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Amnesia (I) - Todoroki Shouto

Pedido por: PalomaSky086421.

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Caminaban por la calle alumbrada por las brillantes luces de los faroles, brindando su incesante calidez al frío de otoño. Sujetaba su mano con suavidad y firmeza mientras ella las columpiaba, hablando de algo que no entendía. Se perdía en su sonrisa, en el resplandor de sus pupilas y el arrebol de sus mejillas; y se sentía orgulloso porque todos esos nimios gestos que la hacían lucir más adorable eran por él y para él. Se sentía orgulloso de que, de alguna forma, alguien como él era capaz de hacer feliz a la mujer que amaba.

Entonces, ¿por qué su expresión se había tornado lánguida?

Las luces se apagaron, el tacto de su mano desapareció y las lágrimas corrompieron su rostro. Se hacía borrosa y una mancha oscura se la llevaba lentamente, envolviéndola en penumbras insondables. Por mucho que estiró su brazo, tendido en el suelo mientras la inconsciencia mellaba sobre su cuerpo, no la alcanzó.

Despertó bañado en sudor y con el desgarro de un grito en la garganta. Había tenido otra pesadilla y, como ya era usual en esos tres últimos días, sufrió un ataque de insomnio que no hizo más que lograr que se sentara frente a su escritorio de trabajo y trazara un sinfín de rutas y posibles movimientos de su actual preocupación.

Golpeó la madera con frustración, ni siquiera sabía cómo rayos le habían arrebatado a su novia de las manos tan fácilmente. Se imaginaba toda clase de escenarios crueles y no podía evitar entrar en pánico al pensar que todo eso era su culpa. Por estar obsesionado con ser un héroe y por haberse ganado tantos enemigos en tan poco tiempo.

Lo que más le angustiaba es que ella sería incapaz de defenderse. No poseía un kosei y era tan normal como cualquier otra chica. Aunque tampoco debía subestimar su testarudez y quizás eso lo calmaba un poco, porque sabía que controlaría la situación. Además, la necesitaban viva porque era la carnada perfecta para que él cayera en sus redes, y por eso mismo su padre lo había sacado de la investigación después de casi ser capturado por el enemigo en un arrebato sentimental.

Por fortuna, aún podía contar con sus amigos y colegas de otras agencias que se habían unido al caso por la inusual envergadura de este; al parecer, se habían reportado más casos de abducciones similares a la que había descrito Todoroki.

Dio un respingo cuando el celular sonó y lo contestó en cuanto vio el nombre brillando en la pantalla.

—Yaoyorozu.

—¡La encontramos! —exclamaron Momo y Midoriya con alegría mientras se escuchaban un montón de movimientos al fondo.

Shouto se hundió en el asiento y se cubrió sus temblorosos labios a la par que lo invadía el alivio. Por sus tonos, adivinaba que estaba bien, en una pieza y probablemente estaría esperándolo.

—¿Le dijeron? —Se escuchó la voz de Tokoyami, marcada con seriedad como si tratara con un asunto cuya gravedad había escalado un nivel que era incapaz de imaginar.

—¿Qué cosa? —replicó Shouto, sosteniendo el teléfono con ambas manos para no perderse ni una pizca de información.

—El escuadrón de rescate... —empezó Izuku, después de los segundos más largos de su vida, de forma titubeante hasta inhalar profundamente y adoptar su tono profesional—. Lograron irrumpir en su guarida, pero escapó. (T/N) está intacta, pero los médicos dicen que tardará un poco en despertar.

—¿Está en coma? —inquirió con un nudo en la garganta, apretándose cada vez más con cada respiro.

—Un sueño profundo —corrigió Yaoyorozu—. Los doctores especulan que despertará pronto.

—Y como no hay contusiones ni otro tipo de daño, el diagnóstico es favorable —añadió Tokoyami.

—Entiendo —dijo, recobrando la compostura al notar la voz baja con la que había estado hablando—. ¿También están las demás personas?

—¡Sí! —celebró Yaoyorozu—. A pesar de estar en el mismo estado y tener a un par malheridos; están bien.

—O parecen estarlo —mencionó Tokoyami sin dejar el tono cauteloso.

—¡Todo fue gracias a ti! —agregó Midoriya como si quisiera aligerar el ambiente.

—Es natural que sepa su modus operandi —repuso—. Después de todo, fue uno de los primeros villanos que capturé en su escondite.

—Lo que no termino de entender es cómo se nos volvió a escapar —meditó Momo—. Lo importante es que pudimos rescatar a las víctimas y están en una pieza.

