cómo por fin dejaba de mover las cosas como poseso y cómo un suspiro de relajación escapaba de sus labios—. Me encontré con Midoriya, solo eso.
—Entiendo. Discúlpame por importunarte. —Aunque (T/N) no había tratado mucho con él, adivinaba que estaba sonrojado.
—No, gracias por llamar —susurró, sintiendo revolotear su pecho. Izuku le hizo señas y ella comprendió de inmediato—. ¡Ah! Midoriya me dijo que podía ir a comer con ustedes, ¿te molesta?
—...
—¿Todoroki?
—... Sí, está bien —dijo sorprendido—. Entonces, nos vemos allá. Yo ya voy de salida. Uhm... (T/N), te... —Dudó unos segundos y suspiró—. Cuídate mucho.
—¡Tú también!
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Sonrió incómoda. Que la conocieran y ella no a ellos era, en todos los sentidos, una de las experiencias más desesperantes de su vida. Por lo menos, se sentía un poco segura sentada junto a Todoroki, aunque tampoco era su mayor consuelo.
—Lo lamento si sonamos apabullantes. —Momo dijo al notar el malestar de la muchacha—. Es solo que nos alegra mucho que estés con nosotros.
—Estábamos preocupados —habló Iida, su expresión ablandándose por unos segundos—. Nada de esto hubiera pasado si pusiera más cuidado a mi trabajo...
—No es tu culpa, Iida —repuso Shouto—. Era tu día libre.
—Hosu es demasiado grande para que un solo héroes intente protegerla —agregó Midoriya con una sonrisa en los labios.
—Bueno, creo que tú no eres exactamente el más adecuado para decir eso —bromeó Tenya, haciendo sonrojar a Izuku.
—Síp, considerando que te encanta ocuparte de más de lo que debes —apoyó Yaoyorozu—. Aunque tú también haces eso, Todoroki.
—Es el trabajo que me encargan, no es como si...
—Creo que entre todos nosotros podríamos hacer un concurso de modestia —dijo con una pizca de sarcasmo Tenya—. Sin embargo, me alegra que estemos haciendo lo que queremos.
Todoroki se sintió asentir en acuerdo con los demás, notando, de soslayo, cómo (T/N) parecía perdida en sus cavilaciones, probablemente por la exclusión inocua de los demás héroes. Por debajo de la mesa, sin despegar la mirada de sus amigos, sostuvo su mano para calmarla.
Ella se sorprendió. Sus ojos se dirigieron a su perfil sonriente ante alguna cosa que había dicho Izuku. Dubitativa, le devolvió el apretón y dejó que sus manos entrelazadas descansaran sobre su regazo.
Estaba cansada.
No se había dado cuenta, pero estaba cansada de no poder recordar. Quería que la incertidumbre acabara de una vez por todas. Deseaba sentir todo lo que sabía su piel recordaba, pero no su mente; no quería seguir lastimando a alguien tan bondadoso como Shouto.
Momo se fijó en la posición extraña de los brazos de sus amigos, adivinando qué era lo que pasaba fuera de su vista. Sonrió y llamó la atención de los otros dos héroes.
—Chicos, creo que es hora de irnos.
—¿Eh? Pero... —Midoriya empezó a reclamar, incapaz de captar las indirectas que tanto Yaoyorozu como Tenya le mandaban.
—Hoy tenemos el primer turno, lo mejor será marcharnos con tiempo —dijo Iida, obligándolo a pararse ante los ojos atónitos de (T/N) y Shouto.
Ambos se dieron cuenta de inmediato el porqué de la premura de Momo. Sin tener cuidado de ser muy obvios, separaron sus manos. (T/N) se hundió en su sitio con las mejillas ardiéndole. Por su parte, Shouto, rememorando las primeras veces que fueron descubiertos cuando empezaron a salir, dejó que sus labios se curvaran. Ambos agradecieron en silencio a Momo por el tiempo a solas que les regalaba a pesar de que ellos no estaban del todo conscientes de que lo necesitaban.
Shouto ladeó el rostro hacia (T/N), aún inmersa en su vórtice de bochorno, cuando Momo y Tenya lograron llevarse a Izuku. Todoroki no podía decir con exactitud qué era lo que amaba de ella, podía decir que cada centímetro de su cuerpo le gustaba, cada imperfección le parecía preciosa a pesar de acomplejarla, le gustaba su sonrisa, su voz y la manera que sus ojos tenían de buscarlo entre la multitud, para fijarse solo en él.
—¿Sabes? —Ella lo miró con las cejas levemente alzadas. Él sonrió—. En serio te amo.
Ella parpadeó un par de veces, anonadada por el repentino estamento mientras todos los centímetros cúbicos de sangre que poseía su cuerpo le iban a parar al rostro. Shouto curvó los labios satisfecho.
—Yo... —Lo observó por varios segundos, sin hallar las palabras que quería decirle.
Todoroki inclinó el rostro para prestarle atención, pero se alarmó cuando, poco a poco, (T/N) fue palideciendo.
—¿Estás...?
La joven se sostuvo de su antebrazo, sus ojos enfocados en una aterradora sonrisa que empezaba a recordar. Sin querer, las uñas se clavaron en su muñeca. De repente, se sintió inmersa en un abismo sin fondo, oscuro y con la sola compañía del desespero.
—¡(T/N)! —Todoroki la sacudió de los hombros—. Enfócate en mí.
—Está aquí... Él... Está aquí, Shouto.
El joven héroe no tardó demasiado en interpretar el significado de sus palabras y, antes de que los gritos sucedieran, su kosei se activó con una ola de hielo poniendo distancia entre ellos y la posición del villano.
La conmoción no se hizo esperar. Todos los comensales empezaron a vociferar mientras el jefe de la cafetería evacuaba a cuantos podía. Sin embargo, todo quedó en silencio cuando se oyó el primer disparo.
Una camarera cayó al suelo mientras la sangre empezaba a manar de su pierna. Con sus sollozos de fondo, todos se dejaron caer en las sillas o en el suelo. Se sintió como si cualquier esperanza se hubiera desplomado.
—Si no te importa, héroe, derrite este muro de hielo. Puedo sentir el miedo de mi pequeña presa y deseo verla con mis propios ojos.
Shouto no respondió, procurando mantener la calma y deseando que hubiera algún médico que atendiera a la muchacha herida. (T/N) se aferró a la parte posterior de su suéter, temblando.
—No me obligues a hacer esto. —Dirigió el cañón a una mujer embarazada—. Oh, vaya, dos pájaros de un tiro.
—¡Shouto! —(T/N) lo zarandeó.
Con un gruñido, el hielo se derritió, empapando el suelo. Los orbes dispares y furiosos de Todoroki observaron la sonrisa displicente del sujeto.
—Deja que alguien la atienda —señaló a la camarera cada vez más pálida con cada chorro de sangre que salía de su pierna.
—Un doctor que la ayude —cedió a modo de recompensa, viendo cómo alguien corría a socorrer a la mujer. Luego dirigió la atención a la joven—. (T/N), ¿cierto?
La aludida dio un paso al frente para quedar junto a Todoroki.
—Mírate, tiemblas como una maraca. Recuerdo cómo me costó doblegarte más que al resto. Eres algo así como mi 'obra maestra'. Y jamás pensé que diseccionando cada una de tus memorias sería capaz de llegar a la debilidad de ese sujeto.
—Lo siento, Shouto —susurró, tirando de la manga de su suéter.
—No te preocupes. —Curvó los labios, sin despegar la vista del villano—. Si a quien quieres es a mí, deja al resto irse y yo iré contigo.
—Muy noble de tu parte, pero... —Su sonrisa se ensanchó de forma desaforada—. Tu debilidad son los demás.