—Suena demasiado bien, ¿no crees? Quitando que huyó —comentó Fumikage—. Por esa razón no paro de estar preocupado.

—Todo estará bien. —Sonrió Midoriya para levantar los ánimos de todos.

—Eso espero —murmuró Todoroki sin saber cómo reaccionar ante las palabras de sus amigos—. Por lo pronto, iré a ver a (T/N).

—Seguro se alegrara de tenerte a su lado cuando despierte —pronunció Momo con dulzura, apreciaba tanto a la pareja que no podía hacer más que apoyarlos incondicionalmente.

—Sí. Muchas gracias.

Shouto colgó y se apresuró a cambiarse y adecentarse. A medida que dejaba el pequeño departamento, se preguntó por qué no sonreía y qué era esa extraña sensación amarga que tenía en la base de la lengua.

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Olía a antisépticos y una fuerte luz blanca se abría paso por sus párpados, seguido de un persistente repiqueteo. Se movió ligeramente y sintió una aguja introducida en el dorso de su mano. Se asustó un poco e intentó organizar sus ideas hasta convencerse de que estaba en un hospital. A pesar de no entender qué ocurría, lo que más la perturbaba era el desconcierto que le producía ver aquellos orbes heterocromáticos cristalizados.

—¡(T/N)! —exclamó con una leve sonrisa y la estrechó entre sus brazos soltando una exhalación entrecortada de alivio—. Me alegra que estés bien —susurró cerca de su oído, sabiendo de antemano que eso la calmaría.

—Disculpa, pero —empujó suavemente su pecho para que la soltara, y cuando tuvo su rostro frente a ella, observándola con dubitación, continuó— ¿quién eres?

—... —parpadeó varias veces, sin saber qué responder o qué sentir. Sonrió levemente, conociendo la actitud traviesa de su novia, y dijo—: Caí por un segundo, pero no deberías bromear así. —Extendió su mano para acariciar su mejilla.

—No... Yo no sé quién eres. —Apartó su mano con un golpe seco que los dejó a ambos perplejos.

Todoroki se alejó hasta dejarse caer en su silla junto a la camilla, procesando lo que acababa de escuchar y rogando porque en esos largos segundos ella riera y admitiera que todo era una broma; pero no pasó.

—Llamaré a los doctores —informó con seriedad mientras ella encogía las rodillas, preguntándose qué demonios pasaba.

Cuando el joven la dejó sola, se sostuvo la cabeza con fuerza, intentando llenarla con algo; pero tan solo veía un lienzo en blanco teñido con los recuerdos más recientes. Él la había llamado '(T/N)', así que suponía que ese era su nombre, aunque ni siquiera estaba segura de si podía confiar en él, a pesar de la consternación y preocupación que había vislumbrado en sus pupilas. Sentía que nada era concluyente y, por tanto, nada era seguro.

Una doctora entró y la examinó con toda la amabilidad que pudo reunir, tan solo para informarle lo obvio: Sufría de amnesia. Todoroki, después de escuchar el diagnóstico, comentó que podría tratarse del efecto de un kosei, ya que recordaba que esa era la habilidad del secuestrador.

—¿Podré recuperar mis memorias? —preguntó, a la par que omitía la curiosidad le causaba eso de 'kosei'.

—Probablemente. Son necesarios estímulos que puedan traer a la memoria recuerdos del pasado. Sin embargo, si es por el efecto de un kosei, no sabría darte una repuesta satisfactoria.

—Vaya... —Bajó la mirada y pasó saliva con dificultad—. Gracias.

—Si me disculpan, los dejo solos.

Todoroki la observó unos segundos y ella también lo hizo, aferrándose a la frazada como si esta pudiera salvarla. Finalmente, habló:

—Nosotros...

—Vamos a casarnos —interrumpió Shouto.

—¿Eh? —Dio un respingo y rio nerviosamente—. ¿No soy muy joven? O eso dice en mi cédula.

—¿Tú crees? —Inclinó el rostro—. Tus padres dijeron lo mismo.

—Oh, vaya.  —Curvó los labios y continuó viendo los documentos en su billetera.

—¿Qué recuerdas?

—Nada.

—¿Nada?

—¿Hablar cuenta? Supongo que las cosas básicas no se me han olvidado... Por cierto, ¿qué es eso de 'kosei'?

—Es... —Shouto clavó su mirada en la de ella, cuestionándose cómo era posible que olvidara algo tan esencial como eso—. Un kosei es una habilidad con la que naces; existen diversos tipos y utilidades.

—¿Como superpoderes?

—Sí. Pero tú no tienes.