Varias personas no pudieron evitar soltar chillidos cuando volvió a disparar, esta vez acertando despiadadamente a órganos vitales. Sin embargo, en su tercer intento de asesinato, la bala se detuvo en el aire —probablemente por el kosei de alguien—, sorprendiendo a todos y dándole una chance a Shouto de envolver al villano en un témpano.
—Grave error, pequeño héroe.
Todoroki no sabía por qué, pero su voz se había distorsionado, y entró en razón cuando (T/N) cayó al suelo sobre sus rodillas, sosteniéndose la cabeza.
—No, no, no... Por favor...
Las demás personas huyeron. Otros, más sensatos, llamaron a la policía y Shouto creyó escuchar a alguien diciendo que vendrían héroes por ayuda. Sin embargo, cómo podría llamarse a sí mismo héroe si no podía salvar a la persona que más amaba.
(T/N) no sabía cómo sería tener un tumor en el cerebro, pero suponía que debía ser similar a eso. Semejante a sentir cómo un intruso devoraba cada centímetro de cordura, inundándolo todo y reemplazando las valiosas memorias con nada más que espacios putrefactos.
Todoroki no sabía qué hacer. Su mente intentaba trabajar en algo, pero simplemente permanecía en estado de shock, procesando lo que ocurría. Aún no podía creer que ella estuvo sufriendo eso todo el tiempo que fue rehén y que continuaba haciéndolo a pesar de tenerlo a él a su lado.
—¡Reacciona, Shouto! —La potente voz de Endeavor resonó en la estancia como un rugido desde afuera, sacándolo de su estupor.
Todoroki lo miró con el terror marcado en sus pupilas, pero recobrando el sosiego mientras sus manos se cerraban en puños, regocijándose por los gritos de dolor del villano cuando varias estacas de hielo, provenientes del témpano que lo rodeaba, se clavaron en su cuerpo, impíos.
(T/N) cayó, lánguida, contra su pecho. Una onda de calor por parte de Endeavor bastó para derretir la más mínima esquirla reteniendo a Memento, el villano capaz de controlar los recuerdos.
—Aún te falta mucho por aprender —reprendió Enji, viendo cómo se llevaban al sujeto.
—... Lo sé. No tienes que recordármelo —soltó de forma mordaz.
—¿Está bien? —Endeavor señaló a la prometida de su hijo, procurando no sonar tan despectivo, considerando que aún faltaba mucho para que terminara por aprobarla—. Llévala a una de las ambulancias.
Shouto suspiró. Iba a hacerlo sin que él se lo dijera, pero aun así agradeció un poco la preocupación. La alzó en sus brazos y se dirigió a la salida, sin poder dirigir la mirada a la única víctima letal del incidente.
Se percató de que entreabría los ojos, demostrando desdén por la luz solar de plena mañana. Sus brillantes pupilas lo miraron y él le sonrió. Sin embargo, un grito escapó de sus labios, intentando alejarse del héroe mientras lo golpeaba, poseída por una fuerza externa.
Y Shouto sintió como si algo, finalmente, se hubiera roto en su relación.
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Odiaba el olor de las habitaciones del hospital, un repugnante aroma aséptico y medicamentoso. Pero, aún más, detestaba la cegadora luz blanca que la saludaba cada vez que abría los ojos.
—Despertaste.
—Parece como si aún estuviera soñando.
—Te aseguro que es real.
—Pellízcame.
—No lo haré.
—Viniendo de ti, suena real. En uno de mis sueños, quizás lo habrías hecho.
—¿Estás bien?
—Algo así. Mi mente sigue un poco borrosa, pero... —Sus pupilas se fijaron en la pequeña cicatriz sobre su labio—. ¿Qué te pasó allí?
—Me rasguñaste —explicó, apreciando el suave tacto sobre su rostro.
—Más o menos... ¿qué pasó?