—¡¿Eh?! ¡Qué sistema tan excluyente! —se quejó mientras Shouto dejaba escapar una carcajada enternecida para luego mirarla con una sonrisa plasmada en los labios—. ¿Y qué haces tú? Oh, no, espera; no me has dicho tu nombre. Debe ser raro presentarte porque estamos comprometidos y todo eso, pero...

—Todoroki Shouto. —Tomó su mano con suavidad, sosteniéndole un par de segundos más de lo normal, incomodándola un poco—. Soy un héroe.

—¿Cómo Superman? ¿Batman?

—... —Todoroki arrugó el entrecejo—. Es como si hubieras viajado en el tiempo, ¿sabes? Esos superhéroes de historietas son de muchos años atrás, antes de que siquiera fuera concebible poseer koseis.

—¿Es eso malo?

—Sentías cierta atracción por la historia, así que es un buen comienzo.

—Supongo. —Empezó a guardar los documentos en la billetera—. ¿Y qué poderes tienes? ¿Tiene que ver con tu aspecto tan peculiar?

—Mitad frío, mitad caliente.

—Así como un calefactor y aire acondicionado a la vez, ¿no?

—Así. —Todoroki extendió sus manos y activó su kosei, ganándose toda la atención de ella seguido de un par de aplausos.

—¡Es genial!

—Es un halago que suelo recibir de tu parte. —Sonrió y ella desvió la mirada.

—Pronto me darán de alta y...

—Puedes ir a nuestro departamento o a un hotel, como prefieras. No quiero obligarte a hacer nada que no quieras, (T/N).

—¿Y mis padres?

—Están de viaje. Ya les informé sobre la situación y quizás vengan a visitar un día de estos.

—Entiendo. —Asintió y abrazó sus rodillas, dejando escapar un suspiro.

—¿Ocurre algo?

—Es complicado. Siento como si no tuviera control de nada, como si me fuera a desboronar en miles de partículas y dejar de existir en un instante, y realmente no importaría porque no sé quién soy. Además, me frustra que todos sepan más de mí que yo misma. No me gusta depender de ti. ¡Rayos! Ni siquiera sé si todo lo que me dices es verdad.

Todoroki apretó los puños, queriendo entenderla pero sin resultado. ¿Cómo podía aceptar tan ligeramente que ella no se acordara de él? No solo eso, le dolían sus palabras porque él jamás sería capaz de lastimarla. Se sentía culpable por la impotencia de ella y, en un intento de reconfortarla, estiró la mano para acariciar levemente su mejilla.

—Estarás bien.

—No me toques, por favor. —Se alejó de su tacto—. Aún... Aún no me siento lista para aceptar todo esto, solo necesito algo de tiempo. ¿Puedes dejarme sola?

—De acuerdo, (T/N) —masculló, conteniendo todos los sentimientos que se arremolinaban en su pecho causando discordia y haciéndolo sentir peor que nunca antes—. ¿Quieres que mañana venga por ti?

—Es... —Ella le obsequió una sonrisa irónica—. No tengo opción, ¿verdad?

Shouto bajó la mirada y juntó los labios en una fina línea. Jamás había pensado que las palabras pudieran lastimarlo tanto y se sintió mal porque todo eso era su culpa, porque si la hubiera cuidado y atesorado como se lo había prometido nada de eso estuviera ocurriendo. Sin siquiera echarle un último vistazo, dejó la habitación y regresó a su hogar, convenciéndose de que el día siguiente sería mejor.

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(T/N) le agradeció con un leve movimiento de la cabeza el haberle abierto la puerta mientras se quedaba parada en el recibidor, oteando la estancia en busca de sus recuerdos. Sus pupilas se fijaron en los portarretratos que flanqueaban el pasillo en una sencilla mesa. 

Quitándose los zapatos, a la par que agachaba la cabeza de forma inconsciente, se arrodilló para observar con detenimiento las fotos.

—Parezco feliz —murmuró delineando su figura sonriente.

—¿Recordaste algo? —cuestionó Todoroki, tomando lo poco que llevaba para dejarlo sobre la mesa del comedor.

—No realmente.

—Pensé que te golpearías con la cortina, todo el mundo lo hace...

—¿Qué cor...? Oh. —Se interrumpió al fijarse en la cortina de lentejuelas plateadas que colgaba del techo de forma extraña—. ¿Por qué hay una cortina allí?

—Era tuya —explicó Todoroki—. Antes de mudarnos juntos, decidimos traer algo de casa para recordar quiénes habíamos sido y hacia dónde íbamos. Me diste una larga charla de lo importante que era apreciar nuestras raíces porque sin estas no seríamos quienes somos ahora... O algo así...

—Se nota que me pusiste atención —siseó y él se encogió de hombros—. Pero por qué si es tan fea. Dime que no era una rarita, por favor.

—Ah, no. —Todoroki sonrió divertido—. La trajiste porque fue la primera manualidad que hiciste sin ayuda y te sentías orgullosa por ello.

—Sí, porque mamá solía hacerlas por mí. Pero ¿por qué dejaste que la colgara en la entrada?

—¡Eres testaruda y es imposible llevarte la contraria! —Se defendió Shouto para luego separar los labios con sorpresa—. ¡(T/N)!

—¡¿Qué?!

—Recordaste algo...

—¿Eh?

—Lo de tu mamá.

(T/N) se mordió el labio mientras varias imágenes y conversaciones se le venían a la mente donde podía ver a su progenitora. Se dejó caer en el suelo, notando cómo ese horrible vacío se iba llenando poco a poco y cómo algunas cosas iban cobrando sentido. Sin embargo, apenas había logrado ver la imagen completa de todo y la mayoría de reminiscencias eran de cuando era pequeña.

Suspiró, todavía faltaba mucho por recordar, pero eso había sido suficiente como para bajar un poco la guardia y decidir confiar en el muchacho que sonreía con alegría a su lado.

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Llevaba un par de días inspeccionando todos los escondrijos del cómodo departamento en busca de sus memorias. Todoroki salía todos los días a hacer su trabajo de héroe, y al parecer ella tenía un permiso indefinido de su trabajo como editora de una revista.

Era de noche cuando, en el interior de una mesa, encontró una cantidad importante de álbumes. Entre emocionada e intrigada, empezó a verlos. Había álbumes tanto de ella como de Shouto. Le era imposible no sonreír ante el montón de fotos de su yo de cuatro años, actos de primaria, cumpleaños, viajes a la playa... Parecía que era feliz y sentía cómo, poco a poco, las memorias regresaban a su mente y llenaban el vacío de corazón.

Sus pupilas se posaron en las pocas fotos de Shouto acompañado de una mujer de cabello blanco. No pudo evitar reír enternecida al ver al pequeño de tres años disfrazado de All Might, un héroe reconocido como el símbolo de paz años atrás. Sin embargo, a medida que los años pasaban la radiante sonrisa de Todoroki se extinguía al igual que el brillo inocente de sus ojos. Posó su mirada en una foto de él y su padre, y, por un segundo, se preguntó cómo demonios ella había logrado encajar en una familia que parecía tan rota.

Antes de pasar a la siguiente página donde seguro estaban las fotos de preparatoria, escuchó la puerta abrirse. Dio un respingo y soltó el álbum como si fuera un agente infeccioso a la par que disimulaba abriendo uno suyo; lo menos que quería era que Shouto pensara que había recuperado memorias de él. Se sentía culpable por ocasionarle tanto dolor cuando él solo era amable con ella.

—B-bienvenido —musitó sin poder verle la cara.

—Hola, (T/N). —Todoroki le obsequió una sonrisa cansada y se acercó a ella más por costumbre que por cualquier otra cosa.

(T/N) sintió el corazón en la garganta al tenerlo tan cerca y más cuando él besó dulcemente sus labios en un tacto que no duró más de dos segundos. Se sintió enrojecer a la par que lo empujaba débilmente y él la veía con dubitación mientras se daba cuenta de lo que había hecho tan solo para apretar la mandíbula y los puños.

—Lo siento. Solía besarte cuando llegaba del trabajo.

—N-no... Solo me sorprendiste —susurró.

—Ah, no sé si revisaste tu correo, pero tus padres dijeron que regresarían a casa pronto. Seguro que si nos visitan podrás recordar algo. —La ayudó a recoger los álbumes, sonriendo ante alguna foto que captaba su atención—. Eras linda de pequeña.

—Recuerdo gran parte de primaria, bueno, lo poco que se puede recordar. Así que seguro si los veo, será positivo —dijo mientras se ruborizaba por el esporádico cumplido.

(T/N) apreciaba mucho los pequeños halagos que le soltaba Shouto tan distraídamente que pecaban de ilegales, eran nimiedades que captaban su interés y no dudaba dos veces en decírselo. Sabía que él la quería y por eso mismo era tan incómoda toda esa situación. Ella dormía en la habitación que compartieron en antaño mientras él lo hacía en la de invitados; le tenía paciencia y la trataba tan bien que parecía inverosímil.

—Uhm... —(T/N) llamó su atención, preguntándose si su apresurada decisión sería la más correcta; y es que no quería lastimarlo más—. Si mis padres regresarán, creo que lo mejor es irme con ellos.