—Obligaron a Memento a revelar cómo borrar los efectos de su kosei sobre las personas. No estoy seguro de qué les dijo, pero algunos doctores y químicos elaboraron un antídoto.
—Sí, pero qué pasó conmigo y contigo.
—Al parecer, en el restaurante, manipuló tus recuerdos para que creyeras que me odias.
—Oh, vaya... ¿Al puro estilo de Los Juegos del Hambre?
—Sí. —Shouto rio, acariciando su cabello y agradeciendo que recibiera los mimos con gusto—. Pero ya recuerdas todo, ¿cierto?
—Algo así. Hay partes que son difusas y otras opacas; la mayoría son recuerdos contigo.
—En serio, ese tipo me despreciaba...
—Lamento mucho todo lo que ocurrió. Te lastimé sin quererlo.
—Yo lo siento por haberte inmiscuido en todos estos problemas.
—Supongo que era un obstáculo.
—Pero no estoy seguro de si sea un obstáculo que podamos superar, (T/N) —susurró, jugando con las hebras de su cabello—. Me lastimó mucho todo lo que pasó; al punto de considerar que hubiera sido mejor jamás haberte conocido...
—... —Asintió. Ella también lo había considerado millares de veces cuando era retenida por el villano—. Yo temo que pueda ocurrirme lo mismo, o algo peor.
—Lo sé. —Todoroki la observó, sintiendo un nudo formarse en su garganta, decidido a aceptar cualquiera que fuera su decisión.
—Cuando nos conocimos en el Festival Cultural del último año, supe de inmediato que estaba fuera de tu liga. Es decir, tú serías un maravilloso héroe con un kosei estupendo, y yo me quedaría atrás como una persona normal. Pero te fijaste en mí. No podía creer que tú, quien había llegado todos los años a las finales del Festival Deportivo, quien me había embelesado con la belleza de sus habilidades, podía llegar a tener algún interés por mí.
—Eres maravillosa como eres.
—Pero tu genialidad abarca mucho más que la mía —repuso con una sonrisa condescendiente—. Sabes, siempre me sentí muy feliz por estar a tu lado.
—Yo puedo decir lo mismo. —Le sonrió, acariciando la curvatura de su nariz, sacándole una carcajada—. La mayor parte de la alegría que he experimentado a lo largo de mi vida se debe a ti.
—A pesar de todo lo que ha pasado y de cuán heridos hemos salido, ¿te gustaría que siguiéramos intentándolo?
Shouto dejó escapar un suspiro de alivio, para luego adornar sus facciones con una leve sonrisa.
—Quiero estar a tu lado por siempre. Así que, ¿me permites? —Todoroki le enseñó el anillo que ella había dejado de usar después de despertar hacía un mes.
—Agradezco mucho que te hayas esforzado tanto por mí estas últimas semanas, sé que me comporté como una idiota. —Todoroki permitió que una sonrisa se deslizara por sus labios, divertido—. Pero, sabiendo que me quieres tanto, es imposible rechazarte, Shouto. —Extendió su mano, viendo con nostalgia cómo Shouto deslizaba el anillo por su dedo, recordando con cariño cuando lo había hecho por primera vez.
El héroe le sonrió abiertamente, sus ojos expresando más de lo que podía con palabras. Sabiendo tácitamente qué quería el otro, se aproximaron por inercia, como si se trataran de dos imanes. Sus labios se rozaron al principio, como asegurándose de que todo era real, hasta sellarse en un beso suave, pero apasionado.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Me alegra mucho el resultado final de este pedido. Espero que también les haya agradado. Por cierto, ¿notaron la referencia? xD
¿Quién más está ansioso por la tercera temporada del anime? ¡Ya falta menos de un mes!
Como dije la vez anterior, el próximo capítulo será para Bakugou.
Me despido. ¡Que tengan una excelente semana y cuídense mucho!
¡Plus Ultra! >.<
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