Shouto se quedó como petrificado, asimilando las palabras de su novia para luego juntar sus manos y estrujarlas en un intento de guardar la compostura.

—¿Es eso lo que quieres?

—Sí.

—Entonces está bien.

—Gracias. —Ella le sonrió y él apartó la mirada con un gesto cargado de dolor.

—Eres libre de irte cuando quieras, (T/N). Estoy consciente de que no sientes lo mismo que yo por ti, y no vale la pena que te esfuerces tanto porque nos lastimas a ambos. Así que no es necesario que me incluyas en tus decisiones mientras estés así —dijo con parsimonia y, tal vez, frialdad.

—No era mi intención...

—Lo sé. Esto es mi culpa.

—¡No es tu culpa! ¡Realmente no es culpa de nadie!

—Si yo te hubiera protegido como te prometí, nada de esto estuviera pasando.

—¡Pero si no soy una muñeca de porcelana, Todoroki!

—Quizás jamás debimos conocernos —musitó, dándose cuenta de que ella estaría bien si no se hubiera topado con él y su enorme lista de enemigos—. Probablemente, estarías siendo feliz en un sitio alejado de mí.

—¿Qué demonios dices? —Arrugó el entrecejo y tomó uno de los portarretratos donde estaban ambos—. Yo no recuerdo nada de esto, pero me parece que es real y que en algún momento llegué a amarte. Pienso que puedo volver a hacerlo si me das tiempo.

—(T/N), puedo darte todo el tiempo que necesites; pero si eso significa ponerte en peligro de nuevo, prefiero cortar lazos. El villano que te secuestro aún no está tras las rejas, y quién me asegura que no volverá a ocurrir un episodio como este.

La muchacha apretó la mandíbula y dejó la sala, furiosa. Por su lado, Todoroki se dejó caer sobre sus rodillas y se sostuvo la cabeza. Era un idiota, pero prefería eso a verla sufrir una vez más mientras la incertidumbre de no saber qué ocurría con ella en las manos del enemigo lo carcomía. Era lo mejor para ambos, que ella estuviera lejos de él a salvo, y que él tuviera la certeza de su bienestar.

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—Cuídate. —Shouto la ayudó a llevar una simple maleta hasta el taxi.

—Sabes, quise intentarlo.

—Lo sé; pero así es mejor. No puedo obligarte a convivir con un desconocido.

—Creo que no soy tan tonta como para irme a vivir con un mal tipo. —Rio con sarcasmo y se mordió los labios, sintiendo los ojos anegársele—. Solo que...

—Está bien. Siempre te querré, así que cuando sientas que puedes regresar, te esperaré con los brazos abiertos.

—Eso no es lo que quieres. —Miró sus pupilas fijamente, captando la mentira que se deslizaba fácilmente por sus labios y engañaba su corazón.

Todoroki le sonrió con languidez y abrió la puerta para que se subiera, pero ella se quedó parada frente a él, observándolo.

—No hagas una estupidez, ¿de acuerdo? —pidió y curvó los labios—. Te recordaré y regresaré así ya no me quieras a tu lado y pongas excusas fútiles como mi bienestar y todo eso. Si yo te amé en serio, te juro que jamás aceptaría alejarme de ti.

—Solo tómalo con calma.

(T/N) exhaló sonoramente y rodeó su torso con ambos brazos, empezando a añorar su esencia a pesar de no saber por qué. Todoroki la estrechó con más fuerza de la que quería y, armándose de valor, la dejó ir, convenciéndose de que era su mejor decisión para protegerla.

—Regresaré, lo prometo.

—Tómate todo el tiempo que necesites. Estaré esperando. —Shouto se despidió con una cándida sonrisa.

Y (T/N) lo supo, deseaba volver a ver ese gesto cuando la frustración y tristeza que la invadía se disipara un poco. Sabía que lo necesitaba y, tal vez, él la necesitara aún más.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: No sé por qué pero esto me parece la película 'Votos de amor' xD En fin, habrá segunda parte porque me emocioné escribiendo y no puedo dejar a Todoroki así.

Realmente soy mala para dar palabras de apoyo, pero aquí vamos: A todas los mexicanos y residentes de este país espero que estén bien y tengan en mente que llegará ayuda de todos lados, no están solos. Sé que podrán superar esta situación porque son personas admirables, solidarias y fuertes; así que, a pesar de estar abatidos, podrán levantarse de nuevo y demostrarle al mundo su férrea voluntad!

Nos leemos en otra ocasión, cuídense mucho, por favor.

¡Un plus ultra para México! >.<

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